El trabajo de Biología // Hon...

By claarxx9

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Emil Steilsson se acaba de mudar a Nueva York desde su amada Reikiavik con su sobreprotector hermano mayor. D... More

Prólogo
El trabajo
Amigos
Cupido
Fiesta de pijamas
A escondidas
Aviso
Fuera de casa
Recapacitar
[Final] Promesa cumplida

Hermano sobreprotector

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By claarxx9

TW: Autolesiones

- ¡Emil Steilsson! - aulló su hermanastro. - ¿¡Estás saliendo con tu amigo chino!?

Oh no. ¿Qué debía decir ahora? ¿Mentía? ¿La verdad? El islandés actuó sin pensar y asintió con la cabeza.

- ¿¡Y por qué no me lo has dicho!? - Mathias estaba haciendo señas de ayuda a Emil mientras su hermanastro le echaba la bronca. El danés aceptaba la relación de su cuñado, pero Lukas no. El de cabello plateado se quedó de piedra mirando fijamente a Lukas. - Vas a cortar con él. ¡Ahora mismo!

Quince minutos después el islandés entró a su habitación. Su hermano sobreprotector había cogido su móvil y le "había dejado las cosas claras a Leon". Llevaban menos de un mes saliendo y ya les habían descubierto. Lo primero que hizo al entrar fue suspirar. Tantas emociones metidas en un suspiro. Emil se sentía frustrado, su hermanastro no era nadie para obligarle a tomar acciones en su vida amorosa. Sólo tenía dos años más que él. Se sentía triste porque seguramente su ahora exnovio no le volvería a hablar por miedo a que Lukas le hiciera algo. El de cabello plateado estuvo estudiando toda la tarde. Después se tiró en la cama sin cenar. Lloró hasta que creía que se había quedado sin lágrimas y siguió llorando en silencio. No durmió nada esa noche.

Se despertó y fue obligado a desayunar por Tino. Este le intentó tranquilizar, decirle que todo estaba bien, pero no lo consiguió. Nada estaba bien. Obviamente sus amigos no vinieron a recogerle como otros días porque Lukas les había dejado claro que no se acercasen a su hermanito. Emil salió de su casa y fue a la secundaria. Notó que Leon le miraba mucho, pero no hablaba con él. En el recreo volvió a su banco. Tenía hasta polvo. Nadie se había sentado ahí en meses. Cuando salió de la secundaria le persiguieron los bullys y le dieron una fuerte paliza. No había nadie para salvarle esa vez. Llegó a su casa con sangre en la nariz, moratones en la cara y raspones por todo el cuerpo.

- ¡Hola Emil! - Tino puso los ojos como platos - ¿¡Tienes heridas otra vez!? - corrió a buscar el kit de primeros auxilios.

Le curó las heridas y el islandés se fue a su habitación a estudiar. ¿Y por qué no a ver el móvil? Porque estaba castigado. Su hermanastro le había quitado todo tipo de dispositivo con el que pudiera comunicarse con sus amigos.

La semana pasó lento. A Emil le pegaban palizas y esta vez no había nadie para parar eso. A su hermanastro parecía no importarle. No le quería ni hablar. Todos en la secundaria miraban mal al islandés, como si fuera un monstruo. Este creía que ya se habían acostumbrado a su presencia pero al parecer no. Se sentía como si hubiera llegado nuevo a la clase otra vez. No aguantaba más. Su vida no tenía sentido sin Leon, aunque a veces le costase admitirlo. Hizo algo de lo que probablemente se fuera a arrepentir más tarde. En su habitación se hizo cortes en los brazos. Nadie lo notó. No se podía explicar cómo se sentía. Autolesionarse está mal y Steilsson lo sabe, pero... Era una emoción nueva de satisfacción. El único que le hablaba era Tino y este era muy despistado y -según el islandés- indefenso.

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Dos semanas después de lo sucedido, Emil estaba sentado en su banco solitario del instituto. Le escocían los cortes, se había hecho nuevos. También tenía la cara llena de moratones por las palizas que le hacían los bullys. A nadie le importaba. Llegó Leon corriendo y le agarró de los brazos repentinamente. El islandés casi se cae del banco y su exnovio le tuyo que sujetar para que no se cayese.

- ¡Emil! - sólo con ese grito, el nombrado supo que estaba enfadado. Leon le subió las mangas a la chaqueta del islandés y se encontró con los cortes. - ¿¡Por qué has hecho esto!?

Sin importarle la gente de alrededor, el de cabello plateado posó su cara en el pecho de su exnovio y rompió en llanto. Este le acarició la espalda para que se pudiera calmar un poco, aunque no tenía efecto. Quería hablar pero no se podía entender lo que decía porque estaba hiperventilando.

Cuando se pudo calmar un poco se había acabado el recreo. Por suerte a la siguiente clase el profesor no había venido, así que vino un profesor que les mandó la tarea y dejó sentarse a la gente donde quisiera. Emil se sentó al lado de Leon y estuvieron hablando de la situación.

- Pero... ¿Te ha quitado el móvil? - pregunto el hongkonés.

- Sí. Me ha quitado todo tipo de aparato con el que me pueda comunicar contigo o con los demás - replicó. - Además, me tengo que quedar todo el día en mi habitación.

- ¿Pero tu hermano es homofóbico o algo?

- No, tiene novio.

- ¿Entonces? - miró a Emil a los ojos fijamente. Este se sonrojó un poco.

- Es sobreprotector. Yo entiendo que no quiere que me pase nada malo, que quiere protegerme y esas cosas... ¡Pero tengo diecisiete años!

- Esto... ¿Podemos seguir con la relación? - el islandés recostó su cabeza en la mesa. Por él, sí. Pero si Lukas se enterase de que aunque estuviera castigado y le hicieran bullying siguiera con él, se volvería loco.

- ... - se quedó pensando.

- Si no quieres no pasa nada, pero no dejes de ser mi amigo - intervino Leon. Sonó el timbre y Leon se levantó sin decir nada y se fue a su sitio normal. Emil le siguió y le tocó el hombro.

- P-Podemos seguir... Pero fuera del instituto no somos nada. Actúa bien.

Leon asintió y le tocó la cabeza suavemente mientras sonreía. Emil se sonrojó y se sentó en su sitio.

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Emil y Leon siguieron juntos. Sólo se podían ver en la secundaria por Lukas, si les pillaba volviendo juntos del instituto o simplemente hablando, sería indescriptible lo que pasaría. Los bullys dejaron en paz al de cabello plateado ya que Tino fue a donde le solían hacer bullying con Berwald y estos salían corriendo. Unas semanas después le devolvieron el teléfono móvil al islandés y empezó a hablar por WhatsApp con su novio. Todo pintaba mejor. Su hermanastro no le hablaba mucho pero sabía que estaba en buenas manos con Mathias. Ese danés era un idiota y un inmaduro pero bueno en cuidar a Lukas.

Emil siguió autolesionándose. El único que le pudo parar fue su pareja. Este le llevaba a la enfermería y a la orientadora en el instituto. 

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Leon Wang, Mei Wang e Im Yong Soo entraron a su casa un viernes después de la secundaria. Fue una semana ajetreada. Pronto tendrían una semana de vacaciones y tenían evaluaciones. Sus hermanos les recibieron con gusto.

- ¡Bienvenidos a casa-aru! - gritó el más mayor. - ¿Qué tal en el instituto?

- Bienvenidos hermanos. He hecho sushi para comer - El segundo hermano estaba desempolvando su cámara de fotos.

- ¡Oh! ¡Sushi! - se sorprendió Mei.

- ¡Dejad vuestras mochilas aquí y sentaos en la mesa-aru! - aullaba con un notable acento chino mientras abrazaba a Leon con todas sus fuerzas.

- Yao.... Suéltame - habló el hongkonés en un tono de voz misterioso. La verdad, nadie sabía lo que pensaba ese chico. Todo estaba en su vida. Tenía hermanos que se preocupaban por el y le daban comida cada día, una pareja a la que tenía que cuidar por sus problemas de autoestima... No había motivo por el que estar mal emocionalmente, ni lo estaba... ¿Verdad? 

- Aru... Hermanito, ¿Estás bien? - se preocupó Yao. - Estás... Raro. 

- ¿Yo bien? Claro.

- ¡Yao! ¡Leon! - gritó Soo - ¡A comer!

El sushi estaba muy bueno. Leon amaba la comida japonesa por su hermano... Pero él se sentía algo... Extraño. Su mente no le dejaba enfocarse. Llevaba así desde que a Emil le quitaron el móvil. ¿Sería que ese chico le estaba haciendo mal?
No. Definitivamente no podía ser eso.
Pero sentía como si su corazón... Se hubiese roto en pedazos. 

- Leon... ¿Te encuentras bien? - interrumpió Mei. Ah, sí. Todavía estaba comiendo sushi con su familia.

- S-Sí. Estoy perfecto - replicó. Su hermano más mayor le lanzó una mirada desaprobatoria. 

- Bueno... Como decía, Kiku. ¿Tienes un amigo italiano? 

- Sí. Y su pareja es de Alemania. Llevan--

- Familia, me llevo a Leon un momento. Tenemos que hablar-aru - intervino Yao. Todos asintieron y Leon se levantó. Los dos caminaron hasta su habitación y cerraron la puerta.

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- Lee Siu Chun. Dime lo que te pasa-aru.

- No me pasa nada, estoy genial - Leon se dejó caer en su cama.

- No lo estás - Yao se sentó al lado del hongkonés. - Tú eres raro, pero últimamente estás mas raro.

- ... - mierda. ¿Cómo contraatacaba ahora? No le salían palabras. Lo único que pudo hacer fue echar alguna que otra lagrimita en frente de su hermano mayor...

- ¿¡Qué te pasa-aru!? - Yao se detuvo a pensar un momento. - Oh. No me digas que tu noviecito europeo te arruinó la vida... Voy a hablar con sus padres.

- ¡No! ¡No hables con ellos! - Leon alzó la voz y dejó de llorar de inmediato. - Por favor...

- ¿Por qué? Si te ha aguado la autoestima debes cortar con él. Te ha roto el corazón y es una mala influencia para ti-aru.

- Yo estoy bien... El que no está bien es él - confesó el hongkonés.

- ¿Seguro que estás bien? 

- Kinda...

- Habláme en chino, no en inglés-aru.

- Fifty-fifty. - Yao suspiró.

- ¡Chino! ¿Eres chino? ¡Pues aquí hablamos chino-aru! - se enfadó. - Ahora... ¿Estás bien?

- Depende de por donde lo mires. - dijo Leon ya recompuesto.

- ¿Qué? - preguntó el chino. - Explica.

- Emil no es una mala influencia para mí. Le amo. Tiene problemas con su hermanastro y se puede decir que...-

- Sigue-aru.

- Que... - mierda, las palabras dolían al pronunciarlas. - Que me rompió el corazón... 

- ¿Entonces por qué sigues con él? ¿Eres o te haces, Leon? 

- ¡No! ¡Estás mezclando todo! - alzó la voz el nombrado. - Fue su hermanastro. Le quiere proteger y se pasa demasiado...

- Me estás diciendo... - Yao pensó - Que su hermano no acepta la relación... Y... 

- Sí, le hiere mentalmente.

- ...Suficiente-aru. Estás roto.

- Déjame estar con él. Quiero... Recomponerle. Me da igual que me hagan daño a mí pero se me rompe el corazón al verlo así...

En ese momento Yao Wang entendió que lo que su hermano tenía era un novio y no una típica pareja tóxica de la secundaria.

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La última semana de instituto antes de la semana de vacaciones. Leon Wang le estaba vendando las heridas que se había hecho Emil Steilsson mientras le decía que no se preocupase. Cada vez se autolesionaba menos. Todo gracias al hongkonés. 

- Oye, ¿Me acompañas al baño? - Leon cambió de tema. El islandés se sonrojó de sobremanera.

- ¿E-Eso no lo hacen las chicas? - reclamó.

- Sí... ¿Me acompañas? - pero... ¿Cómo iba a decir que no? Sus ojos color marrón avellana brillaban como el Sol...

- Vale. - al final tuvo que aceptar.

Los dos fueron al baño y Emil se miró el vendaje que le había hecho su novio. No era profesional pero estaba hecho con amor. ¿Por qué sentía algo raro en el estómago? ¿Qué significaba eso?
Leon se acercó a el.

- ¿Qué miras, Emi? - el nombrado se sonrojó por la repentina aparición.

- N-Nada - y se bajó las mangas. Caminó hasta la pared y se apoyó ahí. Su pareja le siguió y le acorraló contra la pared. Los dos se callaron durante unos segundos, sonrojados.

- ¿Sabes? Hace dos meses empezamos a salir por primera vez - intervino el hongkonés.

- N-No sé si arrepentirme - replicó Emil.

- Yo no me arrepiento - sonrió el de cabello marrón. - En absoluto. Me da igual cuántas veces me rompas el corazón si estás bien.

- E-Eh... - el islandés iba a explotar si se sonrojaba más. - Eso ha sonado a... masoquista.

- Anda... No lo malpienses - posó una mano en su mejilla. 

El corazón de Emil bombeaba a mil por hora. Tenía ganas de lanzarse a sus brazos pero no podía detectar sus sentimientos. Cada vez estaban más cerca. El hongkonés fue el que se ocupó de juntar sus labios. El de cabello plateado no supo qué hacer. Se quedó temblando mientras su pareja le daba besos cortos y suaves llenos de ternura y amor.
Se sentía tan... ¿¡Bien!?
Cerró los ojos y se dejó llevar. Leon puso sus manos en las caderas del islandés y este posó las suyas en sus mejillas. Era demasiado torpe, pero para los dos -y aunque a alguno le costase admitir- era perfecto. Estuvieron así pocos minutos más hasta que se separaron.

El hongkonés entrelazó sus manos con las de su pareja y los dos se quedaron callados. Emil estaba de piedra, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. ¿Le había gustado? ¿Qué era eso que le revolvía el estómago?
Sin pensar, se acercó al hongkonés y le abrazó. Este también le abrazó.

- Leon - llamó el islandés. Este le miró con sus orbes brillantes.

- Ah... ¿Sí? - Emil se sonrojó hasta superar el límite.

- T-Te.. Amo - y escondió su cara en el pecho del de cabello marrón.

- Yo también Emi, nunca lo olvides - sonrió mientras le acariciaba la cabeza.

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- ¡Berwald! - gritó Tino. Los dos estaban solos en su habitación. - ¡Dime que no se lo has enseñado a Lukas!

- ...Se lo he enseñado - el finlandés no se resistió y le empujó.

- ¿¡Sabes en el lío que se va a meter Emil por tu puta culpa!? - empezó a llorar. Él realmente apreciaba al islandés e intentaba protegerle. - ¡T-Te odio! - le pegó una cachetada a su novio. El área se empezó a tornar de color rosa de inmediato. Cuando Tino se enfadaba, perdía el control y hacía cosas sin pensar.

- Tino... - Berwald se acercó a él.

- ¡Déjame en paz! - aulló. - Quiero estar sólo...

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Berwald salió de la habitación y cerró la puerta. Sólo quedaba esperar a que llegase Emil para ver el caos. Mathias estaba intentando calmar a la furia pero no podía.
¿Qué había hecho?

...

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Basta, romper el SuFin me dolió mucho T_T 
Lloro. Ayuda.


Quedan dos capítulos de la historia y las cosas están que arden... ^^


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𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭, +16, 𝐜𝐮𝐭𝐞 todos los personajes son mayores de edad todos los personajes le pertenecen a Haruichi Furudate <3