Olas de intensidad

By nniss9

404K 21.9K 3.1K

A veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo... More

Capítulo 1. Qué pesadilla.
Capítulo 2. ¿Lo conoces?
Capítulo 3. Soy imbécil.
Capítulo 4. No, gracias.
Capítulo 5. ¿Todo bien?
Capítulo 6. ¿Es tu novio?
Capítulo 7. Deja de hacerlo.
Capítulo 8. Como quieras.
Capítulo 9. Que ni la miréis.
Capítulo 10. ¿Yo para qué?
Capítulo 11. Joder...
Capítulo 12. Fuiste tú el que me besaste.
Capítulo 13. ¿Te hace gracia?
Capítulo 14. ¿No vas a decir nada?
Capítulo 15. Gracias por quedarte.
Capítulo 16. ¿Qué te pasa?
Capítulo 17. Deja de provocarme.
Capítulo 18. Te quiero.
Capítulo 19. Espera, Valen.
Capítulo 20. Pedri...
Capítulo 21. Te voy a matar.
Capítulo 22. Gracias por traerme.
Capítulo 23. Ni se te ocurra.
Capítulo 24. Valen, por favor.
Capítulo 26. Lo siento...
Capítulo 27. Qué guapa eres.
Capítulo 28. Hasta mañana.
Capítulo 29. Como te quieren.
Capítulo 30. Pídemelo.
Capítulo 31. No pasa nada.
Capítulo 32. No puede ser...
Capítulo 33. Dame un beso.
Capítulo 34. Si quieres...
Capítulo 35. Nada que no sepas.
Capítulo 36. ¿Puedes llevarme a casa?
Capítulo 37. ¿Estáis juntos?
Capítulo 38. No te preocupes.
Capítulo 39. ¿Has dicho...?

Capítulo 25. Ya te gustaría.

9.1K 533 38
By nniss9

En cuanto acabé unas cosas del trabajo, recogí todo y cogí el coche para ir en dirección a casa de Pedri. La verdad es que estaba bastante nerviosa, y dudé un poco de mi decisión, pero ya no podía hacer nada. 

Aparqué frente la casa del futbolista y llamé al timbre un par de veces. 

-Sabía que aceptarías -sonrió Pedri al abrir. 

-Cállate -pasé por al lado directa. 

Soltó una risita y después de cerrar me siguió hacia el comedor, donde ya estaban Ansu, Ferrán, Gavi y también Fer.

-¿Tú también te has apuntado? -miré al último. 

-Si con apuntado te refieres a que me han obligado, sí -sonrió irónico. 

Reprimí una risa y dejé mis cosas sobre el sofá, para después sentarme algo cansada. 

-Bueno, qué -miré a todos. 

-¿Qué de qué? -me miró Ansu. 

-Que me expliquéis qué queréis hacer -dije obvia. 

-Ah, ¿Se supone que lo teníamos que pensar nosotros? -preguntó el moreno mirando a los demás. 

-¿En serio? -los miré también. 

Ellos rieron y yo rodé los ojos. Ya me veía venir que lo de "ayudar" iba a ser hacerlo todo yo. 

-No, a ver. Ya te he explicado antes lo que habíamos pensado, más o menos -habló Gavi. 

-Sí, ya. Pero hace falta algo más sólido. ¿Habéis hablado con los directores para que os dejen el campo donde entrenáis? Hay que confirmar horarios, organizar los partidos, las entradas, el premio... -enumeré. 

Todos me miraron como sin saber de lo que estaba hablando. 

-Oye, ¿Tenéis al menos a los niños que van a participar? -alcé las cejas. 

Se quedaron en silencio y miraron hacia otro lado como si la cosa no fuera con ellos. 

-Genial -suspiré. 

Me pasé las manos por la cara y ahí sí que me arrepentí de haber aceptado el proyecto. Ya tenía muchos como para empezar uno de cero, pensaba que tendrían al menos lo básico. 

-Bueno, no te estreses. Tú solo tienes que decirnos cómo tenemos que hacerlo y nosotros lo hacemos -le quitó importancia Pedri. 

-Calla y tráeme un café -ordené sin hacerle caso. 

-Sí, señora -se levantó del sofá al instante.

Saqué el portátil del bolso, mientras todos se amontonaban un poco a mi alrededor y entré en la página web del Barça. 

-Primero tenemos que hablar a los directores, si no nos dejan el campo poco podemos hacer -expliqué obvia. 

-Ya los llamo yo -ofreció Ansu. 

Asentí y le dicté el número, mientras él lo marcaba en su teléfono. 

Se levantó el sofá y comenzó a dar vueltas, comenzando a explicarle al director lo que quería cuando le contestó. 

Todos esperamos en silencio, mientras Pedri volvía con el café que le había pedido, a lo que lo cogí y le di las gracias bajito. Sonrió a modo de respuesta y se sentó a mi lado, lo que hizo que Gavi centrara su atención en otra cosa. 

-Sí, sería el viernes -habló Ansu girándose hacia nosotros. 

Asentimos y él puso una cara un poco rara. 

-Vale, genial, gracias, hasta luego -murmuró a modo de despedida y después colgó. 

-¿Qué te ha dicho? -me interesé rápido. 

-Que sin problema, pero que alguien tendrá que ir a firmar como para dejar constancia de que vamos a usarlo para eso y no se qué -explicó volviendo a sentarse. 

-¿Alguien? -lo seguí con la mirada. 

-Tú -sonrió obvio. 

-Ya -suspiré sin solución. 

Los demás me miraron sonrientes y yo abrí otra página en el portátil. 

-Bueno, al menos ya tenemos el sitio. Pediremos al club que se encargue de lo de las entradas y los horarios, pero necesitamos saber qué niños van a participar -recordé entonces.

-¿Cómo los elegimos? -preguntó Pedri a los demás. 

-Yo haría un sorteo -se encogió Ferrán de hombros. 

-Ya, pero un sorteo entre quiénes -pregunté obvia. 

Ellos asintieron sin saber qué decir y yo me quedé pensativa. 

-Podemos subir una historia a Instagram, o a Tiktok, que es donde más llega a la gente, y que se apunten los que quieran, y de ahí ya elegimos a los que necesitemos -ideó Gavi. 

Asentí y lo miré durante unos segundos. 

-Entonces hay que hablar con los que lleven las redes sociales del equipo -murmuré. 

-Ah, ya lo hago yo -se ofreció Pedri. 

-Vale, genial -esperé a que sacara el móvil. 

Y así estuvimos toda la tarde, entre llamadas, ideas y un montón de complicaciones. Cuando pensábamos que teníamos hecha una cosa, faltaba otra, y cuando conseguíamos esa, resultaba que nos habíamos dejado no se qué. 

Un proyecto así, en tan poco tiempo, era un poco una locura, sobre todo al trabajar con menores, porque se necesitaban un montón de permisos. Teníamos que hacer un muchos papeleos, y la verdad es que no sabía si íbamos a conseguirlo. 

Realmente los chicos se estaban esforzando, y sabía que era importante para ellos ayudar, así que traté de saliera todo bien, y no quería ser pesimista, pero aún así lo veía difícil. 

Ansu y Ferrán se fueron a final de tarde porque tenían cosas que hacer, así que nos quedamos Gavi, Pedri, Fer y yo. 

-Joder... -suspiré cuando me llegó un correo. 

-¿Qué? -me miró Pedri. 

-Que voy a tener que firmar más papeles de los que he firmado en toda mi vida -informé viendo que tenía que ir también a firmar un permiso por lo de que eran menores y como que me hacía cargo yo. 

Los chicos rieron levemente y yo tomé aire. 

-Más os vale que no les pase nada -levanté la vista hacia ellos. 

-Qué va, se nos da bien cuidar niños -le quitó importancia Gavi. 

Lo miré incrédula y él sonrió seguro. 

-Pues tú como los cuides igual que cuidas las novias... -soltó Fer. 

Me llevé una mano a la boca tratando de no reír y Gavi le dedicó una mala mirada a su amigo, para después hacer lo mismo conmigo. 

-No sé qué te hace tanta gracia -me miró serio. 

-No, nada -contesté sin mirarlo. 

-Como si a ti no te hubiera cuidado -rebatió tranquilo.

Alcé las cejas y dirigí la mirada hacia él. 

-¿Qué? -preguntó provocador. 

-Venga, dejadlo ya -rió Pedri. 

Negué con la cabeza y volví al portátil, tratando de no ponerme nerviosa ante la mirada persistente del futbolista. 

Estuvimos trabajando un rato más, hasta que se hizo de noche del todo. 

-Mañana iré a firmar todo lo que me han pedido -informé empezando a recoger las cosas. 

-¿Quieres que te acompañe? -ofreció Pedri. 

-No, tranquilo -le quité importancia. 

-Hombre, alguno tendría que ir, sobre todo para que el director nos vea y eso -habló Gavi. 

Los otros dos asintieron y yo acepté sin más. 

-Vale pues. ¿Me pasarás a buscar? -me giré hacia Pedri. 

-Claro -sonrió tranquilo. 

Asentí y me levanté cogiendo mis cosas. 

-Cuando acabe de hacer todo por la mañana os llamaré y os diré lo que sea, por la tarde tendremos que quedar otra vez, así que no hagáis planes -miré a todos. 

-Como mandes -se levantó también Fer. 

Sonreí y me despedí de ellos para salir hacia mi coche, yéndome a casa directamente. 

Me hice un sándwich rápido para cenar, ya que mi madre no estaba y me fui a la cama muerta de cansancio. Sabía que me esperaban unos días de mucho ajetreo, así que ni siquiera miré el móvil y me fui a dormir al instante. 

Al día siguiente, después de ducharme y secarme el pelo, me puse unos vaqueros anchos, un chaleco corto negro y una americana del mismo color por encima, con unas zapatillas blancas. Escuché que alguien pitaba fuera, así que di por hecho que era Pedri y salí rápidamente cogiendo el bolso. 

Abrí la puerta y fruncí el ceño al no ver el Maserati de mi amigo. A cambio, me esperaba fuera un Audi gris. 

-No sé por qué no me lo imaginaba ya -murmuré para mí misma. 

Cogí aire y me dirigí hacia el coche de Gavi, quien esperaba dentro. 

-¿Y Pedri? -pregunté al abrir la puerta. 

-Se había olvidado de que tenía que hacer unas cosas, y me ha pedido que te acompañe yo -contestó mirándome. 

Asentí y no le di más importancia. 

-Vale, pues vamos primero a firmar lo de los menores, y después al campo -pedí poniéndome el cinturón. 

-Claro -arrancó de forma complaciente. 

Suspiré disimuladamente y me limité a estar en silencio mientras él conducía. 

No tardamos demasiado en llegar a las oficinas del Barça, así que aparcamos en frente y nos dirigimos hacia dentro. 

Más que unas oficinas parecía un hotel de cinco estrellas. Me sorprendí bastante y seguí un poco a Gavi, ya que él sí parecía saber hacia dónde íbamos. 

Cogimos un ascensor y subimos hasta la sexta planta, para después entrar a una de las salas que había a la derecha. 

Una vez dentro, nos hicieron unas cuantas preguntas sobre el proyecto y la protección de datos y no sé qué más, a lo que traté de contestar sonando lo más contundente posible. Firmé los papeles que me pedían, y me llevé una copia de ellos para poder presentarla a la otra directiva del campo.

-Qué bordes -murmuró Gavi cuando volvimos a entrar al ascensor para bajar. 

-Gente seria -ironicé. 

-Va a ser verdad que todos los que trabajan en empresas son unos amargados -soltó tan tranquilo. 

-¿Estás intentando decirme algo? -me giré hacia él. 

-No, qué va -frunció el ceño sarcástico. 

Rodé los ojos y volví a mirar al frente. 

-Tú ya estabas amargada de antes -añadió después. 

-¿Quieres que te diga cómo estabas tú? -lo miré seria. 

-¿Cómo? -me retó girándose también. 

Tensé la mandíbula y fui a hablar, justo cuando el ascensor se paró y entraron unas cuantas personas. 

Tanto Gavi como yo nos echamos un poco para atrás para que cupieran, y el sevillano sonrió orgulloso. 

Mientras volvíamos a bajar, no se le ocurrió nada mejor que cogerme la mano que quedaba cerca de la suya, a lo que yo le pegué un golpe y él reprimió una risa. Miré hacia otro lado tratando de no reír también, y tomé aire de forma disimulada. 

Salimos del ascensor cuando llegó a la planta baja, y fuimos hacia el coche sin decir nada, con un poco de prisa. 

-Bueno, qué. ¿No vas a decir cómo estaba antes de que estuviera contigo? -preguntó poniéndose el cinturón. 

-¿Antes de estar conmigo? -lo miré alzando las cejas. 

-Mhm -asintió mirándome también. 

-Conmigo no has estado nunca -aseguré mirando hacia delante. 

-Ah, vale -arrancó-. No te he cuidado, no hemos estado juntos... -enumeró-. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Decir que tampoco hemos follado? -soltó ya conduciendo. 

Yo tragué grueso e intenté no sonreír. 

-Eh, ¿Valen? -insistió. 

-No tengo nada que decir al respecto -contesté aparentando normalidad. 

-Ya, claro... -sonrió-. Aunque he de decir que me sorprendería más que dijeras que no te gustaba -siguió tan tranquilo. 

-Vale, Gavi -lo corté. 

-Cuando te pones nerviosa estás muy guapa -murmuró dedicándome una mirada rápida.

-Espero que no estés insinuando que estoy nerviosa por ti -lo miré también. 

-No, claro -ironizó. 

Rodé los ojos y volví a mirar hacia delante, a lo que posó una mano sobre mi muslo izquierdo, y yo dirigí la mirada hacia ahí al instante. 

-Si no te pongo nerviosa, no te importará que me apoye aquí -apretó un poco la mano. 

-Me das igual, Gavira, puedes hacer lo que quieras -miré de nuevo al frente. 

Obviamente no me daba igual, me estaba muriendo por dentro, pero no iba a darle ese placer. 

-Mhm -acarició un poco la zona. 

Tragué grueso y pegué mi espalda del todo al asiento. 

Entonces el sevillano subió un poco la mano, llevándola hacia el interior de mi pierna de forma lenta. Y justo cuando fue a llegar a mis partes, se la aparté de golpe. 

-Concéntrate en conducir -argumenté sin mirarlo. 

-Puedo hacer dos cosas a la vez -aseguró. 

-Bueno, pues haz solo la que te he pedido.

-¿No quieres saber cuál es la otra? -preguntó burlón. 

Negué con la cabeza intentando mantener la respiración tranquila, cosa que me era imposible, pero que traté de disimular. 

-Ya te la enseñaré luego -añadió con superioridad. 

-Ya te gustaría -sonreí irónica. 

Se humedeció los labios y me dedicó una mirada rápida mientras empezaba a aparcar, a lo que yo giré mi cara hacia la ventanilla tratando de evitarlo. 

Continue Reading

You'll Also Like

857K 127K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
259K 32.2K 55
En la Iglesia de Moscú, se encuentra Max Verstappen jurando venganza hacia su amado Daniel, jurando tomar lo mas sagrado para el agente Hamilton, jur...
475K 9.8K 7
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...
697K 19.4K 80
"...Vamos a pecar juntos..." ❝One-Shots sobre personajes masculinos del anime "Naruto" , escritos por un fan para otros fans , con alto contenido +18...