LOGAN
La oí mal.
Tenía que haberla oído mal. Era imposible, de ninguna puta manera, que hubiera otro hombre que...
No.
La oí mal, joder.
"¿Qué?" - gruñó Andrew, rompiendo el silencio que siguió a las últimas palabras de la mujer.
La bruja miró a Andrew y respiró hondo. - "Las brujas decidieron maldecir al Lobo Blanco con dos verdaderos compañeros" - dijo - "Sabían que eso crearía una guerra".
Lo dijo otra vez. Dijo dos compañeros verdaderos, ¿no? ¿Escuché mal? ¿Le pasaba algo a mis oídos?
León estaba quieto. Demasiado quieto para mi gusto. Ni siquiera podía alcanzarlo.
"No lo entiendo." - Emma murmuró, haciéndome mirarla.
Ella era mía. Yo era su verdadero compañero. Ella era mi verdadera pareja. No había otro hombre para ella. No había otro hombre que me la quitara...
"Las brujas querían una guerra entre las manadas" - Anna comenzó a explicar - "Querían que se mataran entre ellas y dejaran de expandirse. Ellas sabían que el vínculo de pareja era el más fuerte entre dos personas, y decidieron usarlo como arma".
El corazón me iba a dar un vuelco.
No.
Por favor, Diosa, no.
"Eligieron a una chica de una de las manadas" - Anna continuó - "Ella era hermosa y amable, y la gente la amaba. También era especial porque su lobo era blanco puro. Entonces sólo tenía 17 años, pero las brujas sabían que sería la pareja del joven Alfa. Decidieron maldecirla. Hicieron del Alfa de la otra manada su verdadera pareja también. Sabían que ambos la querrían, no sólo porque era su verdadera pareja, sino porque ella era todas esas cosas que mencioné antes. Ellos sabían que sería una Luna maravillosa. Sabían que sería una loba poderosa".
Tragué saliva y apreté los brazos alrededor de Emma. No podía sentir mi cuerpo. Quería gritar. Quería destrozar la cabaña. Pero no podía moverme
"El plan de las brujas fracasó" - Anna suspiro - "Esa joven era tan amable y maravillosa que logró detener la guerra. Consiguió convencer a los dos B de que no se mataran entre ellos y a los lobos inocentes de ambas manadas. Mantuvo la paz".
Anna me miró y vi compasión en sus ojos.
"Pero no pudo mantener la paz en su corazón y en su alma" - Anna dijo en voz baja - "Los dos Alpha la querían. Claro que sí, era su verdadera pareja. No podía estar con los dos y no podía elegir. Ella amaba a los dos. Los quería a los dos, pero no podía tenerlos".
Anna miró a Emma y respiró hondo.
"La joven se quitó la vida" - dijo en voz baja - "Los dos Alpha murieron con un dolor agonizante. Las manadas superaron la tragedia. Ellos continuaron expandiéndose, y las brujas no consiguieron su deseo. Sólo lograron arruinar tres jóvenes vidas".
El corazón se me iba a salir del cuerpo.
No podía comprender lo que Anna nos contaba. Mi mente no podía comprenderlo. Mi corazón y mi alma no querían aceptarlo.
"¿Estás diciendo que yo..." - Emma habló, con la voz quebrada.
"Sí, Emma." - Anna asintió. - "Tienes dos verdaderos compañeros".
No.
¡NO!
¡JODER NO!
Un fuerte gruñido escapó de mis labios congelados. Quería que fuera más fuerte. Quería que fuera más fuerte. Pero no podía sacarlo. No podía. Estaba jodidamente congelado.
No.
¡NO!
"No quiero dos compañeros". - Emma gritó. "Quiero a Logan. Yo no..."
Dejó de hablar, intentando respirar hondo. Podía sentir su pánico aumentando. Mi cuerpo congelado se movió. Acaricié sus mejillas y la obligué a mirarme.
"Respira, Emma". - Dije, intentando que no me temblara la voz - "Respira, cariño, vamos".
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Puso sus manos sobre las mías y trató de respirar profundamente otra vez.
"Vamos, mi amor". - Dije suavemente, apoyando mi frente en la suya - "Respira".
"¿Qué puedo hacer?" - Emma murmuró, envolviendo sus manos alrededor de mi cuello - "¿Puedo rechazarlo?"
"Sí." - dijo Anna, dándome esperanzas - "Pero no romperá el vínculo, ya lo sabes".
Se me aceleró el corazón y se me revolvió el estómago. Todavía no podía comprenderlo.
"La única manera de romper la maldición es averiguar cuál te dio la Diosa y cuál te dio la maldición". - dijo Anna.
Emma me soltó y miró a Anna. - "¿Qué?
"La Diosa te dio uno de tus compañeros". - explicó Anna. - "La maldición te dio la otra. Tienes que elegir la correcta para deshacerte de la maldición".
Sentí la rabia palpitando en mi interior. Crecía por momentos. Destrozaría la cabaña.
"¿Tengo que elegir?" - Emma preguntó en voz baja.
Podía oír la incredulidad en su voz. Podía oír el dolor en su en su voz.
"Sí." - Anna dijo. - "La verdadera pareja que te ha dado la Diosa... tendrá que marcarte en el otro lado del cuello. Esa es la única manera de levantar la maldición y romper el vínculo con el otro lobo".
Miré su cuello y mis caninos salieron volando.
"No, Alfa". - Dijo Anna con un deje de pánico en la voz. - "Si usted es la pareja que le dio la maldición, la matará".
Andrew gruñó con fuerza.
"¡Él es mi compañero dado a mí por la Diosa!" - Emma dijo en voz alta, apretando los puños y apretando la mandíbula - "¡No quiero otra pareja! no necesito otra pareja".
Me miró y vi pánico puro en sus ojos. Me agarró la cara con las dos manos y me miró a los ojos.
"¡Tú eres mi pareja!" - me dijo - "Te deseo. Te necesito. No quiero a nadie más. Márcame otra vez. No moriré. La Diosa me dio a ti. Estoy seguro de ello. Lo sé".
Lo deseaba. Diosa, cuánto lo deseaba. Ella era mía. Era jodidamente mía. Pero ¿y si la mataba? ¿Y si yo no era el elegido? ¿Y si maté a mi compañera? ¿Y si mataba a mi mujer?
La atraje hacia mí y la besé tan fuerte como pude. Ella era mía, y yo era suyo. La Diosa me la dio, y la
Diosa me dio a ella. Yo lo sabía. Mi corazón y mi alma lo sabían. Pero el miedo era más fuerte. El miedo me impidió hundir mis caninos en ella de nuevo.