Recapacitar

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- Yo... - Lukas no sabía qué contestar. ¿En serio le había tratado tan mal? Él no tenía la culpa.

- ...Si no me quieres deberíamos cortar.

- No... - el noruego tomó de las manos a su pareja. - Yo quería proteger a Emil de todas las malas influencias e idiotas que le rodean - hizo una pausa y continuó. - Verás... Cuando tenía dieciséis mi vida era perfecta. Notas buenas, amigos, pareja... Era sociable... Todo lo que un adolescente podía soñar.

- ¿...Y?

- Me manipularon, Mathias. Me hicieron sentir horrible. Me robaron, me tiraron bocadillos de queso, agua, chicles, chinchetas... De todo. Me cambié de instituto después de un año porque mis padres se dieron cuenta. A partir de ahí me convertí en como soy ahora. - tragó saliva - Yo creía que si Emil se centraba en sus estudios y no hacía muchos amigos o no tenía pareja... Nunca le harían lo que me hicieron a mí. Igualmente se lo hicieron y siguió adelante... Pero vivo con el miedo constante de que le hagan daño. En cualquier momento el chino y sus hermanos chinos pueden manipularle. Quiero protegerle, es mi hermanito y lo único que quiero es que su felicidad, pero he conseguido su odio. 

El danés estaba intentando entrelazar todo. Se sentía muy mal por su pareja. Él era retratado como el malo en la película, pero nadie nunca se enfocó en él. Estaba vacío por dentro y su corazón estaba sanando lentamente. 

- Lukas... - el nombrado le miró. Los ojos le brillaban. - Siento mucho lo que te pasó... Debió ser muy duro para ti. Pero Emil tiene diecisiete años, es maduro y sabe lo que hace. El chino y sus hermanos chinos son majos y una buena influencia para él. Como les he visto en la foto que me ha enseñado Berwald, sé que durarán. Es un presentimiento.

- ¿Y si en realidad son personas de mierda y le traicionan...? - el noruego se acercó más al danés.

- ¡Te daré derecho para partirles la madre! - ¿Cómo hacía Mathias para alegrar a Lukas en un momento? Nadie lo sabía. El noruego tampoco sabía expresar como lo amaba.

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"Emil estaba viendo su móvil en el apartamento como de costumbre. Su hermanastro entró sin llamar a la puerta y el islandés se enfadó por eso.

- ¿Cuántas veces te he dicho que llames a la puerta antes de entrar? - regañó.

- Emil, prepara tus cosas - dijo Lukas con un tono más serio que de costumbre.

- ¿Eh? ¿Por qué? - el de cabello plateado tenía un mal presentimiento.

- Te vas a Islandia otra vez.

En ese momento Emil empezó a ver borroso y el mundo se le derrumbó. Su móvil se cayó de la cama y se le rompió la pantalla en pedazos. Había reconstruido su vida en Nueva York... Para que siete meses después se tuviera que marchar. Él sólo. ¿Cómo le diría a Leon ahora? Su móvil estaba roto. 
Metió todo en su maleta llorando y salió de su habitación para nunca volver. Tino -también llorando- y Berwald le llevaron hasta el aeropuerto. Se despidió dándole un abrazo muy fuerte a los dos y se fue a la terminal. 
El islandés estaba esperando en la cola para entrar al avión. ¿Por qué había tanta gente? ¿Turistas? En Islandia no solía haber de eso. En algún momento se empezó a marear y a llorar. No podía respirar. Se puso la mano en la garganta mientras todos le miraban... Pero nadie le ayudaba. 

- ¿Emi? ¿Emil? - decía alguien cuya voz era desconocida. Estaba bastante lejos de él.

Pronto todo se tornó de color negro..."

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Volvió a ver color.

- ¿Emi? ¿Emil? - su pareja le abrazaba mientras el de cabello plateado luchaba con su yo interior para poder respirar. - Relájate...

El trabajo de Biología // HongIceजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें