imagina: aunque supieras lo que el destino preparaba para eren, aún así te duele saberlo todo.
nota: ay amigas, hace mucho que no actualizo por aquí, es que ya necesito darle un o.s a estas escenas. me inventé cosas, aceptenlas todas aunque sean incoherentes está lindo la verdad 👏🏽
...
(n) sabía exactamente el plan de eren. Desde el pie de la letra. Lo ha sabido hace mucho tiempo, desde que él le comentó ya que ella insistió e insistió. Lo conocía, sabía que le estaba ocultando algo, por esa misma razón lo molestó hasta que él lo confesó. Realmente eren no quería decirle nada, quería que fuera lo mismo que con los demás, igual que con armin y mikasa, a quienes les soltó veneno del más hiriente. Él haría eso mismo con ella, pero (n) se adelantó antes de que pudiera decirle siquiera algo como a mikasa. No, (n) sabía que sería muchísimo peor.
La prisión en donde ella y sus amigos se encontraban empezó a sacudirse, algo grande estaba pasando arriba, pero (n) estaba sumergida en su mundo, ni siquiera le estaba prestando atención a lo que Yelena o los demás hablaban. Ella solo estaba en su cabeza, mirando sus dedos jugar entre sí, sentada alejada de todos.
Mikasa se acercó a ella y la jaló del brazo para salir juntas de la prisión y ver lo que estaba ocurriendo. (n) se sorprendió, no lo esperaba, pero terminó levantándose de su asiento y caminar junto a Mikasa, quien todavía la tomaba del brazo. De alguna forma la estaba cuidando para que ningún escombro le cayera mientras salían de ahí.
—(n).
—¿Mmm?
—Eres la única que estuvo junto a Eren cuando huyó de nosotros en Marley, eres la única que conoce lo que hará, así que es momento de que nos digas qué trama. —Mikasa la miró directamente a los ojos, pero ni con eso, (n) se inmutó. No iba a decir nada del plan de Eren, prometió que mantendría su boca cerrada, aún sí la golpean o cualquier otra cosa, ella guardaría el secreto: todo lo que Eren estuvo planeando por meses.
—Lo siento, aunque estuviera con Eren, nunca llegó a comentarme nada.
—¡Mientes!
—¡No lo hago, Mikasa!
La de cabello azabache frunció el ceño hacia abajo, claramente enojada. Sin embargo, (n) seguía sin inmutarse, aunque quería confesar todo lo que se vendría prontamente, salvar a su novio y que todo esto acabe, no podía, se lo prometió a eren. Cuando Eren le dijo que él moriría a manos de Mikasa, (n) no supo que decir. Procesaba la noticia, algo difícil de digerir, sobre todo porque eren había agregado que no había nada que hacer, él debía morir porque ese era su destino.
(n) se estaba tragando todo su dolor, lo ha hecho hace tiempo, quería ir y salvarlo, detener está locura de plan, huir juntos en donde nadie los encuentre y que todo se vaya al carajo, pero muy en el fondo, le preocupa lo que pasaría con sus amigos si Marley decidía atacar nuevamente la isla. Todos en Paradise morirían.
Y aunque, en primer lugar fue egoísta por preferir escapar con él, ser felices y abandonar a su pueblo y amigos, prefirió seguir el plan al pie de la letra porque también quería que toda la guerra entre ambas naciones finalizara.
—(n), necesitamos saber qué planea Eren. —repitió el rubio, sonando un tanto desesperado.
—Que no lo sé. —dijo nuevamente. —Si quieren saberlo, vayan con Floch, él es quien sabe todo lo que necesitan. —Soltó su brazo del agarre de Mikasa y caminó lejos de ellos. Las lágrimas que había estado conteniendo por fin salieron y siguió su camino sin mirar hacia atrás. Se apartaría de todo el caos, se iría lejos, no iba a detener a eren, no había forma, su destino ya estaba sellado y ella no iba a interferir en ello. Se repetía en su cabeza: esto es lo que él quería.
...
—No llores. —Le pidió el castaño. —Te lo dije una vez, sé que serás fuerte ante esto.
—Eren no me puedes pedir.. —gimoteó. —No me puedes pedir no llorar cuando sé que te irás de mi lado... para siempre. —su llanto empeoró al imaginar eso último.
—Ven aquí. —le pidió acercarse a su lado, ella le hizo caso. Extendió aus brazos y la envolvió con ellos. La dejó llorar en su hombro mientras ambos se aferraban fuertemente al otro, más que todo, ella, quien casi no podía respirar bien por todo el llanto. —(n), estaré contigo a donde sea que vayas. —le murmuró.
—¿Qué hay de casarnos y estar juntos para siempre, qué hay de tener hijos y... y ser felices juntos? —jadeó.
—Tu tendrás todo eso. Te casarás. —Tragó saliva. —Tendrás hijos y serás feliz.. pero no conmigo. —se apartó ligeramente sin romper el abrazo. Colocó sus manos en sus mejillas mientras ella tenía sus brazos alrededor de su cintura. Eren limpió sus lágrimas, mirándola a los ojos. Sus bonitas pestañas empapadas y su cara está hinchada y algo roja. Aún llorando, (n) era la chica más linda que ha visto en su existencia, y la amaba, realmente lo hacía, por eso mismo llevaría a cabo su plan. Así ella viviría una larga vida feliz y tranquila, igual que sus queridos amigos.
—Entonces realmente no seré feliz.. no sin ti, Eren. ¿Lo entiendes? —tenía un puchero en sus labios. Eren pasó su dedo pulgar por el puchero, mirándola a los ojos mientras lo hacía.
—Lo siento, no hay otra alternativa.
Y ella lloró devastada, escondiendo su rostro en el hombro de él.
Por más que buscará alguna otra solución en su cabeza, esta estaba en blanco y le estaba empezando a doler de a poco. Le frustraba todo esto. Todo con Paradise y Marley, los titanes, todo lo que ha tenido que vivir. Absolutamente todo le estaba frustrando. Estar con Eren era la única forma de encontrar paz, pero por alguna razón, estar abrazada junto a él solo le dolía, no hallaba esa paz que tanto le causaba.
Eren solo se dispuso a mantenerse en silencio mientras acariciaba su cabeza, pensando en que hacer para qué (n) dejara de llorar, ya que no le gustaba para nada verla en tal estado: devastada y dolida por la noticia de su muerte y por todo lo que haría dentro de unos meses. Y Eren realmente no quería nada de esto. Por supuesto que él quería seguir viviendo con (n), cumplir todo lo que ella mencionó, tener una vida tranquila a su lado como siempre soñó, pero mientras Marley tenga planes de destruir Paradise y toda su gente, incluído sus más grandes amigos, él no podía quedarse de manos cruzadas cuando estaba en su destino terminar la guerra entre estos dos.
...
Apartada de todos y todo, (n) se encontraba cerca de la granja de los Reiss, donde Historia residía. Sin embargo, no se acercó a su casa porque preferiría pasar estos momentos a solas, acostada en el cesped mientras desconectaba su mente de los acontecimientos que ocurrían en ese instante, el posible desastre del retumbar y la eminente muerte de Eren.
Sinceramente no quería estar presente cuando Mikasa lo asesine. Igual que a todos, también le dolería, y aunque supuestamente estaba preparada, sabía que se rompería si llegara a verlo sin vida.
La sombra de las nubes cubrió su cuerpo y cerró sus ojos. Estaba cansada, hacia días que no podía dormir bien, solo media hora y luego tenía que volver a la realidad. Por eso, cuando sus ojos se cerraron, ella se quedó profundamente dormida en la hierba, con el caos alejado y la brisa fresca pegando a su cuerpo. Pasó tantos meses desde la última vez que pudo dormir tranquilamente.
—(n). —escuchó la voz de eren e inmediatamente abrió sus ojos. Exaltada, tomó asiento rápidamente y justo frente a ella estaba él arrodillado.
(n) observó a su alrededor. Estaba en otro lugar, con arena y frente al mar. La brisa fresca y salada les estaba pegando y moviendo sus cabellos, y el sonido de las olas golpeando la orilla era agradable de escuchar.
Sabía que solo era un sueño, uno muy agradable puesto a que su adorado hombre estaba con ella. Su cabello estaba corto y parecía más relajado que los últimos meses, ya no tenía las ojeras tan marcadas y en sus ojos no había más dolor, ni desesperación.
—Eren.. —murmuró. Lágrimas salieron de sus ojos y se abalanzó hacia él, abrazándolo fuertemente mientras sonreía y lloraba a la vez. Eran lágrimas de felicidad y, quizá, un poco de dolor y preocupación. —Oh dios, Eren, estás aquí.
—Lo estoy.
Eren también la estaba abrazando con fuerza, no tenía ganas de soltarla. Respiró su aroma y, con ello, solo puedo abrazarla un poco más.
—Esto es un sueño, ¿cierto? —preguntó, conciente de la respuesta. Él asintió tenuemente. —¿Eres producto de mi sueño?
—No. Estoy aquí.
—Supongo que es una última despedida. —jadeó llena de dolor. —Lamento no poder hacer nada.
—No hay nada que hacer, (n). Ya todo lo hecho esta, el retumbar ya inició y no hay vuelta atrás. —le comentó, tomando por sorpresa a la mujer, quien suponía que todo estaba ocurriendo mientras ella estaba aquí junto a él, en un abrazo que no quería dejar.
—¿Entonces pronto será tu muerte? —Él asintió. —Y me dejarás para siempre.
Eren tragó saliva con dificultad, tenía un nudo en la garganta y aunque quería llorar, se estaba conteniendo de hacerlo.
—Lo entiendo, solo me deprime mucho ser la última vez que te veré con vida. —suspiró con amargura.
(n) tenía este nudo en la garganta que no la dejaba casi hablar y el castaño lo notó. Notó la enorme tristeza que la estaba consumiendo, y con ganas de quitársela porque la quería como a nadie, la apartó sutilmente de su lado mientras se ponía de pie junto con ella.
—Ven. —Tomó su mano y la llevo cerca del mar. —¿No es lindo? —Le preguntó respecto al paisaje que estaban observando.
(n) lo volteó a ver. Detallo su hermoso perfil por última vez y sonrió totalmente enamorada de él. Asintió ligeramente con su cabeza—. Es muy hermoso.
La muchacha regresó su mirada al mar, viendo como el agua mojaba sus zapatos y parte de su falda larga. Rió suavemente por la sensación y el hecho de que la ola la arrastró un poco. Eren la miró fascinado, completamente enamorado de ella. El brillo en sus ojos verdes estaban ahí, esa adoración y amor que le tenía también. Amaba tanto a esta mujer que haría cualquier cosa por ella, incluso pasar sus ultimos momentos a su lado aunque fuera por medio de un sueño en el que los dos estaban conectados.
(n) se soltó del agarre de Eren y empezó a correr lejos de él, tomándolo por sorpresa.
—Seguramente no me alcanzas.
Eren, después de tanto, sonrió, disponiéndose a perseguir a (n) por la orilla con las olas en una vaivén de adelante hacia atrás. Jugueteando con ella como unos niños inocentes que no han experimentado el caos y la perdida los últimos años. Corrían de aquí, allá, yendo hacia las olas cuando estás se alejaban y regresando a la orilla cuando estás se acercaban a ellos. Parte de su ropa estaba mojada, pero era lo de menos. Estaban felices.
Se tomaron de las manos y giraron, la alegría saliendo a montón. Se miraron a los ojos y se dijeron "te amo" a través de ellos. Ambos cayeron en el mar, mojandose por completo, pero riendo como infantes de algo realmente divertido, y esto lo era.
Las olas golpearon sus cuerpos y ellos solo se dispusieron a sonreír. Ella se acercó un poco más a él, colocando sus manos mojadas sobre sus mejillas que empezaban a calentarse y colocarse rojas. Eren la tomó por sus muñecas, pasando sus pulgares por su piel. Se acercaron un poco más, sus labios y respiraciones rozándose. Sus ojos se encontraban de vez en cuando y esta tensión entre ellos crecía.
Eren terminó por besarla, disfrutando del beso algo salado por el agua. Sus manos se dirigieron a la cintura de ella, acercándola un poco más a él porque no era suficiente. Sus respiraciones comenzaron a volverse agitadas, y tuvieron que separarse un mínimo momento solo para tomar algo de aire y continuar con el beso.
—Te amo. —dijo él durante el beso, causando que ella sonriera.
—También te amo.
El beso entre ambos terminó y (n) apoyó su frente contra la de Eren, volviendo a mirarse a los ojos, aunque ella notando en su rostro las marcas que este tenía. Pasó sus dedos por estas, dándose cuenta de lo que estaba pasando.
—No te atrevas a despedirte. —jadeó, sus lagrimas corriendo otra vez por sus mejillas. Eren las limpió y acercó sus labios a sus ojos para besarlos y hacer que las lágrimas dejaran de seguir, pero no funcionó.
—Lo siento, cariño.
Ella lo abrazó. No quería que esto acabara, no quería decirle adiós para siempre, simplemente quería estar con él toda la eternidad en este lugar siendo felices. Por supuesto, para este punto era algo difícil, pero (n) lo quería tanto de esa forma.
—Adiós, (n). Por favor, cuídate.
—Eren.. —musitó como pudo, ya que era imposible con el nudo en su garganta. —No olvides jamás.. —tragó saliva y continuó. —que te ame como nunca había amado a alguien.
Y con eso dicho, Eren sonrió por última vez.