No tenía idea de como seguía viva, tras una ardua batalla mágica fue lanzada de un gran acantilado y ahora su cuerpo yacía en el fondo de este, donde se golpeó contra las afiladas duramente y aun así seguía viva, bien dicen que hierba mala nunca muere, pero sabía que no sería por mucho tiempo, pronto la Reina Malvada va a morir.
-Mal..Malditos enanos... Maldito... Príncipe...- Maldijo la Reina Malvada con las pocas fuerzas que le quedaban, mientras que se retorcía de dolor por su cuerpo casi destrozado contra las rocas -Todos... Ustedes... Malditos... Malditos...-
Siguió maldiciendo pero poco a poco sus quejidos de dolor se fueron convirtiendo en sollozos de desesperación y tristeza, mientras elevaba su vista al cielo, podía con algo de dificultad a los 7 enanitos sumándose a la orilla del acantilado junto a un apuesto joven de cabellos negros y ojos hermosos, que la miraba con desprecio y enojo.
-Ahora me miras con odio... Cuando hace poco me mirabas con cariño y me dedicabas poemas de amor...- Murmuro para si misma la cruel reina sintiendo que se le estaba escapando la vida -Pero tu... Solo amas... La belleza... Yo no soy la más bella... ¿Verdad mi principe?- Volvió para sí misma la Reina Malvada.
Pero no siempre fue conocida como la Reina Malvada, hace no mucho tiempo su nombre fue Catherine Schoenheit, fue la princesa heredera del Reino de Pyroxene, tuvo una madre, un padre y una gemela idéntica, las dos eran como gotas de agua... Pero eso fue hace mucho...
-Vaya... ¿Ni siquiera esperaron a que muera para devorar mi carne?- Cuestiono la mujer que aún moribunda y su cuerpo destrozado, se veía tan hermosa con su sangre color carmín tiñendo su blanca piel, mirando a los buitres descender poco a poco en su vuelo -Malditas hienas voladoras...Por eso prefiero a los cuervos... ellos tiene más modales y clase...-
Dijo la reina notando como las aves de rapiña descienden hasta aterrizar en un árbol muerto cercano, mirando a estas aves no puedo evitar recordar a las dos buitres que revolotearon a su alrededor y que le jodieron la vida, su madrastra y su media hermana... Esas horribles mujeres... Preciosas por fuera, asquerosas por dentro, por lo menos se logró vengar de la madrastra que la torturó desde que tuvo uso de razón.
Sin embargo, su media hermana se escapó de su venganza y ahora está muriendo por culpa de esa mocosa que logró engatusar al príncipe que se volvería su futuro esposo con su belleza y abrirle las piernas.
-¿Que acaso... E..Eso es lo único que importa? ¿Ser... Bella...... Es.. Lo único que importa?.... ¿Solo las personas bellas son amadas... Como decía mi madrastra?- Dijo la cruel reina con su último aliento -Es... Injusto... Yo nunca... Seré tan bella como ella...... Mi madrastra... tenía razón... Solo las personas bellas son amadas... Y yo soy horrenda por dentro y por fuera...-
¿En serio crees eso pequeña Catherine?
Es la ley de este mundo... Solo la gente hermosa tiene su final feliz...
¿En verdad crees que tu no mereces amor?
Nunca tuve amor... Así que ¿Por qué lo merecería amor?... Fui una estúpida al creer que finalmente sería amada
¿Y no te gustaría volverte a encontrar con personas que te amaron desde el principio?
Esa persona no existe... Y con ese pensamiento final, la reina más bella y al mismo tiempo más malvada que existió alguna cerró los ojos...
-... ¿Catherine? ¿Eres tú?- Llamó tímidamente una voz tímida que la reina ya conocía.
-¿Vi..Victoria?- Dijo Catherine abriendo los ojos de manera abrupta y buscando a su hermana gemela a su alrededor, cuando la encontró estaba justo como la última vez que vio cuando tenía 16 años, sin embargo cuando parpadeo esa visión se desvaneció y lo que encontró fue una bebita recién nacida, toda rosadita y cachetona, con dorados mechones de cabellos rubios champán que se tornaba violeta en las multas y grandes ojos amatista que la miraban con sorpresa -¡¡VICTORIA ERES UNA BEBE!!.... Un momento... ¡¡YO TAMBIÉN SOY UNA BEBITA!!- Exclamó notando sus manitas chiquitas y como todo era gigante a su alrededor -¡V.Victoria...perdón por matarteeeee!- Ahora la pequeña bebita Catherine empezó a llorar con intensidad.
-No fuiste tú... Fue esa mujer malvada, ella quería matarte.. Y.. Y yo tomé el veneno antes que tú- Dijo Victoria empezando a lagrimear.
-¡¡POR QUÉ LO HICISTE NIÑA TONTA!! ¡¡YO SOY LA MAYOR Y TE CUIDO!!- Dijo Catherine llorando con más fuerza.
-¡¡PORQUE NO QUERÍA QUE NADA TE PASARA!! ¡¡BUAAA!! ¡¡YA PERDÍ A MAMÁ Y A PAPÁ NO QUERÍA PERDERTEEEE!!- Ahora la bebe Victoria empezó a llorar.
-N.. No lo vuelvas hacer, ahora tu y yo estamos juntas contra esa mujer malvada...- Dijo Catherine intentando calmarse y tomando la mano de su hermanita, ahora ellos dos contra el mundo.
-¡¡SI.. SI LE GANAREMOS ESTA VEZ!!- Dijo Victoria cuando el llanto de las dos fue interrumpido por los gritos de dolor.
Ambas bebes se miraron entre sí y luego alzaron sus cabecitas desde la cuna, ahi estaba una mujer de cabellera blanca dividida con negro, cosiendole la boca a la mucama mentras era sostenida por un guardia de cabellera morada oscura y orejas de oso, la pobre intentaba gritar por ayuda pero conla boca cosida no podia hacer mucho.
-¿E.. Ella quien E.. Es?- Preguntó Victoria un poco asustada.
-... Ella se parece a las pinturas que estaba en la casa del abuelo.... Es....- dijo Catherine.
-¡¿MAMA?!- Dijeron ambas bebés en un grito y llanto.
Continuará....