El sol brillaba en lo alto sin una sola nube para cubrirlo mientras me dirigía a la demostración de mis nuevas creaciones. Era un día hermoso, perfecto para presentar al mundo de los cultivadores lo que había estado trabajando durante meses. Pero a medida que me acercaba al lugar donde se llevaría a cabo la demostración, una sensación extraña comenzó a invadirme.
A pesar de la cálida brisa en mi piel y el sonido de los pájaros en los árboles, no podía sacudir la sensación de que algo andaba mal. Intenté ignorar ese presentimiento, recordándome a mí mismo lo importante que era para mí que esta demostración fuera exitosa. Pero cuanto más avanzaba, más intensa se volvía la sensación.
Por los cielos danxia que tenía el día, se sentía como si estuviera muriendo de nuevo, cada paso que daba hacia el patio se sentía como si lo arrastrara un demonio. Y claro, él ya sabía cómo se sentía cuando tu alma es sacada de tu cuerpo mortal, sus instintos de tianqian y heiyi se lo decían.
Al fin había terminado una de sus creaciones pendientes, aunque no recordaba para qué la creó. Solo sabía que tenía que ser especial porque se la dejó a A-Yuan antes de 'morir'. Maldijo a su mala memoria por décima vez en el día.
Por eso había pedido la presencia de todos los líderes de secta, excepto de su cuñado, que seguía en reclusión. Ya había pasado más de un año desde que lo vio por última vez en el templo Guanyin cuando fue desenmascarada esa guayaba asesina. Por eso tomó la oportunidad de que todos estuvieran reunidos por una conferencia para poner en práctica su nuevo talismán.
Vivía una vida que muchos considerarían como perfecta. Sin preocupaciones, menos obligaciones. Sin embargo, a pesar de todo esto, había algo que lo hacía sentir incompleto: su relación con su hermano.
Él y su hermano habían sido muy cercanos en su juventud, pero después de algunos desacuerdos, se habían alejado. Él había tratado de reconstruir su relación con su hermano en varias ocasiones, pero su hermano era muy terco y no estaba dispuesto a ceder.
A pesar de que todo parecía estar yendo bien para él, el hombre se sentía infeliz. A menudo se preguntaba si su vida sería más completa si pudiera recuperar el lazo de hermandad que había perdido con su hermano.
Le hacía falta algo que se llama shimei... shimei extrañaba con locura a Jiang Cheng. No sabía qué tenía que hacer para recuperar a su hermano; con Jin Ling ya había mejorado un poco, pero su shimei era más complicado. ¡Cuánto desearía que volvieran a ser jóvenes! Era mucho más fácil entonces.
-
Maestro Wei -saludó Lan ShiZui con una pequeña inclinación, pero se le quedó viendo con una cara de preocupación.
-Wei Wuxian, ¿qué tienes? Te ves como la mierda -también saludó Jin Ling.
-¡Joven amante! Está prohibido maldecir en el receso de las nubes -hizo acto de presencia JingYi detrás de unas cajas.
-También está prohibido gritar y no soy una ¡JOVEN AMANTE! -exclamó con su ceño ya ceñido.
-Chicos, tranquilos, no peleen -intervino ShiZui-. Lo que Jin Ling quiso decir es que le preocupa que el maestro Wei no tenga su emblemática sonrisa.
-Oh, mi pobre corazón no resistirá tanto rabanito, pellízcame, creo que estoy soñando, pero A-Ling empieza a preocuparse por su otro sexi, guapo, deslumbrante, excepcional, jiujiu, esto es demasiado para mí -dramatizó el patriarca mientras bajaba la caja que llevaba para poder llevarse una mano hacia el pecho y la otra limpiaba lágrimas imaginarias-. Creo que me dará auch. Oye, ¿qué te pasa, Jin Ling?
-Le dijiste a ShiZui que te pellizcara; ya que él no lo hizo, lo hice yo -meneó la mano para restarle importancia-. Además, estabas fantaseando demasiado. ¿"Sexi, deslumbrante"? Solo en tus sueños, Wei Wuxian.
-Aunque no me lo crean, en mi cuerpo original era un papucho tallado por los mismísimos dioses. Los kunzes, tianqians, heiyis, no importaba el género, con solo verme se mojaban. Los kunzes temblaban solo con mi presencia. Imagínense con mis feromonas, fantaseaban una noche de pasión desenfrenada conmigo. Nadie se atrevía a enfrentarme... Lan Zhan.
Su relato fue abruptamente detenido cuando se fijó en que su pareja estaba a unos pasos de ellos con una mirada sombría. Sus ojos dorados parecían querer arder en llamas. Ahí supo que sus caderas no saldrían con vida esta noche si no hacía algo.
Al parecer, no fue el único en notar esto. El de túnicas doradas aprovecharía esta oportunidad para bajarle los humos al idiota de Wuxian. El de rojo, al mirar los ojos de Jin Ling, supo que sería su perdición. Sus miradas estuvieron en una intensa lucha que ganó Jin Ling.
-Es cierto, Wei Wuxian. Ahora que lo mencionas, mi jiujiu me contó que todos en Yummeng querían contigo. Se dice que un kunze de Yummeng es tu debilidad, le cumples todos sus caprichos por más mínimos que sean. Por él dejarías todo, incluso a HanGuang-Jun -bien, tocó terreno peligroso. Por un lado, el segundo jade se daría cuenta de su engaño y lo mataría; por otro lado, su jiujiu podría romperle las piernas por usar su nombre en algo que no ha dicho.
-No seas mentiroso, mi debilidad no es un kunze -vio a su esposo relajarse un poco mientras palidecía A-Ling-. Porque fue un heiyi... No, Lan Z
han, no es lo que crees, puedo explicarlo yo... Tengo una explicación muy creíble es...
Su relato se interrumpió nuevamente, pero rápidamente reconoció a los dos recién llegados y Jiang Cheng estaba a punto de irse. Entonces pensó en correr hacia él. Tenía que resolver este asunto con su hermano antes de estar calificado para llamarlo así. Su Lan Zhan podía esperar, pero no este testarudo que tenía de hermano.
Pasó junto a las otras personas con la caja nuevamente, y antes de que pudiera hablar, sintió que su alma se retiraba nuevamente, su mundo dio vuelta. Jiang Cheng, no el líder Jiang, lo acababa de matar en vida con unas simples palabras... Él no es su hermano.
No se dio cuenta de cuándo la caja cayó de sus manos junto con sus lágrimas. Sus piernas le empezaban a pesar como mil toneladas de piedras, y sus palabras salieron en un lastimero sollozo.
-¡¿Jiang Cheng, es verdad lo que acabas de decir?! ¡Yo no soy tu hermano?! Era mentira todo lo que me dijiste -sus palabras delataban su estado de ánimo. Ni cuenta se dio cuando un puño se estampó en su rostro haciéndolo caer al suelo.
R
ápidamente, Lan Wangji ya estaba a su lado junto con los juniors. Jin Ling miró a su jiujiu con cara de agravio; sabía que no se llevaban bien con Wei Wuxian, pero golpearlo... no creía que su tío lo odiara tanto. Después de todo, le deseó suerte a las afueras del templo Guanyin.
Jiang Cheng, lejos de intimidarse por los ojos sombríos de Lan Wangji mientras amenazaba con desenfundar Bichen o la mirada pintada de decepción de su sobrino, se acercó con arrogancia. Se pasó a lado de todos con Sandu en mano y Zidian en un rayo púrpura brillante chispeando, y se detuvo entre la multitud de espectadores para mirar a Wei Wuxian.
-Si tuviera un hermano, lo aceptaría, pero... está muerto. Lo maté con mis propias manos en la montaña Yiling como si fuera un demonio. Me aseguré de que no quedaran ni sus huesos.
-No es verdad, sigo vivo, mírame, Jiang Cheng, he vuelto, siempre estaré a tu lado, shidi.
-No soy ni tu shimei ni tu shidi...