ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - T...

By MelanieGerpeLen

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☽ Min Yoongi ansiaba venganza. Como único y último heredero del legado de las tribus del norte y lobo de vien... More

THE HOWLING SAGA
PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capitulo 60

Capítulo 31

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By MelanieGerpeLen

INICIO DEL SEGUNDO ARCO : EL PLACER DE UN PRISIONERO.


"Me gusta la forma en que mueves tu boca, la forma en que dices mi nombre."
—When You Say My Name
(Chandler Leighton)


Min Yoongi había visto a Jung Hoseok muchas veces nervioso pero nunca antes había sentido que el humor y el aroma de este afectaban a su lobo de la manera en la que lo estaban haciendo en ese preciso instante. Y quizás se debiese a la maldita fase de la Luna, al hecho de que estaba prácticamente llena sobre el horizonte de la montaña. Tan malditamente grande y redonda que las ganas de convertirse prácticamente le hacían perder la cabeza.

Fuese como fuese, sus brazos habían comenzado una especie de imparable cosquilleo que le recordaba a aquella época de su adolescencia en la que no podía evitar acercarse a Adaham constantemente para mantener su hocico cerca de la glándula de olor del cuello del padre de sus cachorros. Y hubiese sido un sentimiento lleno de nostalgia buena si no fuera porque al recordar aquellos instantes y asociarlos durante el presente a Jung Hoseok… Lo hacía pensar en sí mismo como un lobo hormonal, cachondo e infiel.

Porque claramente su celo se acercaba y ver a un alfa enfadado lejos de hacer que se sintiese territorial alrededor de sus pequeños, estaba causando una especie de sensación de necesidad en la parte baja de su abdomen que ahora lo mantenía retorciéndose sobre la cama mientras los cachorros dormitaban en la cuna. La misma cuna que recordaba con claridad cómo el guardián había montado con sus propias manos. Dedos largos, venas marcadas, una runa que se extendía sobre la piel hasta casi rozar los nudillos…

Escuchaba cada una de las respiraciones agitadas y golpes intensos que Hoseok realizaba en su entrenamiento de madrugada. Y que este estuviese llenando la casa de feromonas alfa debido a su cabreo no ayudaba para nada. Que hubiese decidido golpear el saco de boxeo del jardín incluso bajo una tormenta de mil demonios tampoco lo hacía. Y haber comenzado a imaginar su torso mojado por la lluvía, las runas dibujadas alrededor de los músculos flexionados de los brazos mientras golpeaban una y otra vez, la cadera girando con los cambios de movimiento de las piernas… No. No. El celo no podía convertirse en una excusa para abandonar la memoria de su amor. Incluso si para un lobo criado en las tribus esa época del ciclo lunar era puro instinto reproductivo y placer.

Pero el tema era que Hoseok había estado tan lleno de un sentimiento fuerte y arrollador esos últimos días, tan… Asfixiante. Era tanto que el lobo de Yoongi sencillamente no podía no reaccionar. Su lobo parecía verlo como una pareja decente, como un compañero de cama ideal para su parte animal y necesitada después de año teniendo que calmar y acallar todos sus instintos.

Y dolía. Porque el cuerpo estaba empezando a quemarle y el celo ni siquiera había iniciado. Bastaba con el aroma enfadado e irritado de Jung Hoseok para desestabilizarlo todo a su alrededor y hacerlo ver rojo.

(***)

—¿Necesitas algo para controlar los síntomas del celo? ¿Es eso?

Min Yoongi había sido capaz de aguantar la friolera de dos horas antes de permitir que sus piernas caminasen hacia el despacho de Hoseok sabiendo que este había terminado su entrenamiento de madrugada. Hablarle acerca del calor que sentía recorrer toda su piel fue en realidad bastante sencillo a pesar de que sus ojos no dejaban de ir hacia la toalla que el guardián mantenía alrededor de su cuello, rodeando las hebras de cabello mojado tras su ducha. Para la tribu en la que había vivido casi toda su vida, el celo siempre había sido natural por lo que hablar de ello no era extraño. Suponía un asunto que la manada trataba con la misma normalidad que la necesidad de comer o beber. Sin embargo, era el modo en el que Hoseok ahora estaba sonriendo con perspicacia y alzando una de sus cejas lo que causaba que algo extraño en su pecho sucediese.

Yoongi no sabía bien lo que era, pero no le gustaba.

—Los lobos de mi clan n.nunca nos h..hemos medicado de la manera en la que lo hacéis v..vosotros. N..No igual al menos. Para n..nosotros el celo es algo bastante natural. Cuando somos demasiado jóvenes los p..padres y madres se aseguran de cuidarnos con plantas que n..nturalmente reducen el estado de ansiedad pero cuando tenemos la e..edad suficiente para decidir p..podemos experimentarlo con qu..quién sea que elijamos.

Hoseok tomó asiento e hizo uno de esos gestos que Yoongi había ido aprendiendo a identificar. Quería que él también se sentase, lo que significaba que esa charla no sería tan rápida y sencilla como le hubiera gustado.

—¿Puedo saber a qué edad suele alcanzar la madurez un lobo de las tribus? ¿Es diferente con vosotros ese aspecto?

El lobo de viento pareció pensar en la respuesta por un instante antes de decidir qué decir. Hoseok dejó la toalla a un lado, incluso cuando las gotas de agua todavía se precipitaban desde las ondas de su cabello hasta la tela de su holgado suéter negro.

—No c…creo que sea distinto. Nuestro ciclo de celo suele iniciar con la llegada de la edad adulta, pero a menudo los lobos permanecemos al lado de nuestros p…padres por más tiempo del que lo haría un animal. Así que el tiempo siempre se e…extiende. Si quieres una cifra concreta entonces estoy p…perdido, en algunos ocurre a los dieciséis años pero en otros no aparece hasta los veintitrés. En mi caso llegó a los diecinueve.

—La edad no es diferente, sin embargo tú has pasado mucho más tiempo en tu forma lobuna de lo que lo ha hecho la mayoría de nosotros. Tus celos… —Hoseok carraspeó, Yoongi olisqueó algo similar a la timidez en el ambiente—. ¿Atravesabas el celo en forma humana o lobuna?

De alguna manera la timidez de Hoseok caló en el interior de la piel de Yoongi. Sin motivo aparente su corazón se desbocó, intentó evitarlo. Maldita sea, él sabía que el guardián podía escuchar sus latidos. Podría saber lo muy nervioso que lo había puesto con una sencilla pregunta.

Tosió antes de hablar.

—Yo… Siempre como lobo. Nunca… c..como humano.

—Entiendo —Hoseok alcanzó una pequeña libreta de color negro de la mesa de su despacho—. En realidad tiene sentido, puesto que vivías la mayor parte del tiempo como un lobo. Solo me pregunto, ¿acaso no era doloroso de esa forma? El nudo de un animal siempre es…

—Tengo entendido que en forma humana también hay nudo.

Hoseok tragó saliva, mantuvo su mirada baja mientras rebuscaba entre las hojas de aquella libreta.

—Un lobo que pasa el celo con otra persona en su forma humana sólo debería anudar con fines reproductivos e incluso de esa manera a veces puede darse la reproducción sin necesidad de nudo, Yoongi. Anudar es, en todos los sentidos, un acto de propiedad. Atas a quién está compartiendo el celo contigo, lo mantienes pegado a tu cuerpo por completo y si por cualquier cuestión se aparta entonces duele, si decide escapar lo desgarras. Es incluso más violento que morder a tu pareja —Yoongi frunció el ceño, claramente confundido por el alegato del guardián—. Sea o no una marca de unión implica posesión, esa mordida te deja saber dónde está y qué siente la persona que amas pero le arrebata la privacidad. Hay lobos a los que les gusta mantener la tradición, pero si me preguntas a mí, la respuesta siempre va a ser negativa.

—¿No d…deseas anudar y tampoco m…marca de unión?

Hoseok se encogió de hombros y finalmente alzó la mirada, su dedo se posó sobre una de las páginas de la libreta. Después, sonrió.

—Supongo que por eso no puedo encontrar una pareja estable que quiera soportarme. Mi madre no se equivoca, después del todo es posible que nunca le dé nietos. Pero ahora, vamos a concentrarnos en lo que importa, quiero llevarte a ver a un sanador para que nos diga qué es lo que podría ayudarte con el celo. Si nunca has tomado inhibidores es posible que sus efectos secundarios sean bastante molestos y todavía estás alimentando a los cachorros. Creo sinceramente que consultarlo con un profesional es la primera opción.

Yoongi se dejó caer contra el respaldo de la silla.

—Está bien.

—Buen chico, entonces haré la llamada a una hora decente cuando amanezca. Por ahora quizás puedas comenzar a averiguar un par de cosas acerca de lo que es el yaoi. Le diré a mi hermano pequeño que te traiga algunos de sus mangas para chicos hormonales, a él le funcionan.

Yoongi no sabía lo que era eso. Lo descubrió una hora después cuando Heeseung, el hermano de diecinueve años de Hoseok, apareció con una pila de libros poco gruesos y cara de pocos amigos debido al esfuerzo que sin duda le había supuesto tener que levantarse de la cama durante la madrugada tormentosa. Y odió no saber leer todavía porque el amor entre los personajes dibujados en esas páginas parecía bastante intenso.

(***)

—¿Mejor?

—P..peor. Este sabor… Aggg.

—Servirá. Es asqueroso, estoy de acuerdo con eso pero las infusiones de regaliz negro te ayudarán a sobrellevar todo eso que tu cuerpo está sintiendo.

Hoseok apoyó la palma de su mano contra el centro del estómago de Yoongi.

—Actuará más rápido de lo que puedes imaginarte y el sabor que tanto te desagrada hará que tu mente se mantenga lejos de aquello que no quieres cerca pero que el instinto continúa pidiéndote.

Yoongi frunció el ceño y apretó su espalda contra la encimera de la cocina mientras sostenía entre sus manos esa especie de infusión con sabor extraño que Hoseok había preparado. No se parecía en nada a las bebidas que le hacía su madre con las plantas y flores secas que crecían en la cima de la montaña pero no podía quejarse del todo. El sabor era amargo, tanto que sus papilas gustativas se quejaban. Así que mantenía entretenidos sus instintos más básicos.

El guardián alzó una mano en el aire y él retrocedió un poco de forma instintiva. Estaban cerca, más de lo que lo habían estado de manera amable desde que el lobo de viento tenía memoria.

—Deja que compruebe tu temperatura corporal. Estás sudando.

—Uhum. ¿R..realmente tienes que hacerlo?

—Sé un buen lobo y deja que cuide de tí por una vez, estoy seguro de que el sanador agradecerá tener unos cuantos datos previos cuando lleguemos a su casa para hablarle de lo que te ocurre. Tranquilízate.

Así que se dejó hacer. Aún con la taza de color azul cobalto entre las manos y el aire invernal colándose desde la ventana de la cocina.

—Recuerdas cómo respirar, ¿cierto?

Yoongi asintió, percibiendo el modo en el que una de las manos de Hoseok se colocaba a un lado de su costado. Cerca del lugar en el que su cintura todavía se encontraba apoyada contra la encimera.

—Lo r..recuerdo.

—Bien, entonces no dejes de respirar.

No estaba dejando de respirar. No lo estaba haciendo y odiaba que Hoseok estuviera tratando de bromear sobre el asunto. Porque en realidad su cercanía causaba que los sentidos que la infusión había logrado calmar un poco, estuvieran comenzando a revivir, de nuevo. Una vez tras otra, su corazón palpitaba en el interior de cada una de las venas de su cuerpo.

—Tú…

Entonces sus ojos se posaron sobre los labios carnosos del guardián. ¿Acaso podía ver otra cosa cuando este era más alto que él y se mantenía tan cerca justo frente a su cara? Era lo primero que alcanzaba su mirada cuando echaba la vista al frente.

—¿Qué sucede? ¿Demasiado cosquilleante de nuevo? Si bebes, el sabor amargo debería calmar la sensación del celo cercano.

Pero Yoongi no bebió. En lugar de hacer aquello, hizo eso que jamás creyó posible. Sujetó la tela suave del jersey grueso del guardián y lo apretó más cerca, entonces presionó sus labios contra los del chico de la misma manera en la que había visto en esos libros que el hermano pequeño de Hoseok le había prestado. Fue extraño, incómodo y reconfortante. Todo a la vez.

Hasta que Jung presionó la lengua contra su labio inferior obligándole a abrir la boca y entonces los labios de este se movieron lentamente sobre los suyos. Mientras él no sabía qué hacer y se mantenía paralizado. Tanto como una maldita estatua. Estiró sus manos y las apoyó sobre el pecho del alfa, sus dedos recorrieron los músculos marcados bajo la tela. Su pulso sintió el latido más allá de esta.

Aquello debía ser algo que hacían los humanos habitualmente pero él no había llegado a compartir besos a menudo en forma humana con Adaham. Quizás por eso su corazón se encontraba raramente desbocado. Debía deberse a la rabia y la vergüenza.

Oh. Se sentía como un torpe idiota al respecto.

—Tú.

Hoseok lo señaló con un dedo acusador. Frente pegada a la suya y ojos iluminados con enfado.

Yoongi quiso contestar. No pudo, porque bastó una sola de sus respiraciones para que el guardián lo alzase por las piernas y lo apretase sobre la encimera de la cocina. Antes de poder reaccionar, Hoseok había apartado la taza de sus manos y estaba besándolo con intensidad. Una intensidad que él no sabía ni tampoco podía seguir pero que encendía cada maldita célula de su cuerpo.

Cruzó los brazos alrededor del cuello del guardián, exactamente de la misma forma en la que lo habían hecho los chicos de las caricaturas y abrió más sus labios. Entonces, gimoteó cuando el alfa norteño golpeó con la lengua contra sus dientes y el cuerpo entero pareció temblarle en consecuencia.

¿Qué era lo que estaba pasando y por qué no quería apartarse?

—Bien, definitivamente necesitas ver a ese sanador.

Hoseok apartó las manos de Yoongi de su cuello pero no soltó el agarre de este.

—Ven conmigo. Ahora.


-----------------
Hiiiii!!!
Perdonad la tardanza pero os juro que pensé que ya se había subido el capítulo. Estoy en las nubes últimamente.

Espero de verás que os guste, cositas lindas.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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