«Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error».
-Edgar Allan Poe.
Desperté por el sonido del timbre en mi puerta. Era raro, porque no había nadie quien me llamara.
Gabi no podía ser, por razones obvias, mi padre tampoco, porque sería increíble y lo mismo con mi madre. Y Lori, mi sexy cuñado el moreno, estaba en casa de su madre.
Me levanté de mi cama a trompicones, de manera vaga, sin ganas. Para ser completamente sincera, odiaba que se me despertara. Sobre todo porque mis intentos sobrehumanos de conciliar el sueño no surtían efectos que hicieran que el mismo fuera placentero.
Si analizaba bien mi aspecto, no estaba tan mal, ¿No?: un poco de cabello suelto, ropa arrugada y ojos de mapache. Cuando crucé la isla de la cocina y pasé a la sala de estar, puse mi ligero esfuerzo en no chocar con los muebles y esta vez sí surgió efecto. Una vez en la puerta principal, miré por la rendijita quién esperaba que yo abriera.
Solté un respingo bajito al ver quién esperaba mi respuesta. Se imaginarán mi cara de asombro al ver a Gabi. Sí, al tipo que se suponía estaba fuera de la ciudad.
—¿Gabi? —llamé en un susurro. Terminé por abrir la puerta después de decir eso y mi asombro creció más al verlo por completo.
Lucía cansado, como aquella vez en el hospital, pero de una forma que se me antojó más sombría. Como si cierto peso residiera sobre sus hombros, como si el mismo fuese demasiado para él. No sabía porqué, pero sentía que había hecho algo muy malo.
Gabi me miró y luego apartó su mirada de la mía, escudriñante, sedienta por saber qué pasaba. Se le veía mortificado, chamuscado, indefenso. Era rarísimo ver a Gabi así.
—Hola —saludó. Carraspeó brevemente su garganta, haciendo ademanes de pasar a nuestra casa, y le cedí el paso para que se adentrara. Minutos después, se oyó su voz de nuevo, con un eco detrás de esta—: Te preguntarás porqué viré tan temprano. —Sonaba nervioso —, pues ya te digo: tuve problemas con los trámites de mi nuevo trabajo.
Ah. Cierto. Con todo esto y lo de Sandra, había pasado de largo todo ese tema. Se había ido a otra ciudad porque le habían ofrecido un mejor trabajo. Y no lo culpaba, le pagarían bien y podría ir a vivir con Lorian. Su universidad seguiría siendo la misma, la usual, la mía. Por lo menos en esa parte partía con cierta ventaja, pero lo extrañaría.
—Entiendo —me limité a decir.
—Supongo que debo estar feliz, porque se solucionó, ¿No? Y a todo esto, ¿Por qué no organizamos algo nosotros tres? Como una despedida.
«¡Qué amarga suena esa palabra!» pensé, sin embargo, no lo dije en voz alta.
—Hablando de cenas y salidas —mencioné yo, estaba loca por cambiar de tema (el dolor en mi pecho me gritaba que así lo hiciera) —, mi mamá me llamó.
Arrugó las cejas, en un claro gesto de extrañeza. Bueno, era comprensible, dado el hecho de que casi nunca (por no especular que la mención sea nula) hablábamos de mi madre.
—¿Y eso qué tiene que ver con esto?
—Pues, me llamó para que fuera a su casa, ya sabes... —Mordí mi labio inferior—, para reunirnos y charlar sobre cómo me ha ido la vida.
—No me parece buena idea —sentenció, relajando su expresión—. Según me has contado, te trata mal desde que tienes memoria, sin ninguna razón aparente, pero tachemos esa parte. ¿Por qué cambiaría ahora? Si sigue con tu padre y todo lo que tenga que ver con él es tóxico.
Era cierto. Toda la vida me habían tratado mal en mi familia, ¿Por qué cambiarían las cosas ahora? Y sobre todo, ¿Estaba segura yo de si cambiarían o no?
Me trataban como si yo tuviese la culpa de uno de los mayores errores que habían cometido en sus vidas, mismo error del cual no me había enterado aún.
—Es cierto —dije, al final.
Recordé en ese momento que la historia no acababa ahí, ah, no, aún tenía que decirle otra cosa, que pondría muy en duda si aceptaría o no:
—A todo esto, me dijo en un mensaje de texto que papá quiere que vayas también, dice él que quiere hablar personalmente contigo.
Él ladeó la cabeza en mi dirección, muchísimo más confundido:
—¿Y yo qué pinto ahí? Se supone que es una cena familiar para rememorar viejos tiempos que nunca existieron.
Solté una pequeña risa por su última ocurrencia, que sorprendentemente logró aligerar un poco el ambiente. Al final, nunca supe porqué aceptó mi invitación, pero eso significaba la avenida de nuevos tormentos.
—¿Estás seguro de esto? —le pregunté por enésima vez en menos de una hora.
Gabi suspiró, con una notoria sensación de cansancio y pesar privando su rostro. Me asintió, —más forzadamente que por el hecho de que en realidad estuviese tranquilo—y pasó su mano —reitero, por enésima vez—por el saco que llevaba puesto.
Nuestra vestimenta era muy sencilla, pero muy acorde a la situación y con su ligero "toque" escandaloso, por decirlo de alguna manera. La de Gabi consistía en un traje azul marino y unos pantalones del mismo color, con una corbata en el centro de su pecho. Corbata que le tuve que amarrar yo, he de agregar. Era azul cielo, como mis ojos (o eso decía él). En cuanto a mí, no había mucho que agregar: vestido celeste y zapatos sin tacón (valoro mi columna) de un tono muchísimo más clarito, casi rozando lo blanco, como tampoco mi rostro era mucha novedad.
Nunca me gustó el exceso de maquillaje, por lo que opté por ponerme un poco de polvito, brillito labial transparente y sombra de ojos que combinaba con mi vestimenta.
Sin duda alguna, Brad Pitt y Angelina Jolie no se podían vestir mejor.
Luego de darnos un último vistazo y comprobar que efectivamente no estábamos pendejos (o sí, sí lo estábamos, pero finjamos que no) toqué el timbre de la puerta, con mi dedo vacilando en torno a la misma.
Bueno, al menos distraería un poco a Gabi de lo que sea que le pasaba, ese era el único punto bueno.
¡Feliz fin de semana a todos!
¡Holiiii! ¿Cómo estás todos, todas y todes? 7w7 * Inserta carita seductora*
Well, yo estoy bien :D ya inicié la escuela, y pues me va bien en ella :D
Antes que nada, les quería dar GRACIAS INFINITAS, por apoyar ERHDL. ♡ Ustedes me dan energía para seguir escribiendo, cuando me quiero rendir ✨ ustedes son una inspiración, que nadie los haga dudar de eso, pollitos. Gracias por tomarse un minuto de su día para leer, votar, comentar, para escribirme por Instagram y decirme qué les pareció el capítulo. Gracias a los que me ayudan a mejorar, a los que me hacen edits, a los que recomiendan la historia y a los que solo leen. Gracias a todos ustedes. Cada vez que escribo recuerdo cómo se me llena el corazón al ver todo lo que he logrado gracias a todo su apoyo. Simplemente gracias. Ay, ya me puse sentimental. 😾
¿Les cuento algo? El otro día terminé de leer un libro (el libro estaba para llorar, créanme) y sorprendentemente durante los capítulos no lloré, en donde más lloré fue en el epílogo :( porque me tenía que despedir de mis niños, y no, eso noooo 😭💔 me encariñé con todos los personajes, y los protas me encantaban :( we, extraño a mis wawitas. 😭💔
¿Qué creen que le haya pasado a Gabi Gabi? Ava y todos nosotros te vimos raro Gabi Gabi, echa el chisme, dinos qué te pasaaaa, ya. No dejes confundidos a los pedacitos de corazón. 😞
Y sí, seguimos dividiendo el capítulo, gente, porque escribí mucho, se me bajó la musa. UwU
Chiquis, ¿Cuál es su personaje fav en lo que va de libro? Echen el chismeee, no me dejen como Gabi nos dejó. 😾
Quería aclarar algo: Chiquis, lo que digan tus papás de ti NO determinan quiénes ustedes son. Somos personas, ¿No? Todos somos diferentes ¿No? Entonces, nadie es más bueno que nadie. No hay maldad. Solo resentimiento, odio y dolor. Nadie es malo. Si se sienten mal con algo que les dijeron sus papás, por favor, comuníquenlo con ellos, y tranquilitos, todo mejorará. ( ˶ ❛ ꁞ ❛ ˶ ) Son personas increíbles, porque son mis pedacitos de corazón ❤️
En estos caps me he puesto sentimental ¿No creen? Pues... Aprovechen, porque ya viene la desgracia.
Aunque estos caps sean de desarrollo de personaje, son unos de mis favs, mi Avita ya es una mujerrrr 😭💖 ya creció y es una mujercita, ya tiene su casita y su vida hecha ( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀) y tiene personas que la quieren y que la apoyan. ♡
Feliz fin de semana a todos
Les quiere,
Rose! ♡