Toda tu vida se te fue editando y publicando los libros de los autores prometedores del momento, este trabajo te ha traído reconocimiento y riqueza... Sin embargo, nunca fuiste genuinamente feliz, ya que cuando fue tu momento una editorial malvada c...
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-Su majestad- Dijo el chico-minino haciendo una reverencia mientras aparecía -¿Desde cuándo sabes que estoy aquí?- Pregunto curioso.
-Note cuando las cortinas se movieron justo cuando Riddle abrió las puertas- Respondiste meciendo a tu niño entre tus brazos -Aun que siempre he notado como me vigilas de cerca, supongo que Riddle quiere una excusa por mínima que sea para deshacerse de mí- Comentaste como si nada.
-... Su majestad el rey es terco como salmón, no importa si construyes un camino en el río, ellos seguirán su cauce, pero si uno soltara la bola de estambre no se desharía, como decía mi abuelita, con paciencia y amor los gatos que eran rivales pueden ser amigables- dijo el minino flotando alrededor de la reina mientras movía su cola cerca de Arthur para entretenerlo.
-.... Esto no es nadar contra corriente, ni tampoco se trata de compartir una bola de estambre, Che'nya, se trata de la vida de nuestro hijo- Respondiste algo seria, pero aun asi lo dejabas acercarse al pequeño príncipe -Entiendo que Riddle quiera divorciarse de mi, yo simbolizo un mal recuerdo viviente de su madre gobernando sobre él, pero no abandonaré a mi hijo, ni tampoco dejaré que lo críe una extraña- Dijiste con más firmeza.
-Ay~ este estambre se desara muy rápido y todos terminamos envueltos, en vez con suetercitos~ bueno que se va hacer~- Ahora flotaba boca arriba y puso sus manos en su barbilla con sonrisa traviesa- ¿Cual va ser su primera orden para este gato sonriente majestad?~-
Te quedaste meditando un poco cual sería tu siguiente decisión importante, repasaste tus recuerdos de esta vida y lo comparaste con lo que sabías por ser la escritora, entonces recordaste una de las leyes de concubinato de reino y sonreíste con malicia.
-Bianca sea divertido a costillas mías como una dama de la corta y "supuesta embajadora" de la Rosa Blanca, también se le han subido mucho los sumos es hora de recordarle su lugar- Dijiste sin perder la sonrisa.
-Oh~ ¿Y cómo lo harás?~- Dijo el minino que parecía más un amigo que está escuchando un chisme jugoso, hasta movía los pies y la cola.
-Bueno se quiere divertir como dama, cuando en realidad es una perra, Che'nya has valer la ley de... La perrita del rey, todas las concubinas son mascotas de su majestad... Así que por ende... Todas necesitan un collar para que no las confundan con damas dignas- Dijiste sería pero con una sonrisa maliciosa -Que mal se vería que alguien hablara con un animal como si fuera una persona ¿No crees Che'nya?-
El chico gato respondió con una gran sonrisa socarrona, mientras que Arthur que observa y escucha todo pensaba...
"Ya veo, vas iniciar una guerra psicológica y de poderes contra mí padre y su amante, usarás las propias leyes que mi padre tan adora para romperlos....... Me agrada tu forma de pensar mamá" El pequeño bebé sonrió de forma inocente "A ver cuanto tardas en salir corriendo con el rabo entre las patas... Bianca"
Pensó Arthur divertido mientras intentaba alcanzar la cola de Che'nya como si estuviera jugando, si es un bebé de nuevo tiene que asumir bien el papel y no delatar que tiene la conciencia de un adulto, aunque este chiquito intentará ayudar a su madre como pueda.
Mientras tanto por los pasillos del gran palacio Bianca caminaba con confianza y seguido por un pequeño séquito de admiradoras que gustaban de pasar tiempo con ella.
Ya habían escuchado que esa mañana la reina _____ había dado a luz un niño sano y que la dieron por muerta en el parto, pero terminó por ser falsa alarma y si sobrevivió, la chica peli-blanca maldijo para sus adentros que no hubieras muerto, eso le hubiera facilitado mucho las cosas, pero bueno, ahi muchas maneras de quitarte la corona.
Hablaba con fingida inocencia sobre que regalo llevarle a la reina y al joven príncipe con sus amigas, así como cuándo sería apropiado visitarte, cuando un sonriente Che'nya acompañado por un par de guardias la interceptaron.
-Chicos~ póngale el collar a la perrita- Dijo Che'nya como si nada ignorando la cara de confusión de la chica.
-¡¿Qué?! ¿De que estas hablando gato?- Dijo Bianca seria pero el gato la ignoró y los guardias la agarraron de los brazos -¡¡OIGAN SUELTAME!! ¡¿QUÉ ES ESTO?! ¡¡OYE!!- Grito la peli-blanca furiosa y forcejeando para que la suelten.
-Vaya~ La perra no deja de ladrar~ Lo siento Bianca pero aquí no hay concubinas~ Son mascotas y dime quien esta tan loco para hablar con una mascota, ¿verdad chicas?~- Dijo el minino mirando a las chicas que acompañaban a Bianca con seriedad pero con una sonrisa maliciosa.
El grupito de muchachas al acto se sintieron intimidadas, todo el mundo sabe que Che'nya más que un consejero, es el espía del rey Riddle y que si no respetan alguna regla irá corriendo a contarle a su majestad.
-Largo, que vergüenza que anden detrás de un perro sin que el rey se los ordene - ya dijo serio Che'nya sin sonreír, significando que era una última advertencia y las chicas asustadas dieron una reverencia para irse corriendo.
-¡¿GRRR QUE CREES QUE HACES GATO CALLEJERO?!- Ya grito la mujer de cabellera blanca y el gato solo se giro para sacar un collar rojo con una medalla que decía su nombre.
-Órdenes de la Reina... ya jugaste demasiado a ser una dama pero también te metes con el Rey, pues ahora eres un animal ~ Nyufufufufu~ - dijo mientras le puso el collar mágico - ... ¿Asi que dime, quien es animal aquí?~ - ya se separó - y como eres la mascota del rey... no puedes caminar por ahí a tus anchas sin las órdenes del rey, así que a su perrera~ -
Y con eso los guardias se llevaron arrastras a la chica mientras gritaba y pataleaba para que las soltaran... pero quien hace caso a los ladridos de un perro.
