D A N I E L.
“una sorpresa”
Hoy iríamos al mercado para comprar ropa, zapatos, juguetes y ect para mi hija.
Ahora Brenda se encontraba dormida, es una dormilona igual que su papá.
— Brenda mi amor...— sobe su mejilla estaba estirada en nuestra cama con sus manos en forma de puñito y sus piernas separadas.
— un ratito más...— se estiró en la cama.
— eso dijiste hace unos 8 minutos bebé.— dije con una sonrisa mientras besaba su mejilla.
— pero tengo sueño.— bostezo.
— lo sé, lo sé, solo vamos a comprar unas cosas y venimos a casa ¿Okey?— la acerque más a la orilla de la cama para cambiar su pañal— vamos a cambiarte y luego te cepillo los dientes para desayunar ¿Que quieres comer bebé?— quite su pañal sucio.
— Bibi...—
— ¿De chocolate o vainilla?— limpie su parte íntima con delicadeza.
— leche normal por favor..— dijo con una sonrisa.
— okey eso será.— le termine de limpiar y le puse un pañal nuevo.
Le di su chupete y ella lo recibió.
El Bibi ya estaba echo por Manuel.
— buenos días mi amor.— bese sus labios con dulzura.
— buenos días corazones.— respondió y beso también la frente de Brenda.
— buenos días papá.— Brenda se escondió en mi cuello.
Le di el biberón para que lo tomara ella me senté con ella en brazos y prendí la televisión.
El biberón se callo al suelo, y Brenda rasco su cuello.
—¡oh!— dije y recogí el Bibi.
— lo siento.— siguió rascando su cuello.
—¿Te pica?— Brenda asintió.
— amor, puedes revisar a Brenda creo que tiene comezón en el cuello.— mi esposo asintió y reviso su cuello.
Este estaba rojo con puntitos en todo el cuello.
— N-no pued-do r-respirar.— Brenda no podía respirar y se agarraba de mi camisa.
—¡Trae el inhalador!— Manuel fue corriendo por el.
Se lo dimos, pero no hizo efecto.
—¡Súbela al auto ahora!— mi esposo grito.
Lleve a Brenda en mis brazos hasta el auto.
— bebé mírame...— mis lágrimas salían disparadas.— por favor no te duermas..— Manuel se puso adelante y manejo a una velocidad máxima.
Llegamos al hospital.
—¡mi bebé ayudela! ¡Por favor!— grite desconsolado.
Una doctora la puso en la camilla y Manuel me abrazo.
— déjenme entrar...—dije en lágrimas.
— no puede, debe permanecer aquí hasta que la revisemos le diremos todo ¿okey?— la pareja asintió.
Habían pasado unos minutos desde que Brenda estaba en el hospital, no nos han informado nada y estamos muy preocupados y ansiosos.
El doctor nos llamo.
— hola...— saludo el doctor.
— hola, ¿Cómo está nuestra hija?— Manuel preguntó con preocupación.
— por ahora está bien, tuvo una reacción alérgica, ¿Que fue lo último que comió antes de lo sucedido?— preguntó el doctor con una libreta en la mano.
— tomo una leche natural (lácteo)— el doctor asintió.
— bueno puede que eso le allá causado alergia es muy común en los niños, su peso de verdad que me preocupa la revisamos bien, pero está bien de salud y sigue siendo flaca ¿Que tipo de comida le dan normalmente?—
— le damos comida normal, arroz, pollo, carne o el biberón y también ensalada y frutas.— informo mi esposo.
— puede que su hija tenga problemas en los lácteos, es un gran problema las personas siempre necesitan lácteos en su cuerpo y puede que su hija se enferme más con el tiempo.— mire a mi esposo con preocuparon.
—¿Que tipo de comida con lácteos le sirve?— pregunté.
— lamentablemente solo una podría subirle de peso y que no tenga más problema en su salud.— informo el doctor anotando todo en la libreta.— ¿Es su hija biologica?— preguntó.
— No, no lo es.— los 2 respondimos.
— puede que su madre nunca le dió de lactar, eso siempre es común en los niños, por ellos los niños se enferman más rápido de lo normal por falta de lácteos.—
—¿Y como podemos ayudar a nuestra hija?—
— la única forma es la lactancia Brenda estuviera mejor con ello, pero si no pueden se tendría que inyectar todos los días y tener dieta.— eso nos estresaba.
Nuestra hija lloraba por pinchazos imagínate todos los días uno que horror..
— es la única opción de se puede dar...— dijo el doctor con una sonrisa.
—¿podemos pasar a verla?—
— claro en unos minutos puede pasar, los llamaré cuando puedan verla.— mi esposo y yo nos sentamos en la banca del hospital y nos miramos unos segundos.
¡Cómo vamos amamantar a nuestra hija!
¡Somos hombres!
No sé puede hacer eso ¿o si?
De lo que yo tengo entendido es que los hombres no pueden estar embarazados y si no lo están menos pueden lactar.
Desearía amamantarla.
Tenerla en mis brazos sin que llore por un pinchazo de todos los días.
O de comer cosas que no le gustan.
¡A ella no le gusta las aliños!
¡A ella le gusta la leche de chocolate!
¡Le encanta el pollo!
¿Cómo le quitaría la comida que le gusta?
¿La vería todo el tiempo llorando?
O eso creía....
Brenda permanecía en el hospital todavía, la visitamos y la vimos en la camilla, pero todavia le faltaba chequeos.
— papi quiero irme...— la voz rota de mi hija se hizo presente.— me duele el cuerpecito y mis muñecas.— sus ojitos estaba apagado realmente estaba cansada igual que nosotros.
— lo sé pequeñita, te harán unos chequeos más íbamos a casa.— bese su frente y su nariz.
— pero... Yo quiero estar en la casa jugando con Teddy.— ella extrañaba a Teddy.
— ¿Quieres que llame a papá para que la traiga?— Brenda asintió.
Manuel se encontraba en casa haciendo la habitación de nuestra pequeña, había ropa nueva también y muchas cosas.
— ¿Aló?— preguntó la voz ronca de mi esposo.— nuestra hija ¿está bien? ¿Le pasa algo? ¿Tiene otra inyección...— lo interrumpí.
— amor, está bien, solo quiere que le traigas el osito teddy y una ropa de cambio.—
—Oh, claro iré enseguida déjame termino de pintar y voy.—
—mhm. —
— te amo mucho y a Brenda también.—
— yo también cariño.— los ojos se me aguaron.
Corto.
De verdad que deseaba estar en casa los 3 arreglando la habitación, pero no podían dejar sola a Brenda que se ponía a llorar si no los veía por unos minutos.
— ya viene papá te traerá el osito teddy.— me acerque a ella— dijo que te ama.— bese su mejilla.
— yo también lo amo.—
Después de unos minutos mi esposo llegó con el oso Teddy y una ropa.
—¡Papá!— Brenda estaba feliz.
— hola corazón..— beso su mejilla.
Le dió el osito teddy y le dijo al oído.
— tienes una sorpresa en casa.— Brenda estaba feliz por llegar a casa.