*Dalia*
-Hombre, ¿Que tal el primer día, guapa?-preguntó Aurora nada más su hermano y yo entramos por la puerta.
Vino hasta mi dándome dos besos con un abrazo.
-Muy bien-le dije con una sonrisa y ella asintió al separarnos.
-¿Mejor?-me preguntó en un susurro mientras Gavi soltaba su chaqueta y yo asentí, por lo que en su cara se dibujó una sonrisa más grande-Pues me alegro, porque el cabezon no ha parado de llorar, hasta ha dormido en tu habitación esta noche-me dijo en un susurro y yo me sorprendí, esta mañana tenía la misma mala cara que yo.
Ambas entramos a la cocina, y Leonor al verme vino hasta mi.
-¡Mi niña!-gritó abriendo los brazos.
-Vaya sorpresa-dijo pablo padre sonriendome y después de leonor, fue él el que me abrazó, aunque su mujer lo separó rápido para abrazarme ella.
-¿Qué tal el comienzo? Cuéntanos todo-me dijo con una sonrisa mientras se sentaba conmigo en la isla de la cocina.
-Pues muy bien, no me van a contar las asistencias pero si tengo que aprobar los exámenes, que empiezan en un mes, asique voy un poco justa pero no creo que tenga problema-les dije.
-Estoy seguro que no vas a tener ningún problema-me dijo pablo padre y yo le sonreí.
-Claro que no va a tener problema-recalcó belén dejando un beso en mi mejilla.
-He hecho lasaña, cuando pablito ha dicho que venías hemos cambiado el menú, que sabemos que te encanta-dijo leonor señalando el horno.
-No teníais que haber cambiado nada, yo ceno lo que sea, lo importante es la compañia-les dije con una sonrisa que ellos correspondieron.
-mm..lasaña-puso gavi los ojos en blanco y leonor negó mirándolo mientras reía.
-Estoy segura que en la casa de estos dos sólo se comerá lasaña-le dijo leonor a belén y esta última rió asintiendo.
Mis tripas se revolvieron un poco de pensar que en un futuro pudiésemos vivir juntos y me ruboricé un poco, aunque no quise darle más importancia de la que tenía y seguí animada la conversación.
Pablo estaba poco hablador, aunque cada vez que lo miraba tenia una sonrisa que dedicarme. Cenamos todos juntos, y después de cenar me levanté a ayudar a quitar la mesa, a pesar de los regaños de belén.
-Venga, que te llevo a casa-dijo Pablo soltando su plato en la encimera.
-¿No te quedas?-me preguntó belén y yo negué-Bueno, pues Tened cuidado en la carretera anda-me dijo dándome un abrazo y me sentí muy mal.
No vivía a diez minutos, y pablo había ido a llevarme, después se había vuelto a entrenar, había ido a recogerme y ahora tenía que volver a llevarme.
-Llamaré un taxi-dije sacando mi móvil pero Gavi me lo quitó de las manos.
-¿Un taxi para que? Te llevo yo que es en lo que hemos quedado-me dijo.
-Pablo llevas todo el día en carretera por mi-le dije negando y el se puso la chaqueta y cogió las llaves del coche guardandose mi móvil en su bolsillo.
-Vamos anda-me dijo y yo me despedí de todos antes de salir por la puerta con él.
Nos montamos en el coche y puso rumbo a mi casa.
-¿Cómo se te ocurre querer llamar a un taxi?-dijo metiendo la mano en su bolsillo devolviendome mi móvil.
-Es tarde, tu hermana me ha dicho que anoche dormiste mal y es un camino largo-le dije y el tragó saliva al oírme decirle que su hermana me había dicho que durmió mal.
-Sólo duermo bien cuando duermes conmigo-me dijo con la vista fija en la carretera y yo me ruboricé.
Me miró un instante y volvió la vista a la carretera sonriendo cuando vió lo que había causado en mi.
-No sabes lo que me gusta que te pongas roja, pararía el coche y te comería a besos en este mismo instante-murmuró, y casi sin poder evitarlo mi corazón contestó por mi.
-Hazlo-murmuré y el alzó las cejas sorprendido, no esperaba esa respuesta.
Cambió de dirección en la primera salida, y sabía perfectamente donde iba a llevarme, a nuestro sitio en lo alto de la montaña, desde donde se veía todo Barcelona y donde habíamos hablado tantas veces de cualquier cosa.
Al llegar arriba del todo, paró el coche y echó su asiento para atrás quitándome el cinturón y cogiendome de la cintura sentándome sobre él.
Fui yo la que juntó nuestros labios mientras el dejaba caricias en mi espalda de forma suave, moviendo sus manos de arriba a abajo.
-Te quiero, te quiero, te quiero-murmuró en mis labios al separarnos por falta de aire.
-No te perdonaré ni una sola cagada más-murmuré y el asintió.
-No voy a perderte nunca más, no sabes lo mal que lo he pasado sin ti-murmuró encima de mis labios.
-Te quiero-repetí sus palabras antes de volver a juntar nuestros labios sin dar tiempo a que me contestase.
Los besos fueron subiendo de tono casi sin darnos cuenta, pero fue él el que nos frenó cuando empecé a dejar besos húmedos por su cuello.
-Espera, espera-murmuró y yo lo miré mientras nuestros labios quedaban muy cerca-no quiero que pienses que solo quiero esto, no tenemos que hacerlo-me dijo posando un beso en mis labios de forma dulce y yo sonreí.
-¿No te apetece?-Le pregunté al separarnos frunciendo el ceño.
El me pegó más a él, notando su entrepierna chocar con la mía, y dándome cuenta que si que le apetecía.
-¿Crees que no me apetece?-murmuró y yo reí haciendo que él sonríese.
-Entonces no te frenes...-dije besando sus labios nuevamente.
-Ven, vamos atrás-dijo abriendo la puerta del coche.
Echó el asiento para delante lo máximo que pudo, y nos sentamos en el asiento de atrás en la misma posición en la que estábamos antes.
-Me gusta más cuando llevas vestidos-murmuró entre besos y yo sonreí-es más fácil-susurró en mi cuello.
-Eso se soluciona en un momento-le dije separándome de él y llevando las manos al botón de mi vaquero para desabrocharlo.
Me levanté como pude y el tiró de mi pantalones para abajo mientras yo me quitaba los zapatos y volví a sentarme sobre él ya semidesnuda.
Juntó nuestros labios llevando su mano a mi tanga y lo echó a un lado pasando sus dedos por la zona excitándome.
Él llevaba un chándal, asique solo lo eché un poco para abajo con sus calzoncillos dejando a la vista su notable ereccion.
Soltó un suspiro echando la cabeza para atrás en cuanto lo toqué con mis manos de arriba a abajo y volvió a meter la cabeza en mi cuello dejando besos en él.
-¿Tienes un condón?-pregunté, necesitaba sentirlo dentro de mi ya.
-En la guantera-murmuró intentando levantarse para ir a por él, pero fui yo la que se giró para llegar hasta ella.
Cosa que pasó aprovechó para dejar un apretón en mi culo y morderme el cachete mientras lo manoseaba.
Reí volviendo a mi posición ya con el preservativo en las manos y lo abrí tendiendoselo para que se lo pusiera mientras besaba su cuello y mandíbula con ganas.
Se colocó en mi entrada y entró en ella de una estocada haciendo que ambos soltásemos un gemido a la vez.
Colocó sus manos en mi cintura, y yo comencé a moverme de arriba a abajo con su ayuda.
Me separé de su cuello juntando nuestros labios, aunque tuve que separarme soltando un gemido cuando noté como me apretaba contra el.
Tenía los ojos cerrados y una cara de placer que hizo que se me escapara una risa, haciéndole sonreír a él mientras abría los ojos y me miraba.
-¿Qué pasa?-murmuró mirándome.
-Tu cara de placer, que me ha hecho gracia-le dije y el sonrió pillín llevando su lengua a un lado.
Me tumbó en los asientos de atrás sin salir de mi quedando el encima de mi, y rodeó su cintura con mis piernas para tener un completo acceso a mi sexo.
Empezó a entrar y salir de mi más bruscamente que nunca mientras dejaba besos en mi cuello, y me estaba provocando un placer que casi no me permitía quedarme callada, solo podía gemir en su oído.
-Pablo, dios joder-murmuré su nombre y él aumentó aún más sus movimientos-me voy a...-me cortó.
-Aguanta un poco, amor-murmuró en mi oído, y aunque quise hacerlo, solo el escucharlo decirme amor me hizo correrme apretándome aún más.
Al notar que me había corrido, solo con un par de estocadas más de el noté como el también se corría y un gemido ronco chocó contra mi oído.
-Te quiero preciosa, te quiero más que a nada el en mundo-dijo en mi oído con la respiración agitada y yo sonreí girando mi cara para buscar sus labios y fundirme con ellos.
-Yo también te quiero más que a nada en el mundo, mi vida-murmuré al separarnos y el sonrió abrazándose a mi cuerpo.
Creo que los dos nos hubiésemos quedado toda la vida en los asientos de atrás de su coche abrazados desnudos, pero yo tenia que volver a casa y el tenia entrenamiento al día siguiente.
Asique después de estar un rato abrazados y acariciandonos el uno al otro, tuvimos que vestirnos para seguir el camino a mi casa.
El llevaba su mano entrelazada con la mía encima de mis piernas, y cuando paró frente a casa y le vi la carita de cansado no pude resistirme.
-¿Quieres quedarte aquí? Y mañana vuelves-le pedí y el sonrió.
-Me da cosa con tu padre-me dijo.
-Seguramente estará dormido, y ya sabe que en tu casa hemos dormido juntos-le dije y el me miró sin decir nada-venga, que me da cosa que te vuelvas solo a estas horas y sin haber dormido apenas-le pedí y el sonrió acercándose a mi.
-No hace falta que insistas, estoy deseando dormir contigo-dijo antes de dejar un pico en mis labios y sonreí viendo como cuando nos separamos se quitaba el cinturón.
En casa no había nadie, asique le mandé un mensaje a papá diciéndole que Pablo se quedaba a dormir, no me puso ningún problema, solo me dijo que estaba reunido y que llegaría tarde.
Asique nos dimos una ducha juntos y después nos tumbamos en mi cama abrazándonos.
Creo que no me dio tiempo a caer cuando ya estaba dormida, lo último que recuerdo es como me apretaba contra el y dejaba un beso en mi pelo susurrándome que me quería...
(CONTINUARÁ...)
Buenas noches❤️
¡Os leo!✨️