–¡1, 2, 3, 4!
Exclama Mónica con uno de sus brazos en alto.
Todas comenzamos a movernos al ritmo de la música tal cual lo habíamos ensayado hace días.
Más que un baile, esto era gimnasia.
Y más que solo una presentación.
Esto parece ser LA presentación.
Puedo escuchar demasiado ruido en las tribunas de la cancha de fútbol americano, hay personas vestidas con muñecos que representan a nuestra universidad y también a la universidad rival, hay pequeños puestos de comida que han sido armados hace dos horas, y estoy totalmente segura que todo el enorme patio de la universidad, está repleto de estudiantes, entrenadores y maestros.
Me muevo al compás de la música, sintiendo como de pronto Travis, del equipo de fútbol americano, me carga en su hombro.
Mantengo los brazos en alto intentando sonreír por más de estar aterrada por dentro.
Bajo de sus hombros y hago una pirueta mientras siento miles de pasos detrás mío.
–¡Te ves hermosa!- escucho gritar a Kali, cerca de mí. Haciéndome reír.
Continuo haciendo los pasos sin dejar de mirar a Mónica para no perderme.
Y luego de aproximadamente dos minutos, terminamos la coreografía.
Yo termino en el piso en un split con las manos arriba.
De inmediato escucho como todos los alumnos de nuestra universidad que están presentes, se levantan de las tribunas y comienzan a aplaudirnos y a felicitarnos.
Sonrío.
Hace mucho que no disfrutaba hacer esto.
No lo extrañaba.
Pero es lindo volver a hacerlo.
–¡Salió increíble!- grita Mónica, acercándose a nosotras sonriente.
Por fin está relajada y feliz.
Me alegra verla así.
Me río.
Nos damos un abrazo grupal y a los segundos, cada una se va por su lado.
Puedo sentir como Kali me jala del brazo. La observo. Está sonriendo y está comiendo pop corn.
–¡Salió espectacular!
Suspiro.
Intentando encontrar el aire que acababa de perder.
Me desato el cabello y lo acomodo.
Mirando a todas partes.
Realmente todo está muy lleno.
–Estoy cansada- susurro– Dios, hace mucho que no hacía esto.
Kali ríe.
–Te quedarás a ver el partido, ¿verdad? Luego podemos ir a comer algo con Nico.
Asiento.
–¿Me acompañas al baño?
Kali niega.
–Nico está apunto de salir.
Ruedo los ojos.
Me volteo, y comienzo a caminar para el interior de la universidad.
Sintiéndome aún derrotada y con un ligero dolor en las piernas.
–Lo hiciste increíble- escucho detrás mío.
Volteo.
Encontrándome a Lucas con un ramo de flores de colores pasteles.
No puedo evitar no sonreír cuando me las entrega.
–Lucas, no era necesario...
–Claro que sí.
–Gracias, de verdad.
Entramos al bloque 1 de la universidad y caminamos por los pasillos.
–Estoy muy orgulloso de ti.
Me dice. Sin dejar de mirarme.
Puedo jurar que me pone un poco nerviosa la forma en la que me observa, ya que sé que es con amor. Y sé que no es correspondido.
Además, estoy vestida con un uniforme de gimnasia súper pequeño.
Esto no es bueno para la imaginación de Lucas.
–Gracias Lu- respondo. Sin recordar que el odia ese apodo– En serio, lo agradezco.
–_______- me dice. Puedo sentir a dónde va esto– No se si te has dado cuenta pero, me gustas.
Suspiro.
Dejamos de caminar.
Trato de no sentirme incómoda.
–Te he invitado un par de veces a salir y no se ha podido por las circunstancias que han pasado pero, realmente quisiera ver si podemos intentar algo de aquí a un tiempo.
Siento como su mano toma mi mano derecha.
Lo observo.
Es guapo.
No me hace recordar a Ryder en nada.
Ni tampoco al maestro Lynch.
Me relamo los labios.
Sintiéndolo cada vez más cerca.
¿Por qué no intentar algo con una persona que realmente me quiere? Digo... merezco esto. Merezco ser amada de manera correcta.
Por más que no me guste ahora mismo, puede llegar a gustarme en un futuro. Quizá en un futuro realmente acabe correspondiendo su amor.
Sus labios me besan.
Y yo no lo detengo.
Nuestros labios se encuentran en un beso tierno, y lleno de nervios por parte de él.
Me toma de la cintura.
Seguro de lo que está haciendo.
Disfruto aquel beso, pues es distinto a todos los que alguna vez he tenido. O bueno...
Antes de que la toxicidad creciera en mi relación con Ryder, recuerdo sus besos de la misma forma.
Sin intensión de otra cosa, solamente transmitiéndome amor.
Y me gusta.
Sonrío cuando se separa.
Insegura de lo que voy a hacer.
–Esta bien- sonrío– Salgamos, hay que conocernos más... quizá más adelante pueda surgir algo.
Le digo.
Sin sentir aquel "algo"
Puedo sentir como Lucas sonríe a tope y me abraza.
Una y otra vez.
Río.
Parece un niño.
–¡Espere tanto este día!
–Iremos a comer algo con Nico y Kali luego del partido... quizá quieras...
Mi voz es interrumpida por los gritos que vienen de la cancha de fútbol americano.
El partido acaba de iniciar.
–Venir con nosotros- termino.
–Claro que sí, ¿vamos a ver el partido?- pregunta, tomándome de la mano.
–Iré al baño- le digo– Pero anda tu, se que te gusta el fútbol...
–¿Segura?- no ha dejado de sonreír.
Asiento.
Sus labios me dan un pequeño beso y se va corriendo hacia el exterior de la universidad para poder ver el partido que acaba de iniciar.
Río.
No se en que acabo de meterme, pero me servirá para despejarme de todo lo que ha pasado con Ryder y el maestro Lynch.
Lo que siente Lucas es algo sincero...
Algo lindo...
Quizá esto pueda resultar bien.
Entro a uno de los cubículos del baño, dejando las flores de Lucas encima de los lavadores de mano, hago pipí, y salgo.
Me lavo las manos luego de echarme jabón.
–Linda presentación.
Escucho, aquella voz me deja sin aliento.
Y volteo de inmediato hacia la puerta del baño.
Es el maestro Lynch.
Quien me observa.
Con total descaro.
Frunzo el ceño.
Y no puedo evitar sentir furia.
–¿Qué?- preguntó. Sintiéndome irritada.
–Y lindo uniforme- me dice– Tienes un bonito cuerpo.
–¿Me estás hablando? ¿A mí? Luego de haberme ignorado en tanto tiempo...
–¿Pero sabes que fue más bonito?- entra al baño– El beso que te diste con Lucas, no sabía que era tu novio.
Tengo unas tremendas ganas de golpearlo.
Sacudo mis manos mojadas y las paso por mi uniforme para secarlas.
–No es mi novio.
Su mirada se dirige a las flores que me dió.
–No es mi novio- repito– Pero le gusto.
–Comprendo, te gusta ilusionar a las personas.
¿Qué?
–¿Perdón?
–Lo que oíste, lo estás ilusionando.
Niego.
–No... no es eso.
–Se besaron.
–Sí, pero...
–Y no te gusta.
–Si me gusta.
–¿Ah sí?
–Sí, me gusta.
–Dios, pero qué mentirosa.
Frunzo las cejas.
Maldito idiota.
–No estoy mintiendo.
–Te gusta tu ex- me deja sin palabras– Te sigue gustando él. Y yo te atraigo.
–Claro que no.
–¿No? ¿Por eso te metiste a mi departamento de esa forma tan rápida cuando sabías que estaba tomado?
Me sonrojo.
–¿Por eso me regalaste ese vino?
–¿Qué hacías en tu auto con Gretta?
–¿Por qué? ¿Andas pendiente de mi?- ríe– ¿No que no te gusto?- no respondo– Tranquila- acaricia mi barbilla en un segundo– No he hecho lo que hice contigo con nadie, por si te lo preguntas.
Trago saliva.
Su presencia me intimida.
Y no puedo sentir nervios al pensar que alguien puede entrar a este baño ahora mismo.
–Y no he vuelto con Megan, por si te lo preguntas también. Luego de que te encontró en mi habitación, se volvió loca. No pienso retomar una relación con ella.... ¿Cómo está tu pierna?
Pregunta.
Bajando la mirada.
Mirándome descaradamente las piernas.
–Quería ayudarte el día en que te fuiste de mi casa pero te fuiste corriendo.
–Estabas con Megan.
–No me importa Megan.
–No la superas.
–¿Qué?- ríe– El burro hablando de orejas.
–¿Por qué no me hablaste antes?
–No estaba pasando por un buen momento, dictar clases... tomar clases... lidiar con una loca que quiere volver conmigo y lidiar con la mitad de estudiantes que están mirándome diariamente, me sofocaron.
Suspiro.
–Quiero invitarte a mi departamento.
–¿Hoy?
–Ahora, si es que realmente no estás en una relación con el pobre Lucas- hay sarcasmo, en toda esta frase.
–Está bien- acepto, sin pensarlo dos veces.
Recordando la conversación y los consejos que me había dado Kali.
"Mientras más lo ignores, más llamarás su atención. Y si en algún momento se da la oportunidad de que puedan verse de nuevo, demuéstrale que él no es ni será algo serio para ti. Así le bajarás su maldito ego de hombre de 30 años"