Aviones de papel

By Crisbeylis

3.2K 1K 4K

Uno, dos, tres, cuatro, muchos aviones de papel caían en mi mesa, cada uno con palabras motivadoras, a los cu... More

✨Nota de la autora✨
✨Sinopsis✨
✨ Playlist ✨
✨Dedicatoria✨
✨Prólogo✨
Capitulo 1: No soy especial
Capitulo 2: ¡Hola!
Capitulo 3: Ian Luján
Capitulo 4: ¿Puedo sentarme?
Capitulo 5: Distracción
Capítulo 6: Dolor.
Capítulo 7: Solo hay que sonreír
Capitulo 8: Cosas complicadas que no deberían serlo
Capitulo 9: Un futuro planeado
Capitulo 10: El misterio de los avioncitos
Capitulo 11: El misterio tiene nombre (pte 1)
Capitulo 12: El misterio tiene nombre (pte 2)
Capitulo 13: Una canción
Capitulo 14: Más que una etapa
Lo que era antes
Capitulo 15: Luz y sombra
Capitulo 16: El miedo a caer
Capitulo 17: ¿Hemos perdido?
Capitulo 18: La melodía en mi cabeza
Capitulo 19: Tu risa/ su beso
Capitulo 20: Un trébol de cuatro hojas
Capitulo 21: Mi promesa.
Lo que era antes
Capitulo 22: Unas flores de papel amarillo
Capitulo 23: ¿Buena o mala suerte?
Capitulo 24: Es mi vida
Capitulo 25: Siempre estamos cambiando
Capitulo 26: Arreglar las cosas
Capitulo 27: Te quiero
Capitulo 29: Lucia
Capitulo 30: Cofre bajo llave
Capitulo 31: Afortunados
Capitulo 32: Querer avanzar
Capitulo 33: La música
Capitulo 34: Canta conmigo
Capitulo 35: Pequeños momentos
Capitulo 36: Blue Eyes
✨ Epílogo ✨
✨ Última notita ✨
Extra 1| Mick

Capitulo 28: Emociones

43 16 103
By Crisbeylis

Heather.

Mil cosas pueden pasar en unos días, en muy pocos días.

En estos días, me he visto a mi misma, yendo a casa de Ian, todas las tardes después del instituto, pasándole los apuntes de las clases, ya que han presentaron una justificación a sus faltas a clase. He hablado mucho con él, de cosas que no llegaba terner ninguna importancia y otras que la tienen toda. 

Mick, Jana y Elisa, también han venido, y todos hemos pasado buenos momentos estos días, bromeando entre nosotros. He conocido a Ian un poco más, y ya lo he dicho antes, pero repito que es una persona muy, pero muy especial, me ha hablado un poco más de toda su vida, de cosas que solía hacer y como se intereso en la música.

Por otro lado la mamá de, Ian, es demasiado buena conmigo y sumamente divertida, literal, estos últimos días que he venido no ha parado de contar anécdotas de Ian cuando era pequeño que me hicieron reír mucho. También me invitó a cenar con ellos y por supuesto acepte; la cena estuvo bien, pero un poco incómoda por lo sucedido entre Ian y el papá. La madre de Ian, era quien sacaba conversación y yo la seguía, apretando la mano de Ian, por debajo de la mesa, pero a pesar de eso, estubo bien.

En una ocasión, le comentamos a su madre, sobre el vídeo de la presentación de Ian, en la voz kids, y ella fue como un remolino a buscar un pendrive y una laptop en donde poner ese vídeo guardado; ahí salía un Ian mucho más pequeño, con el cabello castaño rozando sus orejas, en sus ojitos se mostraba un brillo de terror y emoción mientras cantaba, Someone like you de, Adele, delante del jurado y todo el público y para ser el niño de nueve años, que no tenía la mejor voz, como él mismo había dicho, era una completa mentira, su voz era igual de sueve, profunda, fuerte y melodiosa, solo que ahora esta más mejorada.

Por mi parte, estos días me he estado sintiendo un poco mejor, aunque los mareos y los dolores de cabeza han seguido, y eso me tiene un poco nerviosa, pero a parte de eso estoy bien. Lo estoy, de verdad, eso creo, así me siento; más liviana, con el peso sobre mis hombros menos pesado, aunque, aún me tengo que enfrentar a la cena tan esperada con mis padres que, es esta misma tarde.

Eso, es en todo lo que pienso, mientras con una pequeña sonrisa lo miro, a Ian, que mira por la ventana del salón de su casa, apoyado en una de las muletas que aún necesita, porque aún no puede apoyar completamente bien su pie, que se encuentra considerablemente mejor. Y obvio, Margaret, esta rondando por la casa, de hecho, creo que esta en la cocina.

Me pongo de pie y me acerco a él, ya que estaba sentada en uno de los sofás, me planto a su lado, él me regala una media sonrisa, me recuesto de su hombro, e Ian, sigue observando por la ventana, mordiéndose el labio inferior, con gesto pensativo.

Se lo que le pasa, está pensado en su padre, sí, como dije, también me contó lo que había pasado entre ellos. El señor Alan y él no habían vuelto a hablar desde ese día y no me se todos los detalles, pero sé que es eso lo que lo tiene pensado.

—Oye, las cosas se resolveran —lo abrazó de lado —. Estoy segura, tal vez puedan arreglar sus diferencias.

—No creo que sea tan fácil, principalmente por su parte —murmura, mirandome aún con una sonrisa está vez algo decaída.

—No seas pesimista.

—Mira quien lo dice —bromea.

—Estoy tratando de ser positiva —frunso los labios mirando mi reflejo en sus ojos grises.

—Dios, como me gustan tus ojos —suspira y me da un tierno beso en al frente, y yo trago saliva sonríendo—. Son como el mar más profundo o el cielo más azul, son mágico.

Me río un poco, con el calor subiendo a su mejillaz y nos quedamos así por un rato, en un abrazo confortable, con el calor del otro, y en un agradable silencio que no necesita de palabras, porque todas las que teníamos que decir hasta este preciso momento, estan dichas.

Me aparto un poco, cuando ya me doy cuenta de que tengo que irme, para poder estar para la cena.

—Me tengo que ir —le aviso con una mueca.

—De acuerdo —tiene una expresión de entendimiento pintada, le he hablado sobre el divorcio y todo este tema de la cena, así que ya está un poco al tanto.

Me terminó de apartar y lo miro desde un palmo de distancia y me sigue sonriendo como solo él me sabe sonreír.

—Suerte, recuerda que tú puedes con todo. Eres ruda, sabes cómo callar bocas, aunque eso no tanga nada que ver —se ríe un poco, oh, sí, por supuesto, le dijeron como le cerré el pico, a aquella chica en el instituto—. Y estarás bien y que siempre me tiene aquí o a una llamada de distancia, por si me necesitas o si solo quieres hablar de como fue todo...

Me acerco de nuevo y me alzó sobre la punta de mis pies y le dejo un rápido y casto beso sobre sus labios, callando sus palabras.

—Gracias, esta bien, siempre aquí —asiento sonríendo de nuevo ampliamente.

Él se ha puesto un poco rojo y yo también, aún es raro esto de los besos, pero se sienten bien, que no los forzamos, simplemente pasan, sin necesidad de meditarlo, de planearlo, solo pasan.

—¿Estás segura de que no quieres que te acompañe? —me mira dudoso.

—No, me conozco dm camino —bromeo un poco.

—Bien, pero me avisas en cuanto llegues.

—Por supuesto —alzo el pulgar—. Le dices a tu mamá que pronto vendré de nuevo.

—Vale.

—Adios.

Cuando salgo de casa de Ian, despidiéndonos otra vez desde afuera, porque él ha estado viendo todavía por al ventana.

Cuando por fin llegó a mi casa, me encuentro a mamá en la cocina, dónde me sorprende que este haciendo la comida, ella cuando me ve me saluda con una sonrisa y yo señalo que voy a mí habitación.

Papá aún no se ve rondado, supongo que llegara en un rato, subo las escaleras y me meto en mi habitación y me dispongo a agarrar una camiseta, un par de pantalones y un par de medias blanca. Me meto a la ducha, bañándome un poco más rápido de lo normal y me pongo la ropa que la tenía preparada sobre la cama y amarro mi cabello negro en una coleta alta, me miró al espejo, suspiro y vuelvo a salir de mi habitación.

Me quedo viendo la puerta de la habitación frente a la mía, y ya no falta nada, solo días, para que sea un año y yo ya no lo soporto, y por eso mismo en vez de ignorar esa puerta e ir al salón, yo solo avanzo hasta poner mi mano en el pomo frío de la puerta y girarlo para por fin abrirla, y, aunque con dudas, doy un paso dentro y cierro detras de mí.

Enciendo la luz y al observarlo todo un huracán de emociones de apodera de mí: tristeza, alegría, miedo, optimismo, nostalgia, amor, desesperación. Son tantos que no se si reír o comenzar a llorar, porque todo está igual, tal y como la última de alguien estuvo aquí, la cama aún sigue con las sábanas arrugadas, hay algunas cosa tiradas en el piso, más algunas horas de papel, y veo las cosas llenas de polvo y las cortinas estan corridas por la ventana, tal y como estaban esa noche.

Todo esta igual, absolutamente igual y eso se debe a que nadie se ha atrevido a atravesar esa puerta y enfrentarse al vacío de esta habitación, pero yo lo estoy haciendo, me estoy enfrentado a todo esto.

Doy otros paso al frente y me aproximó a la cama, la comienzo a ordenar, con un inevitable nudo creciendo en mi interior, y luego paso a recoger lo que esta tirado por el piso, y mis dedos sienten el polvo que está en el piso, coloco los lápices que recogí en al mesita, y paso a recoger también los zapatos de tacón que Lex solía usar siempre y los dejo en su lugar.

Me doy otra mirada a la habitación, girando sobre mi propio eje, y la cabeza me está volviendo a doler. Veo las fotografías en la pared, en la mesita, en el escritorio, las paredes colorida y miro el techo donde están pintadas algunas mariposas. Si me concentro muy bien casi puedo sentir el perfume con aroma a jazmines que ella usaba, si me concentro muy bien casi la puedo visualizar sentada en al cama, con la piernas cruzadas y con una sonrisa radiante.

Casi nos puedo visualizar a ambas saltando por este lugar, si parar, soltando risas y haciendo bromas que no tendrían ni el más mínimo sentido.

Suspiro temblorosa y con agonía. Este lugar al igual que la camara, tiene encerrado muchos momentos, todo lo que está entre estas cuatro paredes guarda un pedazo de ella, mi hermana, fue y siempre va a ser la mejor del mundo, a dejado una huella en todo, y siento su presencia en cada espacio de esta habitación, de una manera especial, supongo.

Cuando ocurrió yo estaba durmiendo con ella, no me quería separar de ella, yo era como una garrapata, dormía todas las noche con ella, porque en esos últimos días yo estaba tan asustada y ella se veía tan tranquila, y yo había comenzado a perder un poco de mi esperanza, cuando lo único que hice durante todo ese tiempo fue tratar de mantener viva la de todos.

Vuelvo a suspirar, con una lágrima silenciosa bajando por mi mejilla, me giro hacía el escritorio, dispuesta a organizar algunas de las hojas que se encuentran regadas, las organizó y las pongo a un lado, pero mi atención se la gana el libro de portada roja que se encuentra ahí, con una hoja de papel que sobresale de él, tomo el libro entre mis manos y saco la hoja blanca y  doblada.

Dejo el libro a un lado y desdobló la hoja de papel e identifico la letra de mi hermana, que aunque las letras se ven como su fueran sido escritas con presura se entiende y aunque solo le hecho un vistazo por encima, puedo visualizar mi nombre en ella. Y por eso me siento en al cama con un nudo de nervios que no a dejado de crecer en mí, con las carta en las manos y la comienzo a leer con lentitud.

"Voy a morir, eso es definitivamente seguro, lo presiento en todo mi ser, lo haré en cualquier momento y me da miedo de que cuando eso pase que no pueda despedirme.

Tener cancer no es bonito, ja, por supuesto que no lo es, es como un virus que te come poco a poco a tí y a los que te rodean y te debilita hasta acabar contigo. Desde mi otro punto de vista, el cáncer soy yo misma de alguna manera horrible, son mis pulmones, mis riñones, vive en mí, así que soy yo

He luchado por tres años sin parar, tratando de seguir aquí, porque quiero seguir aquí con todas mis fuerzas, pero esa idea ya me parece tan lejana, estoy cansada, mis pulmones están cansados...

Haether. Oh, hermanita, eres la personita con más luz que he conocido nunca y no lo digo porque sea tu hermana, lo digo porque es cierto. Siempre, pero siempre te amare, estando o no aquí. No te mereces todo esto, te estoy apagando, me duele verte así, siempre has mantenido a flote una esperanza que al final sabíamos que terminaría hundiéndose, como cuando lanzas una piedra al agua y desciende lentamente hasta llegar al fondo.

No sé si esto servirá de algo en algún momento, pero escribo esto ahora mismo por algún instinto; con la razón de dártela en algún momento usando la termine y decirte que no la leas, hasta que yo fallezca, porque, de nuevo no es por ser pesimista, pero se que va a pasar. Quiero que cuando leas esto, sepas que te amo y que nunca, bajo ninguna circunstancia va a haber algo mal contigo. Recuérdalo, eres más de lo que crees. Eres mi hermanita Ache, a pesar de todo las pelas tontas, las risas, las charlas, los momentos divertidos y en todas las ocasiones en que me tomabas fotografía a mí o a cualquier cosa intentando guardar cada momento, repito, te amo, más que a nada. También amo a mamá y a papá de eso no hay dudas, nunca las habra, ellos me lo han dado todo estos años, han estado para ambas, siempre y a mí no me queda nada más que decir, aparte de que los amo y estoy agradecida.

Estoy eternamente agradecida por todo lo que me han dado, por todo que que han hecho por mí, por nunca soltarme la mano, porque se que todo esto ha sido demasiado difícil para todos. Gracias, gracias, gracias, son los mejores padres del mundo y eres la mejor hermana del mundo.

Tal vez, cuando leas todo esto yo ya no esté, y quiero que sepan que yo ya sabía mi destino, desde hacia meses lo veía claro, y que lo he aceptado, con toda la valentía que se pude reunir, que no me fui con algo pendiente, sino que me fuí en paz conmigo misma, sin miedo, sin arrepentimientos o sin errores que enmendar, porque aunque quisiera devolver el tiempo y haber dicho lo que realmente sentía que estaba pasando conmigo nos hubiéramos, tal vez, evitado todo esto, no puedo, el tiempo es algo que en definitiva no regresar.

Pero estoy bien, en serio lo estoy, quiero pensar que tal vez, mi tiempo de vida a sido suficiente.

Los amare hasta el fin.

Alexa Harriet. 18 de septiembre de el 2022".

Arrugó un poco la hoja entre mis manos cuando me la acercó al pecho, mis ojos desbordan lágrimas sin parar haciendo que vea borroso y un sollozo sale de lo profundo de mi garganta apretando mi pecho, mientras me acuesto en posición fetal y mis lágrimas se siguen desbordado, un año, hace un año que ella había escrito esta carta y ahora es que la he encontrado y la he leído, me siento como si agarrarán mi corazón y lo apretarán con mucha fuerza haciendo que sufra más y más. Quien diría que esa familia que Lex describía en la carta, ahora mismo estaría planeando hacer una cena, con los términos de quedar bien, cuando todo es una farsa. Es muy irónico.

Me tapo la cara con las manos, mientras los sollozos no paran y se que debería tranquilizarme, porque abajo me están esperando, pero no puedo y sigo llorando y llorando en un intento de por fin quedarme seca y sin nada, hasta que escucho la voz de mamá afuera, llamándome.

Dejo ir una exhalación y tomo una nueva bocanada de aire, me incorporo limpiando las lágrimas de mi cara con las manos, me miró en el pequeño espejo que hay a un lado y tengo la cara enrojecida, y la puntada en mi cabeza sigue persistente, pero avanzo hasta la puerta y salgo de la habitación, con la carta metida en una de los bolsillos de mi pantalón.

Mi madre está parada frente a mi puerta y al sentir mi presencia de tras de ella, se da la vuelva, ve de dónde he salido y me detalla, cuando me mira a los ojos, traga saliva y aparta la mirada.

—La cena ya está lista.

—Bajare en un momento.

Voy al cuarto de baño y me lavo la cara con abundante agua, me la seco y bajo las escaleras y yendo hacía el comedor, donde están ellos dos, sentados en lados contrarios de la mesa, papá cuando me ve, me regala una sonrisa que apenas soy pacas de responder y todo asiento  entre los dos. Esto es una tontería.

Y así comienzan, revuelven sus platos de comida, bebiendo jugo y tratando de entablar una conversación que claramente no para de fallar, la incomodidad en la mesa en más que clara, ellos no quieren estar aquí, preferirían estar en cualquier otro lado, menos aquí, y yo miro mi plato de comida, que ahora es un desastre porque no la he parado de revolver, así que lo aparto a un lado con una mueca y mi malestar no hace más que aumentar. 

—Apenas comiste —me dice mi papá y yo me encojo de hombros.

—Él tiene razón, ¿No te gusto? ¿Quieres que haga algo más? —se le une mamá.

—No tengo hambre.

Bajo la mirada, cuando las palabras de mi hermana, plantadas en un papel, no paran de repetirse en mi cabeza, y cuando percibo que dirán algo, me veo en la incapacidad inmensa de seguir aguantando todo esto.

—¿Quieren parar?  —pregunto con un todo de voz muy bajo.

—¿Parar con que? —inquiere mi padre.

—Con esto —lo miro— ¿Quieres irte? Ahí tienes la puerta abierta, vete —le suelto y miro esta vez a mi mamá—. ¿Quieres irte a encerrar en tu habitación? Pues hazlo. Está claro que ninguno de los dos quiere estar aquí sentado, ni siquiera yo lo quiero.

—Heather, no creo que estés siendo muy justa —habla mi mamá.

—Ni se trata del hecho de que yo sea justa o injusta, se trata de que ustedes no lo están siendo conmigo. Se trata del hecho de que ya estoy harta, ¿Me oyeron? ¡Harta! —les digo por fin, cuando exploto—. Ustedes no son los únicos que la han estado pasando mal, yo también lo estoy, a mi también me duele, yo también la estoy pasando mal, pero eso ustedes no lo ven, porque solo están concentrados es su estúpida pelea de quién tiene la culpa o quien no la tiene. Tu no la tienes —señalo a mi mamá, y luego a mí papá—, y tú mucho menos. Perdieron a una hija, yo perdí a mi hermana, así que ya paren.  Dejen de fingir que todo está bien, cuando no lo está, dejen esta farsa, en donde únicamente siento que se preocupan por ustedes y... A mí no me ven. No ven que todo esto me afecta mucho más de lo que pueden llegar a imaginar.

—Nos preocupamos por tí Haether, más de lo que crees —aleja mi mamá con la voz rota.

—¿Entoces, donde está? Yo no veo esa preocupación, no la veo, no siento esa mano en mi hombro y mucho menos siento ese cálido abrazo de parte de los dos envolviendo mi cuerpo, no lo veo, y ya estoy harta de esperarlo.  Ya estoy harta de entenderlos a ustedes y que ustedes no me entiendan a mí —mi voz se quiebra, y me siento sudorosa—. Estoy harta de esperar ese apoyo por parte de ustedes... estoy cansada de esperar la típica pregunta de... De ¿Estás bien? De ustedes, porque... Porque la poca atención que me prestan de vez en cuando, cuando se acuerdan de que hay alguien más aquí, con ustedes, se esfuma en el aire y no... Y no me basta...

Me levanto de la mesa, y me mareo, tengo al respiración acelerada, paso saliva con nuevas lágrimas bajando por mis mejillas, pero las aparto. Ambos me miran con las expresiones llenas de dolor y pena y vergüenza con los ojos llenos de lágrimas, pero no me importa.

—Firmen los malditos papeles del divorcio y paren, por favor, estoy cansada de esto.

Me voy al vuelta para salir del comedor e irme a mi habitación de nuevo, pero me detengo cuando otro fuerte mareo llega a mí y me sosténgo con fuerza de al silla, tratando de enfocar la vista porque comienzó a ver borroso.

Cuando me quiero dar cuenta, mamá y papá están frente a mí, con cara de preocupación.

—¿Que tienes? ¿Que ocurren? —mi padre toma mi cara entre sus manos y me observa detenidamente—. Estas pálida.

—Nada, estoy bien —me aparto.

Pero no lo estoy, me siento débil, veo borroso y mi corazón late desbocado contra mi pecho y ellos me siguen diciendo cosas que no logro entender, porque sus voces que escuchan muy, muy lejanas. Me siento aturdida, mi vista se va apagando, y no llegó a dar otro paso, cuando siento como si fuera a vomitar y mis piernas flaquean y siento que caeré al piso, pero unso brazo me atrapan y... Todo se vuelve oscuro.

✯✯✯

Continue Reading

You'll Also Like

48.2K 2.4K 20
Bueno izuku y bakugou ya eran N•O•V•I•O•S cunado estaban en la U.A lo eran desde los 12 y nadie lo sabía y no querían decirlo....(además nadie les di...
39.8K 1.5K 24
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
148K 26.8K 25
«Cada vez que necesites a alguien, estaré ahí. Solo debes recordar tres cosas: cómo lucen mis ojos, cómo suena mi voz y cómo se sienten mis brazos a...
51.4K 5.2K 12
─¿Qué es esto, Bright? ─Una carta de divorcio. Lo siento, Win, pero ya no te amo. [ derechos de autor capitanamomo ]