Tú no dijiste nada, solo tomaste una almohada y se la arrojaste con todas tus fuerza al pelirrojo a la cara y dando justo en el blanco -¡Tú cállate que estoy intentando calmar al bebé!- Regañaste bastante enojada, es hora de cortar con este mal matrimonio -Y que bueno que llegas "querido" quiero el divorcio y me llevo a mi bebe conmigo-
Hubo un largo silencio en la habitación por el shock de lo que acabas de pedir, nadie se cree que la sumisa y temerosa reina _____ acaba de pedir el divocio al rey Riddle, la cara de todos los presentes era un poema.
-... ¿Qué?- Balbuceo Riddle empezando a salir del shock
-¡¿Qué?!- Dijeron los sirvientes
-¡¡QUE!!- Ya gritaron los ministros y consejeros, que como dicta el protocolo fueron a conocer al príncipe y cerciorarse de que fuera niño fuerte y sano
-Wah...- Balbuceo tu bebecito mirandote sorprendido luego al resto del mundo en la habitación
-Lo que acaban de escuchar todos, quiero el divorcio y me llevaré a mi hijo conmigo- Repetiste aún más decidida -Y más te vale darme una buena pensión, si te sobra el dinero para traer una puta amante disfrazada de invitada del reino vecino, también te sobrara darle una buena vida a nuestro hijo-
-¡¡¿TE HAS VUELTO LOCA MUJER?!! ¡¿O ese médico de cuarta te dio medicamentos caducados?! ¡¿Cómo se te ocurre pedir tal cosa en un momento así?!- Exclamó Riddle incrédulo de tu petición en un momento que se supone debería ser de los más felices de su vida.
-¿Y eso que te interesa.... Majestad? Si has demostrado todo este embarazo que te doy igual, como el niño que lleve en mi vientre...- Dijiste seria -Ya sabes... Negándome el médico real y de buena servidumbre, estas gritando a los siete vientos que no quieres nada conmigo y prefieres a tu amante ¿O acaso crees que soy estúpida y no se lo que dices de mi cuando sales de cacería o las reuniones del té oficiales donde solo participan el rey y los ministros?-
-¡Ese no es el punto, por ley tu no me puedes pedir el divorcio si yo no he hecho nada en tu contra!-
-¡¿Y traer a esa puta rata blanca arrastrada sin mi permiso como se llama?! ¡Esa es una falta muy grande, un ataque a mi honor como tu esposa!-
-¡A ti no te importa ser mi esposa! ¡Tu solo quieres ser una reina, no hablabas conmigo, me evitaste por semanas, cuando quise ser amable contigo me rechazabas!- Exclamó sintiéndose indignado que le reprocharas algo cuando a sus ojos tú también estabas en falta
-¡¡SI TE RECHAZABA COMO ME EXPLICAS ESTE BEBÉ!!- Dijiste mientras abrazabas a tu hijo enojada -¡Tu eres el que no me acepta y todos aquí te lo pueden confirmar!-
Ante tus palabras Riddle se giró a mirar a todos los presentes en esa habitación, pero todos giraron la cabeza o apartaron la mirada, nadie quería meterse en esta pelea conyugal, ya que tomar partido era sinónimo de perder la cabeza, ya sea a manos del rey o la reina, la opción de supervivencia es hacer las de Suiza y permanecer neutrales.
-Pero si de verdad crees que lo único que me importa es la corona, pues bien empezare actuar como la reina que soy, empezando por hacer valer las leyes- Dijiste eso ultimo llamando la atención de Riddle -Invico al reglamento de crianza del heredero al trono, regla #224, inciso #34: Para garantizar la seguridad del heredero al trono la reina y solo la reina decidirá quién tiene permiso de estar en presencia del príncipe o princesa heredero o cualquier hijo del rey y tu Riddle Rosehearts no eres apto ya que no te preocupaste por la salud del bebé en todo mi embarazo y por poco nos dejas morir en el parto-
-¡¡QUE!! ¡¡TÚ NO ME VAS DECIR SI PUEDO O NO ESTAR CON MI HIJO!!- Grito Riddle a todo pulmón, con unas ganas incontrolables de cortarle la cabeza a alguien.
"Oh no.... Tengo que hacer algo... Pero estando tan chiquito solo se me ocurre" y con ese pensamiento Arthur se preparó y empezó a llorar a todo pulmón, gritando tan fuerte que opacaba los gritos de su padre, con eso los adultos dejaron de discutir.
Tú al acto comenzaste a acunar a tu bebé entre tus brazos y susurrarle -Calma bebé bonito, calma todo está bien, mamá está aquí, calma, calma- Decias mientras meces el pequeño pelirrojo entre tus brazo, para luego dedicarle una mirada asesina a quien esperas sea pronto tu ex-esposo -Mira lo que hicistes con tu griterío, pones nervioso a mi niño, mejor vete a divertir con tu puta barata y me dejas a mi con mi hijo, no te necesite 9 meses, así que no te necesito ahora-
El rey rojo estaba aún más enojado, estaba a punto de volver a gritarte pero se contuvo cuando vio cómo el bebé lo miraba con miedo para luego abrazarse a tu pecho, listo para llorar de nuevo si volvía a alzar la voz.
-Hablaremos después de esto, cuando te calmes, es obvio que estás alterada, enviare al medico real para que te revise y a mi hijo- Dijo Riddle conteniendo en tono serio, ya dándose la vuelta para retirarse
-Y me cambias a todas las mucamas que has asignados y despide a mis damas de compañia- Ordenaste antes de que tu marido saliera del cuarto -Asi como tienes pésimo gusto para las amantes, tambien me escogiste pésimas mucamas y damas de compañia, esas son una vagas, solo mira las condiciones de esta habitación ¡Ah! Y que las escoja el consejero Clover o el consejero Diamond, ellos tiene más sensatez que tú-
Se giró de manera brusca, de verdad que quería gritarte en ese momento, lo único que hizo fue cerrar las puertas de la habitación de golpe, llevándose los sirvientes y demás compañía consigo, tu soltaste un suspiro de alivio, la discusión no salió como esperabas, pero estabas satisfecha
-Bueno... Mi cabeza no salió rodando, eso es un logro para mi- Dijiste soltando un suspiro de alivio y mirando a tu hijito -¿No lo crees... Che'nya?-
Se escuchó la risa divertida y desde las cortinas de la habitación una cabeza de un gato sonriente se mostró dedicando una sonrisa a la reina.
Continuara...