—Muy bien Luna, dame tu opinión sobre este.
Me volteo a ver a Florence mientras me llevaba una papa frita a la boca. Sally estaba usando la computadora de Florence mientras que Freddie jujgaba con los superhéroes de Laurie, usualmente cuando pasaba la noche fuera de casa no me atrevía a dejarlos solos, por ende me permitían traer a mis hermanos.
Después de todo, Florence y Laurie no sabían del todo mi situación. Para ellos mis padres trabajaban mucho, solo Laurie sabía algún que otro grito y nada mas grave que eso.
La mujer tenía un vestido rojo, el cabello rubio lo llevaba medio recogido y tacones. El vestido se le ajustaba al cuerpo dejando visible un pequeño escote, con un collar que caía entre el valle de sus senos, se veía hermosa con un sencillo maquillaje. Sonreí, pero su hijo me interrumpió.
—Muestras mucho, cámbiate—dice Laurence dejando las botellas de gaseosa. Porque claramente no tomaríamos cerveza con su madre viéndonos.
—Para mí, te ves hermosa, Florence.
—Bueno, gracias Luna, eres la hija que siempre quise tener—dice ella, Laurie rueda sus ojos pero yo solamente sonreí. Ella se nos acerca dándonos besos en la mejilla y repitiéndonos todo lo que teníamos que hacer. Luego se despide de mis hermanos quien siempre tenían ojos brillantes cuando miraban a la rubia, escucho a Florence susurrarle a Sally algo sobre helado, agarra su bolso y se despide de nosotros antes de irse.
Laurence ya era lo suficientemente mayor para quedarse solo cuando su mamá tenía citas, pero una pijamada con Laurie siempre era bienvenida. Nos gustaba estar juntos los fines de semana cuando no había que preocuparnos por la escuela. Y siendo honesta, no soportaba estar en casa así que cualquier excusa para irme era bienvenida.
—¿Con quién sale?—susurre en su oído, Laurence rueda los ojos.
—Con uno de los amigos de Golf de Reginald, le dije que deje de buscarle parejas, pero sigue sin hacerme caso.
—Oh vamos, no seas un hijo celoso, las mamás merecen disfrutar. Más la tuya.
—Ella se embarazo, yo no le pedí nacer.
—Sabes a lo que me refiero, idiota. A mi me alegra que se allá embarazado de ti o no tendría a mi mejor amigo.
Laurence hace una mueca al escucharme. Casí siempre hace muecas cuando digo esa palabra desde que lo considere mi mejor amigo, no es porque no le gustara, si no que creo que era por el peso de la palabra. Pues se me fue advertido cuando lo conocí "perdió a su mejor amiga a los ocho años" y siendo honestos, es una edad bastante jodida para perder a alguien.
Le di porciones de pizza a Sally quien se había acostado en un colchón improvisado viendo películas en la computadora junto a Freddie quien comía su pizza cortada, me quede viendo a mis hermanos por si necesitaban algo hasta que luego volví con Laurence quien buscaba una película para ver y comía la pizza. Me acomodo a su lado bebiendo de la gaseosa.
—¿Por qué no quieres que tu mamá salga con alguien?
—No es que no quiera, es que ningún hombre es para ella—dice viéndome.—Algunos son tan parecidos a mi padre que prefiero sacarlos a las patadas, otros son aburridos, pocos han sobrevivido, y otros huyen al ver el problema.
—¿Cuál problema?—pregunte y Laurence se señala a si mismo haciendo que ruede mis ojos—Debe haber alguien que no te vea como un problemita.
—Había alguien.
Me quede en silencio. Laurence pone la película de terror para ver, pero ninguno de los dos le estábamos prestando verdaderamente atención, cada tanto me volteaba a ver si mis hermanos necesitaban algo o me quedaba viendo a Laurie, la luces de la tele jugaban con su rostro, tenía los ojos en la televisión pero podía darme cuenta que su cabeza andaba en cualquier parte.
—¿Quién había?
—¿Cómo?
—El hombre, el que dijiste que era el único bueno para tu mamá.
Laurence bebió su gaseosa.
—Lo conocí cuando era pequeño y nos mudamos porque ella tenía que estudiar. Lo veía como mi figura paterna o algo así, era bastante bueno conmigo, era bastante bueno con ella.
—¿Y que paso?
—Decidió irse a cumplir un sueño—dice comiendo—Estamos viendo una de sus películas.
—¡Debes estar jodiendome! Laurie, llevamos cuatro años de amistad, ¿y no me comentas el pequeño detalle de que conoces a Tucker? Uno de los mejores directores de esta generación...bueno esta película fue la primera por eso es tan mala, ¡pero el resto de sus películas! ¿Cómo se te olvida señalarme eso?
—Porque no se nada de él hace como nueve años, lo conocí y listo fue pasado. A él no le importamos...solo déjalo estar Luna.
Decidí hacerle caso porque cuando se ponía de ese modo es que realmente quería que lo deje estar. Vimos otras películas, y cuando mis hermanos se durmieron, acomode la laptop en la mesa y los tape dejándolos juntos. Luego volví con Laurence quien estaba cerrando los ojos mientras me acomodo junto a él robándole un poco de la manta para taparme y acostarme junto a él en el sillón..
Habiamos puesto una serie de televisión como para dejar que la televisión hiciera ruido, pero ninguno de los dos le prestaba debida atención. Escucho a Laurie bostezar y río.
—Si te duermes, voy a maquillarte.
—Solo cierro los ojos, mi mente está viva.—dice él—Por cierto, ¿Por qué la invitaste?
—¿A quién?
—A esa chica, Shailine.
—Porque me era muy obvio que estaba sola y no tiene amigos, vamos Laurie, tu sabes lo que dicen de ella en el pueblo. No la viste como yo la vi, si no hubiera aparecido en el lago, ahora solo sería un cadáver. No me parece justo que ella quiera terminar con su vida cuando los otros son los que la acosan, merece amigos.
—No digo que no, solo...es que solo era nuestro lugar, ¿te gustaría que yo llevara a mis amigos o a una chica a nuestro lugar?
Suspire dándome la vuelta para quedarme frente a él. Me apoye en el sillón viéndolo.
—Tienes razón, perdona, no lo pensé así.
Laurie suspira cerrando los ojos, acaricie el tabique de su nariz. Si conseguía que se durmiera iba a poder maquillarlo, estaba consiguiendo mi cometido.
—Eres muy buena para este mundo. —murmura, me reí un poco acariciando su nariz.
—Lo dices porque me quieres, en realidad no soy tan buena.
La respiración de Laurie se hizo mas pesada hasta que se terminó durmiendo, me quede viéndolo unos segundos, dormido podía ver al niño del cual Florence solía hablarme. El niño alegre, el niño con bromas, las cuales seguía haciendo, pero en menor medida, el niño con inocencia que nadie podía arrebatarle.
Apague la televisión quedándonos a oscuras y me acomode mejor a su lado hasta dormirme.
Al día siguiente, me despierto por mis hermanos, creo que mi sentido protector esta tan activado que siempre me despierto por ellos. Pero no eran llantos ni nada, eran risas, estaban felices. Laurie seguía durmiendo a mi lado con el cabello cayéndole en la frente y los labios entre abiertos. Me levanto con cuidado para no despertarlo y camino a la cocina.
Florence le hacia cosquillas a Freddie y le besaba las mejillas mientras que mi hermano se removía en sus brazos riéndose a carcajadas, Sally estaba tomando una leche chocolatada y comiendo galletas. Beso la mejilla de mi hermana quien me ofrece galletas.
—Oh ya despertaste, pensaba en dejarlos un rato más—dice Florence dándome a Freddie. Mi hermano me da un beso en la mejilla y le sonrio acariciando su cabello rubio besando la suya antes de sentarlo y recibir la fruta que Florence me había dado.
—¿Cómo estuvo tu cita?
Florence solo suelta un suspiro, luego me indica con la cabeza que me acerque. Camine hacia ella donde me coloca leche en mi café dándomelo.
—¿Mala?
—Debería decirle a Reggie que, si me va a buscar citas, que al menos sean chicos que tengan modales, es muy narcisista, trato mal a cada mozo. La verdad es que no la disfrute. Cuando llegue, todos ya estaban dormidos...Luna, se que cuando eran niños dejaba a Laurie y a ti dormir juntos sin problema, y tal vez esto no me concierne, pero si están durmiendo juntos.
Mis mejillas se pusieron tan rojas que sentí mi cuerpo entero entrar en calor.
—Oh no, Florence, Laurie y yo solo somos amigos lo prometo, no tenemos sexo.
—Solo digo, ambos son adolescentes, está bien si tienen ganas...
—Florence, te prometo que Laurie y yo solo dormimos, es mi mejor amigo, nunca tuvimos otras intenciones. No te preocupes, que si tienes un nieto no será por mi.
—Bueno, si me das unos nietos encantadores como tus hermanos no me opongo.
—Florence—me queje, ella se ríe mientras que ambas bebemos nuestros cafés.
—¿Cuándo vuelven tus padres? Pueden quedarse el fin de semana si quieren.
—Eso sería mucho, no quiero ser una molestia.
—Para nada, me encanta tener niños en casa, me recuerda un poco a Laurie.
A veces quiero preguntarle a Florence mas sobre la infancia de Laurie. Quiero preguntarles de la ciudad donde venían y si había una ciudad antes de esa, quiero preguntar sobre cosas que no me han contado porque no me corresponden, o porque no quieren abrir viejas heridas. Se que Florence lo haría sin problema, después de todo, con ella hablo de muchas cosas. Es la adulta responsable que me dio una charla sobre la regla, es la que me menciono esa perdida de Laurie a los ocho años.
Pero si le preguntaba, estaría hurgando un pasado que no me corresponde. Suspire dejando la taza de lado.
—Bien, pero al menos déjame hacer la comida, ¡ire a comprar ahora para el almuerzo!
—Claro, despierta a Laurie, yo cuido a los niños.
Despertar a Laurie fue todo un reto, el chico solo se daba vuelta para seguir durmiendo. Tire su cabello con fuerza, y golpee su brazo. Florence me ayudo a despertarlo, echándole un vaso de agua fría en la cara y con una sonrisa su madre se aleja dejando a su hijo molesto.
Ambos fuimos caminando al mercado, Laurie bostezaba mientras se quejaba de que no había desayunado. Mientras yo le hablaba ideas para el almuerzo mientras que escucho su estomago gruñir. Entramos al mercado donde compre lo necesario para hacer algo de pollo con papas mientras que Laurie me seguía colocando cosas innecesarias en el carrito, pero no iba a pelearme con él porque no ganaría la discusión.
Tras pagar las cosas salimos del mercado con las bolsas, cuando en eso escucho una voz decir "¿pueden dejarme sola?" me volteo hasta ver a Shailine. La chica asiática estaba cruzada de brazos siendo acosada por dos chicos de su misma edad que le hablaban, miro hacia Laurie y él solo asiente mientras que yo me acerco hasta Shailine.
—¡Oh aquí estás! Debes acompañarme, ¡mi hermano tuvo un accidente!
—¿Qué...?
No la deje que terminara, solo jale su mano comenzando a correr a la vez que Laurie arrojaba un palo a los dos chicos que golpeo su cabeza. Ellos nos gritaron y los tres nos echamos a correr aun con la bolsa de compras, nos ocultamos detrás de una lavandería jadeando agotados mientras que los dos chicos seguían de largo.
—¿Era necesario arrojarles algo?—pregunta Shailine intentando recuperar el aliento, tenía unos pantalones largos y negros con un buzo rojo mientras que sus zapatillas eran blancas. Veo que intenta acomodarse los anteojos asi que la ayudo.
—Es parte de la adrenalina de escapar—contesta Laurie.
—Aparte ellos no tenían por qué estar molestándote—conteste—¿Compañeros de clases?
Shailine asiente algo cabizbaja.
—Mi hermano salió con unos amigos entonces le dije que podía encargarme sola de mi almuerzo...bien, comeré algo de sobras. Gracias.
—Puedes venir con nosotros—dije y luego miro rápidamente a Laurie—Digo si te parece bien.
Laurence suspira y solo asiente comenzando a caminar con las bolsas. Me quede viendolo frunciendo el ceño, luego tendría que hablar con él. Me volteo a ver a la chica asiática quien se quedo observándome.
—No quiero molestar.
—A la mamá de Laurence le gusta la visita, ven vamos, te presentare a mis hermanos.
Comencé a caminar mientras que Shailine se coloca a mi lado. Su cabello le llegaba hasta el pecho y era oscuro con un poco de ondas, tenía unos labios redondos y gruesos y una nariz algo grande. Sus anteojos tenían marco transparente. Me atrapa viéndola, y le ofrezco una sonrisa mientras caminábamos.
Al llegar a la casa, Shailine saluda a Florence y a mis hermanos con quien rápidamente entabla una conversación. Me acerco a Laurie quien estaba dejando las cosas en la encimera.
—Lo lamento, otra actitud impulsiva, lo siento.
—Bueno, la anotare en cosas de impulsividad que haces y que me molestan.
—No puedes enojarte conmigo por esto.
Laurence solo rueda los ojos y lava la verdura.
Almorzamos todos juntos, siendo más mis hermanos y Florence lo que hablaban. Todos entusiasmados con conocer más de Shailine quien no ofrecía demasiada información, Laurie se mantenía al margen comiendo en silencio y yo solo hablaba un poco. Cambiamos la versión de cómo nos conocimos, Florence no tenía por qué saber del cementerio de autos o de que conocí a Shailine en el borde del acantilado.
Cuando terminamos de almorzar, Shailine se ofreció a lavar los platos, aunque todos le dijeron que no porque era la invitada. Sin embargo, levanto las cosas y las limpio. Me coloque a su lado secando las cosas.
—La mamá de Laurie es muy agradable, si no me decías que era su madre pensaría que era su hermana mayor.
—También lo pensé la primera vez que la vi, al conocerla fue tipo "genial que tu mamá sea joven".
—Tus hermanitos también son increíbles, se te parecen mucho. —dice ella viéndome y me da una sonrisa que le devuelvo—¿Qué hay de tus padres?
—No son tan...agradables.
De hecho, estaba segura que nuestros padres estarían felices de tener un fin de semana sin hijos. Les daría permiso a emborracharse, follar en cada rincón y ser un desastre. Pelear a gritos, quizás incluso agredirse o tirar las cosas. Un escalofrío recorrió mi espalda y suspire.
—Entiendo, mi papá se fue a Corea y mi mamá le agarro una gran tristeza de la que apenas sale porque está pensando que algún día aparecerá de nuevo...solo tengo a mi hermano, pero me da culpa, siempre se priva de hacer cosas por mi...lo siento, no se porque te conté eso.
A veces cuando las personas se acostumbran a estar tan solas, que cuando conocen a alguien con quien entran en confianza, te sientes en libertad para contarle tus problemas. Así imaginaba a Shailine, ella estaba sola la mayor parte del tiempo. Buscaba una mano amiga, alguien que no le recordara el video, alguien que no la hostigara. Que la defendiera. Estire mi mano a la suya dándole un apretón, ella me observa y le doy una sonrisa.
—Puedes contarme lo que quieras.
Escucho un ruido haciendo que me suelte de Shailine, Laurence nos mira mientras camina a la heladera donde saca una manzana y un cuchillo.
—Es para Freddie.—explica antes de retirarse.
—A Laurence no le agrado mucho, ¿no?
—Solo tiene que agarrarte confianza, es así con todos no lo tomes personal.
—¿Contigo fue así?
Si veía al pasado, Laurence conmigo fue un niño algo mal educado que me dijo "eres idiota" porque me choque con su camión de mudanzas, me caí, lastime mis rodillas y él solo se acerco a curarlas. Era reservado, se quejaba mucho, pero de a poco fuimos haciéndonos amigos.
—Algo así.
Nos quedamos un rato mas todos juntos, hasta que cuando se hizo el atardecer, decidí acompañar a Shailine a su casa. Laurence nos seguía a una corta distancia con las manos en los bolsillos.
—Ey, ¿Qué haces mañana? Podríamos vernos—ofrecí cuando nos detuvimos frente a una casa de dos pisos de paredes blancas con un camino de piedras en la entrada que nos conducía a la puerta principal. Una gran casa que me sabía a soledad si soy sincera.
—Claro, te aviso...también podemos vernos, Laurence—dice ella, Laurence no contesta, a lo que Shailine sonríe tímida y me da un saludo de manos antes de caminar al interior de su casa. Ambos la vimos ingresar, me volteo a mi amigo.
—No te cuesta ser amable.
—Que yo sepa, no estoy siendo grosero.
—¿No te agrada? ¿es eso?—pregunte siguiéndolo. Laurence rueda los ojos mientras caminábamos—¿Puedes decirme? Si esta noche voy a pasarla de nuevo en tu casa me gustaría que no la pasemos peleados.
—¿La buscas de ligue o algo?
—Solo es una amiga. Tengo amigas, y tengo amigas lesbianas con las que no me lio, no tengo que liarme con mis amigas, ¿me estas llamando perra o que?
—Solo es una pregunta.
—No...espera, ¿es eso? ¿te gusta Shailine?—dije con una sonrisa—¡Oh por Dios! Me hubieras dicho, puedo ayudarte, no se si a ella le van los chicos que son groseros al principio, pero si te convierto en un príncipe...si, definitivamente serían lindos juntos.
—Luna...
—Me hubieras dicho. Es decir si tu fueras bisexual y justo conoces a un chico que me gusta, te lo diría—dije y brinque a su espalda abrazándolo besando su mejilla—Puedes contarme todo Laurie.
Laurie suspira poniendo sus manos bajo mis rodillas mientras sigue caminando. Me apoye en su hombro mientras que seguíamos en camino a su casa, con mi cabeza en la chica asiática.