*Dalia*
La tía de Pablo fue la primera en llegar sobre las doce de la mañana, me quedé un poco cortada al principio, pero pronto ellos se encargaron de que como siempre estuviese cómoda.
El que no estaba conmigo esta vez era pablo, porque sus primos pequeños Aroa y Raúl lo habían raptado para jugar con el, y no había parado de estar con ellos de un lado para otro contentando a los pequeños.
-y cuando empiezas las clases-me preguntó belén.
-La semana que viene-le dije con una sonrisa-al solo haber perdido dos meses y medio me van a dejar seguir con mi curso aunque tengo que ponerme al día.
-No hace falta que te diga que te ayudo en lo que necesites-me dijo Aurora.
-Muchas gracias-le agradecí, al fin y al cabo ella estaba estudiando lo mismo que yo y solo me llevaba un año de diferencia.
-Un segundo, bebo agua y voy con vosotros-dijo Pablo entrando a la cocina ahogado.
-Mucho fútbol pero te cogen los enanos y te destrozan-le picó aurora y yo reí.
-¿Sabéis la energía que tienen estos niños?-preguntó mirándonos mientras bebía agua y su tía rió.
-Pues claro, son mis hijos-le dijo obvia Almudena.
Su prima se acercó a mi, no tendría más de cinco años y me miró con el ceño fruncido.
-¿Me haces una trenza como la tuya?-me pidió y yo asentí.
Llevaba una trenza de espiga, asique cogí su pelo haciéndole una trenza, y cuando acabé fue hasta las piernas de su primo mirándolo.
-¿Que pasa enana?
-¿Volvemos a jugar?-le preguntó ella.
El no le contestó, pero la cogió poniéndola en su espalda como un saco de patatas haciéndola reír a la vez que sonaba el timbre.
-Deben ser los abuelos, yo abro-dijo pablo con la niña en su espalda.
-No lo dejan quieto cada vez que lo ven-me dijo Belén refiriendose a Gavi y los niños, y yo mordí mi labio sonriendo viendo la escena de los niños colgados de él mientras iba a la puerta.
Una pareja de lo más entrañable entró en la cocina, eran los padres de belén, y todos los fueron saludando hasta que solo quedé yo.
Pablo se acercó hasta mi cogiendo mi mano acercándonos a ellos y sonreí a la pareja.
-Abuelos, ella es Dalia, mi novia-les dijo pablo.
-Encantada-dije sonriendo.
-Anda que no eres tu listo-le dijo su abuelo después de darme dos besos-te la has buscado fea, si-dijo con ironía y yo reí sonrojada.
-Madre mia si yo sabía que iba a conocer a la novia de mi niño habría llegado antes-dijo ella cogiendo mi brazo con una sonrisa-¿Cómo estás guapa? Yo soy Aurora.
Brazo que no soltó en toda la tarde, que se convirtió en una panzada de preguntas hacia mi, aunque no me molestaban, porque sabía que tenían interés en conocerme y que para todas que Pablo se echase novia era algo que no se esperaban.
Pablo siguió jugando con el niño hasta que se durmió, sin embargo Aroa no se despegó de mi después de lo de la trenza.
-Es la primera vez que habla tanto con alguien-me dijo Almudena cuando la niña fue a buscar uno de sus muñecos para enseñarmelos-es muy tímida con todo el mundo.
-Eso tienen las dos en común-dijo pablo sentándose a mi lado y yo sonreí asintiendo.
-A mi me has parecido un encanto-dijo su tía y yo le sonreí tímida.
-Lo es-contestó belén mirándome con una sonrisa y tras eso ya me sonrojé.
Menos mal que pronto llegó Aroa para enseñarme su muñeca, y volví a centrar mi atención en ella mientras que los demás le empezaban a preguntar a pablo por el fútbol.
-Encanta de conocerte guapa, espero que nos veamos muy pronto-me dijo su abuela al despedirnos.
-Por supuesto, y el placer es mío, Aurora-le dije con una sonrisa.
La pequeña se despidió de todos y cuando lo hizo de mi me dió un abrazo con una sonrisa.
-¿Podemos jugar otro día cuando vuelvas a venir?-me preguntó.
-Claro que si, guapa-le dije y ella dió un saltito emocionada mientras se despedía con la mano.
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*Gavi*
-¡Hasta que por fin!-nos dijo Ale al abrir la puerta.
-No te quejes que solo llego diez minutos tarde-le dije señalandolo con el dedo mientras reia.
-Encantado, soy Ale-dijo riendo dándole dos besos a mi chica.
-Encantada Ale, soy Dalia-le dije y de repente Mario saltó encima de mi llegando también.
-Gavito!!-dijo colgándose en mi espalda.
-¡Mario no seas cazurro!-Escuché a su novia de fondo, Laura.
-uy, ¿eres Dalia verdad?Gavi nos ha hablado mucho de ti-le dijo y ella sonrió.
-A mi tambien de vosotros, chicos-dijo ella psra presentarse a Laura con una sonrisa.
Entramos dentro, donde Ale había organizado una mesa con muchos juegos de mesa, que eran uno de nuestros planes favoritos desde enanos.
-¿Qué tal el enano? ¿Se porta bien?-le preguntó Ale a Dalia y yo rodé los ojos.
-Deja a mi novia en paz, venga-dije riendo.
-Gavi con novia, quien lo diría hijo-dijo Laura y yo sonreí encogiendome de hombros.
Podemos jugar al uno, que así no tenemos que hacer parejas, que somos impares-dijo Ale.
Mis amigos se echaron un cubata y empezamos a jugar, yo no pensaba beber, no era algo que me gustase mucho y aparte debía cuidarme lo máximo posible.
Ni Dalia ni Laura quisieron, y empezamos a jugar al uno.
Tengo que reconocer que como buen deportista de élite no me gusta perder, y las cartas esa tarde me estaban sacando de quicio, porque solo ganaba Ale y no paraba de reírse.
-Estás haciendo trampas tío, ¿Cómo que estás ganando siempre?-me quejé cuando volvió a ganar tirando las cartas.
Las chicas y Mario reían viendo la escena.
-Gavi, ¿Cómo voy a estar haciendo trampas?-me contestó riendo.
-Fullero-le dije y el rió más aun enfadandome.
-Se acabaron las cartas venga-dijo Laura recogiendolas.
Al final nos pasamos la tarde charlando de todo un poco, los chicos habían conectado muy bien con Dalia, como todo mi entorno de Sevilla y me encantaba eso, porque sentía que había encontrado mi pieza de puzle perfecta.
Al despedirnos de ellos, pidiendo que se dejasen caer por Barcelona, Ale se acercó a mi oído.
-me gusta para ti, tio-me dijo en el abrazo y yo sonreí.
-¡Encantado Rubia! ¡Eres team palaciega, me has caído genial!-le dijo Mario ofreciéndole chocar su puño, y Dalia rió aceptando ese choque.
Nos terminamos de despedir de mis amigos, y nos montamos en el coche.
-Son lo que no hay-me dijo Dalia riendo recordando la tarde y yo sonreí.
-¿Te han caído bien?-le pregunté y ella asintió.
-Si mi amor-me dijo acariciando mi nuca.
Cuando llegamos a casa era ya de noche, y al entrar nos encontramos todo apagado.
Dalia cogió el papel que había en la mesa al encender la luz.
-¿Dónde está todo el mundo?-Le pregunté.
-Tu hermana se queda en casa de Lucía y..tus padres esta en casa de tus tíos y llegarán tarde-dijo leyendo la nota.
Yo asentí quitándome la chaqueta y ella andó hasta mi rodeando mi cintura por detrás dejando un beso en mi espalda.
-Estamos solos...-me dijo y yo sonreí sin que me viese para girarme hacia ella.
-Ya-Le dije agarrando su cintura pegándola a mi.
-¿Cuántos condones quedan en la caja?-me preguntó.
-Creo que dos-le dije y sonreí pillin-¿Qué pasa? ¿Quieres gastarla?-le pregunté rozando sus labios con los míos.
Ella no contestó con palabras, pero si pegó sus labios a los míos con fuerza, asique la subí encima de mi y empecé a subir las escaleras hasta nuestra habitación....
(CONTINUARÁ...)
Aprovechad los momentos bonitos...porque dentro de nada se viene drama gordo!