-Es aquí-. Indicó Osmar, dándole espacio a Afton para ir adelante. Los cinco cruzaron un grupo de arbustos que tapaban la vista, y tal como Félix lo recordaba, ahí estaba.
-Que recuerdos...-. Rió Félix sarcásticamente. Riley se estiró y se dirigió a Afton. -Por protocolo te diría que te quitaras los zapatos, pero no creo que lo hagas ¿Verdad?-. Este respondió negando con la cabeza. Félix saltó. -¡Oye! ¡No es justo! ¡A mi no me dieron a elegir!-. Se quejó. Las quejas del mismo fueron silenciadas por un pisotón de su pareja, provocándole un leve gritó. -¡Compórtense ustedes dos!-. Gruñó Riley. Ambos refunfuñaron. -Quiero mis zapatos de vuelta-. Soltó Félix hacia el albino. Este sólo se inmutó a sacarle la lengua. -Bueno Papá... Bienvenido al Circo...-.
Los chicos se adentraban lentamente para dejar paso al mayor, quién se alucinaba más con cada cosa que veía. -Debo admitirlo... El lugar es... Divertido...-. Riley refunfuñó. -Es la hora de la comida, por eso está vacío. Están todos en el comedor-. Félix se adelantó. -Quede igual la primera vez que entre-. Comentó. El adulto le sonrió en respuesta. -Hay varias cosas que reconozco... Como la recepción, la chimenea que solía estar cerca de la cocina... Wow, incluso los viejos juguetes de Osmar siguen aquí-. Este último levantó una ceja. -Ven conmigo-. Sonrió Afton. El peli-morado obedeció y camino junto a él hasta donde se hallaban los juguetes viejos. -¿Ves a este conejito? Era tu favorito-. Susurró el adulto, dándole un peluche en forma de conejo al contrario. Osmar lo analizó, y por momentos pareció recordar con una memoria borrosa los recuerdos que logro tener con el. -Recuerdo correr por un pasillo junto a él...-. Afton rió. -Fue el día que te caíste con la alfombra. Llorabas mares... Me costó mucho calmarte...-. Osmar lo miró sonriendo, puesto a que le daba alegría el poder conocer a su padre y a su pasado. -Hijo mío... ¿Que fue lo último que recordabas de mi?-. Preguntó Afton. Osmar colocó una mueca. -Nada... Es como si nunca te hubiera conocido...-. El adulto asintió. -Yo te recuerdo desde que naciste... Eras tan adorable...-. El chico sonrió con algo de vergüenza. -Arreglaremos tus recuerdos, te lo prometo-. Finalizó el mayor. -Te daré un pequeño tour como hice con Félix-. Añadió el peli-morado, finalizando con que Afton asintieran. -Muy bien troncos, voy a llevar la maleta al cuarto de Osmar, no hagan el pelotudo por favor-. Refunfuñó Riley, alejándose en el proceso. -¿Y bien? ¿Cuál era la tontería de la que me insistías tanto para llegar acá?-. Dijo Félix, dirigiéndose a Fede. El chico sonrió y lo comenzó a tirar de la camisa. -Que manía tienes eh...-.Se quejó Félix. El albino lo guió hasta el escenario en donde solían actuar, y una vez ahí, lo sentó a la fuerza en una de las cientos de sillas y se subió el al escenario. -Por favor dime que no vas en serio...-. Soltó Félix avergonzado.
Félix se subió junto a Fede al escenario. -Hey, lo hiciste bien...-. Le susurró. Acto seguido le dio un abrazo sin soltarlo. -No deberías forzar tanto tu voz... De por sí ya te cuesta hablar, no me quiero imaginar el esfuerzo excesivo que le metes al cantar-. El mayor sólo soltó un sonido y se acurrucó más cómodamente. -Por cierto, linda voz~...-. Rió el peli-rosado. Fede le devolvió las gracias dándole un pequeño beso en su mejilla. -¿Quién diría que el enojón podía ser tan meloso?-. El albino rió en silencio. -Podría quedarme así todo el día...-. Finalizó Félix, acomodándose al igual que el contrario. Ambos se quedaron así por lo que parecía una eternidad, cada uno disfrutando del contacto físico del otro. De vez en cuando se les escapaba alguna risita tonta, o a lo mejor alguno de los dos le daba por dar algún que otro besito al contrario. Parecía que después de todo, Félix había encontrado un sitio para él, un lugar donde encajaba, una vida nueva. En medio de sus pensamientos, una leve voz logro oírse. -Te quiero Félix...-. El peli-rosado sonrió, y abrazó más fuerte al contrario. -También te quiero Fefi...-.
De un momento a otro, un leve bostezo silencioso se escapó de la boca de Fede, dando a entender que estaba cansado. -Awww ¿Tienes sueño pequeñín?-. El contrario gruñó ante la última afirmación. -Jeje... Vale, vamos al cuarto-. El albino sonrió ante la respuesta de Félix, y le tiró de la camisa para que lo cargara hasta el destino. -Eres increíble...-. Suspiro Félix.
En medio del camino se encontraron con Puppet, quién por primera vez dejó de correr para hablar con ellos. -¿Cuándo volvieron?-. El peli-rosado rió. -Volvimos hace una media hora-. El individuo se arrimó más al contrario. -¿Si lo encontraron?...-. Dicho esto, Félix sonrió. -Lo trajimos-. Puppet abrió la boca como un plato. -Uy uy uy, a ver cómo reacciona X.O.R...-. Félix colocó una mueca. -Seh...-. El individuo rió. -Bueno, te dejo ¡Que voy con retardo!-. Félix asintió. -¡Ten un buen di-!-. No había ni terminado la oración cuando el contrario se retiró corriendo. -"Ya olvidaba como era este sujeto..."-. Y dicho esto, siguió su rumbo hacia su cuarto.
Finalmente llegó a su destino, y con cuidado de no despertar a Fede, abrió la puerta como pudo. -Igual de polvoriento que como recordaba-. Comentó con orgullo. Félix se agachó cerca de su colchón y acomodó al contrario de la manera que pudo, pero sin querer lo despertó. -Perdona... No quise levantarte...-. Fede sólo le sonrió y volvió a cerrar los ojos. -"Lindo"-. Pensó el contrario. Mientras el albino dormía, Félix anotaba todas las cosas que había aprendido desde que llegó hasta que volvió en un montón de hojas sueltas que se hayan bajo el cajón de la mesa. El chico comenzó a hacer hipótesis y teorías de lo que podría haber pasado con las memorias de Osmar y con lo ocurrido con Fede. Se entretuvo durante bastante rato hasta que cayó dormido sobre la mesa, puesto que todo el viaje lo tenía agotado.