𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 ¿𝐸𝑠𝑐𝑜𝑔�...

Bởi Alexandraz258

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¿Alguna vez te has preguntado cómo los guardianes fueron elegidos?, si te dijera que son más que unos "espíri... Xem Thêm

Characters
¿𝐷𝑜𝑙𝑜𝑟?
𝑃𝑒𝑙𝑖𝑟𝑟𝑜𝑗𝑜
𝐶𝑎𝑙𝑖𝑑𝑒𝑧
𝐿𝑖𝑏𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑
𝐻𝑢𝑒𝑟𝑓𝑎𝑛𝑎
𝐺𝑒𝑚𝑒𝑙𝑜𝑠 𝐿𝑢𝑛𝑎𝑟𝑒𝑠
𝐷𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑖𝑎
𝐸𝑠𝑐𝑒𝑛𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 (𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝐼𝐴)
𝑁𝑜 𝒉𝑎𝑦 𝑙𝑢𝑧 𝑠𝑖𝑛 𝑜𝑠𝑐𝑢𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑
𝐷𝑒𝑠𝑒𝑜 𝑦 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛
𝑁𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒
Eres un regalo

𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑣𝑖𝑑𝑎𝑠

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Bởi Alexandraz258

Aquel hombre con ropas más oscuras como la noche mostraba una retorcida sonrisa, algo ocultaba detrás de ella, tal vez no muy buenas intenciones.

Poco a poco se acercaba al muchacho que lo miraba desconfiado.

—Tranquilo, no muerdo—se acercó más y más pero el ojiverde no podía sucumbir ante ese tipo de intimidación, así que rápidamente saco su espada que se cubrió totalmente de un fuego consumidor.

—Vamos muchacho, solo quiero hablar—levanto sus manos al aire en son de inocencia.

—¿Que quieres?—después de esas palabras el hombre se desvaneció tal como una sombra y de ella salia arena muy negra que empezaba a formar una figura familiar, femenina.

Sin darse cuenta bajo la guardia mirando aquella femenina figura, no importaba si estaba hecha de esa arena, podía reconocerla, era ella quien estaba en su mente, en sus recuerdos más profundos.

Una mujer de cabello largo, ropas vikingas, con una hacha en su mano, al intentar extender su mano hacia ella para tocarla está se desvaneció, al mismo tiempo una pequeña risa se escuchaba de fondo.

Volteo hacia todos lados pero no encontraba el lugar de dónde provenía la risa ni hacia donde se había ido aquel hombre, aquel guardián que no conocía bien pero ya le habían advertido sobre el.

Nuevamente una figura detrás de el se formaba, a sus espaldas, tan silencioso y tan escurridizo que no lo noto, aquel hombre se acercó a su oído para susurrarle muy suavemente.

—La pregunta aquí es ... ¿Que quieres tú?—esa pregunta, esa maldita pregunta rebusco en sus más profundos deseos, provocó escalofríos en todo su cuerpo y le dio pinchazos muy cerca de su corazón y una debilidad se sintió en sus piernas.

Una vida.

Aquel pensamiento, esa palabra en su mente respondía la pregunta de ese guardián.

Volteo rápidamente encontrándose de frente al hombre, era más alto que el pero podía encararlo fácilmente.

—¿Quién eres, por qué me buscas?— sabía exactamente quién era el, el primer escogido, el más sombrío de todos los guardianes, pero lo que no sabía era ¿Por qué alguien como el fue elegido?.

El otro solo chasqueo su lengua ligeramente.

—Todos me miran con tanta desconfianza, cuando solo quiero ayudarlos—chasqueo sus dedos provocando que la figura apareciera de nuevo, Hiccup volteo y no despegó su mirada de ella.

—Astrid Hofferson, ¿Te suena familiar?—en cuento dijo ese nombre, la imagen de ella se hacía más clara en su mente, más detallada y nuevas memorias aparecían, volvían a el.

No pudo resistir y cayó de rodillas si no fuera por qué alcanzo a detenerse con sus manos también se hubiera estampado de cara hacia el suelo.

El cuerpo le temblaba, sudaba frío, ese dolor, ese pinchazo que había tenido desde hace años, tan frecuente ahora era más fuerte que antes y ya no podía soportarlo.

—Se muy bien que sabes quién soy, pero yo también se quién eres y quién... Fuiste—remarcó la última palabra alargandola un poco.

El castaño abrió sus ojos a como sus párpados le permitieron, rápidamente volteo aún tirado en el suelo apretando su pecho donde se ubicaba su corazón.

Pero el oscuro sujeto se agachó apoyándose en una de sus rodillas y extendiendo su mano hacia Hiccup.

—¿Te gustaría saber quién fuiste?—le sonrió mientras agitaba ligeramente su mano tentandolo a qué el también la ofreciera.

Nervioso a más no poder —S...soy el espíritu guardián del mundo oculto— contesto tratando de mantenerse firme a esa idea.

Decepcionado de su respuesta, bajo su mano, acercó su rostro a el observando su miedo, casi podía olerlo—¿Estás seguro?—lo volvió a tentar.

Volvió a extender su mano pero Hiccup solo apretó su mano contra el pecho que le dolía, la cabeza le daba vueltas.

—Solo déjame en paz— trataba de calmarse mirando el suelo respirando profundamente.

El hombre hizo una mueca de disgusto mientras se levantaba, caminando alrededor del débil guardián.

—Veo que Zolarium es buena lavando las mentes de sus guardianes— jugaba con la arena entre sus dedos.

Sin embargo no obtuvo respuesta por el ojiverde que aún sentía ese horrible temblor en las piernas impidiendo levantarse.

—Se que la hija de ella te advirtió de mi, sin embargo creo que deberías cuidarte más de la luz envidiosa que emanan esas dos— volvió a agacharse mientras acercaba su mano para levantar del mentón de Hiccup.

Un horror en los ojos de Hiccup se manifestaba, su corazón latía tan rápido que podía jurar que se saldría de su pecho.

—Es hora de la verdad, pequeño guardián— sonrió mientras una arena más oscura que la noche los envolvió a ambos apagando el fuego de la espada de Hiccup.

No podía ver nada, aún seguía en el suelo, podía sentirlo y cerro sus ojos con fuerza.

—Dejame ir a casa— imploro, quería irse de ese lugar, arrepentido de haber seguido esa arena, debió quedarse con ___.

—Hecho—.

De repente sentía un pasto verdes y frasco bajo sus manos, su respiración volvía a la normalidad. Levanto su mirada notando estar en la entrada de un bosque y este no era su bosque, había algo que lo inquietaba.

Aquel guardián ya no estaba, trato de levantarse pero aún le temblaban las piernas hasta que escucho una voz que le puso los pelos de punta.

—Vamos debilucho, tu padre te está buscando— una voz femenina se escuchaba detrás de el.

Al voltear logro verla finalmente, sabía que era alguien importante y todos los recuerdos que compartían juntos volvieron en un chasquido.

Con todas las fuerzas que tenía se levantó para correr hacia ella tratando de no romper en llanto mientras la abrazaba sin querer soltarla nunca.

—Astrid, Astrid, no sabes cómo te extrañe— trataba de no soltar lágrimas pero era imposible.

Finalmente logro recordarla, era ella, no cabía duda.

La chica que le gustó desde que era tan joven estaba ahí en sus brazos, su mejor amiga y a la mujer que amo tanto durante esos maravillosos años.

La rubia confundida correspondió el abrazo de Hiccup mientras se reía nerviosamente.

—Eres un llorón— se separó mientras le daba un beso en la mejilla suavemente tomándolo de la mano.

Cuando ambos caminaban se sintió extraño, sentía que estaba en su hogar nuevamente, aún no recordaba mucho de el. Se detuvo un momento analizando la información mientras la ojiazul lo miro nuevamente confundida.

—¿Que sucede?—.

El la miro a los ojos, algo no estaba bien, esto no se sentía real, ese beso no fue cálido ni esa sonrisa suya era sincera.

Era falso.

—¡Deja de jugar conmigo!— grito mirando a todos lados buscando a Pitch totalmente furioso.

—Hiccup, ¿Que tienes?—  lo miro angustiada.

Pero el había notado un detalle, un simple detalle fue clave para descubrir la mentira de Pitch.

—No eres real, tu no eres ella, Astrid siempre me golpeaba el hombro en sus bromas—.

En ese momento esa chica se desvaneció pero lo demás se quedó intacto.

—Eres muy listo— un eco sonó por todo el lugar pero no había nadie alrededor.

—Te dije que me dejaras en paz— de su mano emanaba fuego mientras apretaba su entrecejo con tanto coraje que le dolería la cabeza.

El hombre se manifestó frente a el sin decirle nada más, Hiccup no le dio oportunidad cuando le lanzaba fuego para atacarlo pero fue esquivado con éxito.

Aquel fuego aterrizó en un árbol que se empezaba a consumir bajo las ardientes llamas.

—Es la última oportunidad Pitch, sácame de aquí y aléjate de mí— su fuego se volvió más grande.

La paciencia se le agotaba con cada segundo que pasaba y fue aniquilada al notar una sonrisa burlona en ese pálido rostro.

Con un grito ensordecedor que se mutaba al rugido de un dragón, el fuego se extendió quemando todo el bosque hasta alcanzar a Pitch que se protegió con su propia arena de el.

Al notar como el guardián se empezaba a transformar en su forma de dragón, el hombre analizo cuidadosamente las emociones que Hiccup demostraba en su rostro, eran perfectas para el.

La ira.

Era la mejor herramienta y era una de las que necesitaba para llevar a cabo su plan.

Ese bosque se convertia poco a poco en un ambiente totalmente diferente, un atardecer siendo opacado por incontables nubes, el interminable mar debajo de un risco.

Hiccup miro el lugar deteniéndose, ignoro su enojo por un momento mientras caminaba a la orilla de ese risco.

¿Por qué lo llevaba ahí?, ¿Cuál era su objetivo?, ¿No se cansaba de jugar con su mente?.

Dirigió su mirada hacia abajo notando la gran altura y el corazón nuevamente se descontroló, sintió cada latido más fuerte que el anterior en su pecho, el aire le faltaba de repente, se estaba sofocando nuevamente.

Se estremeció mientras se arrodillaba en ese risco.

—No, no, otra vez— la sensación de hace poco volvía, era horrible, ya no podía soportarlo más.

—Puedo mostrarte—.

Pitch se desvaneció como sombra materializandose de nuevo a las espaldas de Hiccup, se acercó y tapo sus ojos con su fría mano.



Hiccup no sabía que estaba sucediendo pero se encontraba colgando de un furia luminosa, sintió en sus pies que algo colgaba y al bajar la mirada un hombre con canas se le sujetaba con una mirada llena de odio.

No tenía control sobre su cuerpo, simplemente parecía que estaba actuando por si mismo, esa criatura tenía un artefacto que sin dudar le quitó. Las pupilas del animal se dilataron mientras observaba a Hiccup.

—Salvalo—.

Fue lo único que dijo para soltarse del dragón que rápidamente voló hacia un furia nocturna que inconciente hacia el vacío. El blanco dragón alcanzaba al otro para ambos caer encima del risco, en tierra firme.

En ese momento absolutamente todos los recuerdos volvían, toda su vida paso frente a sus ojos mientras sentía las manos de aquel hombres rompiendo su armadura pero no reaccionó, simplemente sonrió.

—Chimuelo...—.

Cerro sus ojos en total calma mientras la imagen de su padre Estoico llegaba a su mente, diciéndole una de las cosas más importantes que le había enseñado antes de morir.

—Un jefe protege a los suyos—.

Todo volvia a la oscuridad.

Ese risco ya no estaba, ni chimuelo, ni aquel hombre, todo regresaba a la "normalidad".

Pitch observaba desde atrás a Hiccup tratando de adivinar su próximo movimiento.

El guardián recuperaba la respiración finalmente y se permitía levantarse mientras miraba el atardecer, reconocía el lugar, su lugar de muerte.

—Se lo que se siente Hiccup, yo también tuve una familia a la que perdí y fui elegido como tú, nosotros no pedimos esto pero es momento de reclamar nuestras vidas— extendió su mano hacia el.

Hiccup volteaba hacia el mirando esa pálida mano que Pitch le ofrecía, el lugar volvía a como era antes, el risco ahora era esa cueva oscura otra vez.

—Unete a mí, solo ofrezco mi amistad una vez— sonrió orgulloso.

Contra todo pronóstico, el castaño tomo su forma de dragón mientras le rugía para salir volando del lugar alejándose cada vez más, Pitch lo miro totalmente decepcionado mientras recogía un cabello del suelo, rojo como un atardecer.

—Tu lo pediste—.

Su arena creo otra figura femenina de cabello largo, con un largo vestido y un arco entre sus manos, ahora tenía un nuevo objetivo.

Si Zolarium le había quitado todo a el, el le quitaría todo a Zolarium y a sus ciegos guardianes.


𓆝 𓆟 𓆞 𓆟 𓆝 𓆟 𓆞 𓆟 𓆝 𓆟 𓆞 𓆟 𓆝 𓆟 𓆞 𓆟





Chicos!!!! Ya volví a actualizar está hermosa historia finalmente, como les dije, voy a terminar todas mis historias antes de entrar a la universidad así que habrá actualización más seguido, perdonen si hay faltas de ortografia es que recien salio del horno por asi decirlo. Muchas gracias por esperar y leer.

Los amo!!!! 💗

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