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By ihwax_

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INESPERADO PERO ANHELADO

El sol se encontraba brillando bajo aquella casa en la montaña, iniciando un nuevo día para los pequeños que estaban dentro.

—Vamos, despierten—hablo la ojiazul picando una de las mejillas de Ace con su dedo.

—Mhm, Déjame—murmuró apartando su mano.

—Ya tengo el desayuno listo.

Eso fue suficiente para que los tres se levantaran automáticamente.

—Buenos Días—los saludo con una sonrisa.

—¡Buenos Días, Lya!—grito Luffy tirándose encima de ella.

—Buenos Días, Lyanna—saludo Sabo, frotando uno de sus ojos con su mano.

Ace simplemente hizo un gesto con su cabeza, que para la ojiazul significaba "Buenos días a ti también" y ella respondió con una sonrisa.

De alguna forma Lyanna y Ace tenían su manera de comunicarse, era como si ella tuviera una especie de magia telepática para entenderlo a la perfección. Ace hacia un gesto y de forma inmediata la cabeza de Lyanna lo traducía. Y la mayoría de las veces sus traducciones eran buenas, ya que Ace le daba una pequeña sonrisa disimulada  cuando ella hacía justo lo que habia pensado.

—Vamos a desayunar ¿Si?—tomo la mano de Luffy mientras miraba a Sabo y Ace.

Los tres la siguieron hacia afuera de la habitación para poder desayunar juntos, como normalmente lo hacían.

Mientras que fuera de la casa, escondidos detrás de un árbol se encontraban Dadan, Magra y Dogra.

—Debo deshacerme de esos Mocosos—se quejo con unas notables ojeras debido a la falta de sueño—A este paso, la familia Dadan terminara destruida. Además, mi salud está en juego.

—Calmese, Jefa—murmuró Magra—¿También quiere deshacerse de Lya?—inquirió.

—No. Ella no—respondió rápidamente—Ella puede quedarse.

—¿Se encariño, jefa?—pregunto Dogra al ver la sonrisa de ella.

—¡Claro que no!—negó—Es solo que..¡Roan nos la encargo, no podemos fallarle!—se excusó, aunque de cierta forma era verdad.

Magra y Dogra se rieron. Su jefa no lo iba a admitir, pero se habia encariñado mucho con Lyanna.

—Desde hace tiempo que esos tres Mocosos están fuera de nuestro control—comentó Dogra—Solo le hacen caso a Lyanna.

—¡Silencio! ¡Simplemente ya no puedo soportarlos!—golpeó el suelo con su puño—¡Los sacaré de mi casa! ¡No me importa el trato que hice con Garp! ¡Solo voy a cumplir la promesa que le hice a Roan!

—¡Oye!—un voz detrás de ella la hizo asustar.

—¿¡Garp!?—susurro antes de inclinarse ante la persona frente a ella pidiendo perdón—¡Lo siento, Lo siento! ¡No sabia lo que estaba diciendo!—lloriqueo.

—Disculpe, escuche que Lyanna y Luffy están viviendo aquí—una voz dulce la hizo levantar la mirada del suelo.

Entreabrio su boca al ver que no era Garp, sino que, eran el Alcalde de Villa Foosha y a su lado, estaba Makino con una canasta en sus manos.

—¿Eh?

Por otro lado, la ojiazul se encontraba charlando con Sabo, mientras que Ace y Luffy terminaban su desayuno.

—Así que..¿Esos movimientos te lo enseño la pantera?—inquirió tratando de entender.

—Los copie, aunque solo puedo hacerlo a un 95% de precisión—contestó.

—¿Un 95%? ¿A que te refieres?—pregunto confundido.

—Me refiero a que no puedo completar al 100% los movimientos de una pantera, puedo igualar su velocidad, resistencia, fuerza, agilidad, reflejos, durabilidad y sentido, pero ese 5% es el físico—levantó la palma de su mano—No tengo el físico y de una pantera, Por eso mis movimientos solo tienen un 95% de precisión.

—Ya veo ¿Cuando hablas de físico te refieres a su longitud y su flexibilidad?—la ojiazul asintió.

—La flexibilidad no es un problema, si tuviera un buen entrenamiento podría conseguirlo. Lo que si es un problema es la longitud y peso de mi cuerpo.

—Entiendo..Pero, dentro de todo un 95% no es malo—la miró—Es sorprendente. Posiblemente ninguno de nosotros podría conseguir eso.

—¿Quien dice que no?—hablo Ace metiéndose en la conversación.

Los estuvo escuchando todo éste tiempo, en silencio. Bueno hasta que Sabo dijo eso último.

—Ace..—murmuró Lyanna mirándolo.

—Lyanna quiero enfrentarte—dijo de forma seria.

—Sabes que no voy aceptar—contestó rápidamente.

—¿Por qué? ¿Acaso temes perder?—inquirió con el ceño fruncido.

—No es eso, eso solo que...

—¡Lyanna, Luffy alguien vino a verlos!—interrumpió Dogra.

Luffy terminó de tragar lo que tenía en la boca y corrió hacia afuera. Lyanna sintió su corazón bombear con fuerza, se levantó de la mesa rápidamente y siguió a Luffy.

¿Tal vez es...

—Ro...—sus palabras quedaron en su garganta al ver a Makino y el Alcalde.

—¡Makino!—grito Luffy yendo a abrazarla.

Apreto sus labios un segundo. Sintiendo como su corazón se apretaba un poco.

Roan no había vuelto.

—¡Lya, mira es Makino!—el grito de Luffy la hizo parpadear varia veces.

Sacudio su cabeza y con una gran sonrisa corrió hacia la peliverde.

—¡Te extrañe, Makino!—dijo una vez que la abrazo. Era cierto que no eran las personas que estaba esperando, pero aún así los habia extrañado.

—¡Y yo a ti, Lya!—acarició su cabello.

—Han crecido. Ya pasaron 6 meses desde que dejaron la Villa—la voz del anciano la hizo separarse de aquel abrazo.

—¡Alcalde!—chilló antes de ir a abrazarlo—¡También lo extrañe a usted!

—Yo también te extrañe, Lyanna—palmeo su espalda.

—¿Y como esta Niku?—pregunto mirando a la peliverde.

—Oh, el esta muy bien. Se quedo cuidando la taberna, es un gran perro guardián—río.

—¡Por supuesto que si, Niku es Genial!

—¿Ese perro apestoso? Me cae mal—murmuró Luffy, aún seguía indignado por lo de la última vez.

—Pero mira que traerlos a vivir con bandidos..—comentó el Alcalde.

—¿Tienes algún problema?—dijo Dadan de brazos cruzados.

—¡Claro que si! ¡Aprende a respetar, mujer bandido!

—¡¿Qué dijiste?! ¡Todas las personas de Villa Foosha son unos idiotas!

—Oigan no peleén—intervino la ojiazul.

Ambos adultos la miraron y dejaron de pelear, pero se siguieron mirando con recelo.

—¡Tengo un regalo para ustedes!—hablo Makino emocionada.

—¿Un regalo?—murmuró confunsa la ojiazul.

—Así es, supongo que Garp-san y Roan no se preocuparon por este tipo de cosas...—hablo mientras buscaba algo en la canasta, hasta que saco una remera con una estrella estampada en el pecho—Ropa nueva.

—¡Genial!—grito Luffy.

—Eso es grandioso, Makino.

—Me alegra que les guste. Necesito ajustarla un poco, así que..—miró hacia la casa en donde se encontraban Ace y Sabo—Acerquense ustedes también ¿Si?—la peliverde les sonrió.

—Vamos, Sabo. Acércate—lo animo Lyanna con una sonrisa.

El rubio sin pensarlo dos veces se acercó hacia ella con las mejillas algo rosas, mientras que Ace se quedó allí recargado en la pared.

—Tú también—dijo Makino, pero el pecoso volteo hacia otro lado ignorandola.

Lyanna solto una risa y se acercó a él tomando una de sus manos.

—¿Qué haces?—pregunto sin moverse.

—Ven, Ace—le sonrió—Makino solo esta siendo buena, nos trajo ropa nueva. No hay que tratarla mal.

El pecoso solto un suspiro y se dejó llevar por ella.

—Escuche que Ace-kun era un niño travieso, pero a mi me pareces un buen niño..—hablo Makino mientras tomaba las medidas de él.

—Claro que no..—murmuró mirando hacia otro lado con las mejillas sonrojadas.

—¡Por supuesto que no! ¡Ace es un buen niño y es muy fuerte!—hablo Lya con una sonrisa.

—Tú..—desvio la mirada hacia otro lado, podía sentir el calor en sus mejillas.

Escucho risas y al ver detrás de Makino vio como Sabo y Luffy se estaba riendo de él.

—Se avergonzó.

—Te pusiste rojo, Ace.

—¡Oigan!

—Oye, no te muevas—pidió Makino.

—Ya me las Pagaran—murmuró.

Ambos estallaron en carcajadas, mientras que el pecoso moría de la vergüenza al estar entre medio de ambas chicas.

—Mhm, no le hagas caso, Ace—dijo Lyanna mirándolo.

Luego de unos minutos Makino y Lya terminaron de ajustar la ropa para Ace. El cual susurro un pequeño "Gracias" antes de irse con Sabo y Luffy, para poder golpearlos por haberse reído de él.

—Parecen bueno niños—comentó Makino con una sonrisa.

—Lo son, ellos son buenos. Un poco traviesos, pero son buenos niños—afirmó la ojiazul.

La peliverde miró a Lya, observando la sonrisa que tenía al ver a los tres niños.

—Lyanna, también tengo algo para ti—hablo haciendo que la atención de la niña fuera hacia ella.

Vio como Makino buscar algo en la canasta, alzó una ceja curiosa y se acercó un poco más a ella.

—Mhm, No se cuales son tus colores favoritos, pero..¡Espero que te guste!

Lyanna abrió sus ojos sorprendida al ver un vestido frente a ella. La parte de arriba era de un color blanco con un pequeño detalle de una flor bordada con hilo negro en la parte media del pecho, mientras que la parte de abajo era de un color azul básico, pero agradable a la vez.

—¿Qué te parece? Si no te gusta puedo...

—Me encanta—la interrumpió—Es muy lindo—dijo antes de abrazarla.

—Me agrada oír eso—sonrió, acariciando su cabello.

—¡Muchas Gracias, Makino!

—No hay de que, Cariño.

Lyanna dejo un beso en la mejilla de la peliverde, y tomó el vestido en sus manos.
En verdad se le hacia muy lindo. Además, le hacia feliz saber que Makino se preocupaba por ella, que a pesar de que no se vieron en seis meses ella aún pensaba en ellos.

—Makino ¿Puedo preguntarte algo?—dijo la ojiazul doblando el vestido con cuidado para poder guardarlo.

—Si. ¿Qué pasa, cariño?—pregunto mirándola.

—¿Roan a vuelto?

Makino le dedico una mirada a Lyanna, y al ver la expresión de la peliverde su cabeza tradujo un "No"  rápidamente. Ella no lo había dicho, pero su expresión decía todo.

—No, él aún no regresa.

La ojiazul cerró sus ojos y solto un suspiro.
Repitiéndose mentalmente "Esta bien. Él está bien"  Roan le había prometido que volvería así que debía confiar en su palabra.

—Esta bien—abrió sus ojos y dejó el vestido en la canasta—Seguro pronto volverá.

—¡Si! ¡Estoy segura de que Roan esta...

—¡Lyanna!—el grito de Sabo la interrumpió—¡Alguien vino a verte!

Frunció el ceño y miro a Makino la cual se encogió de hombro sin saber que responder. Ambas se levantaron del suelo y fueron hacia donde estaba Sabo acompañado de Ace y Luffy.

Una vez que estuvo cerca miró a Sabo el cual solo señaló entre los árboles, miró en esa dirección e inmediatamente una gran sonrisa se dibujo en su rostro.

—Ah, eres tú.

El animal camino un poco hacia adelante, pero sin salir de las sombras de los grandes  árboles.

—No puede ser...—susurro Makino tapándose la boca y retrocediendo por el miedo.

—No te preocupes, Makino. No es malo—aseguró Lyanna acercandose a la pantera.

—¡Lya no!, puede atacar...—se quedó en silencio al ver como él gigantesco animal se enclinaba ante la ojiazul.

Abrió sus ojos con sorpresa al ver como la pantera junto su frente con la de ella, mientras que las manos de Lyanna dejaban suaves caricias en su pelaje.

—No hay de que preocuparse—hablo Sabo aún lado de la peliverde—La bestia no le hará daño a Lyanna, es todo lo contrario. Él la protege como si fuera su cría.

—¿La protege?—murmuró confundida.

—Así es, No sabemos el por qué, pero siempre está al lado de ella, cuidándola—le contó.

—¡Gato!—grito Luffy corriendo hacia el animal e intentando subirse a su lomo.

—Lu, no lo hagas, sabes que...—fue tarde, Luffy ya se estaba subiendo arriba del animal.

—Lo tengo, Yo..—el animal con una de su patas golpeó a Luffy haciéndolo caer arriba de Ace.

—¡Ay, Idiota!—se quejo el pecoso.

—¡¿Por que eres así, estúpido animal?!—apreto sus puños en dirección a él.

—¡Si sabes muy bien que nunca vas a poder subirte, deja de molestarlo!—grito Ace.

—¡Tú Cállate! ¡Casi lo logro esta vez!

Ambos comenzaron a pelear, mientras que Sabo le explicaba a Makino como era la situación del animal con ellos.

—Bueno, A diferencia de Lyanna, que la cuida mucho. Con nosotros es distinto, le damos totalmente igual, si estamos en peligro probablemente nos ignore.

—¿Por qué?

—No lo sé, quizás le caemos mal—se encogió de hombros.

—¡Ya dejen de pelear, Por favor!—intervino Lyanna.

Makino sonrió al ver como los dos dejaban de pelearse y se diculpaban con la ojiazul, podía notar que ella era la más responsable de los cuatro.

—Ven, Makino—de pronto Lya se acercó a ella tomando una de sus manos.

—¿Eh?

Fue arrastrada por Lyanna hasta ponerse justo frente el animal, su cuerpo se paralizó por completo cuando esos ojos verdes se posaron en ella.

—Tranquila, Makino. Él no te hará daño—aseguró la ojiazul.

—¿Es-Estas Segura?—tartamudeo cuando vio al animal moverse en dirección a ella.

Lyanna tomó una de las manos de la peliverde para acercarla a la pantera.
Makino negó inmediatamente, pero la ojiazul le sonrió animandola a tocarlo.
Cerro sus ojos con fuerza y se dejó guiar por Lyanna, solto un jadeo cuando su mano sintió el suave pelaje del animal.

Abrió sus ojos lentamente, quedando maravillada con los ojos verdes que la estaban observándo.

—¿Ves? No hay nada que temer—hablo la ojiazul.

La peliverde solto una risita con sus mejillas sonrojadas.

—Hasta Makino le cae mejor que nosotros—murmuró Sabo.

Ace chasqueo su lengua, viendo como el animal movia su cola ante las caricias y besos que le daban las dos chicas para consentirlo. Y Luffy "disimuladamente" se acercaba a la pantera por detrás, y justo cuando estuvo apunto de saltar recibió un golpe con la larga cola del animal, enviándolo a chocar con el rubio y el pecoso una vez más.

—¡Idiota!—se quejaron los dos.

—¡Casi lo logro!

—¡Claro que no!

Los tres empezaron a discutir, mientras Makino y Lyanna se sentaban en el suelo junto a la pantera, acariciándole la panza y jugando con sus patas.

—¡Mira Lya, su pata es el doble de grande que mi mano!—expresó con emoción Makino mientras comparaba su mano con la pata del animal.

—Y son suaves—agregó ella.

Makino estaba fascinada con la pantera, en verdad nunca había visto una y ver al animal gigante actuar como un pequeño cachorro se le hacia bastante tierno.
Sus ojos van hacia la ojiazul que peinaba con delicadeza el pelaje negro de animal, inmediatamente sonrió al ver que ella también había crecido bastante durante estos seis meses.

Seis meses. Se repitió mentalmente, seis meses en los que ella no pudo ver a Roan.
No se podía imaginar lo que debía sentir la pequeña al estar lejos de él.

—¿Lo extrañas mucho?—pregunto de repente, haciendo que ella la mirara con confusión—A Roan—agregó.

Lyanna bajo la mirada a la pantera viendo como sus dedos blancos se perdían en el pelaje negro.

¿Qué si lo extrañaba? Eso era una pregunta muy tonta para ella. Por supuesto que lo extrañaba, más que a nada. Estos últimos meses nunca dejo de pensar en él. En como estaría, si estaría comiendo bien, si no se metió en algún problema, si dormía como se debía. Podría sonar como una madre sobreprotectora. Pero...

En realidad Lyanna era una hija angustiada y preocupada por su padre.

—Si, lo extraño muchísimo.

No había nada que anhelara más que verlo. No había nada que esperara más que despertar y verlo aún lado de ella, o hacer el desayuno juntos, o ir de compras o entrenar, o simplemente pasar el día juntos...donde fuera. Solo quería verlo, saber que se encontraba bien, escuchar su voz y sus comentarios sarcásticos que tanto lo caracterizaban.

Lyanna solo deseaba estar junto a Roan.

—¡Lya, Lya!—los gritos de Luffy la hicieron levantar la mirada, pero antes de hacer cualquier movimiento el pelinegro ya se había tirado sobre ella.

—Luffy ten cuidado—le dijo Makino, por la forma brusca en que se tiro sobre la ojiazul.

—¿Qué pasa, Lu?—pregunto ella acariciando su espalda.

—Logre escapar de Ace y Sabo—dijo con una sonrisa.

—¡Claro que no, Idiota!—los dos se tiraron arriba de Luffy aplastando a Lyanna en medio del pleito.

—¡Maldito, idiota!

—¡Sueltame, Ace!

—¡Sueltame tú!

—¡Sueltense los dos!

Makino solto una risita viendo como Luffy se escondía detrás de Lyanna sacando la lengua de forma burlona para Ace y Sabo.

—Estúpido—murmuró el pecoso entre dientes.

—Ace, no seas grosero—lo regaño la ojiazul.

—¡Ja! ¡Lya, te regaño!—se burlo Luffy.

—Tú también, Luffy. Deja de molestarlo—miró al pequeño con sombrero de paja.

Luffy hizo un puchero, pero sus cejas se fruncieron al oír la risa de Sabo.

—¡Oe, no te rias!—gruñó.

—¡Lyanna acaba de regañarte a ti también!—señaló, soltando una carcajada.

—Sabo, eso también va para ti—apuntó la ojiazul y el rubio dejó de reír—Dejen de pelear, Por favor—pidió.

—Esta bien—asintieron los tres.

Lyanna les hizo una gesto para que se sentarán el césped junto a Makino y la pantera. Pero ellos se sentaron cerca de ella.

Ace se sentó del lado izquierdo con sus brazos cruzados y su cara de pocos amigos.
 
Sabo se sentó del lado derecho cerca de ella con una pequeña sonrisa en sus labios.

Y Luffy se sentó en medio de Lyanna, con las piernas cruzadas como un indio y una gran sonrisa en su rostro.

Makino sonrió al ver que los tres buscaban estar cerca de ella, que le hacían caso a ella, que con tan solo un gesto o una simple palabra Lyanna los tenía controlados.

Apaciguando cualquier desastre que pudieran causar.

—Lya, tengo hambre—murmuró Luffy volteandose a verla.

—¿Hah? Pues..

—¡Oh! Yo he traído varias cosas para preparar una cena deliciosa—hablo Makino.

—¡¿Enserio?!—dijo Luffy emocionado.

—¿Puedo ayudarte a preparar la cena, Makino?—pregunto la ojiazul.

—¡Claro que si!

Los ojos de Luffy brillaron al oír eso.
Lyanna y Makino prepararán un banquete delicioso y de tan solo pensar todas las cosas ricas que harían, se le hacia agua la boca.

Tal y como era de esperarse los platillos preparados por Lyanna y Makino se veían deliciosos, Todos se encontraban babeando por los manjares que estaban servidos en la mesa.

—Makino ¿Puedes llevar esto?—pregunto la ojiazul levantando una fuente de curry en sus manos—Es que quiero tomar un baño antes de comer, y así también puedo probarme el vestido que me regalaste.

—Ah, esta bien—sonrió, agarrando la fuente que tenia Lyanna.

—Enseguida voy—dijo agarrando el vestido de la canasta y yendo hacia el baño.

—¡Te esperamos!

—¡De acuerdo, No tardo!

Mientras Lyanna se metía a Bañar rápido, Makino camino con la fuente de curry hacia la mesa en donde estaban todos sentados.

—Muy bien, esto es lo último—dijo con una sonrisa mientras dejaba la fuente de curry en la mesa.

—¡A comer!—grito Luffy, pero antes de que agarre algo fue detenido por Sabo.

—Lyanna aún no está en la mesa, sabes que ella siempre nos espera para comer, nosotros debemos hacer lo mismo—hablo el rubio.

—Odio admitirlo, Pero Sabo tiene razón—secundo Ace.

—Oh, esta bien. Voy a esperar a Lya, así comemos los dos juntos—volvió a acomodarse en en la silla.

Los presentes se quedaron boquiabiertos al ver que ninguno de los tres se estaba matando por la comida, más bien se habían puesto de acuerdo para esperar a la ojiazul y así comer juntos. Sin duda algo sorprendente.

Pasaron unos minutos en los cuales ninguno de los presentes tocó un plato de comida, simplemente se mantenían charlando entre ellos.

Porque todos esperaban a la niña de ojos azules, querían compartir esta cena con ella también.

—Se está tardando un poco ¿No creen?—murmuró Ace, apoyando su mejilla en la palma de su mano.

—Tranquilo, de seguro ya viene—respondió Sabo.

—Se ve que se llevan muy bien con Lyanna—hablo Makino mirando a los tres niños.

—Ah, pues si—asintió Sabo rascando una de sus mejillas—ella es muy buena con nosotros y...

—¡Lya es increíble y será mi Nakama!—grito Luffy con entusiasmo.

—¡Claro que no, ella será mi Nakama!—protestó Sabo.

—Ustedes están mal, Lyanna formará parte de mi tripulación, los fuertes devén estar juntos—dijo Ace con una sonrisa engreída.

Y así comenzaron una nueva discusión, sobre en cual tripulación estaría Lyanna.

Mientras que la ojiazul estaba terminando de acomodarse la peluca, escondiendo todo su cabello blanco. Se le estaba complicando un poco, de hecho siempre se le complicaba este momento.

Porque era Roan el que acomodaba su peluca de forma correcta todos los días.
Pero al no estar él, tuvo que aprender a colocarlsela ella misma.

Metió los mechones que sobresalían y solto un suspiro, agarro el pequeño espejo -que en realidad era un pedazo de vidrio roto- y vio su reflejo en el. No estaba mal.

Se puso sus zapatos y camino hacia afuera de la habitación, pero antes de ir hacia donde estaban todos sentados. Fue hacia la cocina y agarro unos cuantos pedazos de carne.

—con esto será suficiente..—murmuró agarrando la bolsa de tela con carnes dentro.

—¿Lyanna?

Volteo su cuerpo encontrándose con Makino y una expresión confundida en su rostro.

—Ah, eres tú Makino—murmuró.

—¿Qué haces? Te estamos esperando para comer.

—No se preocupen, adelantense y Coman ustedes. Primero debo hacer algo—señaló la bolsa de carne—Debo darle de comer a mi amigo.

—¿Hablas de la pantera?

—Así es, me debe estar esperando.

Makino la miró unos segundos, hasta asentir con su cabeza.

—De acuerdo, No te tardes.

—No lo haré.

Antes de salir, la voz de Makino la hizo frenar sus pasos.

—Te queda lindo el vestido, Lyanna.

—Gracias, Makino.

Luego de eso Lyanna salió empezando a caminar hacia los árboles que la separaban de la iluminación de la luna. El lugar de siempre. La pantera ya se encontraba allí, sentado mirando como ella se acercaba de a poco.

Una vez enfrente, Lyanna dejo la bolsa en el suelo y la abrió dejando ver esas jugosas piezas de carne.

Antes de comer la pantera agacho su cabeza y unió su frente con la de ella, como solía hacerlo siempre.

—Puedes comer—murmuró ella al separarse.

El animal la miró una vez más y acto seguido comenzó a comer lo que había traído la ojiazul.

Sonrió ligeramente y miro hacia el cielo, ahora estaba siendo iluminado por algunas estrellas, no como las anteriores noches en las cuales el cielo estuvo sin esos hermosos astros.

—La noche esta hermosa ¿verdad?—dejo escapar un pequeño suspiro de sus labios.

Sus cejas se fruncieron un poco al ver tres estrellas parpadeantes y de pronto sintió un cosquilleo en todo su cuerpo. Confusa miró una de sus manos, abriéndo y cerrando su puño cuando dejo de sentir aquel cosquilleo. Fue algo extraño.

Decidió no tomarle mucha importancia y siguió mirando las estrellas, se la hacia un poco raro que todas fueran iguales menos tres de ellas que..parecían tener otro tipo de color o forma, algo que las separaba del resto.

De pronto una suave brisa hizo que su cabello se moviera y también que algunas hojas de los árboles cayeran.

—Desearía que Roan estuviera aquí. Desearía poder estar junto a él.

Miró hacia el suelo mientras en sus labios se formaba un ligero puchero.

—Él también desea estar junto a ti Lyanna.

La mencionada levantó la cabeza rápidamente mirando a todas partes hasta que su vista se fijo en la pantera que ya habia terminado de comer y ahora estaba mirándola con esos ojos verdes.

—¿Acabas de hablar?—se animo a preguntar aunque fuera lo más estúpido que se le ocurrió.

El animal simplemente giro su cabeza hacia un lado, antes de acercarse a ella y unir sus frentes. Lyanna hizo una mueca y acarició una de sus orejas.

—Creo que me estoy volviendo loca—río cerrando sus ojos—Es que de verdad lo extraño mucho.

—También te extraño, y no te estas volviendo loca, deja de decir eso.

Lyanna se separo de la pantera rápidamente, mirándola entre asustada y confundida.

—¿Puedes hablar?—pregunto mirándolo a los ojos.

La pantera simplemente se volvió acercar a ella y junto sus frentes una vez más.
Espero unos minutos en silencio, atenta a cualquier movimiento que podría llegar hacer el animal, espero, espero y espero.
Pero la pantera no volvió a decir nada.
Tal vez en verdad se estaba volviendo loca.

¿Tanto extrañaba a Roan que hasta imaginaba que una pantera le estaba hablando?

Solo quería verlo ¿por que era tan difícil eso? Sintió sus ojos picar. En verdad, todo esto le hacía sentir una opresión en el pecho. Y no podía evitar que malos pensamientos aparecieran en su mente ¿y si tal vez algo salió mal?

—No quiero que le pase algo malo, no quiero pensar eso, pero es que...—apreto sus ojos dejando que algunas lágrimas silenciosas cayeran por sus mejillas—Desearía tenerlo aquí.

—Aquí me tienes.

Y de nuevo esa voz que era idéntica a la de Roan, Maldición. Ya no le importaba si era solo su imaginación.

—Hablo de estar aquí conmigo—murmuró con la voz entrecortada.

—Estoy contigo.

La pantera de pronto se separo un poco, quedando solo a centrimetros de su rostro, estaba tan cerca que podía ver su reflejo en esos hermosos ojos verdes.

—Quiero que estés junto a mi, ahora. Aquí a mi lado—señaló el lugar aún lado de ella.

Miró al animal directamente a los ojos, y no pudo evitar entrecerrar los suyos al ver otro reflejo -aparte del de ella- en esos iris verdes.

—Estoy a un paso de ti, Lyanna.

Sintió una mano sobre su cabeza y su cuerpo de paralizó por completo, sintió nuevamente ese cosquilleo recorrer todo su cuerpo y como su corazón comenzaba a bombear rápidamente, sintió un hormigueo en sus manos y como su boca se secaba. Su cuerpo no reaccionaban simplemente no podía girar y enfrentar a la persona detrás de ella.

—¿Qué es este recibimiento? ¿Te quedarás allí quietita? Al menos esperaba un abrazo.

Su cuerpo comenzó a temblar, mientras respiraba con dificultad. Estaba asustada, completamente temerosa de que al voltearse no hubiera nadie allí, que eso también fuera parte de su imaginación, que su mente le estaba jugando una mala pasada.

Pero él fue el primero, quizás sea el único, su voz que reconoceria a kilómetros y ese suave olor a Mikans y mar. Su corazón se aceleraba descontrolado cada vez que lo recordaba.

No podía equivocarse, no podía confundir a otra persona con él; no con él.

Cerro sus ojos, buscando que su cuerpo dejara de temblar y serenarse también para recuperar la compostura; inhaló, exhaló y cuando estaba lista para girarse y enfrentarse a esa persona, lo inesperado ocurrió.

—Te estas tardando bastante, Lyanna.

Sintió unas grandes y fuertes manos tomarla de la cintura y alzarla sin mucho esfuerzo. Y de pronto se vio atrapada entre los brazos de aquel hombre.

Siente que en cualquier momento su corazón va a explotar, y el olor a Mikans inunda sus fosas nasales, el calor del cuerpo de él  hace que su palida piel deje de estar fría. Y entonces vuelve a decir algo que hace que su corazón se estremeciera.

—Lyanna, Por favor abrázame.

Sus ojos azules se llenan de lágrimas y levanta sus brazos para poder envolverlos en el cuello de él. Correspondiendo a su petición. Cerrando toda distancia que hubo entre ellos durante seis meses.
Seis malditos meses extrañandose uno al otro, pero eso no importaba. Nada podía importar más que estar ahí, ese momento.

Nada de eso importaba ahora, no cuando por fin estaban juntos.

—Te extrañe tanto, Roan.

La voz quebrada de ella, hizo que la apretara más en sus brazos. Diablos, cuanto había extrañado su olor a flores.
Levantó una de sus manos para poder retirar aquella estúpida peluca que cubría el hermoso cabello blanco que ella poseía.
Tiro aquella horrible cosa, dejando que se pierda en la oscuridad del bosque y con cuidado deslizó sus dedos por el cabello de ella, en un toque suave. Maldita sea.
Había extrañado todo de ella.

—Te extrañe, Lyanna.

El viento soplo, levantando las hojas que cayeron de los árboles; la luna, grande y redonda alcanzó su punto más alto en esa noche estrellada; y la montaña resplandecía en la oscuridad, mostrando una vista maravillosa.

Y estuvieron allí, sin separarse uno del otro. Ninguno quería soltarse, creyendo que si lo hacían podían despertar en cualquier momento de este hermoso sueño.

Pero la tercera persona que se encontraba a unos cuantos pasos de ellos, mirándolos con recelo y con los puños apretado. Los hizo despertar de ese hermoso sueño.

—Roan.

La voz rasposa de un hombre los hizo fruncir el ceño. El mencionado se dio la vuelta sin bajar a Lyanna de sus brazos.
Vieron la figura de un hombre alto y de amplio pecho, con una barba y una cicatriz en su ojo izquierdo.

—Viejo.

Roan se mantuvo impasible, aferrándo más el cuerpo de Lyanna al suyo. Mientras que la ojiazul estaba confundida por la aparición de ese extraño hombre, pero en ningún momento separo sus brazos del cuello del moreno.

—¿Qué haces aquí?—pregunto sin moverse de su lugar, pero con la vista fija en la niña que estaba en los brazos de aquel hombre.

Lyanna se encogió en los brazos de Roan al sentir la mirada de aquel sujeto sobre ella, no parecía estar contento.

—No te incumbe, son asuntos míos—contestó de forma brusca.

—¿Asuntos tuyos?—repitió sacando las manos de sus bolsillos.

Roan apreto sus dientes, apenas llegaba. No podía ser que le estuviera ocurriendo esto.

—Así es. Asuntos míos, así que no te metas—se dio la vuelta dispuesto a marcharse hacía la casa de Dadan.

—Roan—su voz sonaba amenazante y el sonido de sus nudillos tronar lo hacía más escalofriante.

—¿Enserio quieres hacer esto ahora?—la ojiazul sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al sentir una extraña aura emanar del cuerpo de Roan. Mucho más cuando el suelo debajo de él se agrieto.

Lo mismo paso con aquel hombre frente a ellos, el suelo debajo de él se agrieto. Y sus puños se apretaron.

—Te recomiendo hacerlo en otro momento, tus nietos, Makino, el Alcalde, todos ellos están aquí—hablo empezando a caminar con Lyanna en sus brazos—En vez de perder el tiempo conmigo, porque no le das atención a tus nietos, abuelo de porquería.

Sin más que decir Roan siguió su camino hacia la casa, dejando atras al anciano.
No iba hacer esto ahora, no cuando Lyanna estaba aquí.

Su cara se mantuvo seria y su ceño fruncido, en verdad ese anciano había arruinado todo. De pronto sintió un suave cosquilleo en su mejilla, miró a Lyanna y está le sonrió. Había dejado un pequeño beso en la mejilla izquierda de él.

—No estés enojado, quiero que estés feliz.

Se mantuvo impasible, la verdad la visita de Garp habia arruinado su momento con Lyanna y además, sabía que ese estúpido viejo no se iba a quedar de brazos cruzados después de eso, y aun así...

De pronto sintió varios cosquilleo en todo su rostro, haciéndolo reír. Lyanna estaba dejando besos por toda su cara.

—¡Te reíste!

—¿Como hacerlo? Me haces cosquillas—río.

—Ah, eres tan lindo cuando sonríes—dejo un beso en su mejilla.

—Tú también eres linda—esta vez fue él quien dejo un beso en la mejilla de ella.

Lyanna sintió sus mejillas arder y volvió abrazarlo escondiendo su cara en el cuello de él.

—Te extrañe mucho.

—¿Si? ¿Qué tanto?—pregunto él mientras abría la puerta.

—¡Hasta el cielo y lo que hay más allá del cielo! Mmm ¿El espacio?

Roan solto una carcajada y volvió a dejar un beso en la mejilla de ella.

Los dos ingresaron a la casa, llamando la atención de todos los presentes los que estaba bebiendo -Ace, Sabo, Dadan y el Alcalde- escupiendo toda el agua, los que estaba comiendo se atragantaron con la comida -Magra, Dogra y algunos bandidos- y Makino llevo sus manos hacia su boca tratando de ocultar su sorpresa, mientras que Luffy seguía comiendo.

Pero cuando notó que los demás estaban pálidos y con expresiones raras, giro y cabeza en esa misma dirección para ver lo que los demás veían.

Roan y Lyanna estaban allí sonriendo, pero se le hizo raro que Lyanna no llevara su peluca puesta.

—¡Lya, otra vez tienes el cabello nieve!—señaló Luffy.

La ojiazul abrió sus ojos, y se tocó la cabeza ¿en que momento se le cayo la peluca? Entro en pánico e intento cubrirse con sus manos, pero no servia de nada.
Todos ya la habían visto.

—¡Puedo explicarlo!—se apresuró a decir con nerviosismo—Yo..Mmm, es que...

—El cabello de Lyanna es así, siempre fue así de hermoso—hablo Roan—Solamente lo ocultaba con una horrible peluca.

—Roan..—murmuró la ojiazul.

—¿Qué? ¿Enserio ninguno se dio cuenta? ¿Tan estúpidos son?—pregunto alzando una ceja.

—No los llames así—lo regaño la ojiazul.

—Como sea, tengo hambre—dijo restadole importancia.

—Oh, déjame traerte un plato, así te sirvo la comida—dijo ella y Roan la dejo en el suelo—Enseguida regreso.

La sala todavía seguía en silencio, así que Roan aprovecho y agarro un plato cualquiera -era de Sabo- y comenzó a servirse la comida.

—Tanto tiempo—murmuró empujando a un bandido de la silla para poder sentarse él—¿que cuentan?

La mayoría se mantuvo en silencio hasta que el primero en reaccionar fue el Alcalde, pegándole con su bastón justo en la cabeza.

—¡No empieces estoy comiendo, Maldito viejo!—se quejo el moreno.

—¡¿Y que?! ¡Llegas así de la nada, y ahora resulta que Lyanna tiene el cabello blanco! ¿Por qué nunca lo dijiste!—empezó a reclamarle.

—¿Y para que tienes esos estúpidos anteojos? ¿Lo tienes de adorno o que?—estuvo apunto de recibir otro golpe pero fue rápido y se movió hacia un costado, dejando que ese golpe lo recibiera Sabo.

—¡¿Por qué a mí?!—pregunto indignado.

—¡Ya regrese!—anunció la ojiazul entrando al lugar con un plato y un vaso de más.

—¡Lya, siéntate junto a mi!—grito Luffy palmeando el lugar lugar al lado suyo.

—Oh, esta bie...

—Lyanna se sentará aquí, al lado mio—señaló Roan.

—Pero esta Sabo en...

Roan lo empujó haciéndolo caer de la silla, dejándola libre.

—Estaba.

—¡Oye!—gruñó Sabo, pero al ver la mirada que le dio Roan se quedó quieto.

—¿Tienes algún problema, ricitos de oro?—alzó una ceja.

—Para nada—nego rápidamente—Lyanna puedes sentarte aquí, yo me sentaré junto a Luffy.

—¿Estas seguro?—pregunto ella.

—Si, más que seguro.

Rápidamente se alejó de Roan y fue hacia donde estaba Luffy para ocupar ese lugar.

Lyanna con una sonrisa fue hacia la silla vacia aún lado de Roan y tomó asiento. Inmediatamente ambos comenzaron a hablar como si nada hubiera pasado.

—Es bueno tenerte de regreso, Roan—hablo Makino con una pequeña sonrisa.

Sabo alzó una ceja al oír ese nombre, e inmediatamente miró a Ace el cual parecía enojado -como siempre-

—Oye ¿ese es el hombre del que me hablaste?—pregunto en un susurro.

—Si, es él—asintió.

—Da un poco de miedo ¿no crees? ¿Él es el padre de Lyanna?—comenzó a preguntar de manera curiosa.

Ace no contesto. Hace tiempo que no lo veía, podía notar fácilmente que había cambiado, su físico se marcaba fácilmente con esa camisa que traía.

Luego de unos minutos el ambiente volvió hacer como el de antes, todos se encontraban charlando entre ellos, Dadan que fingía no importarle la llegada de Roan,-estaba llorando- . Magra y Dogra que comentaban sobre el cabello blanco de Lyanna, y el Alcalde que se quejaba con Makino de lo irresponsable que era Roan.

—¡Delicioso!—grito Luffy al probar uno de los bocadillos.

—La comida de los barcos debe ser deliciosa—hablo Sabo con la boca llena—Cuando salga al mar, lo primero que haré será conseguir al mejor cocinero, aunque primero le preguntare a Lyanna si...

—Yo me convertiré en Pirata antes que tú, así que olvídalo—dijo Ace con una sonrisa.

—¡Eso no es justo! Yo me convertiré en Pirata primero—aseguró Luffy—Y Lyanna será mi...

No termino de hablar porque Dadan y algunos bandidos habían escupido el agua que estaban bebiendo. Dejando confundido a los niños.

Hasta que una tos detrás de ellos los hizo encogerse en sus lugares.

Roan hizo una media sonrisa sabiendo muy bien lo que pasaria.

—¡¿Aún siguen diciendo esa estupidez?!

Esta vez fue turno de Ace y Luffy de escupir el agua.

—¡¿Acaso no entienden que ustedes se convertirán en Marines?!

Y ambos pelinegros recibieron un puño en su su cabeza dejándolos en el suelo con un enorme chichón.

—¡Luffy, Ace!—la ojiazul estuvo apunto de levantarse para socorrerlos, pero fue detenida por Roan.

—Lyanna, no intervengas—pidió.

—Pero...

—Él es su abuelo.

Eso sorprendió a la ojiazul ¿Ese hombre era abuelo de Ace y Luffy?

—¡Dadan!

—¡Si, Garp-san!

La pelianaranjada también recibió uno de sus puños, terminando en el suelo con un gran chichón, al igual que los dos pelinegros.

—¿Por qué a mí también?

—No has educado bien a estos niños.

—Garp...¿El abuelo de Ace y Luffy?—dijo con terror Sabo.

—Mocoso, tú también dijiste que querías salir al Mar, ¿Verdad?

—¡Él no es ningún Mocoso, es Sabo!—dijo Luffy poniéndose enfrente de él—¡Brindamos juntos con Lyanna también, los cuatro nos convertimos en hermanos y juramos que seríamos Piratas! Bueno, aunque Lyanna será mi..

—¡Cállate!—grito Ace antes de que siguiera—Eres un hablador.

—Esto se pondrá bueno—murmuró Roan al ver como Garp tronaba sus nudillos—Y tú y yo hablaremos luego sobre lo que dijo ese idiota—miró a Lyanna.

—Esta bien—asintió.

—Eso significa que ahora son cinco idiotas a los que les daré una lección—dijo mirándoa Roan y Lyanna también.

—A ella no la tocas, viejo de mierda—se apresuró a decir Roan.

—¡Es cierto! ¡Nadie toca a Lyanna!—grito Luffy.

—Cállate Luffy—murmuraron Ace y Sabo al ver que solo aumentaba el enojo de Garp.

Y de pronto se escucharon varios gritos, provenientes de aquella montaña. Mientras que tres niños intentaban escapar de un anciano y sus puños.

—¡No escaparan!

Lyanna quiso intervenir pero Roan tomó una de sus manos.

—Primero termina de comer—señaló el plato que aún estaba por la mitad.

—Pero...

—No te vas a levantar hasta que comas todo, ellos pueden arreglárselas por un momento.

Lyanna suspiro y volvió a sentarse junto a Roan. Él simplemente sonrió y sacudio su pelo blanco con cariño.

Lyanna veía como Makino y el Alcalde de alejaban, ella se despidió de ellos  con una gran sonrisa y prometiendo que los volvería a ver.

—Vaya, Vaya..—dijo el Alcalde al escuchar los gritos de los otros tres niños.

—Debes estar feliz Luffy, ahora tienes tres hermanos—hablo Makino—Y tú también Lyanna, ahora tienes a Roan de vuelta.

Ace, Sabo Y Luffy corrían por sus vidas, mientras que eran seguidos por un furioso Garp.

—¡Esperen!—dio un puñetazo al suelo que en realidad iba para Luffy pero este logró esquivarlo—¡Toma esto!—partió un árbol al intentar golpear a Ace. Después tomó a Sabo y lo hizo girar como un trompo.

—Este viejo es un monstruo.

Mientras árboles caían a lo loco y los gritos de los niños se escuchaban por todas partes. Roan tenía a Lyanna de la mano mientras veían todo el espectáculo.

—¿Por qué no lo ayudamos?—pregunto ella.

—Tenemos nuestros propios problemas, además, no creo que los mate—se encogió de hombros.

—¿Tú crees?—dijo de manera dudosa.

—Solo les esta dando unos cuantos puños de amor y ya.

—¿Puños de amor?—repitió confusa.

Después de unos minutos, Roan vio a lo lejos a Garp acercarse con las manos en sus bolsillos.

—Lyanna, ve con Dadan un momento.

La ojiazul no entendió el por qué, pero simplemente asintió. Pero antes de meterse a la casa hizo que Roan se agachara un poco para poder darle un beso en la mejilla.

—No te vayas sin mi—murmuró.

—No lo haré.

Lyanna asintió y se metió adentro de la casa, para ayudar a levante la mesa.

Mientras afuera Roan se encontraba caminando hacia Garp de manera firme, mientras que este último se había quedado parado mirándolo de lejos.

Una vez que estuvieron lo suficientemente cerca, se quedaron mirando, esperando a que el contrario dijera algo primero. Aunque a decir verdad, Roan no tenía mucho que decir -según él- estaba seguro de que esto en algún momento iba a pasar, y agradecía internamente haber llegado antes de que Garp vieran a Lyanna primero.
No se imaginaba lo que hubiera pasado si él no estaba aquí y Garp la veía.

—¿Tienes algo que decirme?—pregunto Garp de brazos cruzados.

—No. La verdad que no ¿y tú, viejo?

Al anciano se le marcó una vena en la frente, odiaba bastante la forma desinteresada en la que el moreno le respondía. ¡Ya no había respeto!

—Sabes de lo que te estoy hablando, Mocosos estúpido. ¿Qué haces con esa niña aquí?

—Criandola—contestó simple.

—¿Tú? ¿Criandola?—quiso reír, pero al ver la expresión seria del moreno, supo que no bromeaba con lo que decía.

Bien. Esto lo había sorprendido ¿Roan criando a una niña? La verdad no lo veía de esa forma. Siempre había detestado a los niños -experiencia con Ace- y además, luego de la muerte de su hermano se había vuelto tan amargado que detestaba hasta cuando las personas respiraba cerca de él.

Sabia que la mentalidad de Roan habia cambiado desde ese incidente. Que las cosas se habian vuelto difíciles para él, y siempre intento ayudarlo -aunque su ayuda fuera que el se uniera a la Marina- pero tampoco tenía el tiempo necesario para guiarlo en el camino correcto. Y entonces un día el simplemente desapareció y cuando volvió; volvió de una manera diferente.

Dejo de ser ese pequeño Roan que se sonrojaba por los cumplidos de su hermano mayor, ese pequeño Roan que seguía a todos lados a su Hermano. Que intentaba ayudar a todos, que se esforzaba por ser alguien mejor, y todo para que su hermano se pusiera orgulloso de él.

Ese Roan no existía actualmente.

—¿Y que sabes tu sobre criar a una niña?—pregunto luego de unos minutos.

—Mucho más que tú.

Sus respuestas eran directas y rápidas.
Dándole a entender que esto era una total pérdida de tiempo para él.

—Pero sabes que no es cualquier niña.

—Lo sé muy bien.

Claro que lo sabía, él no era tan estúpido después de todo.

—Entonces si lo sabes ¿Por qué le trajiste aquí?

—Porque se me dio la gana.

Los puños de Garp de apretaron con fuerza exasperado por las contestaciones del moreno.

No tenía sentido seguír haciendo preguntas al azar como un estúpido, debía ser directo.

—Es una Bersērker. Y por lo visto es una Pura sangre, posiblemente la última en su clase.

—¿Y?—alzó una ceja.

Apretos los dientes aguantando las ganas de golpearlo.

—Es peligroso que este aquí, ella también puede ser peligrosa.

—Es una niña, y ni siquiera la conoces para andar diciendo eso.

—No hace falta conocerla para saber lo peligrosa que es, después de todo lleva la sangre maldita de un Bersērker—se encogió de hombros—Tiene sus instintos.

—No la conoces.

—Pero conozco a sus antepasados—contraataca. Y una sonrisa se forma en su rostro al ver a Roan bajar la cabeza con los puños apretados.

—Claro, porque eres un viejo de mierda que vivió en la era de los dinosaurio ¿no? Es normal que conozcas a sus antepasados—sonrió poniendo las manos en sus bolsillos—Pero aún así, no conoces a Lyanna.

—¿Lyanna?—alzó una ceja.

—Así se llama ella, tiene lindo nombre ¿verdad?

—Así que su nombre es Bersērker Lyanna—murmuró—¿Qué edad tiene?

—Trece.

—Maldición ¿Hace cuanto la tienes aquí?

—No lo sé, ¿unos nueve meses, quizás?—dudo.

Garp inhaló y exhaló, tratando de calmarse.
Roan ya lo estaba haciendo perder la paciencia que no sabía que tenía.

—Roan ¿Sabes lo peligroso que es tenerla aquí contigo?

—Si.

—¿En donde la encontraste?

—No te importa.

—¿Y sus padres?

—Probablemente muertos.

—¿Sabes lo que pasará?

—No me importa.

Garp no aguanto más y le metió un puñetazo a Roan, partiendo su labio inferior y dejando un moretón gigante en su mejilla izquierda.

—¡Te hablo enserió, Roan!

El moreno no se movió de su lugar, simplemente escupió la sangre acumulada en su boca y suspiro.

—¿Enserio? Si no me dices no me doy cuenta.

Otro golpe directo en sus costillas, haciéndolo retroceder unos cuantos pasos.
Pero igualmente se mantuvo de pie.

—¡Roan! ¡Es peligroso!

—¡Ya lo se!—grito exasperado—¡¿Qué mierda quieres que te diga?! Si, estoy consciente de que ella es una Bersērker, si estoy consciente de los problemas que puede traerme. ¡Pero no me importa! ¡Nada de eso me importa!

Garp de un simple movimiento tomó el rostro del moreno y lo estrello contra el suelo, haciéndolo soltar una estela de sangre.

—Vendrán a buscarte, si el gobierno se entera tú morirás junto a ella.

El moreno escupió la sangre mezclada con saliva justo en la cara de Garp.

—Tú y el puto gobierno se pueden ir a la mierda.

Recibió otro puñetazo en su rostro, otro, otro y así sucesivamente mientras oía las maldiciones que soltaba Garp en un arranque de ira, sus puños estaban cubiertos de sangre y su rostro también.
Pero aún así Roan no tenía reacción alguna.

No tenía ninguna intención de protegerse de los golpes de Garp; "castigo" así lo sentía él.

Roan estaba recibiendo el castigo de haber traído a una pura sangre a Villa Foosha. Por poner en peligro la vida de las personas que vivían aquí.

Sabía que no podría escapar del Héroe de la Marina, así que ni siquiera lo intento. No huyó como solía hacerlo, se quedó ahí recibiendo todos sus golpes. Hasta que el se canso.

Escupió la sangre que se habia acumulado en su boca, ahora era más sangre que saliva.

—¿Ya estas satisfecho?—pregunto mirándolo a los ojos.

—Imbécil..—murmuró apretando sus dientes—Ella debe ser entregada al gobierno, esto..

—Entonces matame ahora.

Garp lo miro. Miró su rostro todo cubierto de sangre debido a sus golpes, pero ni aunque estuviera bañado en sangre cambiaba esa mirada desafiante y decidida.

—Matame. Es la única forma de que entregues a Lyanna al gobierno. Porque mientras yo esté vivo nadie la tocara.

Abrió sus ojos sorprendido y en un momento de lucidez, comprendió el por qué Roan no se estaba defendiendo de su golpes.

—Ya veo..¿Así que es ella verdad? Ella es la razón de tu sonrisa.

Roan asintió.

—¿Estas aceptando el castigo de ella?—se puso de pié.

—Cualquier castigo, lo aceptaré. Cualquier problema que esto traiga, lo enfrentare. Será toda mi responsabilidad—el moreno apretos sus labios sintiendo un dolor en su pecho, mierda los golpes de Garp seguían siendo igual de duros—Yo seré responsable de lo que haga Lyanna.

—¿Por qué?

Lyanna. La niña de ojos azules se había convertido en la luz de su mundo, No. Mejor dicho, Lyanna se había convertido en su mundo entero.

Una de las mejores cosas de su vida es tener a Lyanna a su lado. Ella lo ayudo más que nadie, ella trajo su felicidad de vuelta.
Ella era la única capaz de traer a ese Roan que alguna vez Existió, ese Roan que era un niño pequeño. Maldición, Lyanna lo era todo.

La primera y la última.

El principio y el fin.

La única.

Y sería capaz de todo por ella, y si el mundo entero se ponía encontra de ella.

Él se pondría encontra del mundo.

—Porque ella es mi hija.

Ella es su más preciado tesoro en esta vida. La ama tanto, esta perdido en esos ojos azules. En esa sonrisa que ilumina sus días, en ese precioso cabello blanco. Embelesado por esa dulce voz, por ese aroma a flores que ella desprendía.

Diablos. Ama todo de ella.

Como si el velo se hubiese quitado y Lyanna siempre hubiese estado presente; a su lado.

Y ahora aquello que parecía impensado, ocurría; el corazón de Roan volvía a latir con más fuerza.

—¡Roan!

El grito de Lyanna lo hizo temblar en su lugar, giro su cabeza hacia un costado. Y allí la vio, ella lo miraba con pequeñas lágrimas en sus ojos.

No, no llores. Por favor no llores.

Quiso hablar pero en lugar de eso, solto una poca cantidad de sangre de su boca.

Lyanna al ver eso reacciono, sus pasos temblorosos casi hicieron que cayera de rodillas. Pero no se detuvo.

—¡Roan!—grito.

Sus labios temblaron cuando vio su rostro cubierto de sangre, pero el le devolvió la mirada con una pequeña sonrisa.

—Estoy bien, Lyanna.

Ella puso sus manos en su mejilla, apartando los mechones de su cabello. Sus manos y cabello se mancharon con la sangre de Roan.

—¿Por qué estas así? ¿Qué pasó?—agarro la parte de abajo de su vestido y la rompió. Usando eso para limpiar el rostro ensangrentado del moreno.

—Nada. No pasó nada.

Lyanna miró en la misma dirección que Roan y sus cejas se fruncieron al ver a aquel hombre de nuevo. Pero al ver sus puños manchados de sangre. Lo entendió.

—¿Por qué golpeó a Roan?—sus uñas de clavaron en las palmas de sus manos, tratando de contener ese enojo que estaba comenzando a sentir.

—Se lo merece. Y no es asunto tuyo, mocosa.

La Bersērker apreto sus dientes, sintiendo como la ira empezaba recorrer todo su cuerpo. Se sentía furiosa. Sus pupilas se volvieron más afiliadas y su pequeño cuerpo comenzó a emanar un poder que hacía que el suelo cediera bajo sus pies.

El marine la observó, la cabeza de ella permanecía inclinada hacia abajo, pero cuando ella levantó su mirada hacia él.

—Aléjate de Roan.

Garp abrió sus ojos con sorpresa.
Y al ver esos ojos su cabeza comenzó a dar vueltas hasta llevarlo hacia un recuerdo del pasado.

"Aléjate de mi familia"

Esa voz sonó en su cabeza mezclándose con la imágen de los ojos Lyanna.

No puede ser, no es posible..su mente, recodo aquella persona del pasado.

Ella tenía la misma mirada que aquel hombre.

¿Será posible que...

—Lyanna—el moreno se puso de pié, ya que inesperadamente sus heridas fueron cerradas, aunque su rostro seguía manchado de sangre. Ya no tenía ninguna herida.

Roan puso una de sus manos sobre el hombro de Lyanna, haciendo que esta parpadeara varias veces, antes que sus ojos volvieran a ser como antes.

—Roan..

—¿Estas bien?—pregunto agachandose frente a ella y pasando una de sus manos por su mejilla.

—Yo...

La escandalosa risa de Garp los hizo asustar a los dos, volteandose a verlo.

—Mira con quien te has venido a topar muchacho, estas en serios problemas—dijo riendo.

—¿Y ahora que le pasa a este viejo?—murmuró Roan.

Lyanna se encogió de hombros sin saber que responder.

—De acuerdo, puedes quedarte con la mocosa. Se ve que se lleva muy bien con Ace y Luffy.

Roan sonrió, y solto un suspiro de alivio.

—Pero..

Antes de que Roan y Lyanna reaccionarán, los dos recibieron un golpe en la cabeza por parte de Garp.

—¡Eso dolió!—se quejo Lyanna tocando su cabeza.

—¡Bastardo de porquería, te dije que a ella no!

Garp comenzó a reír mientras se alejaba de ellos dos.

—Ahora los dos escondemos a los de sangre maldita—murmuró el Marine mientras miraba el cielo—Ellos nos deben un gran favor.

Siguió su camino, pensando en aquellos ojos azules. Que lo hacían recordar algunas cosas de su pasado.
Mejor dicho, a alguien de su pasado.

—Así que tu sangre aún no ha muerto, eh.

La sangre de los Bersērker aún seguía en pie, corriendo por las venas de aquella niña.

Se dejo caer en el pasto y solto un largo suspiro pero una sonrisa leve apareció en su rostro, al sentir las manos de ella tocar sus mejillas.

—Aún no entiendo como no tienes ningún rasguño, estabas cubierto de sangre—paso sus dedos por su cara, apartando los mechones negros de su cabello, para ver si había un rasguño o moretón debajo de estos.

—Estoy bien, Lyanna—aseguró dándole una pequeña sonrisa.

Ella dudo un momento, pero asintió.
Sacudio un poco sus ropas, hizo una mueca al ver como habia quedado el vestido que le regalo Makino esta mañana.
Estaba roto en la parte de abajo, tenía machas de sangre y tierra.

—Ah, Makino se molestara—murmuró haciendo un puchero.

—¿Por qué?—pregunto alzando una de sus cejas.

—Destroce el vestido que ella me regalo hoy—puso las manos en su rostro.

Roan la miró de arriba abajo, cayendo en cuanta de que traía un vestido que le llegaba por arriba de las rodillas, dejando al descubierto sus piernas blancas. Ella había crecido tanto durante estos meses, incluso su cabello era mas largo que la ultima vez ¿donde había quedado su pequeña Lyanna?

—Lamento que tu vestido quedara así, pero aún te ves bonita.

Lyanna separo un poco los dedos dejando un pequeño espacio para ver a Roan. También se permitió verlo de arriba abajo, sin duda alguna el también había cambiado. Incluso se habia dado cuenta de que ya no traía esa barba con la cual lo habia conocido. Lo hacía ver más joven y..atractivo.

—Tú también eres bonito.

—Lo sé.

La ojiazul solto una risa, se quito las manos de la cara para poder caminar y sentarse junto a él.

—¿Y que has hecho durante este tiempo?—pregunto ella iniciando una conversación.

—Pues, no mucho la verdad.

Lyanna alzó una ceja mirándolo por el rabillo del ojo, y sus cejas se fruncieron al ver algunas manchas morada en su cuello.

—¿Qué te pasó allí?—el moreno la miró y ella señalo su cuello—Tienes manchas moradas ¿te lastimaste?

Roan se atragantó con su propia saliva y maldijo internamente a Hiromi. ¿Como se le ocurre?

—Ah, sí. Me lastime, pero no es nada grave. No te preocupes—puso una de sus manos en su cuello—¿Y tú que has hecho durante este tiempo sin mi?—intentó cambiar de tema.

—Oh, pues. Aprendí muchas cosas, conocí a Ace y Sabo. También aprendí a tejer, oh, y conocí a una pantera negra, y también...

Lyanna empezó a contarle todas las cosas que había hecho durante esos seis meses, siendo escuchada por Roan, que de ves en cuando hacia un comentario y preguntaba sobre cierto tema que le llamaba la atención.

Había extrañado tanto estos momentos, oír a Lyanna hablar sobre algo que la emocionaba lo hacía sentir tan feliz.
Verla reírse de algo que ella misma estaba contando, aunque casi le agarra un infarto al oír sobre ese "accidente"

—¡¿Como que accidente?! ¡es un desubicado ese mocoso de mierda!

—¡Es que Luffy lo empujó, pero fue solo un piquito así!—junto sus manitos tratando de explicar como fue la situación.

—¿Y eso a mi que? Lo voy a matar cuando lo vea.

Trato de disipar el enojo de Roan, aunque le daba mucha risa los gestos exagerados que hacía.

—No lo puedo creer, todavía estas chiquita para eso—paso sus manos por su rostro—¿Por qué no lo evite?

—No estabas aquí, Además fue un accidente.

—Accidente va ser cuando le parta las costillas a esos tres.

—Son buenos niños. Además, ellos hicieron que estar aquí sea menos aburrido—comentó con una sonrisa.

—¿Te enamoraste?—pregunto al borde de un colapsó.

—¡Claro que no! Soy mayor que ellos, y seria raro eso.

Roan solto un suspiro de alivio.

—Ah bueno, mejor si no te enamoras.

—¿Por qué lo dices?

—Así te tendré solo para mi. Aunque de todas formas no te dejare tener novio hasta los 60 años.

—¿Por qué tan vieja?—río.

—Así no me dejaras.

—¡Yo jamas de dejaría, Roan!—se apresuró a decir tomándolo de las mejillas haciendo que este la mire—Yo jamas voy a dejarte. Siempre estaré contigo. A donde tu vayas yo también iré. Siempre estaré a tu lado.

Su corazón se estremecio.

Volvió a sentir ansiedad, anhelo, felicidad y muchas otras cosas más; que él conocía, porque ya las había vivido con su hermano, y a la vez era muy diferentes.

Tan diferentes, que asustaban; Porque amar a su hermano mayor era totalmente diferente que amar a Lyanna.

—Me pone feliz oír eso.

La empujó hacia su pecho abrazándola con fuerza, sin querer soltarla. Y Lyanna aún no podía creer que Roan estuviera aquí, pero cerro sus ojos acurrucandose contra el pecho de él. No quería separarse.

Ninguno de los dos quería.

—Bienvenido a casa Roan.

Eso, era todo lo que anhelaron durante tanto tiempo. Esas simples palabras que fueron privadas por tanto tiempo. Porque no tenía a nadie, no tenía nada a que llamar su hogar.

Y ahora lo tenia.

Lyanna era su hogar.
Lyanna lo es todo.

Se dejaron envolver por aquellos astros que brillaban intensamente, tres de ellos destacando más que los demás. Mientras la luna brillaba en lo alto de la noche.

El rey habia cumplido su promesa
había regresado con la princesa.

Ahora los dos estaban juntos, en su encuentro que ocurrió de forma inesperada, pero anhelada más que nada.

Como que pasaron muchas cosas ¿no?
¿Les gustó? Perdón se supone que se debía subir el fin de semana, pero Watppad me andaba fallando? Así que lo tuve que desinstalar y volver a instalar.
Y como era de esperarse me olvidé la contraseña y...Bueno tuve un re quilombo. Estuve de muy mal humor.

En otras noticias PROTECTED llego a los 70k y 10k es un flash amigo, en verdad muchas gracias por el aguante. Se los quiere♡

Ahora ya no quiero poner en borradores a PROTECTED le agarre cariño,  además el del Marketing me re contra puteo si hacia eso. Así que tendrán a Lyanna, Roan y yo jodiendolos por un tiempo más.

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๐™ƒใ€Š๐˜—๐˜ถ๐˜ต ๐˜บ๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ณ ๐˜ข๐˜ณ๐˜ฎ '๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ ๐˜ฉ๐˜ฆ๐˜ณ ๐˜ด๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ญ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ, ๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ธ ๐˜'๐˜ฎ ๐˜จ๐˜ฆ๐˜ต๐˜ต๐˜ช๐˜ฏ๐˜จ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ณ. ๐˜‰๐˜ถ๐˜ต ๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ธ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ถ๐˜ญ๐˜ฅ ๐˜ ๐˜ฉ๐˜ข๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ฆ๐˜ณ...
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Tenma de pegaso es el tipo de novio que...