Seduce Me

By Cesebe_writer

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Mujeriego, inalcanzable y comedido. ÉL es jugador profesional de fútbol americano en Los Ángeles, con dos úni... More

SINOPSIS <3
1. La chica que nadie conoce
2. ¡Reto!
3. Menudo lío
4. Tú nunca molestas
5. Te lo prometo
6. Es curioso cómo una persona puede poner tu mundo del revés...
7. ¿Qué está pasando aquí?
8. No me gusta que te miren
9. Adiós a mi anonimato
10. Esperar el momento adecuado
11. Estás a salvo
12. Todo va a estar bien
13. Ella siempre va a merecer la pena
14. Esto no va a terminar bien
15. Acabas de firmar un pacto con el diablo
16. Esta noche no va a ser la última
17. Tiene la habilidad de alterar mi corazón sin siquiera tocarme.
18. Yo jamás finjo cuando se trata de ti
19. Lo único que quiero es desaparecer
20. Pensaba que eras diferente
21. No me parece justo que nos riamos juntos pero que llores sola
22. Hoy mandas tú
23. No sé ser sin él
24. Tu vuelo sale en dos horas
25. Él y su manía de acelerar mi ritmo cardíaco
26. Que no quieras volver
27. Que vicio es mirarlo cuando sonríe
28. No la voy a volver a soltar en toda la noche
29. Es broma, pero si no quieres no es broma
30. Odio no saber si puedo contar con ella
31. No sé qué haría sin ti
32. Somos imparables
33. Me está enamorando y él ni siquiera lo sabe
34. Entonces sí es lo que parece
35. Palabras mudas que no hacen falta ser pronunciadas
36. Una sonrisa más y te beso
37. No sé qué somos, pero hay que seguir siéndolo
38. Que no sea la última vez que lo hagas
39. Solo inténtalo
40. Por los sueños que se hacen realidad
41. Ella no eres tú
42. Soy más valiente si estás cerca
43. Yo tampoco me creo la suerte que he tenido
44. Ahora es más mío que nunca
45. Te vas a arrepentir de tus propias palabras
46. Hazlo, y no dejes nunca de hacerlo
47. Yo también te echaba de menos
48. Todo se va a arreglar
49. Probablemente me cargue lo mejor que me ha pasado en la vida
50. No es mío
51. Tru tru
53. Extra 1
54. Extra 2

52. EPÍLOGO

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By Cesebe_writer


Tres años después. 

Despierto con el aroma del café recién hecho y el roce suave de sus labios en el cuello. Mantengo los ojos cerrados y busco a tientas su cuerpo con la mano. Sonrío al comprobar que ha sido su culo lo primero que he conseguido alcanzar.

—¡Sobón! —grita fingiendo estar ofendida por el pellizco que se ha llevado en el trasero—. Ten cuidado... —me pide cuando intento volver a buscar ese culo que me vuelve tan loco dando palmas en la cama a ciegas.

Si no calculo mal, creo que tiene el tiempo justo para dejar la bandeja con el desayuno en la mesilla, antes de que vuelva a encontrar su culo y no pueda evitar tirar de ella y atraparla, para poder rodar sobre el colchón y tenerla de espaldas, arropada bajo mi cuerpo.

—Buenos días, lollipop —susurro adormilado, escondo la cara en su cuello y le muerdo la clavícula despacio, en el punto exacto dónde mi vieja camiseta de los Rams, esa que usa de pijama desde que salió vestida con ella de mi casa hace tres años, se ha desplazado lo justo para brindarme un poco de piel al descubierto.

Payton se da la vuelta entre risas para quedar frente a mí. Esconde la cara en el hueco de mi pecho y enreda los dedos en mi cabello. No se lo he dicho nunca, pero me encanta cuando hace eso. No sé cómo he sobrevivido tantos años sin sus caricias.

—Cariño, casi derramas el café en la cama —me regaña, aunque por el tono que utiliza no parece molesta, sino más bien divertida.

Abro los ojos para mirarla mientras me peina el cabello con los dedos. Su sonrisa ilumina todo su rostro, contagiándome su buen humor. La observo en silencio. Está preciosa. Relajada. Sonriente. Hundo la nariz en su cuello y dejo varios besos que van ascendiendo por la garganta hasta llegar a sus labios, dónde me detengo antes de que pueda rozarlos.

—No seas malo... —ronronea, se muerde el labio y a mí me sobran segundos para no poder resistirme más y morderlos yo mismo.

Le sostengo la cara entre las manos y beso cada rincón de su rostro. Le beso las mejillas, los párpados, la nariz. Desciendo por su cuello, por el hombro que tiene al descubierto. Le subo la camiseta para dejar la barriga al descubierto y le beso el ombligo, me deleito en esa zona en concreto y asciendo hasta el borde de sus pechos. Payton se estremece ante mi tacto y deja escapar un pequeño gemido que me vuelve loco.

—Caden... —exhala mi nombre seductor—. Se va a enfriar el café.

—Luego lo caliento.

—Las tortitas recalentadas no valen para nada —insiste sin mucho esfuerzo, echa la cabeza hacia atrás para darme más libertad en devorar su cuello.

Me estorba el trozo de tela que lleva puesto. Le alzo la cabeza para poder sacarlo y dejarla completamente desnuda. Deslizo la punta de los dedos por su piel, erizando todo lo que el rastro de mis dedos deja. Payton alza las caderas, buscando más contacto. Atrapo uno de sus pechos con la boca y mordisqueo el pezón con cuidado.

Es perfecta. Todo esto es perfecto. Mi vida es perfecta gracias a ella. El día no podía empezar más perfecto.

¿A qué no?

—¡Papiiiii! —tengo el tiempo exacto para sacar la mano de las bragas de Payton, cuando la puerta de nuestro dormitorio se abre y una cabeza de ondas doradas aparece sonriente con los brazos extendidos hacia mí.

Payton se sonroja y reprime una sonrisa nerviosa. Me mira con un puchero y suspira.

—Hola pequeña —la cojo en brazos y la subo al colchón sin poder dejar de darle besos en sus mejillas redondas.

—¡No papi! ¡Para! —se ríe entre mis brazos—. ¡Ya no soy pequeña!

Se escapa para ir hacia su madre y que así no pueda comérmela a besos.

—Papi no se entera —susurra Payton confidente, mirándome con una sonrisa burlona—. Ya eres súper mayor.

Asiente satisfecha.

—Ya tengo dos años —abre la palma de la mano y señala tres dedos.

—Eso son tres, chica mayor —le rodeo el tobillo y la hago reír mientras la arrastro por el colchón hasta esconderla bajo mi pecho.

—Papi... —habla bajito, para que solo yo pueda oírla, a pesar de que Payton está a escasos centímetros y puede escucharla perfectamente—. Mami está desnuda.

No puedo evitar reírme a carcajadas.

—Tienes razón, no me había dado cuenta —sonrío de medio lado, devorando el cuerpo de mi chica como el mejor desayuno posible.

—Papi no quiere que me ponga su camiseta porque dice que es vieja —se defiende, fingiendo estar indignada.

—Mami... —la pequeña suspira dramática, igualita que su tía Jasmine—. Es que tienes que llevar la de los Bulafo.

Payton y yo no reímos al unísono.

—Buffalo, pequeña —le beso en la coronilla—. Pero mamá sigue siendo de los Rams, aunque ahora vista otros colores.

Le guiño el ojo.

Payton me da un beso rápido en los labios y se pone en pie, buscando dónde ha ido a parar mi camiseta, pero antes de que pueda cogerla, me adelanto y se la quito de las manos.

—¿No decías que no quería que te la pusieras? —alzo ambas cejas ante su cara de sorpresa.

—¿Prefieres que me quede desnuda?

—Por supuesto —le doy una cachetada en el culo cuando pasa por mi lado para coger su zumo de naranja.

—Scarlett, ¿has visto lo que ha hecho tu padre? —pone ambas manos en sus caderas, fingiendo estar indignada por mi comportamiento, cuando en realidad no puede borrar la sonrisa de los labios.

—Papi malo —me regaña imitando el gesto de Payton.

Le rodeo la cintura hasta que la siento sobre mis rodillas. Le aparto el pelo hacia un lado y dejo varios besos en su hombro.

—Cariño, ¿te caliento el café?

Niego con la nariz pegada en su cuello. Scarlett se pone de pie en el colchón hasta que llega a mi costado y se sube en la pierna que me queda libre, igual que su madre. Rodeo a mis dos chicas por la cintura y las lleno de besos todo lo que me dejan.

Bebo café frío y los tres desayunamos juntos, disfrutando de los momentos juntos antes de volver a la rutina. Sonrío al mirar las siete obras que cubren nuestra pared, las que forman mis ojos, las que pensé que no volvería a ver nunca más, pero que los idiotas de mis amigos compraron para mí cuando creyeron que no aparecería en la galería. El móvil de Payton suena y se inclina a cogerlo sin levantarse de mis piernas, con la cabeza en mi pecho y relajada por mis caricias.

Hace un mohín con los labios cuando ve el nombre en la pantalla.

—Es Gerald.

—Llámalo luego.

—Es trabajo cariño —se pone en pie a pesar de retenerla con el brazo.

—Eres la jefa —le recuerdo.

—Y él mi socio —vuelve a besarme en los labios antes de responder la llamada—. Hola Fisher —responde burlona, porque sabe que odia que lo llamen por su apellido—. Oh, gracias, yo también te quiero. Veo que tienes un despertar maravilloso.

Sale del dormitorio entre carcajadas que me llenan el corazón y me deja a solas con el mayor regalo que me ha podido hacer nunca.

—Papi... —me toca la cara para que deje de mirarle el culo a Payton y le preste toda mi atención a ella—. ¿Quieres ver mi vestido otra vez?

A pesar de habérselo visto una decena de veces desde que se lo compramos, no puedo negarle nada cuando me mira con esa sonrisa.

—Me encantaría —la cojo por la cintura y la dejo en el suelo.

—Voy a ser la más guapa de la boda, ¿verdad papi?

—Después de mamá, sí.

—¿Quieres que te cuente cómo será su vestido? —se tapa la boca con la mano, a sabiendas de que lo que está haciendo está mal.

—No Scarlett, mamá te dijo que era un secreto. ¿Recuerdas?

Suspira inconforme.

—Vale...

Sale del dormitorio dando saltitos y moviendo la falda de tul que Rhys le regaló las últimas navidades y que no se ha quitado desde entonces. Payton regresa de nuevo completamente vestida. La miro molesto, me gustaba mucho más hace unos minutos.

—Tengo que irme, Gerald necesita que supervise la nueva exposición, y Jasmine llega al aeropuerto con ese novio nuevo en dos horas, así que si no me voy ya no podré ir a recogerlos —dice apresuradamente mientras se calza los zapatos.

—Puedo ir yo —me ofrezco voluntario, aunque conocer al séptimo novio de mi hermana en lo que va de año no sea mi plan preferido.

—Tienes que vestir a Scarlett porque a las nueve tiene sus clases de pintura, mi hermana debería estar de camino para acompañarla, a las diez tienes la entrevista, y a las doce peluquería —recita como si fuera la lista de la compra—. No olvides ir a recoger a la niña a la una y pasar a comprobar que estén todos los adornos colocados como les pedí.

—Intentaré no olvidar que tengo una hija, pero no prometo nada —intento bromear para que se relaje.

—Caden... —me regaña.

Le rodeo la cintura y la pego a mí.

—Cariño, todo está controlado, puedes respirar y tranquilizarte —le aparto un mechón que se le ha escapado del recogido.

—Estoy tranquila.

—Es solo una boda —sonrío para calmarla.

—No es solo una boda —suspira—. Es nuestra boda.

—¿Eso te pone nerviosa? —reprimo una sonrisa cuando asiente con la cabeza.

—Un poco —responde abrumada—. Winter debería estar ya aquí. ¿Por qué no está ya aquí?

—Porque es Winter —me encojo de hombros, consiguiendo que se le escape una sonrisa.

Payton me rodea la espalda con los brazos y apoya la cabeza en mi pecho.

—No tendríamos que haber hecho venir a todo el mundo hasta Nueva York... —habla entre dientes—. Habría sido más fácil ir nosotros a casa.

—Esta es nuestra casa —la miro, observando su rostro, sus labios, los que ahora me devuelven la sonrisa. Le beso la mano, justo encima del dedo que ya no viste el anillo cutre que le hice hace años, sino uno de diamantes en forma de mariposa que le compré cuando el elástico cedió y las bolas de colores cubrieron el suelo del baño—. Vosotras dos sois mi casa.

------------------

FIN

Esto es todo amigas, espero que os haya gustado la historia de Caden y Payton. Que hayáis disfrutado de su amor tanto como yo al crearlo.

Mil gracias a TODOS los que habéis llegado hasta aquí. 

Gracias por vuestros comentarios y por vivir este romance como vuestro.

No quiero dejarlos atrás, han significado tanto para mí que es imposible decirles adiós.

Así que, ¿Qué os parece si le decimos hola a la historia de Winter?

Si os apetece seguir sabiendo de estas tres amigas tan locas y diferentes, no olvidéis guardar TASTE ME en vuestras bibliotecas para estar alerta de cuando empiece a publicarla. (Aunque apenas comienzo a escribirla ahora jaja)

Os recuerdo para los que seáis nuevos, que tengo varias historias más completas. Os escribo el orden de publicación por si queréis seguirlo, aunque no es realmente necesario, ya que son independientes. 

¿Y si no lo complicamos todo?

Olvidemos quienes fuimos.

Saga AMOR:

1. Amor con fecha límite

2. Del odio al amor solo hay un beso (en proceso)

Trilogía ME:

1. Seduce me (POR SUPUESTO)

2. Taste me (próximamente)

HA SIDO UN PLACER, NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE.



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