*Dalia*
-Quieres que hablemos?-me preguntó pablo secando mis lágrimas y yo negué.
-Podemos dar ese paseo que íbamos a dar?-le pregunté y el sonrió.
-Pues claro que si, preciosa-me dijo dejando un pico en mis labios y, para mi sorpresa se dió la vuelta a lo que yo reí entre lágrimas aún.
-¿Qué haces?-Le pregunté.
-Pues darme la vuelta para que te cambies-me dijo obvio girandose hacia mi.
-El otro día teníamos prisa, ahora puedo hacerlo en el baño-le dije andando hasta el armario.
No tardé mucho, solo me puse un vaquero y un jersey, el verano se acercaba cada vez más pero aún de noche en Barcelona refrescaba.
Me deshice la trenza, dejando mi pelo ondulado y salí del baño encontrándome con pablo sentado en la cama con su móvil.
En cuanto me vió lo guardo en su bolsillo sonriendome.
-Voy a ver si ya se han dormido-me avisó antes de salir.
Mientras yo cogí mi móvil y lo guardé en mi bolsillo.
Pablo asomó su cabeza indicándome con la mano que lo siguiese, y una vez en el pasillo entrelazó nuestras manos.
Salimos de casa montándonos en su coche, y cuando salimos de la calle apoyó su mano en mi muslo, justo como había hecho el día que fue a buscarme, asique yo entrelacé nuestras manos mientras miraba las calles de Barcelona.
-Tienes alguna preferencia?-me preguntó y yo negué suave.
-Solo quiero desconectar
-Entonces tengo el sitio perfecto-dijo besando el torso de mi mano, erizandome la piel.
Aparcó el coche cuando llegamos a una colina, y bajamos del coche.
Entrelazó nuestras manos y andamos hasta unas rocas desde donde se veía toda Barcelona. Subió de un salto y me ofreció su mano para ayudarme a mi a subir.
Se sentó abriendo las piernas y me invitó a sentarme entre ellas, y eso hice, mientras el pasaba los brazos por mi cintura y apoyaba su barbilla en mi hombro y ambos mirábamos al frente, apreciando la belleza de la ciudad toda iluminada.
-Gracias...-le susurré apoyándome en su pecho.
-Gracias a ti-me dijo besando mi mejilla-y quiero que tengas claro que puedes confiar en mí, yo puedo ayudarte rubia-me dijo y me giré para mirarle.
-Yo solo necesito que no me rompas el corazón-le pedí y el se acercó posando un beso en mis labios.
-No lo haré, preciosa-me aseguró abrazándome más fuerte-sin esperarmelo eres lo que llevaba esperando mucho tiempo-me dijo y yo sonreí.
Me giré hacia él de lado, y él abrió mis piernas cerrando las suyas sentándome sobre él, pasé las manos por su cuello y el rodeó mi cintura, quedándonos cara a cara.
-Quiero hacerlo bien esta vez-me aseguró en un susurro y yo sonreí.
-¿Esta vez?-Le pregunté burlona y el sonrió nervioso.
-Bueno, digamos que siempre he sido un poco sinvergüenza-dijo y yo reí por como lo dijo-Venga, no me irás a decir ahora que tu eres una santa-me dijo y yo sonreí apartando la mirada.
El cogió mi mandíbula encontrándome otra vez con sus ojos que me miraban confusos.
-¿Tu también has sido así?-me preguntó y yo negué levemente-cuéntame de ti también, con cuantos chicos...-me dijo dándome a entender a que se refería, y mis mejillas se tornaron de rosa.
-¿Porqué tanto interés?-le pregunté tímida.
Aunque verdaderamente me daba miedo decir la verdad.
-Para conocernos mas-dijo encogiendose de hombros-no me voy a asustar eh-me dijo y yo lo miré.
-Con ninguno-dije mirándolo y el abrió los ojos.
-¿Con ninguno?-preguntó incrédulo y yo negué agachando la mirada algo avergonzada.
El tampoco dijo nada por unos instantes, hasta que habló.
-Trataré que sea especial entonces...-dijo y yo lo miré, viendo que tenia una sonrisa en sus labios.
-¿Y que te hace pensar que seas tú el primero?-le pregunté con una sonrisa.
-Hombre ya que no he sido el primer beso espero ser el primer...ya sabes-me dijo y yo volví a apartar la mirada sonrojada, pero el no tardó en reaccionar-He sido el primer beso?!-preguntó.
-Deja de preguntarme cosas, pablo!-le pedí avergonzada y el sonrió.
-Solo dime si si o si no-me pidió pegándome más a él.
-Si-le dije rondando los ojos.
Sus manos pasaron de mi cintura a mis mejillas, y dejó varios besos seguidos en mis labios, mientras sonreía en cada beso.
-Por que no me lo habías dicho?-me preguntó separándose y yo me encogí de hombros.
-No me habías preguntado-respondí.
El sonrió para hundir la cabeza en mi cuello y dejar un beso muy tierno en el, mientras me abrazaba contra el.
-Me encanta tu olor-le dije pegada a él.
-A mi me encantas tu, cada día mas-me dijo sacándome una sonrisa más.
Estuvimos horas ahí, contándonos cosas el uno al otro.
Anécdotas, malos momentos, nuestros hobbies, amigos.
Me enseñó a sus amigos de Sevilla, diciéndome que para el eran como sus hermanos, y que en cuanto viniesen a Barcelona me los presentaría.
Por supuesto no falto el tema del fútbol, me contó como empezó, que fue por un amigo de su padre, porque su familia no era muy futbolera, que empezó en la cantera de un pueblecito y al poco tiempo lo fichó el betis, y más tarde el barşa.
Estaba claro que amaba a su equipo, porque en cuanto hablaba de él se le dilataban las pupilas.
Yo le conté sobre mi familia, que solo tenía a mis abuelos paternos, y una tía que vivía en el extranjero y que hacía años que no veía. Que no tenía familia materna, porque mi madre no tenía relación con ellos, o eso me había contado mi padre.
También que mi madre nos había dejado a mi padre y a mi cuando yo era pequeña, y que no sabía nada de ella y solo tenía un recuerdo borroso, porque mi padre había tirado todas las fotos.
Le conté que no tenía muchos amigos, si conocidos, pero que amigos amigos solo a leire y que para mí era como una hermana desde que eramos muy pequeñas.
-y tu padre? No me has contado nada de él..-me dijo dejando un beso en mi mejilla y yo suspiré apoyando la cabeza en su pecho, mientras ambos mirábamos al frente otra vez.
-Mi padre...es lo único que tengo realmente-le dije.
-Rubia, tu sabes que no lo está haciendo bien, verdad?-me dijo y yo suspiré.
-Creo que esta en shock-le dije-el nunca había tenido problemas de dinero, y de repente verse sin nada y de mierda hasta el cuello...nose, no quiero hablar de ello igualmente-le dije y el asintió besando mi cuello.
-No hablemos entonces, preciosa.
-Tu tienes una familia increíble-le dije y el sonrió.
-Si, tengo mucha suerte con eso-me dijo y yo asentí-pero vaya, que he visto como te miran mis padres, y como mi hermana mira por ti, y te puedo asegurar que ya formas parte de ella-me dijo y yo sonreí.
-Siempre voy a estar agradecida de como me han tratado-le dije.
-Te lo has ganado tu solita-yo asentí.
Estuvimos un rato más hablando, hasta que el miró la hora en su móvil, dándonos cuenta que era muy tarde y que debíamos volver, porque el al día siguiente tenía entrenamiento y yo tenía que madrugar para trabajar.
El camino a casa fue relajado, y en silencio, solo que como antes, nuestras manos estaban entrelazadas.
-Duerme conmigo esta noche-me dijo pablo cuando estábamos entrando ya en nuestra calle.
-Ahora vas a pedir permiso?-le dije soltando una risa-si llevas colándote en mi habitación dos semanas.
-Por eso, hoy vamos a dormir en mi habitación-me dijo y yo frunci el ceño.
-¿Que tiene de malo la mía?-Le pregunté.
-Que me tengo que mover a las seis de la mañana a mi cama-me dijo y yo reí, es verdad que siempre me daba pena despertarlo.
-Me da miedo que nos pillen...a la mía no van a entrar sin tocar pablo-le dije.
-Yo pongo el pestillo, no va a pasar nada-me dijo besando el dorso de mi mano, y yo asentí en su dirección.
Asique en cuanto llegamos a casa, fui a mi habitación a por mi pijama y después entré en la de Pablo que estaba metido en la cama con una sonrisa esperándome.
Eché el pestillo, y me tumbé. El apagó la luz y me acurrucó en su pecho, rodeando mi cuerpo con sus brazos y entrelazando nuestras piernas.
Dejó un beso en mi frente y respiró tranquilo.
-Buenas noches, preciosa-me dijo.
-Buenas noches-contesté sonriente.
Porque puede ser que mi vida estuviese patas arriba, pero Pablo sabía hacer que me olvidase de todos los problemas...
(CONTINUARÁ...)
Acababa de terminar este capitulo y lo iba a subir mañana, pero es que me ha parecido tan bonito que tenía que subirlo antes de irme a dormir.
Que descanséis y soñeis con pablogavi❤️