"Míranos, estamos en un cuarto medio lleno de gente y me gustaría poder terminar lo que empezamos pero no sé cómo. Dar el tipo de amor que te mereces sabiendo que no puedo, lo empeora. Ojalá pudiera amarte, amarte, amarte de nuevo. Ojalá pudiera amar así."
—Love U Like That
(Lauv)
☽
La lluvia había comenzado a amainar para cuando Hoseok y Yoongi salieron al jardín exterior de la casa, ahora tan solo quedaba una suave llovizna que a juego con el soplido del viento lograba que la piel del guardián se erizase. Estaba acostumbrado al frío pero desde luego no de la misma forma en la que lo estaba el lobo que ahora caminaba a su lado. Yoongi parecía plenamente feliz de sentir el viento tropezando contra su hocico y de vez en cuando sacaba la lengua para saborear la casi imperceptible lluvia suave que rodeaba la montaña.
—Jimin llegará pronto, mientras lo esperamos podemos entrenar cerca de la casa. Estoy seguro de que los dos podremos escuchar en caso de que se acerque alguien, los cachorros no estarán desprotegidos.
El animal giró su cabeza hacia la casa y plantó sus patas delanteras en la tierra suave y trabajada del jardín. Los días de entrenamiento habían movido el terreno lo suficiente como para que ahora el suelo a su alrededor se sintiese cómodo, tan blando como una colchoneta. Movimientos de pies, saltos, pequeñas carreras cerca de la valla que rodeaba la casa, ejercicios para mejorar la movilidad… Eran sus propias acciones las que habían convertido el lugar en una zona ideal para la tarea de entrenar sus capacidades físicas.
—”¿Nos mantendremos cerca de la casa?”
—Así es. Supongo que eso te permitirá entrenar con mayor tranquilidad, chico.
Hoseok posó sus ojos sobre la mirada brillante del lobo. Yoongi sin duda estaba más feliz y activo desde el instante en el que su lobo pudo aparecer. Incluso si él ansiaba que el humano regresara para continuar con su investigación sin riesgos, era complicado negar aquello que lograba captar su mirada. Sabía bien que ese chico se mostraba mucho más natural como lobo que como humano y quizás obligarlo a permanecer en una forma con la que no se encontraba cómodo en lo absoluto fuese egoista y un tanto estúpido de su parte. Ellos mejor que nadie sabían que la comunicación podía ser posible entre lobos si las dos partes implicadas deseaban que lo fuese.
Mantener a Yoongi en forma humana no era otra cosa más allá que un método de control de los líderes. Necesitaban mostrar que su prisionero no era peligroso y que estaba controlado ante el pueblo y aquellos que estaban en contra de acogerlo. Incluso libre seguía llevando un yugo, quizás dos si Hoseok se empezaba a considerar a sí mismo como un arma de control en contra de este.
—Así que… Empecemos. ¿Por qué no me enseñas un poco de lo que tu lobo puede hacer con el viento en su forma animal? Estoy deseando comprobar el alcance de tu fuerza.
Yoongi reflexionó al respecto por unos segundos antes de cerrar los ojos para escuchar el viento soplar a través de las ramas de los árboles, la canción de cuna que siempre le recordaba al hogar y a su familia. Aquello era algo que conocía y con lo que se sentía plenamente cómodo, sin embargo no confiaba todavía en ese guardián lo suficiente como para enseñarle el alcance de su poder. Incluso ante los lobos de su clan, aquello era algo que sencillamente no haría jamás. Sus padres le habían avisado al respecto, el poder de un líder es lo que lo mantiene a salvo la mayoría del tiempo y lo que en consecuencia protege a la manada que este lídera. Enseñarlo ante un adversario sería como mostrar abiertamente puntos débiles. Sencillamente estaba fuera de lugar.
—Okay, creo que lo puedes hacer bastante mejor que eso —Hoseok estiró su mano hacia uno de los muchos manzanos que rodeaban y bordeaban el jardín de la parte trasera de la casa—. Si yo puedo llamar a la Tierra con más intensidad, entonces estoy seguro de que tú también puedes hacer soplar el Viento con un poco más de fuerza.
Yoongi no había hecho demasiado, eso era real. Se estaba limitando a escuchar el movimiento de las ramas y a agitarlas en consecuencia. Sin duda Hoseok no era un lobo estúpido cuando se trataba de observar el entorno, había podido distinguir entre el poder del viento por sí mismo y ese que el lobo decidia controlar. Aunque por supuesto aquello era algo que un guardián altiorem quizás necesitase saber. Establecer si un enemigo era más o menos fuerte podría implicar un punto de partida para el más esencial de los enfrentamientos.
—”¿Quién ha dicho que tú puedes ver mi poder?”
—Oh, supongo que eso implica que seguimos en la maldita fase de desconfianza… Eres miembro de mi equipo, he olvidado la cantidad de veces que debo haberlo mencionado desde que se decidió.
—”Sin embargo estoy seguro de que ni siquiera le pedirías esto a los miembros de tu equipo. El poder de un lobo es tan personal como su fase de Lunas, es algo que solo un par de personas deberían llegar a saber y tan solo con el objetivo de controlarlo si en algún momento el lobo atraviesa una fase peligrosa.”
—¿Tan personal como la fase de Lunas? Maldita sea, la mitad de lobos que me resultan atractivos de mi manada conocen mi fase de Lunas y la otra mitad probablemente se la imagina. El celo es algo completamente natural, al igual que nuestro poder. Es algo que proviene de la Diosa y de nuestras montañas. ¿Por qué lo esconderías? Teniendo en cuenta tus orígenes pensé que sería mucho más normal para tí que para cualquier otro lobo.
El animal bufó y dió algunas vueltas alrededor del cuerpo de Hoseok con las orejas inclinadas en una muestra que tan solo podía indicar evidente molestía. Al guardián le pareció gracioso y por segunda vez en esa mañana, dejó que una carcajada se escabullera de sus labios.
Bien, apuntado. Que Yoongi fuese más animal que persona no implicaba que su celo fuese un tema de conversación con el que se sintiera cómodo. Y al parecer tampoco lo era su poder.
—Deja de hacerte el difícil y muestrame un poco de lo que sabes hacer, si quieres entrenar necesito que llegues al punto en el que los dos podamos enfrentarnos y trabajar. Lo has hecho varias veces antes, ¿qué te detiene ahora?
Que sus caminos parecían estar cada vez más cerca, mucho más allá de lo que Min Yoongi se encontraba dispuesto a permitir. Eso era lo que había cambiado y lo que no estaba dispuesto a ignorar de ninguna de las formas. Necesitaba obligarse a sí mismo a mantener la distancia porque incluso si ahora Jung le estaba sonriendo, seguía sin ser su amigo. Él solo era un guardián con el objetivo de cumplir cada una de las órdenes que sus líderes le impusieran. Obediente y fiel, como la mejor de las mascotas.
—Hazlo de una maldita vez. Antes de salir estabas tan entusiasmado por el entrenamiento como yo.
Y eso era lo más confuso de todo.
Por eso cuando finalmente Yoongi hizo soplar el viento este llegó con tanta fuerza que lanzó a Hoseok contra el tronco del manzano más cercano, haciéndolo temblar desde las propias raíces. Aunque el guardián se recuperó pronto, sus ojos se iluminaron con el color de la lavanda y antes de que Yoongi pudiera parpadear para esquivarlo, el lobo de Hoseok estaba saltando sobre el suyo con la boca abierta y los afilados colmillos expuestos.
—"Si te apetece jugar duro entonces vamos a jugar duro. Lanzarme contra un árbol no hará que me bloquees."
No al menos con la fuerza que había usado. El guardián estaba seguro de que el humano que seguía dentro del lobo al que ahora se enfrentaba, controlaba perfectamente bien la fuerza de sus actos.
—"Sabes muy bien lo que estás haciendo ahora. De eso no me cabe una maldita duda."
Entonces los dos se envolvieron en una ruda pelea sin ningún tipo de regla o solidaridad. Cuando Yoongi le mordía una pata al guardián, este le mordía a cambio con más fuerza. Cuando Hoseok convocaba las raíces ocultas bajo la tierra del jardín, Yoongi llamaba al viento hasta hacer volar al lobo del contrario de nuevo contra los árboles. Eran dos masas de pelo diferenciadas únicamente por los colores. Dos masas que se envolvían rodeaban y de vez en cuando se ponían de pie para a continuación lanzarse nuevamente el uno contra el otro.
Diez minutos fueron más que suficientes para cansarlos, agotarlos y lograr que los dos se sintieran al borde de una discusión real muy por encima de lo que debería ser el entrenamiento entre dos lobos. Fue crudo y extraño, como si la Luna pulsase en su piel a través de los actos. Sus sentimientos y acciones parecían tremendamente aumentados. Hoseok podía sentir el latido de su corazón en las venas que le recorrían el cuello y Yoongi tenía la respiración tan acelerada que necesitó dejar que su cuerpo se concéntrase en la frescura de la tierra mojada.
—¿Por qué cada vez que llego pasa algo como esto? —Jimin suspiró con los brazos apoyados sobre la valla que rodeaba el jardín trasero. Los ojos del omega se movieron desde Hoseok hasta Yoongi y viceversa—. La mañana acaba de empezar y ya me siento agotado. No voy a lamer ninguna de vuestras heridas, y hoy hay muchas. Así que más os vale ayudaros mutuamente mientras me encargo de Winter y Drako. No sabría decir con exactitud cuál de vosotros dos me exaspera más. A la mierda, no me pagan lo suficiente por esto. De hecho, ni siquiera me están pagando Hoseok.
Jimin continuó con su monólogo en forma de protesta mientras sus pies se movían hacia la casa. E inesperadamente, Hoseok y Yoongi no pudieron evitar reír a la par. Aunque no se lamieron las heridas, los dos sintieron que de alguna manera ahora se encontraban un paso más cerca de lo que lo habían estado en el instante en el que empezaron a pelear. Por mucho que eso siguiera poniendo de los nervios al lobo de viento.
—Vayamos a dentro —Hoseok solo tardó un par de segundos en regresar a su forma humana—. Estoy seguro de que Jimin podría matarnos si nos atrevemos a seguir con esto. Ha sido un buen modo de iniciar la mañana.
El guardián recogió las prendas de ropa que se habían hecho gironés en su precipitada transformación minutos atrás y cuando comenzó a caminar tuvo que frenar un par de veces.
El lobo de Yoongi continuaba tumbado en el jardín, estirado sobre la tierra y con el hocico respirando fuertemente aquello que lo rodeaba.
—Está bien, chico. Voy a confiar en tí para dejar que te quedes solo en el jardín unos minutos más, pareces disfrutar del frío y de todos modos los cachorros están dentro. En algún momento tendrás que regresar a la casa.
El lobo de viento levantó la mirada para observar sus movimientos. No hubo protestas o intentos de huída, Hoseok pudo ver desde la ventana de su cocina el modo en el que Yoongi simplemente permanecía tumbado al fresco. Mientras el desayuno se calentaba sus ojos no se apartaron del muchacho, no al menos hasta que este sintió que era necesario regresar a la casa y se puso en pie. Con la respiración calmada el animal apretó su hocico contra la madera de la puerta trasera y entró en la casa cálida.
El fuego de la chimenea volvía a crepitar haciendo que la leña formase ascuas mientras Jimin sostenía a dos adormilados cachorros sobre sus piernas. El sofá parecía confortable y aunque las luces todavía estaban apagadas, ningún lobo con cierta experiencia en el rastreo necesitaría encenderlas. Había un punto de extraña calidez en las mañanas oscuras que aportaba el tiempo invernal, en la música que el fuego creaba y en el calor que desprendía la chimenea.
—Bueno, serviré el desayuno y después iré a ver qué es lo que Jungkook y Taehyung han logrado averiguar en su proceso de investigación. Por favor, comportaos todos mientras estoy fuera.
Yoongi se encontraba cerca de Jimin, sentado en la alfombra y lameteando las manos y pies de sus cachorros. Lo interrumpió todo para mirar a Hoseok y entonces ladró. El guardián dejó escapar una maldición con los platos de sopa caliente entre sus manos.
—¿Qué pasa ahora?
Jimin sonrió.
—¿No eras tú el que siempre le pedía un perro a tus padres? —el omega estiró una mano para señalarle a Yoongi—. Pues creo que ya lo tienes. Él no parece dispuesto a quedarse en casa mientras tú te diviertes solo.
—Solia pedirles un gato, no un perro y yo no voy a divertirme. Voy a…
Yoongi volvió a ladrar.
—¿Qué sucede Yoongi? ¿Es la comida? ¿No tienes cachorros a los que atender?
Hoseok dejó el plato repleto de sopa caliente sobre el suelo pero Yoongi la ignoró y apartó con el hocico. Entonces su blanco pelaje lleno de tierra se rozó contra las piernas del guardián.
—Es obvio que quiere acompañarte. Tiene cachorros pero también necesita saber más acerca de lo que pasó con su gente. No lo olvides.
—No lo hago.
—Siempre lo haces Hoseok, tienes tantas cosas en la cabeza que de vez en cuando se te escapan las más importantes. Estoy aquí y él parece confiar en mí para cuidar de los pequeños, llévalo contigo. No creo que sea un problema para Jungkook y Taehyung.
Pero quizás lo sería para los lobos que generalmente estudiaban u ordenaban libros en la biblioteca del norte. Aunque la mayoría eran abiertos de mente, no todos consideraban una buena idea tener en libertad controlada a un lobo que había mostrado señales de shock postraumático y violencia en el pasado. Para muchos lo correcto era meterlo en una celda hasta que su caso fuese resuelto.
No era una opción a tener en cuenta para él o para los líderes, evidentemente.
—Aggg. Maldita sea.
Hoseok se dejó caer sobre el sofá y la sopa que bordeaba el cuenco de madera se derramó sobre sus manos haciéndolo sisear.
Solo cuando Min Yoongi se acercó para lamer sus quemaduras superficiales la decisión fue tomada. Ese chico era exasperante pero también inesperadamente amable en ocasiones aleatorias. Él curó sus heridas cuando el fuego los hizo ocultarse en las cuevas situadas al norte de la montaña, lo llevó a su hogar y ahora le lamía las manos lastimadas por el líquido caliente de la sopa.
—Bien, bien, chico. Vendrás conmigo pero si no te controlas o haces alguna cosa extraña patearé tu enorme culo de lobo de vuelta a casa. ¿Trato?
Yoongi ladró y dio un par de saltos nerviosos a través de la sala.
—Ahora, deja de manchar la alfombra o tendré que meterte en la bañera para quitar toda esa tierra negra de tu cuerpo. Comportate.
Y Yoongi simplemente ignoró cada una de sus palabras, para variar.
—¡Agggggggg!
(***)
Jungkook acomodó su cabeza sobre el regazo de Taehyung y cerró los ojos mientras llevaba el dorso de la mano hacia sus párpados para rascarse. Sentía la mirada mucho más cansada de lo habitual y aunque con toda probabilidad tenía que ver con el hecho de que los dos pasaron la noche en vela leyendo índices, algo le decía que necesitaba sus gafas para poder continuar.
Tendrían que haber llegado a casa de Hoseok en algún momento del amanecer para dar un informe pero eso no fue posible porque la única cosa que podrían haber informado era que sencillamente no encontraban nada en absoluto acerca de los Pétalos y además, el propio guardián parecía querer ayudar de forma presencial en la misión de… ¿Lectura? Fuera como fuese, los dos continuaban en la biblioteca norteña para tortura de Jungkook y cansancio de Taehyung.
—Deja de hacer eso o acabarás lastimándote —Tae palmeó las manos de Jungkook desde detrás de su libro sin tan siquiera necesitar dejar de leer para acertar de lleno con aquello que estaba haciendo su pareja—. Te he avisado unas doce veces.
—Estoy aburrido, cansado y tengo sueño. Volver a la guardia ha sido la peor de mis decisiones, ¿me puedes recordar por qué decidí bajar a ayudar?
Tras suspirar, el norteño finalmente bajó el ejemplar que había estado sosteniendo entre sus manos con tanto interés durante la última hora y puso la atención total de su mirada sobre Jungkook.
—Porque hay personas a las que no queremos que les pase nada en esta montaña y también muchos inocentes que no deberían ver arder su hogar de nuevo. Porque tú y tu culo de guardián altiorem no eran capaces de estarse quietos en una situación así y el mío tampoco a pesar de no ser guardia. Y porque tú al igual que yo, necesitas hablar con tu madre y estar un tiempo con tu familia antes de regresar a los bosques. Oh, y ahora que lo menciono, por supuesto también está el hecho de que ni siquiera tenemos un lugar seguro al que regresar después de lo que ha estado pasando. Hay muchos motivos por los que hemos vuelto al territorio de la Unión, Kook.
—Lo sé —Jungkook suspiró—. A pesar de haberte preguntado lo sé. Y sé que si realmente alguien está intentando conseguir esta maldita flor que se supone que solo debería ser una leyenda, jamás podremos regresar a los bosques de forma completamente segura.
Jungkook giró su cuerpo y escondió la mirada en el estómago de Taehyung. Estaban tirados en el suelo de la biblioteca norteña, entre estanterías y torres de libros abiertos. Botánica, historia, cocina, dibujo, runas e incluso anatomía. Habían mirado índices de todo tipo de escritos y temáticas pero resultaba especialmente difícil encontrar algo sin saber el sitio concreto en el que buscarlo. Por eso era de hecho, una misión de búsqueda.
Además, la biblioteca del norte no era grande y sin embargo tampoco podía considerarse precisamente pequeña. Especialmente al tener en cuenta que numerosos lobos de ese territorio habían dedicado su vida a rescatar, seleccionar y guardar manuscritos desde el inicio de la división entre manadas. Había ejemplares de todo tipo en ese edificio.
—Vamos a intentar mantener la mente positiva —Taehyung estiró sus dedos y dejó que estos se colasen entre las hebras azabaches del cabello de Jungkook. Él realmente adoraba el hecho de que este hubiera decidido mantener la melena ondulada, hacía que su rostro resultase incluso más atractivo de lo normal—. Todavía tienes que hablar con tu madre y no quiero que las circunstancias te superen. Cuando sientas que es demasiado regresa al hostal y duerme, descansa todo lo que necesites. Estoy aquí para ayudar e incluso si detesto todo el asunto de la guardia, es inevitable para mí formar parte de ella. Mis padres y mi novio son parte esencial de la misma.
—No puedo descansar si no estás a mi lado. Sabes eso —Jungkook le dedicó una sonrisa pícara a Taehyung antes de sentarse a horcajadas sobre este y llevar el hocico hasta su cuello—. Necesito el olor de mi hogar cuando se trata de dormir profundamente. Sin tí, es imposible.
Taehyung sonrió, apretando su agarre entre las hebras de cabello azabache y empujando cerca de su glándula de olor a su pareja, sabía que Jungkook estaba jugando y exagerando pero era cierto que ninguno de ellos lograba descansar completamente sin el otro. No al menos después de todo el tiempo que habían pasado juntos en los bosques a lo largo del último año. Ahora compartían runas y estaba seguro de que ambas brillaban con fuerza en ese instante, alrededor de los suéteres con cuello redondo que su padre decidió tejer para los dos como regalo de bienvenida.
—Te has vuelto malditamente sobón, quita tus manos de encima de mi cuerpo por un maldito instante.
Jungkook sonrió contra su piel y depositó un húmedo beso en la zona, logrando que la piel de Taehyung se erizase al instante. Su fase lunar estaba cerca.
—Dejame trabajar.
—Has trabajado toda la noche y creo sinceramente que los dos necesitamos descansar antes de que tengamos que correr hacia cualquier otro sitio. Tal y como está la situación actualmente, dormir es un bien necesario que debe aprovecharse en las etapas tranquilas. Así que yo voto por regresar al hostal o a casa de tus padres para poder dormir hasta que la Diosa vuelva a brillar en el firmamento.
—Jungkook, maldita sea, deja de tentarme de esta forma.
El sureño no hizo caso. En lugar de frenar sus actos, decidió mordisquear el cuello de Taehyung alrededor de la runa de nacimiento, disfrutando de la sensación que le proporcionaba saber que su novio se encontraba profundamente afectado por un acto tan sencillo como aquel.
—Entre el hostal y la casa de tus padres creo que de hecho la primera opción es más adecuada si queremos…
El sonido de una puerta cerrándose demasiado fuerte hizo que los dos se pusieran alerta. Todavía abrazados pusieron atención a cada sonido que los rodeaba.
—"Voy a daros un minuto para volver a una posición decente antes de que mi culo empiece a buscaros entre los pasillos de la biblioteca. Sube tu maldita guardia Jungkook, he entrado hace cinco minutos en la zona que bordea la biblioteca y no me has detectado. Podría pasarlo por alto cuando se trata de Taehyung pero tú…"
—"Hey, de hecho soy un buen rastreador y no tenemos una posición a la que regresar. ¿Qué es lo que tu mente perversa está imaginando, Hoseok?" —Taehyung sonrió, mirando a Jungkook y colocando los brazos alrededor de la cintura de este con más ímpetu.
—En realidad sí es un poco preocupante que no lo haya escuchado. Estar a tu lado me desconcentra y me aparta del deber. Deberías disculparte por eso, Tae.
Los dos alfas sonrieron por un instante. Solo hasta que la figura de Hoseok apareció en el final del pasillo.
—Oh, debería disculparme de nuevo. No puedes negar que Hoseok está empezando a verse realmente bien con Yoongi así a su lado. Todo erguido y tan alfa como sabe ser mientras un animal gigante le protege las espaldas.
Jungkook bufó, en los últimos meses había aprendido mucho acerca de sí mismo y una de esas cosas era que podía compartir con Taehyung aquello que le resultaba atractivo sin que hacerlo supusiera problemas. Los dos sabían cómo ser sinceros y sanos mutuamente.
—Bueno, definitivamente se ve delicioso en este momento.
El guardián altiorem tropezó con un par de libros y esa atmósfera de alfa poderoso pareció romperse en un solo instante cuando el lobo blanco decidió esquivar la caída de este en lugar de ayudarlo.
Yoongi ladró y Hoseok maldijo. Taehyung y Jungkook tan solo pudieron reír.
—Vosotros dos… —el guardián estiró uno de sus dedos en forma de amenaza—. Más os vale haber encontrado algo, estoy cansado de tener que lidiar con cosas como esta. ¡Y deberíais ordenar los malditos libros cuando terminéis de revisarlos!
—Buenos días, Yoongi. Siento que tengas que lidiar con el humor de perros de Hoseok. Sí, sí, estoy de acuerdo —Taehyung estiró una de sus manos para acariciar el lomo de Yoongi a pesar de que pudo sentir el recelo por parte de Jungkook. A pesar de que ya no lo culpaba, el sureño seguía mostrando un poco sobreprotector cuando se trataba de la distancia entre ese lobo y su pareja—. Para ser un guardián es bastante molesto. Lo conozco bien.
—Sé perfectamente que no estás hablando con Yoongi. ¿Alguien podría contestarme? ¿Hay algo en alguno de estos libros que nos sirva para empezar a trabajar?
—Nada por el momento, supongo que vienes a darnos el relevo. Look y yo estamos muriéndonos de sueño.
Y Taehyung realmente le sacó la lengua al guardián.
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Hiiii!!!
Más vale tarde que nunca. Acabo de llegar de trabajar y lo primero que he hecho después de ducharme es subir el capítulo, espero que os guste y que se note la nueva dinámica que os dije que llegaría en esta fase de la historia. También espero que nadie considere a Yoongi mal padre, él confía en Jiminie jeje.
Un beso,
os amo
Mel
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