"Trata de no reírte y de no llorar sin ninguna razón. ¿Qué estás mirando? ¿Algo está molestándonos? Cuéntame sobre tu dolor, no hay persona sin sentimientos. Dime, puedo entender y sentirte. Te llevaré al cielo conmigo, te dejaré sentir el cielo. Cariño, puedes mostrarme cómo sientes el cielo. Apuesto a que te gusta eso. "
—Heaven
(Taemin)
☽
Jung Hoseok realmente dejó escapar una carcajada, una fuerte y sonora carcajada en medio del pasillo de aquella vacía estancia mientras observaba el modo en el que Min se sentaba en la fila de sillones frente a él, con los brazos cruzados, el ceño fruncido y un enorme puchero en los labios.
—¿Estás en medio de una rabieta porque no te he complacido? Podría haberme imaginado esa reacción de cualquier lobo menos de tí.
El guardián estiró sus piernas y apoyó los codos sobre sus rodillas. Posó la mirada atentamente sobre cada una de las facciones del chico, con esa postura sus botas militares de tonalidad oscura rozaban los converse de color rojo que llevaba puestos Yoongi. La ropa de Jimin y la de sus hermanos pequeños se habían abierto paso en el armario del lobo de viento, muy por encima de la suya propia. El chico parecía preferir las confortables camisas de cuadros de franela o las sudaderas con capucha antes que cualquiera de sus prendas deportivas o camisetas de trabajo.
Y lo cierto es que no lo culpaba del todo. Hoseok a menudo se sentía mareado por el aburrimiento cuando abría las puertas de su armario o tomaba alguna camiseta de la cómoda de la habitación. La monotonía lo atrapaba todo en su casa, incluso cuando se trataba de la vestimenta.
Llevaba prendas deportivas, cómodas. Ropa que se ajustaba a aquellas tareas que realizaba como humano y a lo que después haría como lobo. A sus largas caminatas por el monte, la continua exploración o al entrenamiento que con frecuencia llegaba para él y los lobos bajo su mando. Sus pantalones a menudo estaban repletos de bolsillos, sus polos térmicos a menudo eran acompañados por chalecos y como en ese mismo instante, su calzado se basaba en botas diseñadas para evitar los resbalones cuando el terreno se encontraba humedecido por la lluvia.
—D.. déjame en paz, Hoseok.
La Diosa Luna sabía que si él no había complacido al muchacho de la manera en la que los dos lo habían deseado tras aquel beso era únicamente porque su madre le había enseñado a pensar con raciocinio, le enseñó a respetar a las personas y a conocer los límites de alguien que no piensa exactamente con cordura durante su ciclo lunar. Su lobo estaba deseando arrancar cada prenda de ropa que Min llevaba sobre la piel, porque el olor del chico resultaba insoportablemente atractivo con su celo tan cerca, pero simplemente no era un idiota. No tanto al menos, y tampoco iba a hacer tal cosa. Simplemente no.
—Hoseok, podéis pasar.
Las miradas de los dos lobos se separaron cuando un hombre de aspecto amigable y edad avanzada asomó su cabeza desde una puerta cercana. Ese debía ser el sanador del que Hoseok le había hablado a Yoongi durante la caminata hacia el edificio en el que ahora se encontraban.
El lobo de viento tardó un poco en levantarse de su asiento y solo caminó una vez que el guardián comenzó a hacerlo. Fue extraño. La sensación de entrar en ese cubículo blanco y frío le erizó la piel, una habitación pequeña y casi claustrofóbica en la que el hombre le pidió que se quitase la parte de arriba de la ropa que portaba. Y aunque jamás había sentido vergüenza de su propia piel como lobo o persona, en esa ocasión de alguna manera le pareció que estaba expuesto mientras los ojos de Jung lo miraban en la distancia. Porque el guardián permanecía de brazos cruzados apoyado contra la pared, atento a lo que el sanador hacía y decía. Sus miradas nunca se separaron. No hasta que el anciano de voz amable le indicó que podía volver a ponerse su ropa.
—Bien —el sanador tomó asiento, Hoseok y él mismo lo imitaron—. Tu salud es buena muchacho pero en cuanto a lo que debo prescribirte para el ciclo lunar que estás a punto de atravesar no estoy plenamente seguro. No sé cómo puedes reaccionar al tipo de medicamentos que los lobos de nuestro clan generalmente tomarían.
El hombre habló directamente para Yoongi y eso de alguna manera hizo que el lobo de viento bajase los hombros que no había notado que estaba manteniendo en alto. La presión descendió. Le gustaba ese anciano. Era definitivamente amable y olía a sinceridad.
—Si no estuvieses en etapa lactante podría arriesgarme pero ahora mismo cualquier cosa que te recete podría afectar a la alimentación de tus bebés. Así que mi recomendación es bastante sencilla.
Solo en ese momento la mirada del sanador pasó a Hoseok.
—O bien mueves tu culo para llevar al chico de vuelta a la cima de la montaña y le consigues las hierbas que su manada usaba durante el celo. O bien haces lo que cualquier lobo sano de su edad haría, deja que vaya a un bar o a una fiesta y se divierta. Que consiga a un pretendiente sano y atractivo y que pase su celo con una persona agradable que aminore sus síntomas.
El gruñido del guardián los sorprendió a los tres. Incluyendo al propio Hoseok.
—No puedes estar hablando en serio, estamos en medio de un toque de queda y subir a la cima es lo menos recomendable cuando hay… —Hoseok cerró su boca antes de decir más de lo necesario. Nadie necesitaba saber nada acerca de sus investigaciones sobre los túneles que surcaban el interior de la montaña—. Cuando todavía existe peligro.
—Bueno. Decidáis lo que decidáis, mi recomendación es sencilla. O conseguís hierbas que por la naturaleza de Yoongi puedan convivir con su cuerpo sin dañarlo, o bien optáis por lo más simple de todo y dejáis que su lobo se libere como lo haría el de cualquier otra persona de su edad.
Los dos chicos se miraron.
Yoongi nunca había escuchado la música sonar con tanta intensidad, ni de la manera en la que lo hacía en aquel lugar. Sabía que Hoseok ponía canciones cuando entrenaba e incluso había logrado escuchar algunas melodías que le agradaban pero lo que el guardián habitualmente reproducía en sus altavoces no se parecía en nada a lo que ahora sus oídos estaban captando. Quizás por eso inclinó su cabeza a un lado y al otro, justo después estrechó sus ojos con cierto interés.
—Música en directo, en caso de que vayas a preguntarme al respecto. Es una banda, una de las pocas que hay en este clan. Cada vez son menos los músicos que deciden quedarse atrapados en la montaña, el mundo humano supone para su profesión una zona mucho más diversa y atractiva. Sobre todo para los que quieren vivir por el resto de sus vidas dedicándose a ello.
Era diferente, porque había personas produciendo los sonidos que escuchaba. Y esos sonidos no se parecían en nada a la música ceremonial que solía sonar en las tribus, eran un poco más… Estridentes. Pero de alguna manera la fortaleza con la que golpeaban el interior de sus tímpanos le agradaba y eso era extrañamente satisfactorio. Le gustaba y lograba que todo su cuerpo quisiera moverse.
—Vamos, te conseguiré una bebida de… Supongo que de algo que no te emborrache. Ya es lo suficiente malo que vayas a meter a un lobo desconocido en mi casa, no quiero que lo escojas sin estar plenamente cuerdo. Aunque, a estas alturas, ni siquiera sé si yo lo estoy del todo. No entiendo por qué crees que esto es una buena idea.
Yoongi parpadeó y siguió a Hoseok a través del lugar. El guardián se había vestido diferente esa noche, no portaba su vestimenta de trabajo pero mantenía sus botas militares. Los pantalones normalmente amplios eran ahora ajustados, también llevaba una chaqueta negra de un tejido que parecía brillar cuando las luces azules del bar tropezaban contra este en lugar de la habitual tela lisa y aburrida. La camisa que se había puesto tenía todos los botones y en cambio este por alguna razón los decidió dejar abiertos hasta la mitad del pecho. El lobo de viento intentó avisarle de que probablemente se le había olvidado abrocharse unos cuantos, lo hizo antes de abandonar la casa pero Hoseok pareció no tomarle importancia a tal detalle. Así que, aún en ese momento, continuaba con la camisa mal abrochada mientras caminaban hacia la barra.
—No sé s..si lo es aún. En mi c..cabeza sigue presente la memoria de m..mi pareja y mi lazo. No sé si podré estar con alguien sin e..evitar pensar en Adaham.
Hoseok apoyó sus brazos sobre la barra y le señaló a Yoongi uno de los altos taburetes que la rodeaban. Habían tenido que pedirle una vez más a Jimin que se quedase con los pequeños, y aunque el plan era estar en ese bar por un máximo de una hora todavía le resultaba extraño e injusto encontrarse en una situación como esa. Ser el niñero de un lobo cerca del celo no parecía el mejor de los planes para una noche de sábado. Más todavía cuando era la primera vez en mucho tiempo que ponía sus pies en un bar durante un fin de semana sin que una misión o algún rastreo se encontrase de por medio.
A veces iba para beber, en ocasiones le gustaba sentarse para simplemente cenar algo mientras sus oídos disfrutaban del sonido de la música en directo y antes de tener a un inquilino con dos hijos en su casa a menudo conseguía a alguien con quien pasar el celo. Porque el sanador tenía razón en una cosa, la forma más natural de remediar los síntomas de una fase lunar demasiado intensa era dejar que la necesidad abandonase el cuerpo y cuando dos lobos se sentían atraídos simplemente funcionaba dejarse llevar, usando la protección adecuada para evitar contratiempos.
Algunas parejas habían llegado a formar lazos así, el juego terminaba en algo más profundo y enrevesado, pero él esperaba conocer a su otra mitad de una forma un poco más original. Menos… fría.
—¿Ves a alguien que te parezca atractivo? —Hoseok llamó al barman después de hacer la pregunta. Recordaba a su madre hablando de lo mucho que al chico le gustaban las mandarinas—. Un zumo de mandarina y una cerveza.
Yoongi torció el gesto confundido pero miró a su alrededor, buscando entre los rostros y olisqueando aquello que su nariz captaba.
—Hay demasiada mezcla de a..aromas.
—Esa es la parte negativa de los bares, tendrás que fijarte en el físico primero. También es lo malo de pasar tu celo como un humano y no como un lobo, el cincuenta por ciento será atractivo y no… ¿Pelo? No sé. Solo busca algo bonito, es probable que el olor natural de quien sea que elijas esté contaminado por whiskey o ginebra.
Pero Yoongi volvió a fruncir el ceño, sus pies se mantuvieron quietos y finalmente después de varios segundos decidió sentarse sobre el taburete y girarse hacia Hoseok. Definitivamente odiaba la manera de pensar de los humanos. Algo bonito no tenía porque ser físicamente atractivo. Algo bonito iba mucho más allá de todo eso que Hoseok decía.
—Tal v..vez ha sido mala idea. Tu cabeza h..hueca no ayuda demasiado.
El guardián gruñó en respuesta y dió un largo trago a su cerveza. En momentos así a Yoongi le gustaría morderle la yugular y gruñirle de vuelta.
—No me digas —bromeó—. Ahora ya estamos aquí, deberías intentarlo al menos.
Intentarlo. Para Hoseok debía ser muy fácil, lo era definitivamente si basaba sus conquistas en lo que a simple vista le gustaba.
—Es incómodo. No puedo p..parar de pensar en que estaré traicionando al padre d..de mis hijos y además de eso, si no captó el olor del lobo c..con el que estaré entonces simplemente no puedo s..sentirme bien para e..eso. El aroma dice muchísimo de la persona con la que te decides aparear.
—Tú mismo lo dijiste esta mañana. El celo es un asunto de naturaleza, no tiene nada que ver con el amor sino con tu instinto como animal. El hecho de que necesites un olor para encenderte no hace más que confirmar lo básico e instintivo que eres. No hay traición posible en ello, Yoongi. Solo necesitas sacarlo de tí y desahogarte. Ve a buscar un lobo para follar o que te folle. Es sencillo.
Los dos se mantuvieron en silencio después de aquello por un instante. A pesar de que la música del bar sonaba con fuerza, una extraña sensación de quietud se instaló alrededor de ambos y cuando el camarero apoyó las bebidas de otro cliente sobre la barra, la burbuja que los había atrapado pareció finalmente disiparse.
—¿Q..Qué sugieres que haga?
—Mueve tu culo por el local y busca a alguien que se vea bien. Te lo he dicho.
—Pero necesito que además de verse bien, s..se sienta b..bien.
Hoseok acercó su cara a la de Yoongi e hizo chocar la parte lateral de la botella de su cerveza contra la mejilla del lobo. El frescor en cierta forma hizo que el chico se sintiese bien, estaba ardiendo y ni siquiera era consciente del todo de ello.
—Simplemente déjate llevar, se sentirá bien después de que empecéis a disfrutar de un poco de contacto. Si nunca lo intentas, nunca lo sabrás.
—V..ven conmigo. No quiero hacer esto solo, no sé cómo los h..humanos suelen cortejar a sus parejas de cama y realmente no es un a..asunto que me h..haga sentir emocionado al respecto. Y yo n..no quisiera que la persona que elija se confunda con mis intenciones.
Ver esa faceta del muchacho le resultaba extraño, así que el guardián no pudo evitar soltar una carcajada antes de tomar la mano de este.
—Bien, si ese es el problema… —dió un trago a su cerveza antes de depositarla sobre la barra, probablemente no volvería a beber de ella en todo lo que le restaba de noche—. Te acompañaré.
Hoseok tiró de la mano de Yoongi hacia el centro del bar, donde una gran cantidad de lobos se encontraba amontonada con el objetivo de ver de cerca a la banda de música.
Sus brazos rodearon la cintura de Yoongi y su barbilla se posó sobre el hueco del cuello de este. La espalda del chico estaba pegada a su pecho de manera en la que los dos podían mantener un ojo sobre las personas que se movían cerca.
—¿Cómo era Adaham físicamente?
—¿Qué i..importa eso?
—No has querido definir un tipo de persona atractiva para tí, así que quizás podamos sacar algo de quién fue tu pareja. Tiene que haber un elemento en él que te haya llamado la atención además del tema personal y romántico.
—Adaham era m.. más que un cuerpo. Para mí eso es lo atractivo. D..deja el tema.
Hoseok bufó.
—Sé eso pero ahora no estamos buscando una pareja para toda la vida, sino a alguien que te pueda resultar agradable a la hora de compartir tu fase lunar. Puedes elegir de la manera en la que desees pero si quieres mi consejo, será genial si te entra por los ojos dado que no vais a charlar durante horas.
Yoongi bufó y se mantuvo en silencio. Fueron al menos veinte segundos de indecisión hasta que finalmente se giró entre los brazos de Hoseok dispuesto a encararlo.
—¿Y qué hay d..de tí? Me besaste esta m..mañana y pareció ir bastante b..bien para ambos. ¿Por qué complicar las cosas llevando a una casa dónde están mis cachorros a a..alguien que no conozco lo suficientemente bien?
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Hiiii!!
Buenos días y buen miércoles Juju
Se acerca Halloween, en mi país empieza a refrescar poooorfiin y estos dos lobos pronto se comerán la boca con bastante frecuencia jeje.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado?
Espero que sí
Un beso,
os amo
Mel
😘