Saliendo del baño, JungKook secaba el cabello. Hace un momento había regresado de su entrenamiento temprano en la mañana, así que había tomado un baño para limpiarse el cuerpo. Notando a TaeHyung dormir sobre la cama abrazando una almohada, con la sabana cubriéndole apenas el cuerpo desnudo, con marcas de besos en sus piernas, pecho y cuello. Sonriendo dejo la toalla a un lado y acercarse a él, subiéndose sobre él lo abrazo y darle pequeños besos en las mejillas —Buenos días —Comento dándole un beso en la frente y el peligris dejara salir un pequeño quejido, somnoliento el omega abrió los ojos.
—¿Qué hora es? —Murmuro soltando la almohada para abrazar ahora a su esposo.
—Las nueve de la mañana —Respondió dándole un pequeño beso en los labios al omega que estaba apoco de volverse a quedar dormido, JungKook por otra parte llevaba algunas horas levantado y lleno de energía.
—Ya es algo tarde —Murmuro obligándose a abrir los ojos —Tengo que hacerte el desayuno.
—Deja que lo haga el cocinero —Dijo JungKook sin dejar que se levantara, manteniendo el abrazo —Pasa la mañana conmigo, ya pedí que lo trajeran.
—Pero es lo único que puedo hacer por ti —Murmuro con los ojos cerrado recibiendo besos en las mejillas, durante las mañanas, JungKook es muy mimoso.
—Yo solo quiero pasar el día contigo hoy, ya terminé mi trabajo —Comento alejándole el cabello de la cara y el omega abriera los ojos, con el sueño aun plasmado en su rostro —¿Quieres hacer algo hoy? ¿O salir a de compras y pasear en algún lado?
—Quiero telas... Para hacer ropa —Murmuro y recibir un beso en los labios —Cuando él bebe crezca mi ropa ya no me quedara, y quiero hacer ropa también para él.
—Bien, entonces vamos de compras —Sonrió JungKook y TaeHyung ocultara su rostro en el pecho del pelinegro.
—Si... Después de comer —Murmuro antes de volverse a quedar dormido, acariciándole el cabello, JungKook solo le dejo dormir un poco más mientras esperaba que vinieran a dejar la comida en la habitación.
Suspirando, JungKook vio por la ventana el cielo despejado de la mañana, sin parar las caricias en el cabello de TaeHyung: Pensando en su esposo, mordió su labio inferior ido en el azul del cielo, preocupado por el bienestar del omega. No quería tener que dejarlo solo tanto tiempo, pero no había nada que pudiera hacer al respecto, por ahora solo quería convivir entre ellos el mayor tiempo posible, aún le quedan dos semanas antes de irse.
De pequeño vio sufrir tanto a su madre por su padre hasta el día de su muerta, así que era algo que él no quería hacer. Al principio aborrecía la idea de tener que casarse, así que arruino todos los compromisos que la reina organizo para el con mujeres que ellas misma escogía. Así que cuando su padre les ofreció el casarse por el tratado de paz, lo tomo de inmediato antes de ser obligado a casarse con una de las damas de la reina, y si era alguien fuera del imperio aún mejor ya que ella no tenía poder ahí.
Pero no esperaba que le fuera a gustar tanto el omega, ya que ambos eran hombres no esperaba que llegar a ese punto, pero estaba feliz con los resultados, satisfecho con su vida matrimonial hasta ahora, TaeHyung es difícil de no querer.
Escuchando el toque en la puerta, JungKook salió de sus pensamientos y cubrir mejor al omega con la sabana —Adelante —Respondió y una de las sirvientas entrara empujando un carrito con el desayuno para ellos —solo déjalo ahí, yo lo serviré —Asintiendo, la sirvienta hizo una pequeña reverencia antes de marcharse de la habitación dejándoles solo.
Soltándose del abrazo, JungKook quiso levantarse, pero al despertarse por el movimiento, Taehyung volvió a abrazarle —¿A dónde vas? —Se quejo no queriendo liberarlo de sus brazos y enterrar su cara en el pecho desnudo del pelinegro.
—El desayuno ya está aquí —Comento sonriendo y TaeHyung alejara su rostro del pecho y de su esposo y voltear a verle aun adormilado —Vamos a comer —Soltándole al fin, TaeHyung se sentó sobre la cama tallando sus ojos, tratando de alejar el sueño mientras JungKook se marchaba, estaba un poco cansado.
Bostezando, volteo a ver a JungKook comenzando a servir el desayuno para ellos, el omega solo se le quedo viendo bastante ido viendo la espalda desnuda de JungKook que solo usaba un pantalón negro, con marcas de TaeHyung sobre su piel, notando los músculos de su espalda moverse junto con una que otra gota de agua que caí de su cabello aun un poco húmedo.
"¿Por qué tanta sensualidad tan temprano en la mañana?" Penso el omega suspirando levantándose de la cama, envuelto en la sabana que arrastraba al caminar, cubriendo su desnudez. Deteniéndose tras de JungKook, le dio un beso en la nuca. Sonriendo, el pelinegro volteo a verle.
—Siéntate a comer, para salir después —Comento sirviéndole jugo en un vaso.
Asintiendo, TaeHyung tomo su silla al otro lado de la mesa y llevarla al lado de la de JungKook —Quiero comer aquí —Comento moviendo sus platos —JungKook solo rio viendo al omega sentarse y comenzar a comer.
—Provecho —Dijo JungKook dándole un beso en la cabeza antes de tomar asiento también. Ese día lo iba a consentir un poco (¿Mucho?)
(...)
—¿Ensero este es el lugar? —Pregunta el omega al lado de su tío en la carreta, viendo a su alrededor, impresionado por los bellos jardines, costosos y elegantes, la propiedad era enorme, incluso más que el castillo donde él vivía en el reino mágico a pesar de ser solo un ducado.
Aunque era un príncipe en su país, no estaba acostumbrado a tanto lujo, notando a lo lejos la enorme casa, se sintió un poco intimidado ante tanta riqueza, en el imperio las personas parecían un poco más avanzadas, así que, el contraste con ellos era muy marcado, que viajaban en esa pequeña carreta "Debí haber venido con mi carruaje" Penso sintiéndose avergonzado.
Su tío no respondió, concentrado en solo seguir su camino, aunque se impresiono un poco al principio, no debía dejar de pensar que aquel solo podía ser una jaula fría y de cristal para su hijo.
Llegando al frente de la propiedad, noto al mayordomo esperándoles con algunos sirvientes tras de él, un guardia ya les había informado de su llegada.
Un poco nervioso, el alfa se bajó de la carreta, sacando la carta de su chaqueta —Vine a ver a mi hijo —Informo con incomodidad mostrándole la carta que TaeHyung le había mandado pidiéndole que viniera, con el sello de JungKook mostrando que era legitima y le permitieran entrar.
—Entiendo, no les esperábamos hasta mañana en la tarde, así que los señores salieron esta mañana —Informo el mayordomo viendo la carta antes de devolvérsela. Al hombre le había podido la impaciencia así que se fue antes de tiempo
—¿Dónde está mi hijo? —Cuestiona preocupado el alfa, su sobrino por otra parte se bajó de la carreta, aun viendo a su alrededor, maravillado de los detalles en la arquitectura, todo se ve tan fino y costoso.
—Salieron a la capital, volverán en un par de horas, por ahora por favor, pase, debe de estar cansado de su viaje, les daremos sus habitaciones y una comida. —Dijo haciéndose a un lado, haciendo un ademan para que pasaran a la casa, mostrándoles respeto, cosa que incomodo al alfa, por los años de hostilidad con los humanos. Incluso en el camino recibieron una que otra mirada de desprecio así que eso era raro.
—Pero... —Quiso negarse desconfiado, pero su sobrino lo tomo del brazo.
—Entremos, estoy cansado —Dijo haciéndole caminar, deseoso de ver el interior de la casa —¡Wow! —Dijo impresionado al ver el interior, se sentía tan aturdido ¿Esa hubiera sido su casa?
—Síganme al comedor por favor, les serviremos el almuerzo —Comento el mayordomo mientras los sirvientes llevaban las pertenencias de estos a sus dormitorios, aunque habían llegado antes de lo esperado ya estaban preparados. Emocionado el omega le siguió con el dudoso alfa yendo tras de él, desconfiado de todo.
Aunque JungKook no estuviera, a sus invitados siempre se les debía dar la mejor de las atenciones, así que apenas se sentaron, comenzaron a salir los platos colocándolos en la mesa, un festín que solo demostraba la abundancia del ducado que JungKook dirigía.
El omega solo observo con maravilla la comida y la cara porcelana, mientras una sirvienta le servía la comida, podría acostumbrarse a eso. Sintiéndose aun consternado del futuro que pudo haber tenido de no haberse negado.