Cuidando de
Bien, en este one shot me saldré un poco de lo cotidiano y a lo que estamos acostumbrados, tanto ustedes a leer como yo a escribir, estoy poniendo una dosis medianamente adecuada de Levihan aunque este capítulo no se centra por completo en ellos.
Sin más que agregar, los dejo con la lectura.
¡Nos leemos al final!
Corría lo más rápido que mis piernas me lo permitieron, los demás soldados me observaban correr desde la lejanía y automáticamente se quitaban del camino, haciéndose a un costado.
Nunca había hablado con ninguno de ellos pero era obvio que sabían quien era.
Un par de gotas de sudor recorrieron mi frente debido a que intentaba mantener mi ritmo para de una vez por todas poder llegar donde sabía que podían llegar a necesitarme.
La legión de reconocimiento nunca me había parecido tan grande como en este momento.
Algunos minutos más tarde me encontré finalmente con la líder de escuadrón, ella me miró con expresión preocupada, seguramente me veía terrible.
—Mikasa, ¿te encuentras bien? —preguntó mientras yo intentaba recuperar el aliento.
Parece que todos esos ejercicios de respiración que nos habían enseñado hace algún tiempo simplemente abandonaron mi cabeza en el momento en el que más los necesitaba.
Apoyando mis manos sobre mis rodillas y sintiendo un ardor bastante particular dentro de mi cuerpo cada vez que respiraba fue que finalmente pregunté.
—¿Dónde está?, por favor dígame ¿dónde está?—le pregunté dedicándole una mirada llena de preocupación.
Me sonrió ligeramente.
—Está en la enfermería, esperamos que no sea nada grave, pero aún hace falta que despierte.
Asentí, no sabía muy bien bajo que circunstancias había sucedido simplemente escuché a algunos de los imbeciles con los que estaba limpiando el establo murmurar algo acerca del accidente que había tenido el chico.
De principio únicamente se referían a aquella persona como "el chico", hasta que finalmente parecieron notar mi presencia y los murmullos se intensificaron, ahora eran más rápidos y se entendían mucho menos por lo que intenté sacar lo que fuera de información relevante.
Y no fue hasta que hicieron mención de un par de palabras clave que me di cuenta de quien hablaban.
—chico bajito....
—detrás de la líder de escuadrón
¿Acaso hablaban de...?
—rubio
No, no, no.
—amigo de ella —al escuchar aquello me quedé pasmada en mi lugar.
¿Armin?.... ¿Le había sucedido algo a Armin?
La escoba que descansaba entre mis manos se deslizó hasta llegar al suelo, para entonces ya me encontraba corriendo rumbo a la enfermería, ni siquiera había terminado de escuchar todo lo que el par continuó diciendo.
—¿Dónde está? —pregunté de nuevo, aún sintiendo ese ardor en el pecho.
Ella me indicó con un gesto de mano que la siguiera, me incorpore e hice lo que indirectamente me ordeno.
Caminamos a través de la enfermería, a juzgar por la expresión de la líder de escuadrón seguramente ella iba de salida, así que le agradecí mudamente el que me llevara personalmente donde se encontraba mi amigo.
—Es aquí — dijo en voz baja.
Asentí y antes de abrir la cortinilla que separaba esa área del resto fue que volvió a mencionar ella aún en un tono demasiado bajo para la persona que se trataba.
—Solo... intenta hacerle compañía, esperemos que todo salga bien, las enfermeras estarán pendientes de su evolución — la observe con duda, ella asintió lentamente y después pasó detrás de mi mientras colocaba su mano en mi hombro presionándolo ligeramente.
Aquella acción suya me hizo pensar en muchas cosas, unas más terribles que otras, pero intenté tranquilizarme antes de finalmente reunir el coraje necesario para poder ingresar.
Tomé una larga respiración por la boca y lentamente dejé escapar el aire por la nariz.
Y sin más ingrese.
Se encontraba recostado, se notaba pálido pero más que eso, la sombra de lo que próximamente sería un golpe bastante doloroso sobre su rostro se hacía notar más que su color de piel.
Sentí ganas de llorar.
Eso seguramente le dolería cuando despertara, solté una risa ligera al pensar que se la pasaría adolorido e intentando encubrir el dolor que le causaría para evitar preocuparnos, a Eren y a mi.
Y fue extraño, ya que bajo ninguna circunstancia solía tener ese tipo de reacción, ¿reír?, ¿en un momento como éste?
Me odie por un instante, pensando en lo estúpido que había sido, pero luego sacudí mi cabeza para alejar ese pensamiento negativo, a Armin no le gustaría eso.
La mitad de su rostro, desde su frente hacia el lado derecho de su cara estaba tan enrojecido que parecía que en cualquier momento comenzaría a sangrar, o tal vez el sangrado ya había sido detenido, no estaba segura de que había sucedido antes de que yo llegara pero aquel golpe no se veía como un golpe cualquiera, era como si hubiese sido arrastrado sobre un camino de piedras y tierra.
Eso no estaba bien.
Armin era una persona encantadora y amable.
Él no merecía estar aquí, en el estado en el que se encontraba.
Mis labios temblaron, por lo que tomé una respiración profunda mientras cerraba mis ojos, la imagen de Armin sobre la cama me esperaba una vez la oscuridad se hizo presente detrás de mis párpados.
Me obligue a abrir los ojos de nuevo, esto no estaba sucediendo, no, no.
¿Qué le pasó?, pregunté a la nada.
Mire el resto de su cuerpo, no parecía haber nada más que aquel golpe en su rostro, y algunas marcas similares en su brazo y mano derechas pero aquel golpe a la vista era demasiado.
Me acerqué un poco más a la camilla, sus labios tenían un corte, una línea gruesa que atravesaba ambos labios hasta la barbilla, la sangre continuaba brotando de la herida.
Tomé su mano entre las mías, su cuerpo estaba templado, sentía el calor de su mano entre las mías.
¿Qué hago?, ¿Qué hago?
¿Qué le pasó?, volví a preguntarme.
—Su equipo tridimensional falló.
Me giré lo más rápido que pude, no esperando esa respuesta no pude reaccionar mas que optando en tomar una posición de pelea.
Creo que por un instante me había olvidado que ella me había traído hasta aquí.
Al observar a la líder de escuadrón a un par de pasos de distancia de mi fue que comprendí que había hecho aquella pregunta en voz alta.
Olvide la pose y me acerqué a ella.
—¿Cómo que falló? —pregunté.
Ella se aclaró la garganta, su pose relajada me instó a tratar de imitarla, después de todo, dudaba que ella tuviera algo que ver con esto.
—Hasta el momento esa es la única información que tenemos, bueno eso y que intentó hacer un último esfuerzo enganchándose a un árbol cercano, pero su equipo no resistió lo suficiente y al tratar de balancearse...— hizo una pausa para observarme directamente a los ojos—. Se rompió.
—¿Se rompió?, ¿el cable se rompió? —le grite mientras la sostenía por los hombros.
Eso solo sucedió un par de veces ya que enseguida un fuerte empujón me alejó de la líder de escuadrón.
—¿Podrías calmarte, mocosa?, esto no tiene nada que ver con Hange —dijo el enano mandón con cara de molestia.
—No estoy hablando contigo —le dije mientras lo ignoraba para poder dirigirme de nuevo a la mujer—. ¿Cómo fue que se rompió el cable?, ¿no se supone que por eso tenemos un equipo que se dedica a revisar que cosas cómo estás no sucedan?— le grite de nuevo, sabía que no era correcto y que seguramente me ganaría bastantes castigos por esto pero no podía controlarme.
—Te dije que te calmaras —volvió a interponerse en mi camino el enano idiota, ejerciendo presión sobre mi hombro derecho, evitando que avanzara de nuevo.
—Levi, no, está bien, déjala, su enfado es totalmente válido—dijo la líder de escuadrón levantando las manos, intentando calmar los ánimos entre ambos.
—Me importa una mierda, está mocosa debe entender que no debe hablarle de esa forma a sus superiores, mucho menos hacer lo que está idiota estaba haciendo cuando llegué.
Estaba lista para golpearlo, estaba más que lista, sentí los músculos de mi mano izquierda cerrarse en un puño, esto tendría consecuencias más serias pero también me daría una satisfacción que ningún castigo me podría arrebatar.
—¡Mikasa!, ¿Qué haces?, ¡suelta al Capitán!
La verdad no me había dado cuenta que tenía al bastardo bien sujeto por el cuello de su estúpido pañuelo.
—Suéltalo, Mikasa —repitió Eren, lo miré molesta, y enseguida dejé ir al maldito.
Entonces observé que el infeliz miró a Eren para enseguida comenzar a soltar lo que mejor se le daba, un montón de mierda.
—Más te vale mantener a esa loca bajo control, mocoso.
Volví a tensarme, tenía unas ganas enormes de golpearlo hasta desfigurar ese estúpido rostro, tanto que nadie nunca volvería a reconocer al pequeño idiota.
—Levi, basta, tú tampoco estas siendo la persona más razonable del lugar— el malnacido la observó con desagrado pero no dijo nada.
Hange se posicionó entre ambos, fungiendo como separación entre los dos, y volvió a retomar la palabra.
—Es completamente comprensible la ira e impotencia por la que estás pasando, yo tampoco quisiera ver a Armin aquí—hizo una pausa, misma que usó para girarse y observar a mi amigo rubio sobre la cama—. Nunca, a nadie de ustedes en realidad... a nadie quiero decir, pero son cosas que no se pueden evitar.
Todos nos giramos para observar a Armin.
Aún seguía molesta, de eso no había duda pero ahora Eren me sujetaba firmemente con su mano derecha sobre mi brazo y su brazo izquierdo rodeando mi espalda.
—Eso no responde a mi pregunta —mencioné de nuevo.
Silencio.
Un buen rato de silencio fue lo único que se dejó escuchar, eso y la calmada respiración de Armin.
—Nos encargaremos personalmente de buscar al responsable de este percance— dijo esta vez el odioso con el que me encontraba peleando hace nada.
Aquella respuesta nos hizo girarnos para poder ver al dueño de aquella frase.
Se notaba molesto, no con esa cara de aburrimiento que siempre mostraba ante todos, el enojo era obvio en su expresión.
<<Vaya, Armin se ha ganado a todos, pensé.>>
—Tiene que pagar por lo que hizo —respondí entre dientes, refiriéndome al culpable.
Él y la líder de escuadrón asintieron.
—Ten por seguro que lo encontraremos —fue turno de ella de responder.
Ella se notaba aún más molesta esa ira reprimida la hacía lucir aterradora, nada que ver con la expresión del capitán, y por un momento la entendí, ella era protectora con lo que quería.
Y Armin claramente entraba en esa categoría, ella lo apreciaba, su cariño por él era evidente.
Seguramente no sabría como explicarlo pero lo sabía, era la forma en que hablaba de ciertas personas o trataba ciertos temas lo que la delataba.
Era su entusiasmo desmedido probablemente la forma en la que era más sencillo darte cuenta, por ejemplo: su laboratorio, sus documentos, sus experimentos, el mismo Levi... claro que había visto como lo miraba, como le hablaba, como se comportaba cuando él estaba cerca o no tanto, por su puesto que lo sabia, no era ciega.
<<¿No deberías estar enfocada en Armin?, me recordó amargamente mi cabeza>>
Tenía razón, este no era el momento de intentar descifrar la relación de esos dos individuos.
Dejé de mirar a Hange, en todo caso, ese par era muy raro, así que me enfoqué en observar a Armin de nuevo.
—Gracias, a ambos, Capitán, Líder de escuadrón, muchas gracias.
Los miré de reojo mientras se alejaron.
—Cuiden de él —dijo ella, su tono de voz fue lo más cálido que hubiese escuchado antes.
Las ganas de llorar volvieron con una fuerza desmedida dentro de mi.
La observé despedirse asintiendo ligeramente antes de abandonar la enfermería, siguiendo al capitán.
—Lo haremos — respondí a la par de Eren.
Por supuesto que lo haríamos.
🌘
—Mikasa, tienes que estar tranquila.
Fue lo primero que salió de la boca de Eren después de varios minutos estando a solas.
Por primera vez desde que llegó me tomé un momento para observarlo.
Estaba lleno de tierra por todos lados, seguramente había estado limpiando algo o entrenando, y se vio interrumpido por esta noticia.
Después recordé lo que había dicho y contesté sin más.
—No puedo, no... ¿quien le pudo haber hecho algo así? —dije dejando de mirar a Eren para señalar a nuestro rubio amigo.
—No lo sé, pero estoy seguro que ambos encontrarán al culpable —dijo pasando la palma de su mano sobre mi espalda.
—Él no se mete con nadie, no debería estar aquí.
Mi mirada se nubló, tenía los ojos llenos de lagrimas.
Fue entonces cuando Eren me giró para poder darme un abrazo, y estando así fue que finalmente dejé salir todo mi enojo por lo que había sucedido.
Seguramente la gente pensaba que solo nos tratábamos bien por el tiempo que llevábamos de conocernos, pero eso era mentira, Armin era mi amigo y por supuesto que sufría por él si algo le sucedía, es por ello que siempre intentaba estar pendiente de ambos, tanto de él como de Eren.
Y aún estando abrazada a Eren sabía, y entendía la diferencia entre el cariño que sentía por él y el que sentía por Armin.
No era igual, pero si algo le sucedía a cualquiera de los dos llegaría hasta las últimas consecuencias solo por ver pagar a quien les había causado algún tipo de daño.
Los amaba a ambos, de formas únicas y especiales, los amaba tanto que mataría a cualquiera que se atreviera a intentar hacerles ponerles una mano encima.
Yo... sin ellos no sería la persona que era en este mismo momento eso era lo que más me enfurecía.
Sabía que Armin jamás le haría algo como lo que le habían hecho, excepto que fuera absolutamente necesario y seguramente para entonces nosotros también estaríamos al tanto de ello, pero nunca lo haría por el simple hecho de lastimar a alguien solo por estar aburrido.
Él no era ese tipo de persona.
—Espero que den con el culpable pronto —dije aún abrazada a Eren, aferrándome a él con más fuerza que antes y susurrándole al oído—. O lo haré yo.
Mikasa está molesta, yo también lo estaría, obvio.
En fin cuéntenme que les pareció, obviamente habrá una segunda parte de esto pero quería intentar algo diferente, en todo caso, espero haya sido de su agrado.
Nos leemos pronto 🔜
Bye bye ✌🏻