Solo para mí. Serie Streoss...

By Themma

534K 89K 7.6K

Kylian Craig tiene claras dos cosas: enamorarse debilita y todo se puede negociar, así que cuando se da cuent... More

Antes de leer
⋆ 1 ⋆
⋆ 2 ⋆
⋆ 3 ⋆
⋆ 4 ⋆
⋆ 5 ⋆
⋆ 6 ⋆
⋆ 7 ⋆
⋆ 8 ⋆
⋆ 9 ⋆
⋆ 10 ⋆
⋆ 11 ⋆
⋆ 12 ⋆
⋆ 13 ⋆
⋆ 14 ⋆
⋆ 15 ⋆
⋆ 16 ⋆
⋆ 17 ⋆
⋆ 18 ⋆
⋆ 19 ⋆
⋆ 20 ⋆
⋆ 21 ⋆
⋆ 22 ⋆
⋆ 23 ⋆
⋆ 24 ⋆
⋆ 25 ⋆
⋆ 26 ⋆
⋆ 27 ⋆
⋆ 28 ⋆
⋆ 29 ⋆
⋆ 30 ⋆
⋆ 32 ⋆
⋆ 33 ⋆
⋆ 34 ⋆
⋆ 35 ⋆
⋆ 36 ⋆
⋆ 37 ⋆
⋆ 38 ⋆
⋆ 39 ⋆
⋆ 40 ⋆
⋆ 41 ⋆
⋆ 42 ⋆
⋆ 43 ⋆
⋆ 44 ⋆
⋆ 45 ⋆
⋆ 46 ⋆
⋆ 47 ⋆
⋆ 48 ⋆
⋆ 49 ⋆
⋆ 50 ⋆
⋆ 51 ⋆
⋆ 52 ⋆
⋆ 53 ⋆
⋆ 54 ⋆
⋆ 55 ⋆
⋆ 56 ⋆
⋆ 57 ⋆
⋆ 58 ⋆
⋆ 59 ⋆
⋆ 60 ⋆
⋆ 61 ⋆
⋆ 62 ⋆
⋆ 63 ⋆
⋆ 64 ⋆
⋆ 65 ⋆
⋆ 66 ⋆
⋆67⋆
⋆ 68 ⋆
⋆ 69 ⋆
★70★

⋆ 31 ⋆

5.5K 936 36
By Themma


Se sentía ardiente, suave también, su textura la deleitó, pero más le gustaba lo que generaba en él, lo que la hacía sentir darle placer. Porque con tan solo la forma roncar de jadear y con sus manos enredadas en su cabellera, la humedeció, su vientre palpitó, su femineidad pulsó deseosa.

No, ya no quería esperar. La erección de Kylian era imponente, pero más la necesidad que creaba en ella saberlo en su palma.

De repente él buscó sus ojos, soltando sus labios y la detuvo por la muñeca, ambos respirando como locomotoras. Samantha lo estudió, agitada.

—Quiero que te quites esos pantalones, pelirroja —declaró.

Pasó saliva. Retrocedió un paso. Entonces los abrió bajo la mirada sombría de Kylian. Jamás se había sentido más sensual, más mujer que en ese momento. Los bajó despacio. Él sonrió complacido, contemplándola, excitado como hacía mucho tiempo que no lo estaba y es que esa mano delgada, rodeándolo, acariciándolo, lo había trastornado, pero se correría si no la detenía y esa tarde... esa tarde lo haría en su interior.

La conciencia intentó abrirse paso, pero cuando las bragas blancas de Sam quedaron expuestas, se replegó por completo. Se agachó y la ayudó a quitárselos por los pies mientras ella sujetaba sus hombros.

Cuando ambos estuvieron en ropa interior, se repasaron con mirada descarada, sin ocultar ni un poco lo que codiciaban.

—Ven acá —ordenó él, enganchando el brazo en su cintura.

La joven sonrió acercándose, enseguida notó que abría el broche del sostén. Los dientes de Kylian bajaron un tirante, luego el otro. Sam sentía el estómago sumido debido a la antelación, a la avalancha de crudo deseo que experimentaba.

Sus senos quedaron libres, él la pegó a su pecho, ambos soltaron el aire. Se miraron satisfechos.

—¿Hasta dónde quieres llegar?

—¿Hasta dónde me puedes llevar? —replicó rodeando su cuello clavando las uñas en su nuca. Él sonrió de forma torcida.

—Hasta el punto en el que olvides donde estás —la desafió. Sam alzó una ceja.

—Entonces hazlo —concedió.

Kylian lamió sus labios con osadía.

—No sabes lo que dices, pelirroja.

—Hablas mucho —ronroneó ella sobre su boca. Kylian río y ese ruido masculino reverberó en su estómago como un aleteo inquieto y dulce que se buscaba adherir a su piel.

Se besaron con salvaje voracidad. Sam buscó quitarle los bóxers, la ayudó y se deshizo enseguida de su braga, entonces la alzó, ella rodeó su cintura y de inmediato fue consciente de su masculinidad desnuda humedeciéndose con su ser. Se movió un poco presa del impulso, de las ganas alocadas de sentirlo.

—Joder —gruñó él cuando su centro empapado, se frotó contra él. Ella gimió aferrada a su cuello. Volvió a hacerlo y la respuesta de Samantha lo nubló por completo, pues tembló expulsando un ruido cargado de placer. La bajó y colocó al borde de la tina. Debía probarla.

Ella, al sentir el frío de la cerámica, respingó, pero cuando leyó las intenciones de esos ojos grises dejó de respirar. Se sujetó de donde pudo y enseguida sintió el aliento cálido De Kylian en su centro, mientras recargaba una de sus piernas sobre su hombro. La tomó por el trasero y dio un lametazo que la hizo ver estrellas.

Se aferró a la llave donde ya no salía agua, y sin remedio enredó la mano en el cabello de él. Entonces bajó la mirada, Kylian estaba enterrado en su ser, su boca la probaba con hambre, accionando todo lo que no tenía idea de que se pudiera accionar.

—Mierda —logró decir cuando mordisqueó ese punto exacto y luego lo lamió. Sus manos no la soltaban, mientras su boca se enterraba en su interior. Abrió los ojos y la boca a la par, doblándose y dejó salir un grito.

Pero eso no lo detuvo, al contrario, fue más profundo, con mayor ahínco, debiendo de todo de su ser, de ese maldito sabor dulce y aniquilante que tenía. Necesitaba que su aroma a mujer se clavara en su nariz tanto como la lengua en su interior. La manera en la que ella estaba respondiendo lo tenía en el límite. No se detuvo, la tomó, la mordisqueó, la penetró y la succionó sin darle tregua.

Los gritos de Samantha rebotaron en los muros de ese baño, sudorosa llegó a un orgasmo que jamás creyó posible experimentar. Aturdida y sin poder respirar, fue consciente de como él la alzaba.

Cruzaron la puerta y la dejó sobre la cama. Sacó protección del cajón, mientras ella lo observa laxa, sin recordar los puntos de ese acuerdo donde un hijo sería necesario, entonces se lo colocó bajo su mirada.

—Tu última oportunidad —dijo él con voz ronca.

Ella abrió las piernas con el dedo índice en la boca, sonrojada, con mechones de cabello rojizo adheridos a su sien, con el rímel corrido. Se endureció aún más y no creyó que fuese posible.

—Quiero olvidar donde estoy, Kylian —lo provocó, éste sonrió. Jaló sus tobillos y quedó a la orilla del colchón después de ahogar un gemido.

—Bien, olvidémoslo, Samantha —determinó alzándola por la cintura. Ella lo rodeó de nuevo y antes de entrar, se cercioró de que continuara lista, adentrando un dedo. La joven se quejó excitada. Sí estaba humedísima, dirigió su hombría hasta aquel lugar cálido, la recargó en un muro con cuidado para, lentamente, irse adentrando, abriéndola.

Samantha aferró su espalda con fuerza, intentando ajustarse a su tamaño, a su cuidadosa embestida. Lo sentía respirar en su oreja, ella mordisqueó su hombro, en respuesta se hundió aún más y aunque no pensó que lo conseguiría, estaba tan lista como nunca antes que ingresó sin molestarle, sino generando una creciente necesidad de recibirlo aún más.

—No te detengas —rogó siendo puro instinto, olvidándose de cualquier pensamiento que la anclara a la realidad. Entonces Kylian se adentró de una.

—Aaaah —gritó ella mientras él rugía buscando su boca, tragándose el siguiente grito cargado de sexo y placer. La llevó hasta la cama y la recostó, sujetó sus brazos sobre su cabeza con una mano, mientras Samantha rodeaba su cadera con fuerza, para que no se alejara.

Intentando no perderse en el deseo hambriento, casi animal fue y vino lento. Pero ella pronto se removió, ansiando más, sacudiendo la cabeza. De repente sus ojos se encontraron.

—No... no te contengas —logró pedir ella, notando justo eso. Kylian sacudió la cabeza y la penetró con fuerza. Samantha jadeó satisfecha, humedeciendo sus labios, asintiendo. Soltó la rienda, entonces, y con movimientos fieros, la tomó comprendiendo que eso era lo que ella quería, lo que él también.

Soltó sus muñecas, Sam rodeó su cuello, lo hizo girar y comenzó a moverse sobre su cadera. Kylian sabía que eso era más de lo que merecía de ella, pero no podía pensar, la tomó por la cadera y la ayudó a guiar los movimientos absolutamente sensuales, inexpertos, pero cargados de preservación.

Se sentó y la besó clavándose mayor firmeza, mientras la joven respondía emitiendo ruidos llenos de satisfacción.

Pronto aquello se salió de control. Todo se tornó ruidos, jadeos, gritos y roces exigentes, penetraciones delirantes y dos cuerpos húmedos que se perdían en sus movimientos, en sus pensamientos, en esa explosión que se abría paso desde el centro de sus seres, para recorrer su estómago, los pulmones y al mismo tiempo dejaron salir un grito que los hizo temblar mientras se aferraban el uno al otro sabiendo que no había otra forma de enfrentar ese momento que acaban de inventar.

Laxos, saciados y absolutamente trastornados por la hecatombe que acababan de vivir, se abrazaron con fuerza, intentando que así, sus cuerpos, encontraran la manera de volver a pensar con normalidad, que sus corazones disminuyeran ese ritmo frenético, que sus pulmones no quemaran al inhalar.

La mano de Kylian acariciaba su espalda, su frente perlada de sudor estaba sobre su mejilla, mientras ella rodeaba su cuello con los labios sobre su hombro.

—Lo olvidé —susurró con voz entrecortada. Kylian se separó, desconcertado. Tenía años de experiencia en el sexo y sabía que nunca había estado tan acompasado a otro cuerpo como al de ella y eso lo aterró, porque no se suponía que sería así.

De alguna manera Samantha había tomado las riendas y él... él le dio todo lo que quiso, porque no imaginaba no hacerlo.

Pasó saliva, observándola. Ella sonrió con picardía.

—Olvidé donde estaba —aceptó relajada. El hombreo sonrió sin remedio, pasó la nariz por la suya.

—Entonces pasé la prueba —murmuró juguetón, relajándose enseguida, ella lo conseguía. Sam asintió con formalidad.

—Con una A aprobatoria.

—¿Solo eso? —se quejó arrugando la frente, con frescura. La joven torció los labios.

—Quizá un par de puntos extras —determinó con simpleza. Kylian se carcajeó.

—No quiero puntos extras, quiero excelencia —la provocó enterrando el rostro en su cuello.

—Supongo que tendrás tiempo para eso —la escuchó decir riendo. Se separó y estudió desorientado. Entonces asintió acomodando uno de sus mechones tras su oreja, cuidadoso.

—Sí, supongo que sí —aceptó buscando sus labios y perderse en ellos, una vez más.

En la tina Samantha recargó su espalda en el pecho de Kylian, confiada. La realidad es que lo que acababa de ocurrir ni en sueños creyó que fuese posible con alguien. Que compartirse con una persona pudiera ser tan devastador al mismo tiempo que explosivo y que en medio de eso, se pudiera reinventar hasta un grado en el que jamás volvería a ver su cuerpo como antes.

Eso la asustó.

No se supone que debía ser tan... indescriptible. Pero lo fue, y que Kylian fuese el responsable, la hacía sentir perdida. Porque sí, quería experimentar, dejarse llevar, olvidar la verdad de lo que entre ellos había; un acuerdo que incluso había firmado. Lo cierto es que, cada paso que daba a su lado, la iba acercando a él, a algo que no debía ser, en lo que no debía ceder y que, sin embargo, deseaba, ansiaba.

Kylian iba mostrando un hombre desconcertantemente distinto al que imaginó, y aunque quizá era parte del plan, estaba segura de que había cosas que no se podían maquillar, él era un hombre que ansiaba vibrar, vivir, dejarse llevar. Sin embargo, no era su papel ayudarlo a conseguirlo, y ahí estaba, sintiendo más que con cualquier otra persona, identificándose con ese hombre de una manera que no solo era corporal, porque era como si... como si en el fondo él la entendiera de verdad.

Perdió su atención en una de sus manos grande, que descansaba en su vientre. La otra rodeaba sus dedos, con una familiaridad recién adquirida.

Los dos estaba callados, agotados, por un lado, pero por otro, presas de lo que nunca contemplaron que pudiese ocurrir y que, en ese momento, ya parecía inminente. 

Continue Reading

You'll Also Like

47.6K 1.9K 16
Distintos destinos. Sinopsis. Cuando menos lo esperamos la vida nos pone un desafío para probar nuestro coraje y valentía. El tiempo no mira atrás...
681K 34.4K 34
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
1.6K 350 25
Leah Baker lleva enamorada de su mejor amigo desde que hace años. Evita a toda costa que sus sentimientos se hagan notar para no delatararse a si mis...
12.6K 616 28
¿Y si la suerte que está en tu mano no es la que buscas? ¿Y si aquello que buscas no está tan al alcance como quisieras? Así es la vida de Samuel: co...