💲Ꮚ VENDIDO Ꮚ💲JinTae 💲

By JMasul

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Tae es un Omega del clan Kim de osos pardos, que fue secuestrado al salir de su colegio. -Déjame ir, por fav... More

💲Ꮚ PRÓLOGO Ꮚ💲
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By JMasul

°Parte 1°

Hace 3 semanas •

 DigaSeokJin contestó su teléfono como siempre, más nunca hubiera prevenido lo que desataría esa sola llamada.

 
—SeokJinnie, ¿Eres tu?

SeokJin dejó de escribir en su computadora, asombrado por el apodo. Nadie lo llamaba así, al menos nadie después de…

—Soy…

—Taeyong— respondió SeokJin antes de que la contraria lo hiciera.

Su mundo entero se detuvo en ese momento, nunca creyó volver a escuchar esa dulce y armoniosa voz de nuevo.

—Me alegra que aún me recuerdes y reconozcas tan rápido, SeokJinnie.

¿Cómo olvidarte?

Pensó melancólico, sin querer aceptar que su corazón no estaba del todo congelado. Al parecer ella aún tenía el poder de atravesar sus muros de hielo.

—¿Qué necesitas? Si me llamaste, seguro necesitas algo.

—SeokJinnie, tan perspicaz como siempre. Me alegra que sigas siendo así, aunque algún día espero seas más expresivo. No todo el mundo podrá entenderte como yo.

Nadie nunca lo hará. Nadie, ni tú lograste entenderme del todo.

Suspiró, sin poder expresar sus sentimientos. Como siempre, le costaba abrir ese corazón que había sufrido en más de un sentido.

—No me hagas…

—Perder el tiempo, lo sé — Taeyong terminó la frase por él, porque sí. Ella recordaba cada detalle del pequeño SeokJinnie, que ya no era tan pequeño ahora.

—Como bien dijiste, SeokJinnie. Necesito tu ayuda, mi pequeña familia lo necesita— la voz de Taeyong cambió a una de súplica. Algo que ella nunca haría sino fuera de vida o muerte.

Eso encendió todas las alarmas en SeokJin, porque sólo escuchó una vez ese tono. Hace más de 15 años, cuando le rogó que la ayudara a escapar con quién seguro llegó a ser su esposo.

SeokJin era tan sólo un adolescente, aunque con sus escasos doce años, al ser un Alfa recién presentado, tenía la fuerza como si fuera uno ya con experiencia y adultez. Después de todo era del clan de lobos Silver. Una de las tantas ramas de los Kim.  Pero eso no le impidió sentir lo que sentía, sabía de sus límites, además de su madurez mental que pasaba incluso de aquella bella mujer que estaba decidida a dejar su vida de lujos, por elegir el amor. Y SeokJin estaba dispuesto a ayudarla, su felicidad era más importante que la suya propia. Aunque eso significara perder una parte de sí mismo, cerrar su corazón para siempre.

—Tu familia — balbuceó apenas entendible.

—Sí, SeokJinnie. Por favor, mi esposo cometió un error. Se prestó dinero de quién no debía y ahora necesitamos desaparecer de su vista. Cuando nos veamos te daré más detalles. Sólo te diré que, mi hijo menor es la prioridad, acaba de presentarse como Omega y ellos lo quieren como pago. Por eso debemos escapar, él es un alma inocente — Taeyong explicó lo más corto que pudo, todo el problema, con la voz resquebrajada.

—Prestamistas, la peor calaña. Bien, tengo un lugar lejano, bastante resguardado. Nadie podrá encontrarte allí, necesitarás pasaportes especiales; pero yo me encargaré de todo. Sólo dame la edad de tu niño.

—Ya no es un niño, cumplió dieciséis.

—Pero dijiste que acababa de presentarse como Omega— SeokJin se sintió bastante confundido ahora.

—Sí, su presentación fue muy tardía. Seguro por eso lo quieren, quizás para venderlo en el mercado negro, por ser muy especial. Por favor SeokJinnie, sé que eres el indicado para tratar con ese tipo de personas —  imploró con la voz cada vez más desgarrada, porque la sola idea de perder a su hijo a manos de esos bastardos, la asustaba en demasía.

—No te preocupes y dile a tu esposo que después de salvar sus traseros, patearé el suyo por haber puesto en peligro lo que se supone debía proteger más que a su vida —  su oscura voz hizo vibrar cada fibra del teléfono y de Taeyong, pues esa amenaza no era un juego.

—Muchas gracias SeokJinnie, sabía que podía contar contigo. Y no te preocupes, podrás patear a mi esposo todo lo que gustes— Taeyong soltó una carcajada tan fuerte, que SeokJin tuvo que alejar el teléfono de su oído.

Al fondo pudo escuchar una voz diciendo “Eres tan cruel” que supuso era la voz de su esposo.

—¿Me estas hablando con tu esposo escuchando la conversación?

—Si y no, él está hablando a su gente. Aunque ya sabes, mis planes son mejores que los de él, así que por eso te llamé. No creas que él no tiene algo planeado para escapar, pero nunca está demás tener más de una opción. ¿Verdad?

Y ahí estaba, esa era la cualidad que más admiraba de ella. Su capacidad de hallar solución a todo y no rendirse ante nada.

—Bien, esperaré tu llamada para poner tu plan en marcha.

—Afirmativo, cambio y fuera— colgó con la voz tan animada como debía ser siempre.

¿Cómo podría dejar de admirar a esa mujer? Pese a los años, al parecer los sentimientos seguían intactos.

Inevitablemente los recuerdos de esos días llegaron a su mente.

*Flashback*

 
Un pequeño lobo corría por el bosque, en busca de algo para cazar. Aunque simplemente había usado esa excusa para salir; lo que más quería era sentir el aire fresco en su pelaje, las hierbas bajo sus patas, romper una que otra rama. Sentirse vivo, en pocas palabras.

De repente a lo lejos, vio un acantilado y trató de frenar, más no tuvo oportunidad pues estaba yendo a mucha velocidad y cayó al precipicio.

Más no había sido un precipicio como tal, era una quebrada.

 Aunque lastimosamente no cayó al agua, se golpeó en las rocas, que lo dejaron inmóvil por el dolor hasta el punto de desmayarse.

Cuando abrió los ojos, notó que estaba en una casa que no era la suya, además divisó a una hermosa mujer de pelo largo castaño y ondulado, olía delicioso.

—Al fin despiertas, pequeño. ¿podrías cambiar? Para atender mejor tus heridas — pidió la hermosa mujer.

SeokJin se sintió hipnotizado, era la primera vez que sentía tanta calidez en una persona. Bueno, la primera vez que le pedían tan amablemente el cambiar a su cuerpo humano. Así que lo hizo sin chistar.

—No te preocupes, te traje ropa de mi hermanito para que puedas volver a tu casa.

SeokJin se dejó cuidar, no dijo nada. Sólo la escuchaba hablar y hablar, había algo extraño en ella, algo que lo hacía sentir diferente. En su casa nadie lo trataba así, nadie lo cuidaba y punto.

—Listo, tus heridas ya están con sus respectivas vendas. Sólo dile a tus papás, que te las cambien para que no se infecten.

La mujer sonrió, pese a que SeokJin no habló en ningún momento.

Ese día regresó a su casa por primera vez en su forma humana, al ingresar nadie notó su cambio. Como era de esperarse, todos en sus asuntos.

SeokJin llegó a su habitación y se quitó la ropa de inmediato, admirando las vendas que envolvían su torso y uno de sus brazos.

Sus ojos brillaban de una manera diferente al ver las curaciones, en su familia no estaba la costumbre de atender a nadie. Todos crecían como podían y ya. Los únicos bien cuidados y protegidos, eran los Omegas lobo.

Se suponía que la presentación llegaba de los doce años en adelante, pero de alguna manera ellos ya sabían desde el nacimiento, qué serían en el futuro. Por esa razón SeokJin fue “dejado” de lado en cuanto notaron que sería un Alfa.

“Un lobo Alfa debe ser fuerte” le había dicho su padre la última vez que lo ayudó a cazar.

SeokJin apenas tenía seis años, era un cachorro aún. Uno que tenía que aprender a cuidarse solo, según su clan.

Es por eso que le pareció tan extraño el trato de esa mujer.

Desde ese día, SeokJin  corría hasta esa quebrada, con la esperanza de verla nuevamente, pues la casa de la bella mujer se encontraba del otro lado. Cosa que logró después de un par de días.

—¡Oh! Eres el cachorro de lobo. Ven acá, no te haré daño— pidió amablemente al pequeño lobo, que se fue acercando con el hocico agachado y la cola entre sus patas.

—No tengas miedo— le acarició las orejas y pronto el pequeño lobo estaba moviendo la cola más que contento.

Así pasaron un buen tiempo, hasta que la mujer le pidió amablemente que cambiara a su forma humana, pues quería saber si sus heridas estaban mejor.

SeokJin dudó, pues no había podido cambiarse las vendas, lo intentó. Más no supo cómo hacerlo bien, después de todo, era sólo un niño.

—No te preocupes, si no quieres está bien. Pero me preocupa que se infecten.

SeokJin no quería verla triste, así que rápidamente cambió a su forma humana.

—Qué bueno que ahora traes pantalones — la mujer soltó una carcajada que a Jin lo contagió y soltó un ruido horrible, se supone que debía ser una carcajada también, pero él nunca había tenido esa sensación, así que no supo cómo expresarlo.

—¿Se supone que esa es una risa?— la muchacha volvió a carcajear, mientras las mejillas del niño se tiñeron de un rojo furioso.

No entendía qué tenía esa mujer, que le provocaba tantas cosas extrañas que no conocía, porque nunca las había sentido.

En ese momento, ella pegó un grito ahogado al ver que las vendas del niño no estaban limpias. Sólo estaban revueltas.

—Por la madre Luna, ¿No te cambiaron las vendas? ¿Qué clase de padres tienes?— de inmediato corrió a su lado, llevándolo al agua para lavar las vendas y limpiar un poco sus heridas. Aunque milagrosamente, no se veían infectadas, en cambio parecía que estaban a punto de sanar.

—¿Cuál es tu nombre, cachorro? El mío es Taeyong — se paró he hizo una elegante reverencia.

S-Seo…— nunca había pronunciado su nombre, no recordaba cómo hacerlo en palabras humanas.

—¿Seo? — Taeyong lo vio extrañada —¡¿No sabes hablar aún?! — preguntó aterrorizada.

SeokJin negó con la cabeza y Taeyong corrió a abrazarlo, no podía creer que un niño de su edad no hable todavía.

—Bien me dijeron que el clan de lobos eran unos salvajes, pero no sabía que los Lobos Silver también lo eran.

SeokJin se preguntó, cómo ella sabía que pertenecía a los Lobos Silver. Aunque quizás el haberlo visto en su estado animal, había ayudado un poco. Pues su pelaje era blanco puro y sus ojos de color plata intenso, razón por el cual su clan era llamado de ese modo.

Desde ese día, Taeyong se dedicó a enseñarle a hablar, a leer. Todo lo básico para que se desempeñara como un humano normal.

El tiempo pasó y SeokJin se hacía cada vez más grande, pero también lo hacía sus sentimientos por Taeyong. Ella prácticamente le enseñó todo lo relacionado a ser un humano, se habían convertido en mejores amigos.

Ahora él ya sabía que en realidad Taeyong no era una mujer aún, aunque para un niño, una muchacha de trece años, le parecía una mujer hecha y derecha. En realidad estaba en la transición de osezno a una osa adulta. Le contó que estaba esperando su presentación y que a diferencia de los lobos, ellos se presentaban a los catorce años.

Cuando ese momento llegó, SeokJin quedó aún más impactado, pues la belleza de Taeyong se había duplicado. Al igual que su aroma, aunque le pareció extraño que tenga tres fragancias.

—¿Por qué hueles así?— preguntó un pequeño SeokJin de tan sólo siete años.

—¿Será porque ahora soy una Omega?— estalló en carcajadas.

SeokJin la escuchó reír, le encantaba cuando hacía eso. Fruncía el seño y soltaba esa risa tan sonora. Quizás molesta para los demás, pero para SeokJin era un hermoso sonido.

—Pero mamá es Omega también y sólo tiene dos fragancias. Tú en cambio, hueles a Castañas, Chocolate y Bambú. Aunque tu olor a Castañas es muy leve.

Taeyong en ese momento lo vio sorprendida, casi nadie lograba percibir su olor a castañas. Era un pasado doloroso que quizás nunca la dejaría en paz.

—Vaya, SeokJinnie. Al parecer tu olfato es muy fino— suspiró derrotada, sentándose para abrazar sus rodillas.
 
—¿SeokJinnie te puso triste? Lo siento, lo siento — corrió a abrazar la espalda de Taeyong.

—Niño bonito, no. SeokJinnie no me pone triste nunca— ella lo subió a su regazo y lo abrazó. Así ambos, calmando a sus corazones el uno al otro.

Ese día Taeyong le contó el porqué de sus tres fragancias, aunque sabía que SeokJinnie era sólo un niño, podría entenderla. Porque durante el tiempo que lo conocía, ese pequeño niño se mostraba tan maduro. Aunque claro, habían ocasiones como ésta, en la que sonaba como un niño de su edad.

—¿Por eso hueles a castañas como yo?— preguntó una vez terminada la explicación.

—Así es, pequeño. Somos como, unos parientes muy muy muy muy lejanos.

—Y cuando te transformas, ¿Eres mitad oso y mitad lobo?

Taeyong soltó una carcajada al escuchar tal ocurrencia.

—Soy una osa en todo el sentido de la palabra — fingió indignación, poniendo una mano de forma delicada en su pecho —, ser una persona híbrida, no significa que tendré orejas de oso y patas de lobo— volvió a soltar otra carcajada y SeokJin se sintió más perdido.

Entendía que un híbrido era una mezcla de clanes, de razas. Pero supuso que también habían esos cambios a nivel físico. Por eso imaginó un oso con orejas de lobo, o algo por el estilo.

—Nuestro cambio es más a nivel de nuestras feromonas. Aunque quizás exista casos raros en los que se dé cambios físicos, más nunca los he visto  — explicó lo mejor que pudo, al ver la carita de desorientado que puso SeokJin.
 
—¿Por eso tienes tres fragancias?

Exactamente, aunque no entiendo cómo puedes sentir esa fragancia, ya que no soy una híbrida directa. Es decir, la persona híbrida en mi familia, fue mi tatarabuela y con el paso de las generaciones, si se mantiene sin seguir mezclándose. Ese olor se va desvaneciendo.


Después de ese día, sus vidas fueron más difíciles. Ya no podían verse tan seguido, cada quien tenía que cumplir con las exigencias de sus respectivas familias.

Hasta que SeokJin cumplió sus doce años y se presentó como Alfa.

—Ese es mi hijo, ahora debes marcar un Omega. Necesitas tener una para pasar tu celo— su padre le había ordenado.

SeokJin se negó, no se sentía preparado. Al crecer con los consejos de Taeyong y sus enseñanzas, se dio cuenta que los lobos eran realmente unas bestias. Sus reglas no eran aceptadas en el mundo humano. Por eso la mayoría de su clan, prefería pasar el resto de sus vidas en su forma lobuna.

En cambio, Taeyong le había enseñado lo bello de tener la parte humana, que demostrar afecto no era una debilidad.

Lo más importante, que si vas a marcar a tu Omega, debe ser por amor, ambos deben estar de acuerdo. No debe ser una imposición.

Toda vida es buena, si está basada en el amor.

 
—No quiero tomar a nadie. Soy un niño aún, eso no es digno…

 
Un puñetazo en su rostro lo hizo callar, lanzándolo al piso.

—¡Si te digo que te cojas a alguien, lo haces! Porque así somos los lobos. ¡Un Silver nunca demuestra debilidad!— lo volvió a golpear, una y otra vez mientras gruñía furioso por la desobediencia de su primogénito.

—¡Saca de tu mente las reglas humanas! ¡No te hemos enseñado eso! ¡Eres un hombre ahora, sino, no tendrías tu celo! ¡Alfa estúpido!

 
Esa noche, mientras su madre sólo lloraba, su padre por poco lo mata a golpes.  


Después de dos días, despertó en una habitación que no era la suya. Con una Omega desnuda en su cama y él en las mismas condiciones.

Al parecer, su padre lo había encerrado en una habitación con esa Omega que no conocía, para pasar su primer calor y que cumpla su rol de Alfa.
 
Lleno de pánico le revisó el cuello, para sentir alivio al no ver una marca de unión. Al parecer, pese a que no recordaba absolutamente nada, pudo controlar a su lobo y no cometer un terrible error del que se hubiera arrepentido toda la vida.

Afortunadamente ya no sentía más el dolor ni el calor insoportable.

Ese día juró dejar a su familia, no sería mandado por nadie más. Nunca lo volverían a obligar a hacer algo que no quería.

Antes de escapar de casa, fue a visitar a Taeyong. Más no tenía cara para decirle que su primer calor lo pasó con otra persona, porque en el fondo él quería pasarlo con Taeyong.

—Woo, vaya. Se nota que no nos vemos hace mucho tiempo — la dulce voz de Taeyong lo sacó de sus pensamientos.

—¡Estas más alto que yo! — estiró su mano por arriba de su cabeza y soltó a carcajear.

SeokJin se limitó a una diminuta sonrisa, sabía que extrañaría mucho a esa mujer loca.

—También veo que te has presentado, ya sabía que serías un Alfa increíble — le sonrió de oreja a oreja y SeokJin sólo desvío la mirada, con las orejas levemente rojas.

—No me digas que te apena~— molestó una vez más, golpeándolo en el brazo.
 
—¿Dónde está mi SeokJinnie? Devuélvanmelo~ — lloriqueó fingidamente. Pero nada hacia que el Alfa hable, parecía ese pequeño niño sin emociones otra vez.

—Me asustas, dime algo por favor. —Taeyong lo abrazó por la espalda, sintiendo cómo los músculos del contrario se ponían tensos.

—T-tengo algo que decirte— se animó a responder al fin.

—Ya era hora, me tenías agobiada. Creí que te quedaste mudo— bromeó, soltando a su prisionero para que tenga más comodidad de hablar.

SeokJin buscó el valor y soltó lo que su corazón había estado guardando durante años.

—¡Te amo. ¿Me harías el honor de ser mi Omega?!—  pidió haciendo una exagerada reverencia, casi tropezando con sus palabras, por la velocidad a la que las pronunció.

 
Taeyong quedó atónita, no podía creer que su ya no tan pequeño SeokJinnie, se estuviera declarando. Y no una simple declaración de amor, ¡Una propuesta! Ella entendió perfectamente que se refería a que se deje marcar por él, para ser su Omega de por vida.

S-seokJinnie— no sabía qué palabras usar, cómo explicarle que ella no lo amaba en ese sentido, sin dañarlo en el proceso.

SeokJin seguía inclinado, haciendo la reverencia, mostrando vulnerabilidad; algo que su padre le había dicho que nunca debía hacer. Porque un Alfa Silver, era sinónimo de poder, no tenía que mostrar debilidad en ningún momento.

—Levanta la cabeza, SeokJinnie — lo tomó del mentón con gentileza, para que levante el rostro.

 
SeokJin estaba muy nervioso y ansioso al mismo tiempo.

—Pequeño SeokJinnie — el nombrado arrugó las cejas en desacuerdo — no te enojes, para mi siempre serás el pequeño SeokJinnie que quiero tanto — lo abrazó, orando porque su elección de palabras no sea un error.

El corazón de SeokJin se aceleró, respondió el abrazo y hundió su nariz en la suave cabellera de Taeyong. Calmando un poco sus nervios, gracias al aroma tan suave de la Omega.

Taeyong se separó del abrazo y se armó de valor para darle una última lección a ese cachorro de lobo, que claramente ya dejó de serlo.

 
—SeokJinnie, me alaga que creas que me amas, en el sentido de considerarme una pareja de por vida— comenzó explicando y SeokJin empezó a dudar, no era como él creía que ella respondería.

—Desde pequeño te enseñé a que conozcas y sepas diferenciar los sentimientos, cosa que lograste con un poco de esfuerzo. Pero ha llegado el momento de tu última lección, debes entender el sentimiento llamado “amor”— lo tomó de las manos y SeokJin comenzó a sentir miedo, sin saber el porqué.

—El amor es un sentimiento bastante amplio, no existe solamente el amor de pareja, también existe el amor filial, el amor a un amigo, el amor a la naturaleza. En fin, es un sentimiento muy grande— Taeyong al ver la cara de confusión y miedo en SeokJin, decidió resumir su respuesta.

—¿Por qué me amas?— preguntó tomando las manos de SeokJin con más fuerza.

—Porque eres tan amable conmigo, me has cuidado desde pequeño, me has enseñado todo lo que necesitaba para ser un buen ser humano. Soy lo que soy gracias a ti. Además eres tan valiente, alegre y sobretodo, nunca te rindes aunque parezca que todo está perdido — SeokJin respondió mirándola con los ojos ilusionados.

—Ahora, piensa en tu hermana mayor, en tu madre. Si ellas te hubieran dedicado esas atenciones, ¿sentirías lo mismo?

 
SeokJin quedó congelado, nunca lo había pensado. Trató de imaginar a su hermana mayor, cuidando sus heridas, a su madre, enseñándole a hablar y escribir.

El sentimiento se parecía.

—Y-yo, no…
 

—No respondas aún — Taeyong lo cortó, sabía que su cabeza de seguro era un lío en ese momento. Pero tenía que enseñarle.

—Ahora, que te gusten mis cualidades que mencionaste, no es amor. Eso se llama admiración, porque me vez como un ejemplo a seguir, quisieras tener esas cualidades ¿Verdad?

 
SeokJin bajó la mirada, no podía aceptarlo. Él sentía que era amor, aunque pensándolo bien, sí, la admiraba. Le era tan fácil expresar sus sentimientos, pero él no podía. Incluso ahora, con toda esa explicación, no quería aceptar que realmente no era el tipo de amor que creía.

 
—SeokJinnie, lo que tú sientes, es un amor filial por mi. No uno de pareja, y me siento muy feliz de que me tomes en cuenta como parte de tu manada. Pero yo no soy la persona más importante para ti— le acarició la mejilla, pidiendo que levante la mirada.

 
Taeyong se asombró que los ojos de SeokJin estaban llenos de lágrimas, nunca lo había visto llorar.

—¿Tú ya encontraste a tu persona importante? ¿Por eso me estás rechazando?— preguntó un muy dolido SeokJin, que sentía cómo su corazón se estrujaba.

—Sí, lo encontré. Pero no te estoy rechazando, pequeño SeokJinnie. Estoy dándote mi última lección. El amor es el sentimiento más complejo y no quisiera que por mi culpa, pierdas la oportunidad de encontrar a esa personita especial.

—Pero… yo te amo…

💲💲💲

Holas pixelitos de mi corazón!! 💜

Acá les traigo un nuevo capítulo, y es la parte 1 de una mini maratón que les tengo preparado, por haberles hecho esperar tanto 😏🫣

Espero les haya gustado

Tienen algunas teorías ahora?
Se resolvieron algunas dudas?
O quizás...
Tienen más dudas? Jejeje

Sólo esperen el siguiente capítulo y quizás esas preguntas tengan respuestas 7w7

Cuídense, las amito
Bye 💜

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