¡YO NO SOY GAY!

Von D1uk_SKZ

67.1K 1.5K 61

Sara y Ken son mellizos. Sara estudia en un internado en el extranjero y Ken asiste a un internado para hombr... Mehr

I. UN TRÍPODE DIFERENTE
II. SIN PODERME DISCIPLINAR
III. PASANDO LA RAYA
IV. EL PLAN MAESTRO
V. ASÍ FUE
VI. LA CAUSA
VII. LLEGADA
VIII. A INFILTRARME
IX. TUS AMIGOS CERCA Y...
X. ...TUS ENEMIGOS AÚN MAS CERCA
XI. LA GOTA QUE REBASÓ EL VASO
XII. LA NUEVA ERA
XIV. ...Y UNO PARA TODOS
XV. AHORA SOMOS CUATRO
XVI. MY HABILITY
XVII. THIS IS WAR!
XVIII. TIME OUT
XIX. HIT 'EM UP
XX. QUE SE CUBRAN
XXI. DON'T FRONT
XXII. REGULATE
XXIII. NO VAYAS A LLORAR
XXIV. MODUS OPERANDI
XXV. SEARCHIN

XIII. TODOS PARA UNO

600 59 1
Von D1uk_SKZ

Sara, Yuki, Ken y N estaban fuera de la oficina de la directora, esperando a que les permitieran pasar. Bueno, para ser exactos, Sara y Ken solo acompañaban a sus amigos, ya que no tenían nada mejor que hacer.

Yuki estaba sentada, desparramada en la silla, mirándose las uñas con aburrimiento. Sara, que estaba a su lado, miraba el reloj colgado en la pared encima de la puerta de la oficina de la directora. Ken, algo nervioso, no quitaba la vista de la puerta, mientras que N, al otro lado de Yuki, se entretenía haciendo globos con su goma de mascar.

De repente, la puerta de la oficina se abrió, llamando la atención de todos. Salió la secretaria de la directora, la misma que los había atendido al llegar. Era una mujer que aparentaba tener unos treinta años, con cabello corto y lacio de color negro. Sus rasgos eran simples pero atractivos, y aunque era pequeña y delgada, estaba bien proporcionada.

—La directora Ángela los espera en su oficina —dijo la secretaria con una voz tranquila y suave, con un toque cálido y amable.

Yuki la miró con aburrimiento mientras se ponía de pie. N, por su parte, la observó con una mirada un tanto intensa, lo que la hizo sentir un poco incómoda.

—Aunque sea mayor que yo se ve que es tímida, así será más fácil follármela –el moreno sonrió de medio lado y se puso de pie, camino hasta estar demasiado cerca de la pelinegra, la cual se había puesto demasiado nerviosa mientras que Yuki y Sara rodaron los ojos. – ¡Gracias hermosa Dania! –dijo ronco y coqueto cerca del oído de la pelinegra para después morderle el lóbulo de la oreja sacándole un leve gemido provocando que se le sonrojaron de sobremanera sus mejillas. N sonrió triunfante al saber que sería más fácil de lo que imaginaba y camino hacia la oficina junto a Yuki.

—Menos de un día. –dijo con indiferencia Sara viendo con burla a la pelinegra que estaba parada enfrente de ella con la mirada perdida, sonrojo en sus mejillas y tocándose la oreja que el moreno había mordido.

—¿Eh? –dijo sin entender al salir del shock y miro extrañado al castaño que le había hablado y la miraba burlón.

—Que en menos de un día mi amigo estará entre tus piernas follándote. –dijo con algo de burla y Dania se sonrojo toda mientras fruncía el entrecejo molesta.

—Él es un alumno. Esta contra mi ética meterme con alguno de ellos. –dijo ofendida y mirándolo molesta. Sara se encogió de hombros restándole importancia y miro con indiferencia hacia la ventana.

—Solo te lo digo porque lo conozco. –dijo con tranquilidad y Dania fulmino con la mirada al lindo pero irrespetuoso castaño, suspiro con cansancio ante su inmadurez de enojarse con un mocoso, así que mejor dio media vuelta y camino hacia su escritorio para seguir trabajando.

...........................................

Yuki y N entraron a la oficina, cerrando la puerta tras de sí. Detrás del escritorio había una persona sentada en una silla giratoria que les daba la espalda.

—Siéntense —dijo una voz femenina, suave, pero con un toque firme que no admitía objeciones.

Tanto N como Yuki se miraron, se encogieron de hombros y luego se sentaron en las dos sillas frente al escritorio.

—Kagawa Hakyeon, hermano mayor por unos minutos, y Kagawa Yuki, hermana menor. Nacieron aquí, pero desde los cinco años viven en Rusia. Ambos tienen dieciséis años y, por lo que veo, tienen unas excelentes notas —dijo la directora con seriedad.

—Así es —respondió N con tono de aburrimiento.

—¡Díganme, jóvenes! —La silla giró lentamente, revelando a la directora.

Era una mujer rubia y joven. Tenía ojos de color miel, piel clara y un rostro hermoso. Su largo cabello rubio estaba recogido en una coleta alta, con unos mechones cayendo sobre su rostro.

—¿Por qué no vinieron sus padres? —preguntó, levantando la vista de los papeles que leía. Frunció el ceño al ver a dos jóvenes con varias perforaciones en el rostro y aspecto de rebeldes. —Niña, dile a tu hermano que deje de mirarme el busto como si fuera un trozo de carne —ordenó con molestia.

Yuki sonrió con burla y asintió. Luego, agarró a N por el cabello y tiró de él para que mirara a la directora a los ojos. Cuando se encontraron las miradas de la directora y N, ambos abrieron los ojos de par en par, sorprendidos.

—¡Cha Hakyeon! —gritó la rubia, impresionada, poniéndose de pie y señalando a N con el dedo.

Yuki no entendía qué estaba pasando, pero estaba segura de que su plan para hacerse pasar por otras personas y fingir ser hermana de N se había desmoronado. N giró el rostro, evitando la mirada de la directora.

—Lo siento, se equivoca, señora. Mi apellido es Kagawa —dijo rápidamente, algo nervioso.

—A mí no me engañas, mocoso —dijo ella, mirándolo con ojos entrecerrados. —Eres la viva imagen de YongRae. Reconocería esos ojos en cualquier parte, y no importa que hayan pasado seis años desde la última vez que te vi —dijo con seguridad mientras se cruzaba de brazos.

N suspiró con pesadez, consciente de que la situación estaba fuera de control, mientras Yuki tenía ganas de estrangular a N por arruinar su plan.

—A ti no puedo engañarte, madrina —dijo N, resignado, mientras la rubia sonreía triunfante—. ¿Qué tal está mi padrino JunSoo? — Yuki tenía aún más ganas de matar a su amigo al darse cuenta de que la directora era su madrina. De haberlo sabido antes, habría disfrazado a N para que no lo reconocieran.

—No me cambies el tema, mocoso. ¿Qué demonios haces aquí? ¿Y por qué te cambiaste el apellido? —preguntó la directora, visiblemente molesta—. Además, ¿qué es eso de hermana melliza? Según tengo entendido, MiHee solo tuvo un hijo, y ese eres tú —dijo la directora, mirándolo con intensidad, mientras Yuki trataba de idear un nuevo plan antes de que N arruinara todo.

—Supongo que sabes que TaeHee me encerró en un instituto que más bien parece una cárcel para niños ricos, un infierno donde nos golpean y a veces nos dejan sin comer —dijo N, intentando sonar como un mártir. Yuki sonrió internamente al ver la expresión de sorpresa y horror en el rostro de Ángela.

—Mi padrastro también me metió allí, y fue donde conocí a N —dijo Yuki con pesar, y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—No tenía idea. TaeHee nos dijo a JunSoo y a mí que te había inscrito en un colegio en Estados Unidos, donde estabas feliz —dijo Ángela, con arrepentimiento evidente.

—Eso no es cierto. Esa escuela era un infierno, pero resistí porque esperaba que mis padrinos, las únicas personas que me quieren en este mundo, me salvaran y me adoptaran, como habían prometido —dijo N con dolor, mientras Ángela lo miraba con culpa.

—Créeme que intentamos quitarle la custodia a TaeHee, pero nos fue imposible. Luego nos dijo que te había mandado a un internado en América y que estabas feliz allí. No le creímos, pero él nunca nos quiso dar el nombre del internado para poder buscarte —dijo Ángela, dolida.

—N y yo nos cansamos de vivir en ese infierno de instituto, así que escapamos —dijo Yuki con tristeza—. Ambos aprendimos a valernos por nosotros mismos y decidimos inscribirnos en esta escuela, cambiándonos los apellidos y fingiendo ser hermanos mellizos para que nuestras familias no nos encuentren y podamos vivir como estudiantes normales —dijo, mientras Ángela asintió con comprensión.

—Créeme, madrina, siempre los estuve esperando, pero al ver que nunca vendrían por mí, decidí actuar por mi cuenta y salvar a Yuki, que es lo único que me queda y a quien quiero como a una hermana —dijo N, mirando con ternura a Yuki, quien le devolvió la mirada. —Por favor, madrina, ¡ayúdanos! —suplicaron ambos con ojos de cachorro mojado.

—En esa mugrienta escuela soñábamos con estudiar aquí —dijo Yuki, llena de admiración.

—Recuerda que le prometiste a mi madre cuidarme, madrina. No pudiste hacer nada cuando TaeHee me golpeaba ni cuando me metió en ese instituto horroroso, así que cumple tu promesa y haz algo por mí y por mi amiga ahora —dijo N, mientras Ángela suspiraba con pesar y una expresión de culpa.

—Tienes razón. Solo espero no meterme en problemas por admitirlos, sabiendo que falsificaron sus apellidos —dijo Ángela, resignada.

—No se preocupe, directora. Si nos descubren, solo diga que no sabía nada y ya —dijo Yuki, agitando la mano como si no fuera gran cosa. Ángela tuvo un tic nervioso al ver que las lágrimas de ambos habían desaparecido por completo.

—Sí, madrina, puedes hacerte la inocente. ¡Total! No hubieras sabido nada si no me hubieras conocido desde que nací —dijo N con tranquilidad, sacando una caja de cigarrillos de uno de los bolsillos de su pantalón.

—¡No fumes en mi oficina, tarado! —gritó furiosa Ángela, arrojando una grapadora que golpeó a N directamente en la frente, dejando un enorme chichón.

—¡Buena puntería! —felicitó Yuki, levantando el pulgar. Mientras tanto, N se sobaba la frente con lágrimas en los ojos.

—Presiento que caí en el juego de estos dos, pero aun así le debo una a N y haré lo que sea por ayudarlo para que no vuelva con ese maldito de TaeHee —Ángela suspiró, derrotada—. Aquí tienen sus exámenes. Yo los vigilaré. Cuando terminen, irán a las canchas deportivas y el profesor Jonah evaluará su condición física mientras yo reviso los exámenes —dijo, entregándoles unas hojas. —Antes de que empiecen, quiero decirles dos cosas —los dos jóvenes la miraron con atención—. Que sea tu madrina y que me sienta culpable por haberte abandonado no significa que los dejaré entrar al instituto si reprueban —dijo con seriedad. Ambos asintieron, aunque con algo de indiferencia—. Y segundo, si pasan el examen, tendrán que quitarse esas perforaciones. En este instituto están prohibidos los tatuajes y perforaciones —ambos suspiraron, resignados, y volvieron a asentir—. Y una última cosa, el plan de ustedes seguirá en marcha: entrarán como si fueran hermanos mellizos, ambos con el apellido Kagawa. Nadie, aparte de mí, debe saber sus verdaderos apellidos —dijo Ángela con firmeza. Los chicos asintieron de nuevo—. ¿Alguna duda? —preguntó la directora. Los dos levantaron la mano, y Ángela les indicó que hablaran.

—¿Nos presta un lápiz? —preguntaron al mismo tiempo. Ángela casi cae de espaldas, al estilo de los dibujos animados. Se le tensó la ceja derecha, sacó dos lápices de su escritorio y se los entregó. Los jóvenes empezaron a hacer el examen bajo la atenta mirada de Ángela.

..........................................

Sara llevaba cerca de una hora esperando que sus dos amigos salieran de la oficina de la directora. Ken ya se había ido a ordenar sus cosas, dejándola sola. Se estaba impacientando y desesperando, así que dejó de mirar por la ventana para enfocarse, por enésima vez, en la puerta de la oficina. Entonces escuchó ruido en el escritorio de Dania, la secretaria, y vio cómo la pelinegra se ponía de pie y salía caminando. No le prestó mucha atención, levantando la vista hacia el techo mientras cerraba los ojos, hasta que oyó pasos acercándose. Al principio no les dio importancia, pero abrió los ojos cuando sintió que alguien se paraba frente a ella y la miraba con insistencia. Rodó los ojos al ver a Hyuk, el rubio, mirándola con desprecio, y a Hongbin, el castaño, quien tenía una expresión diferente, extraña para él, que normalmente la miraba con burla. Pero Sara no mostró sorpresa; simplemente los miró con aburrimiento y fastidio.

—¿Crees que cambiar de gafas y ropa hará que deje de hacerte la vida imposible? —preguntó Hyuk con tono sarcástico.

—Hyuk, no molestes a nuestro amigo —dijo Hongbin, mirándolo con reproche, lo que sorprendió a Sara y también a Hyuk—. Amigo, camarada, compadre —dijo alegremente, cambiando de tono por completo—. ¿Podrías presentarme a tu amiga pelinegra? —preguntó con emoción, con una expresión de cachorro mojado.

Sara entendió la amabilidad de Hongbin y sonrió de medio lado, pensando en la primera broma que le haría al castaño. Hyuk solo rodó los ojos ante la idiotez de su amigo cuando quería impresionar a una chica.

Sara se puso de pie y miró a Hyuk directamente a los ojos con una expresión desafiante. Cuando sus miradas se cruzaron, Hyuk sintió una sensación extraña en el estómago; esa mirada le resultaba familiar, aunque no sabía por qué.

—Sobre tu pregunta, Hyuk, sé que cambiar mis gafas y ropa no hará que dejes de molestarme —dijo con indiferencia—, pero ya me cansé de tu juego y no voy a dejarme, eso incluye que no molestes a Ken. Así que, ya sabes a qué te atienes —dijo con tono amenazante.

Hyuk no reaccionó de inmediato; simplemente miraba fijamente a los ojos de Sara. Con las gafas anteriores, nunca había prestado atención a los ojos del castaño, y para ser sincero, nunca le importó. Pero ahora le resultaba difícil apartar la mirada; algo en esos ojos le era familiar.

Hongbin estaba impresionado por la actitud desafiante de Sara, y asumió que su amigo estaba igual de desconcertado por no haber reaccionado o al menos fruncido el ceño.

—Sobre tu pregunta, Hongbin —dijo Sara, mirándolo fijamente, lo cual hizo que el castaño se estremeciera un poco por la intensidad de su mirada—, no sé si Yuki quiera conocerte —dijo con un toque de diversión. Justo en ese momento, la puerta se abrió.

—Tenemos que hacer la prueba de condición física, así que vamos a las canchas del norte del campus —dijo N, sin prestar atención a los dos chicos que estaban con Sara.

Sara asintió y comenzó a caminar para guiar a sus amigos, mientras ellos la seguían, dejando atrás a un Hongbin y un Hyuk que aún estaban algo conmocionados.

—¿Dónde demonios he visto esos ojos? —Hyuk seguía dándole vueltas en la cabeza, tratando de recordar.

—¡Mi estrellita de mar se llama Yuki! —dijo Hongbin, con tono meloso, al salir del shock. Luego miró a su alrededor, dándose cuenta de que el castaño ya no estaba por ahí—. Oye, ¿dónde está el ñoño cuyo nombre aún no sé? —preguntó, pero no había rastro de Ken—. Bueno, otro día lo hostigaré para que me presente a Yuki —dijo, encogiéndose de hombros—. Este chico se portó tan raro que me dejó en shock —suspiró Hongbin—. Y lo peor de todo es que dejé escapar mi oportunidad de conocer a Yuki y.... bueno, ya sabes —dijo con tono de lamento—. Hyuk —llamó, al notar que su amigo aún estaba en shock—. Hyuk —dijo con un tono cantarina mientras pasaba la mano repetidamente frente a la cara de su amigo, tratando de captar su atención.

.............................................

Sara, Yuki y N caminaban tranquilamente hacia las canchas norte del campus. Un cómodo silencio reinaba entre ellos, hasta que el moreno lo rompió con una pregunta.

—¿Quiénes eran esos tipos? —preguntó N.

—Son el par de idiotas que se la han pasado molestándome toda la semana y que le han hecho la vida imposible a mi Kenny —respondió Sara con fastidio. —El de pelo rubio es mi compañero de habitación, y el otro es su amiguito, que es compañero de Ken —dijo con desprecio. Sus dos amigos asintieron, comprendiendo la situación. —El rubio se llama Han SangHyuk y el otro es Lee Hongbin —dijo, como si no tuviera mucha importancia.

—Pues a mí se me hizo lindo el castaño, el tal Hongbin —dijo Yuki con tranquilidad.

—Me alegra que se te haya hecho lindo, porque a él también le gustas, y tengo un plan para pagarle una de las tantas bromas que me hizo a mí y a mi hermano —dijo Sara con un tono un poco más oscuro. Sus dos amigos la miraron con curiosidad—. Nos reunimos esta noche en alguna de las habitaciones que les asignen, y les contaré mi plan —dijo con indiferencia.

Yuki y N asintieron, con interés por lo que Sara pudiera tener en mente. La idea de un plan para devolverles las bromas a esos chicos sonaba prometedora, y ambos estaban dispuestos a ayudar a su amiga.

══════════════════════════════════════════ 

Gracias por leer :D.

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

3.9M 520K 49
Kim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. ...
25.8K 2.7K 104
Donde Bomin quiere saber la historia de sus padres. Lee Daeyeol y Sungyoon. Al principio Daeyeol era muy desafortunado en el amor y Sungyoon lo ayuda...
6.5K 1K 20
⚠Se recomienda revisar la nueva versión de este fic (está en el perfil). Minhyuk y Kihyun van en busca del primer amor de su abuelo Lee, en un pueblo...
5K 95 11
Alicia es una niña imaginativa y muy curiosa que solía inventarse situaciones de fantasía mientras hablaba sola. Una tarde de verano, se fue a descan...