Sunland ¿Una princesa de la r...

By Evie20211

1.8K 277 1.5K

Seis reinos, una muralla y una princesa que no nació para reinar. El destino de Malena estaba decidido desde... More

Introducción
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22

CAPITULO 3

96 16 59
By Evie20211

Capítulo 3

LA USURPADORA

La tormenta se había calmado, abro los ojos al sentir un rayo de luz sobre mi rostro. Me siento en la cama y lo primero que veo es a las doncellas al pie de la cama.

—Buenos días alteza—dicen todas en una sola voz haciendo una pequeña reverencia.

Responder el saludo de las doncellas es algo que Cants me enseñó a no hacer, ellas saludan por respeto, pero yo no tengo la necesidad ni la obligación de responder pues según Cants solo doncellas, y aunque al principio respondía sus saludos, desde que Cants lo prohibió no he vuelto a hacerlo. Asiento con la cabeza no muy a gusto, pues ni siquiera al despertar tengo algo de privacidad. Me siento al borde de la cama y dos de ellas se acercan a mis pies para ponerme unas pantuflas de algodón (las más caras de todo el reino).

-Tres de ustedes preparen el baño, dos escojan las joyas y vestido de hoy, las demás esperen afuera- ordene, acomodándome la bata.

-Como ordene alteza.

"Alteza" una palabra a la que aún no me acostumbro del todo.

Salieron de la habitación y las cinco restantes se dispusieron a hacer lo que les pe...ordene.

El sol estaba en todo su esplendor, como todos los días en Sunland. Abrí las puertas que daban al enorme balcón en forma de media luna para apreciar la mañana, al fin y al cabo, todos en el palacio ya sabían que yo estaba aquí y que dentro de unos días seré la nueva reina. Al abrir las puertas varias aves que estaban reposando sobre el barandal salieron volando hacia el cielo, libres, libre como yo ya nunca seré. Las observe alejarse y una voz que provenía de detrás de mi me hizo volver en mi misma.

—Jamás volaras como ellas si te quedas solo viéndolas—me gire de inmediato para ver de dónde provenía la voz, y al no ver a nadie en la puerta baje la mirada hasta el suelo y allí estaba el portador de la voz... Cheng Cheng.

—Vaya, desde que decidiste hablar ya no te callas. ¿Sabes que sí alguien te escucha hacerlo yo no voy a poder hacer nada para defenderte? - dije inclinándome sobre el.

-Claro, pero yo no seré al que crean loca por hablar con un gato.

-Sabía que tarde o temprano sacarías las garras. ¿Qué es lo que buscas? ¿Te vas a dignar en decirme quién eres en realidad?

-Ya te lo dije, solo quiero que colaboremos, acepta mi ayuda y ayúdame a recuperar mi forma original-  me recuerda manteniéndome la mirada.

-Tu propuesta puede sonar tentadora, pero no voy a aceptar hasta que no sepa que clase de criatura eres.

-¿Por qué te importa tanto lo que soy? No te vasta haber vivido conmigo ocho años. - contesto irritado.

-La verdad... No. - su mirada me aterra, y su voz me irrita, debería ser al contrario lo sé, pero su mirada es tan...oscura, no sabría como describirla.

-Alguien allí-dije incorporándome.

-Llamo alteza- contesto una de las doncellas.

-Cheng Cheng no se ha bañado en los últimos días, llévenlo a dar un baño y asegúrense que no le quede ni un solo pelo sucio, tómense su tiempo- la cara de Cheng Cheng paso de severa a una de horror en un instante, se cuanto odia el agua, y ya que no quiere hablar yo tampoco quiero verlo. Tarde o temprano tendrá que hablar y hablar con la verdad, aunque tenga que hacer que lo bañen todos los días.

La doncella lo tomo entre sus brazos y lo llevo con ella, no sin antes regalarme una ultima mirada aniquilante.

Tome mi baño, y las doncellas me ayudaron a vestirme como de costumbre, hoy llevaba un vestido color azul cielo, supongo que transmite serenidad y calma, aunque desde que sé que Cheng Cheng no es un gato he estado de todas formas posibles menos calmada. Me maquillaron de forma natural como de costumbre, y ubicaron en mis manos, cuello y orejas distintas joyas hechas de plata, mismas que combinaban con el vestido. Finalmente peinaron mi melena en un moño alto dejando libres un par mechones que colgaban al costado de mi cabeza, para encima poner una tiara de plata con diamantes incrustados, brillaba, literalmente, toda yo era un manojo de pedrería y diamantes.

-Esta lista alteza- anuncio una de las doncellas, mientras yo me observaba en el enorme espejo que tenia en frente.

-¿Madame Cants ya me está esperando?

-No alteza, quien la esta esperando es la reina.

¿La reina? No la había visto desde el día en que me trajo aquí. Cants, las doncellas, y las cuatro paredes de la enorme habitación han sido las únicas con las que he tenido contacto en estos últimos días. Sin contar al gato que no es gato.

Salí de la habitación en dónde estaba y las doncellas me guiaron hasta el balcón de mi habitación lugar donde se encontraba la reina. Después de entrar las doncellas cerraron las puertas a mi espalda y me dejaron a solas con la reina, misma que ahora se encontraba dandome la espalda observando el exterior. Llevaba un vestido verde esmeralda, el cabello recogido en un moño alto y alrededor de este una corona con diamantes incrustados que combinaban con su atuendo.

Después de varios días, ahora pienso seriamente en la manera correcta para referirme a ella ¿oye tú? ¿Majestad? ¿Mamá? Y este último suena totalmente ridículo.

-Estoy aquí- me escuche decir a mi misma.

-Vaya, esplendida forma de referirse a la reina de Sunland, y a...tu madre.

-Me disculpo entonces, no sabía que incluso a solas tengo que fingir ser su hija. Porque le recuerdo que usted no es mi madre- me acerque a ella y al hacerlo ella giro su rostro hacia mi, para luego hacer algo que me dejaría helada por completo.

La reina estrello su mano con una fuerza sobrehumana en mi mejilla. Fue tal el golpe que incluso termine con mi cuerpo apoyado sobre el barandal del balcón.

-Ten mucho cuidado con lo que dices. Ya deberías conocer tú lugar aquí.

Atemorizada por la mirada penetrante que me estaba dedicando en ese momento me quede helada y sin decir nada, mientras tocaba mi mejilla adolorida.

-Que vayas a ser la futura reina no sígnica que seas superior a mi, recuerda que por mi mano llegaste a este palacio y sí yo lo dispongo también puedo deshacerme de ti.

Mis palabras se perdieron de mi boca, o simplemente decidieron abandonarme en el peor de los momentos. Me incorporé como pude y mantuve mi mano sobre mi mejilla, observando indignada a la reina.

-Mantén tu posición, eres una simple usurpadora, que esta aquí porque así lo he querido yo- replico con una mirada penetrante- quedan pocos días para la presentación y coronación, así que espero que hasta ese día reconsideres tus modales...porque sí cometes un solo error, podría costarte la vida- concluyo y avanzó hacia las puertas- Solo vine a evaluar tu comportamiento, pero veo que Cants no ha hecho un buen trabajo, espero y la soledad haga lo que ella no pudo- dijo por encima de su hombro antes de que las doncellas le abrieran la puerta y desapareciera a través de ella.

Salió de la habitación llevándose a todas las doncellas con ella, dándoles estrictas ordenes de no dejarme salir y de dejarme completamente sola.

Me derrumbe en el balcón, deje caer todo mi cuerpo sobre el enorme faldón del vestido. Las ganas de llorar y gritar con todas mis fuerzas me invadían por dentro.

¿De que me sirve tener todo esto sí estoy sola? A este paso jamás descubriré al verdadero traidor y mucho menos...podre vengarme.

-¿De qué me sirve todo esto? - masculle mientras me arrancaba la tiara del cabello- ¿A esto le llaman vida? A vestir, comer, hablar...y todo para los demás...todo para la gente que me odia, para la gente que hace trece años destruyo a mi familia...

-¿Te vas a rendir así de fácil? - mi mirada recorrió todo el balcón en busca de...Cheng Cheng. Lo encontré frente a mi sentado a una distancia lo bastante prudente, llevaba un lazo blanco atado al cuello supongo que eso es obra de las doncellas.

Sin embargo, me quede callada, regrese mi mirada hacia mi miserable existencia y lo ignore por completo.

-Los imperios no se construyen sobre barro, se construyen sobre rocas...y las leyendas no se escriben...viven para contarlo- comentó y de reojo vi como de apoco se acercaba hacia mi.

-¿Qué quieres decir?

-Que estas haciendo todo mal. Como yo lo veo tienes dos a opciones o te conviertes en la víctima o en la victimaria.

Se sentó frente a mí y me hablo con una voz ronca, pero en un tono suave tratando de mantener la estabilidad de la conversación.

-¿Vas a permitir que te siga maltratando? - pregunto al verme hundida en mis pensamientos-¿De verdad vas permitir que te convierta en su marioneta? - esta vez su voz subió de tono- ¿Vas a dejar que te gobierne o vas a levantarte y hacer algo por tu vida?

-¡YA CALLATE! - Exclame frustrada- ¿Qué quieres que haga entonces? He tratado de...de adentrarme en este lugar de mezclarme y de...tratar de acostumbrarme a todo esto...pero todos mis esfuerzos parecen inútiles, no encajo aquí, yo no pertenezco aquí...ni siquiera tengo magia- Sentí que unas cuantas lagrimas rodaban por mis mejillas, mientras dejaba salir toda la frustración que llevaba dentro.

-¿Y te has preguntado porque todos tus intentos son inútiles? - volví mi mirada hacia el mientras secaba las pocas lagrimas que rodaron por mi rostro- Porque tu lugar en este palacio no es el de la princesa buena, tu lugar en esta historia es ser la mala.

-¿La mala? - fruncí el ceño.

-¿Qué? Me vas a decir que los buenos son los que buscan venganza...o los que usurpan una vida que no es suya.

La mala, la villana...no lo había visto desde ese punto de vista. Jamás me he visto a mi misma siendo la mala...o haciendo daño a alguien.

-No. Pero sí estoy aquí es porque me obligaron no porque yo haya asesinado a la verdadera Cordelia con mis propias manos- le espete molesta.

-Pero tampoco te trajeron a rastras ¿o sí? - y hay estaba la maldita malicia en su voz otra vez.

-¿A dónde quieres llegar con todo esto?-exclame frustrada- yo no soy mala...no soy una mala persona....

-La pregunta es ¿A dónde quieres llegar tú?. Lena, los malos no nacen siendo personas malvadas, las circunstancias son las que se encargan de convertirlos en la peor...o la mejor versión de ellos mismos, depende de que lado lo veas. Sino me crees, mirate a ti misma, ahora no eres una princesa con vida propia, y sí no aceptas tu lugar, y tu nueva vida, no vas a sobrevivir en este lugar más de un año.

A veces odio que hable, pero al mismo tiempo lo agradezco, es como sí actuara como mi conciencia, reflexiona cada cosa a mi alrededor y en mi vida. Sé que nadie nace siendo malo, y tiene razón cuando las circunstancias cambian las personas también tienden a hacerlo...pero yo...me es difícil asimilar esa palabra...aunque ser la mala podría ayudarme a conseguir lo que quiero...

-Creo que lo sabes perfectamente, sí estoy aquí es para encontrar al verdadero traidor, ni más ni menos...

-Pues donde está que no lo veo. Seguro que en estas cuatro paredes y peleándote con la reina lo encuentras.

-¿Te estas burlando de mi miserable vida?

-Yo no me río de nada, mucho menos me burlo- algo que no puedo contradecir, siempre ha tenido un semblante seco- Solo quiero que te levantes y seas una verdadera buena...villana. Ya te lo dije, o te conviertes en la víctima o en la victimaría ¿tú eliges?

La mala. Mi mente se quedó en blanco por unos instantes mientras que mi corazón empezó a latir rápidamente de manera extraña. Sentía... ¿miedo? La mirada de aquel gato era penetrante, sus ojos verdes me hacían entrar en un extraño trance, y más cuando me miraba con esa frialdad a la que mi verdadera madre le tenia miedo.

-Yo solo quiero justicia...- me escuche decir con una voz débil.

-Y sí la quieres ¿porque no actúas? y te conviertes en una verdadera reina. Ya no eres la niñita que creció en un oscuro bosque ahora eres la futura reina de Sunland. Vamos levántate, surge de tus cenizas, y has lo que haría un verdadero villano...

-Voy a ir tras mis enemigos...- dije mirándolo fijamente mientras arrugaba una parte del vestido con fuerza en mi puño.

-¿Solo a eso? - indago maliciosamente.

-Voy a obtener poder...

-Y para eso necesitas habilidad e inteligencia, dos pequeñas cositas de las que has prescindido desde que llegaste.

Odio decir que tiene razón, pero el la tiene. Me he estado comportando como una idiota, creyendo que por estar aquí y en esta posición, lo iba a tener todo de manera fácil...pero en realidad necesito más que inteligencia...habilidad y alguien que sea mi mano derecha dentro del palacio y ese alguien estaba frente a mi.

-No soy tonta, pero admito que me he comportado como una. Pero no más, se acabo Malena, sí ellos quieren una reina, van a tener una reina...una que va a quedar impregnada para la historia este lugar- Tomé la tiara y me puse de pie al instante.

-Ahora suenas como alguien que promete ser temido, pero para ser ese alguien debes convertirte en esa versión de ti que nadie puede ver con facilidad...debes aprender a cambiar de cara sin necesidad de hacerlo- dijo trepando al barandal, para luego volver a sostenerme la mirada.

-Y supongo que tu eres un experto en eso ¿no?

-Me deslumbra tú intelecto— mueve sus peludas cejas con ironía.

-Gracias- ironice- sí tanto quieres colaborar, bien acepto el trato, pero con una sola condición, quiero saber que eres en realidad, solo así podre confiar en ti...

-Vaya hasta que empiezas comportarte con astucia. Y solo porque por fin empiezas a actuar con racionalidad, prometo que sí todo sale bien el día de la coronación, te doy mi palabra de que ese mismo día sabrás quien soy en realidad.

Sus palabras pusieron en duda mis teorías, según yo existen pocas probabilidades de que sea una criatura de luz, pero por otro lado solo una criatura de luz podría necesitar de la luz de la corona para vivir. Sea cual sea su forma, el trato ya estaba hecho me límite a dibujar en mi rostro una leve sonrisa mientras acomodaba nuevamente la tiara en mi cabeza.

-Bien, espero con ansias no equivocarme al confiar en ti. Es hora de renacer. ¿Por dónde debería empezar?

-Por quitarme esta ridiculez del cuello. Lo odio con todo mi ser, si no me asfixia me pica, me arde me estorba y me molesta- dijo removiendo con cierta molestia una pata aquel moño blanco alrededor de su cuello.

-Pero sí hasta pareces de la realeza con el, no entiendo tu molestia- dije burlesca mientras se lo sacaba.

-Sí claro, también deberías usar alguno entonces- camino hacia la habitación y lo seguí hasta que subió a uno de los sofás que estaban frente a la chimenea, me senté en el otro, de manera que quedamos frente a frente.

-Bien, su señoría por donde deberíamos empezar para cambiar las cartas a nuestro favor.

-Primero que nada, debes conseguir la corona de sun y aún más importante...debes hacer que se encienda sobre tu cabezota- hablo con extrema seriedad.

-Excelente consejo, pero eso ya lo sabía.

-¿Y sabes como hacerlo?

-Eso no lo sé- dije con sinceridad- se supone que se enciende sola ¿no?

-Se enciende sí la porta la verdadera heredera, pero tú no lo eres...o tal vez eso te hicieron creer.

-¿Qué quieres decir?

-Me resulta muy extraño el hecho de que a pesar de estar exiliada la reina haya ido en busca de tu ayuda... es decir ¿por qué tenías que ser precisamente tú? Eso de la sangre real me parece solo una pobre escusa...aquí hay algo más, algo que la reina te esta ocultando, de lo contrario no entiendo como es que esta tan tranquila.

-No lo sé, pero sí esta tan tranquila debe ser porque tal vez...yo soy la verdadera heredera que la corona espera...

-Y la pregunta es... ¿por qué?

No entiendo como un gato, puede deducir y analizar tantas cosas que yo había dejado pasar por alto, y lo peor es que en sus palabras había mucha verdad...la reina estaba ocultándome cosas, en mí ¿hay más que sangre real?

-Tampoco lo sé...

-Sea cual sea la verdad en el camino la descubriremos.... mientras la corona se encienda tú seguirás viviendo esta vida y yo podre recuperar gran parte de mi poder y volveré a mi verdadera forma.

-Bien, mientras eso suceda estaremos a salvo, pero y sí no...

-No seas tan negativa. La oscuridad la puedes tener en el corazón, pero no en la cabeza. Tienes que tener la mente clara para pensar- me espeto- Vamos al salón donde ensayabas a ser princesa con la vieja esa.

Dijo dando un brinco hacia el suelo.

-¿Qué vamos a hacer? - pregunte incrédula sin levantarme de mi lugar.

-Se acabaron las lecciones de como ser arrogante y malcriada. Voy a enseñarte como ser una verdadera usurpadora...y una verdadera villana ¿Te apuntas?

Aunque la palabra villana, aún me causa escalofríos debo admitir y aceptar que ese es mi verdadero lugar en esta historia...no soy Cordelia, pero estoy viviendo su vida, no soy una princesa, pero voy a ser una reina, no tengo magia, pero voy a obtenerla, aunque para ello tenga que aliarme con un cambia formas.

-Ya quiero ver tus dotes de tutor.

-Oh y los vas a conocer querida.

Minutos después nos encontrábamos dentro de ese gran salón en forma de circunferencia, a petición del gatuno tutor me pare en el centro justo dónde esta dibujado el enorme sol, después de darme indicaciones de como pararme y donde hacerlo exactamente, (de manera que mi vestido cubrió toda la esfera del sol dejando solo los rayos a la vista). Se hizo a un lado y musito.

-Bien que no se te mueva ni un solo pelo, la hora se acerca.

-¿Qué hora? - pregunte incrédula.

-La hora en la que el sol brilla en todo su esplendor- lo escuche decir mientras se alejaba considerablemente de donde yo estaba, cuando obtuvo una distancia de unos tres metros se detuvo y se sentó de manera muy digna en el suelo- Limítate a repetir después de mi lo siguiente.

Asentí con la cabeza algo dudosa, y esperé a que el hablara.

-Del viento corren, los que del sol se ocultan, porque en la sombra encuentran lo que el sol provoca.

-Del viento corren los que del sol se ocultan porque en la sombra encuentran lo que el sol provoca... espera eso es ¿oscuridad? - repetí y sin poder evitarlo deduje lo que significaba...era un hechizo.

-Espero que no te duela...y suerte

Eso fue lo último que escuche antes de que el sol se posicionara sobre mi, su luz hizo que la esfera del suelo en la que estaba parada se iluminara y desprendiera una luz que me envolvió y cegó por completo.

No sé que me paso, ni que fue de mi.

Abro los ojos estoy flotando en la oscuridad, alrededor hay pequeños puntos como lucecitas flotando a mi alrededor. Empiezo a juguetear con algunos que flotan alrededor de mi mano y de repente estos se apagan, se extinguen y empiezo a caer hacia el vacío. En aquella dimensión lo único que podía escucharse eran los ecos de mis gritos llenos de desesperación, daba y daba vueltas, parecía nunca terminar hasta que choque de cara contra un duro suelo de roca.

-¡Aay! ¡Maldición! - maldije mientras frotaba mi estomago, el cual estaba todo revuelto.

De apoco me fui incorporando, hasta que aparte todos los mechones de cabello sueltos de mi cara y vi nuevamente aquellos puntos de luz. Esta vez se unieron y formaron un espejo de mi misma altura. Todo a mi alrededor era oscuridad lo único que estaba iluminado era aquel espejo. De apoco me puse de pie y acomode la tiara en mi cabeza, después de dar vueltas en la nada quedo removida de su lugar.

Con recelo me acerqué a aquel espejo y lo que vi fue escalofriante, no era yo...es decir era yo, pero con mi cabello negro y ojos azules, llevaba el mismo vestido y el mismo peinado...pero el reflejo era distinto.

-Bienvenida Malena, o debería decir...su princesa Cordelia- me dijo aquel reflejo con malicia, aunque en sí no era un reflejo pues tenía vida propia.

-¿Quién eres?

-No lo ves, soy tú...tú verdadero reflejo, lo que verdaderamente eres.

-Pero llevas...el mismo vestido eso no tiene lógica...

-¿Por qué? Porque tu verdadera yo se crío fuera del palacio...eso no quiere decir que no seas parte de el. Tú padre era el ministro de gobierno el segundo en la línea para convertirse en rey después del hoy difunto rey, el rey estaba enfermo y tenía una hija igual de enfermiza que él...acusaron a tu padre de querer usurpar el trono y lo exiliaron por traición, sacaron al único hermano cercano al rey de la jugada sin saber qué años después su hija haría lo que ellos tanto temían...usurpar el lugar de la verdadera reina.

-¿Dices que existe un verdadero culpable detrás de la muerte del anterior rey y que esas mismas personas son las culpables de que acusaran a mi padre de traición?

-Yo no he dicho eso, eso lo averiguaras tú...Cordelia solo tiene una condición para dejarte ocupar su lugar y esa es...que encuentres y asesines al verdadero culpable- Dichas esas palabras el espejo se hizo pedazos frente a mi, cubrí mi rostro casi por instinto, y al bajar mis manos vi que se convirtió en los pequeños puntos de luz que era en primera instancia.

-Ve al palacio y toma el lugar que te corresponde, ejecuta acciones y toma correctas decisiones, pues todo lo que hagas puede acarrear consecuencias...

Aunque el reflejo ya no estaba la voz de aquella mujer seguía retumbando en el lugar...

-...en tu interior se guarda la más temida de las leyendas...tú destino esta sellado junto a aquel que odiaras como a un enemigo...

-¿Quién es ese? - le pregunte prácticamente a la nada.

-...la corona de sun ha esperado mucho tiempo por ti, pero ten cuidado...no confíes en aquel que lleva impregnado el escudo emblemático

-¿A qué te refieres? ¡Habla claro!...

La voz aquella se dispersó y solo se podía escuchar un No confíes en aquel...no confíes...no confíes...

Los ecos se volvían cada vez más fuertes, retumbaban en la nada y empezaban a desesperarme, mire en todas las direcciones posibles siguiendo aquella voz...hasta que me desespere a tal punto que cerré mis ojos, me lleve las manos a mis orejes y me oí gritar de la desesperación...fue un grito tal que rompió con todo...todo...

Abrí los ojos y me encontré a mí misma parada en el salón con Cheng Cheng de frente, tal y como al principio. Empecé a tambalear por la confusión hasta que me dejé caer al suelo mareada.

-¿Estás bien? - lo escuche preguntarme- ¿Te rompiste algo? - se acercó a mí y como pudo me ayudo a sentarme

- ¿Dónde me enviaste maldito loco? - le pregunte viéndolo directamente a los ojos.

-Pues donde más, al puente entre la vida y la muerte- lo dijo de manera tan natural que tuve que autocontenerme para no estamparlo de un manazo en la pared.

-¿Y lo dices así? ¡Tan tranquilo! - proteste irritada.

-No seas dramática, fuiste al puente no al otro lado, además estas viva y eso es lo que importa ¿no? - contesto con frialdad con su mirada penetrante.

-¿Es así como quieres que confíe en ti? ¿Enviándome a saludar a la muerte?

-No te envíe a saludar a la muerte, te envíe a hablar con el destino.

-¿El destino? - pregunte con una voz más suave.

-Sí el destino, el puente entre la vida y la muerte es el destino no me digas que no lo sabias ¿qué te dijo?

Nuevamente me quede en shock, de verdad había hablado con el destino, con mi destino, jamás había oído hablar de aquello.

-¡Ey! ¡Despierta! -Cheng Cheng me trajo nuevamente a la realidad.

-Dijo que Cordelia accedía a que yo tomara su lugar con la única condición de que encontrara y asesinara al verdadero traidor...

-Era de esperarse...no dijo nada más.

-No, solo que tomara mi lugar en el palacio y que me cuidara...que me cuidara de aquel que lleva impregnado el escudo emblemático... ¿entiendes que significa?

-Oh vaya que sí. Significa que...

-¿Qué?

-Nada, lo sabrás en su momento, no es de mucha importancia ahora- desvío la conversación, pero note que los bigotes se le ponían tensos...

-Estas ocultándome algo ¿verdad?

-Sí, pero ni te hagas ilusiones, aunque me bañes diez horas diarias no te lo diré, es algo que sabrás solo de ser necesario. ¿Algo más que te haya dicho el destino?

Él no quería hablar y yo tampoco le diría todo, lo de mi destino sellado con aquel que odiare como a un enemigo solo lo sabre yo...además no estoy segura de lo que significa y por lo visto si el lo llega a saber simplemente no me lo diría, lo descubriré por mi propia cuenta. Después de todo esa era mi destino.

-No, nada más, todo se volvió ecos, y luego regrese.

-Bien entonces, creo que ya sabes que es lo que tienes que hacer.

-Despreocúpate, ahora que se cuál es mi lugar aquí, voy a disfrutarlo a cada instante. Vamos a ganar esta guerra te lo aseguro.

Cheng Cheng asintió con orgullo, y yo le sonreí con satisfacción. Mis caídas solo serán los escalones que me llevarán a la victoria. Ahora que lo pienso mejor, tal vez Cheng Cheng tenga razón...y ser la mala será algo que disfrutare mucho.

Evie.

¡¡Hola!! ¿cómo están? En verdad espero que bien, en especial si son de Ecuador, cuídense mucho. Hoy les traigo nuevo capítulo, espero les guste

No olviden votar, así me ayudan a llegar a más personas....

Y cuéntenme ¿Creen que Malena verdaderamente pueda convertirse en una villana?

¿Qué creen que suceda en el siguiente capitulo?

¿Están listos para conocer más sobre Sunland?

La historia apenas empieza...pero Malena ya tiene trazado un destino, en las sombras se esconde aquello que la convertirá en leyenda...el que lleva impregnado el escudo emblemático...

Continue Reading

You'll Also Like

37.6K 3K 16
❛ Siendo honesto contigo, he querido besarte desde el segundo que puse mis ojos en ti ❜ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀SPIDER-MAN // PETER PARKER ⠀⠀⠀⠀⠀⠀EN PROCESO | +18 ⠀⠀⠀...
46.2K 12K 148
⚠️Solo a partir del capítulo 401, primera y segunda parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por...
10.8K 1.1K 24
Tierra, Fuego, Aire, Agua. Cuando era joven mi padre el Avatar Aang solía contarme historias de como el y sus amigos lograron ponerle fin a guerra de...