Sonic leia nuevamente la carta que le habían entregado sus amigos, se le hacia absurdo que le avisara de esa forma, pero ya se había estado aburriendo un poco, si era sincero.
Nuevamente vio a sus compañeros, Tails y Knuckles. Les sonrió. El tramo sería largo, pero con sus habilidades y la aventura llamandolos, todo sería sencillo.
Era rutina, destruir los robots de Eggman y detener sus planes.
Sí, nada podría sorprenderlo.
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Rouge veía detenidamente al erizo frente a ella. Cada púa, veta, pelaje. Cada detalle que pudiera darle un indicio.
Un indicio de que fuera el Shadow real y no un androide. Había estado hablando un poco con él, era más serio que cuando lo había conocido, su sentido del humor estaba muerto, pero estaba en blanco, no tenia algún recuerdo que pudiera ayudarle en confiar del todo.
Vio sus muñecas, los anillos no estaban y era obvio, Sonic llevaba consigo uno y, según datos de G.U.N, el otro se había perdido.
Debian de tener cuidado...
—¿Rouge? Te estas quedando atrás.— Pestañeo y rápidamente regreso a lado del erizo y del robot con una sonrisa.
Eso era algo que no la hacía caer en sí, probablemente Shadow no se había dado cuenta, pero estaba diciendo su nombre como si fuera por inercia.
Memoria.
Habían pasado mucho tiempo juntos antes del Eclipse Cannon, de hecho... Vivían en el departamento de Maria debido a su pasada situación.
Ahora que lo pensaba...
¿Cómo le explicaría todo eso a su Directora?
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—¡Extraño a Sonic!— Se agitó un poco en su asiento.
—Vamos, Señorita Amy.— Animaba Cream a su lado, tomando de su mano.
—¡Chao!—
La eriza formó un puchero. Sonic la había estado evitando, no sabia si intencional, pero era palpable que el erizo había estado muy distraído y habia estado queriendo despejar su mente.
Sobre todo por su continuo interés en la chica humana de G.U.N de Westopolis. Los primero días después de lo sucedido en el espacio había estado muy interesado en encontrar a la rubia.
No sabia porque, pero era molesto cuando no despegaba su oreja del teléfono o veía fijamente el aparato. También el como veía aquella mini tablet que siempre cargaba de aquí para haya.
Y ni hablar de su incistencia en usar aquel anillo dorado. Ella decía que era mejor usar dos y le había ofrecido uno de los suyos, harían juego, después de todo tenia más, pero el se había negado varias veces.
—¡Quiero buscarlo!— Se levantó decidida y eso asusto un poco a Cream—. Voy a buscarlo.