Olas de intensidad

Par nniss9

403K 21.9K 3.1K

A veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo... Plus

Capítulo 1. Qué pesadilla.
Capítulo 2. ¿Lo conoces?
Capítulo 3. Soy imbécil.
Capítulo 4. No, gracias.
Capítulo 5. ¿Todo bien?
Capítulo 6. ¿Es tu novio?
Capítulo 7. Deja de hacerlo.
Capítulo 8. Como quieras.
Capítulo 9. Que ni la miréis.
Capítulo 10. ¿Yo para qué?
Capítulo 11. Joder...
Capítulo 12. Fuiste tú el que me besaste.
Capítulo 13. ¿Te hace gracia?
Capítulo 14. ¿No vas a decir nada?
Capítulo 16. ¿Qué te pasa?
Capítulo 17. Deja de provocarme.
Capítulo 18. Te quiero.
Capítulo 19. Espera, Valen.
Capítulo 20. Pedri...
Capítulo 21. Te voy a matar.
Capítulo 22. Gracias por traerme.
Capítulo 23. Ni se te ocurra.
Capítulo 24. Valen, por favor.
Capítulo 25. Ya te gustaría.
Capítulo 26. Lo siento...
Capítulo 27. Qué guapa eres.
Capítulo 28. Hasta mañana.
Capítulo 29. Como te quieren.
Capítulo 30. Pídemelo.
Capítulo 31. No pasa nada.
Capítulo 32. No puede ser...
Capítulo 33. Dame un beso.
Capítulo 34. Si quieres...
Capítulo 35. Nada que no sepas.
Capítulo 36. ¿Puedes llevarme a casa?
Capítulo 37. ¿Estáis juntos?
Capítulo 38. No te preocupes.
Capítulo 39. ¿Has dicho...?

Capítulo 15. Gracias por quedarte.

9.8K 582 133
Par nniss9

Dudé durante varios minutos, pero finalmente no bajé del coche. 

La verdad es que seguía con el pensamiento de que ninguno de los dos sabíamos qué estábamos haciendo, y prefería mantener un poco el espacio. No estaba evitándolo, como él decía, porque sino no le hubiera hecho ni caso en todo el día, pero sí que tenía un poco más de cuidado. 

Conduje hasta mi casa y después de cenar y cambiarme subí a mi habitación con la esperanza de poder hablar con Inés, sin embargo, no pude, porque estaba ocupada. 

Dejé el móvil en la mesita y me tumbé larga en la cama, pensando una vez más en todo. 

Por suerte, esa noche no tardé demasiado en dormirme, y cuando desperté al día siguiente estaba baste bien. 

Hice exactamente lo mismo que los días anteriores, y a las 9 ya estaba llamando al timbre de Belén, sin embargo, no me abrió Gavi como yo esperaba, sino ella. 

-Buenos días -sonreí un poco forzada. 

-Buenos días, cariño -sonrió tan amable como siempre. 

La seguí hasta el despacho, poniéndonos a trabajar enseguida, mientras ella hacía unas cuantas llamadas. 

No pude evitar mirar a cada rato por la cristalera de la sala, esperando que en algún momento Gavi pasara por ahí, sin mucho éxito. 

-Tengo que salir a una reunión -informó Belén al colgar. 

-Ah, vale -elevé la mirada hacia ella. 

-¿Quieres acompañarme o prefieres quedarte trabajando? -ofreció entonces.

-Creo que me quedo avanzando cosas -sonreí levemente. 

-Como quieras -sonrió también. 

Recogió sus cosas y se despidió dirigiéndose hacia la puerta. 

Una vez me quedé sola, puse un poco de música y seguí trabajando bastante rato, hasta que se hizo la hora de comer. 

Pedí comida y comí ahí, mientras entraba a Instagram para distraerme un rato. 

Entre las historias recientes, apareció el perfil de la cuenta del Barça, así que cliqué sobre él y me quedé mirando lo que había colgado. 

Resulta que tenían entrenamiento esa mañana, así que me di cuenta de que Gavi no había venido por eso. 

Tuve la esperanza de que lo hiciera por la tarde, pero a medida que pasaban las horas seguía sin aparecer, y lo mismo Belén. 

En cuanto terminé lo que estaba haciendo, recogí mis cosas y apagué todo dispuesta a irme a mi casa. 

No sabía si debía llamar a Gavi o qué hacer. La situación comenzaba angustiarme y a merodear por mí cabeza más de lo que debía. Aunque supuse que si Gavi no había venido ni había dicho nada había sido por algo, así que desistí en mi idea de llamarlo. 

Salí hacia el vestíbulo y justo cuando abrí la puerta de la entrada por poco me dio un infarto. 

-¡Joder, Pablo! -me llevé una mano al pecho. 

-Hey -frunció el ceño. 

-¿Se puede saber qué haces? -lo miré enfadada. 

-Venir a casa de mis padres -contestó obvio. 

Me pasé una mano por la cara y negué con la cabeza. 

-¿Estás bien? -preguntó algo preocupado. 

-Sí, perdona -suspiré volviendo a mirarlo. 

Entonces me di cuenta de que llevaba un ramo de rosas en la mano. 

-Tu madre ha salido esta mañana y todavía no ha vuelto -informé. 

-Ah bueno, no venía a ver a mi madre -contestó encogiéndose de hombros. 

Fruncí el ceño y me quedé observándolo. 

-Siento haber dicho que éramos amigos que se besaban -murmuró entonces. 

En mi cara se dibujó una pequeña sonrisa, que más que de felicidad era de ternura. 

-Es una tontería, Pablo, no pasa nada -le quité importancia. 

-No es una tontería porque sé que te molestó -me miró serio. 

-No es eso, es que... 

-Espera -me interrumpió-. Ya sé que tenemos que hablar, pero no me apetece hacerlo aquí. Ven. 

Cogió mi mano de forma suave y me dirigió junto a él hasta su coche. 

Entré sin quedarme otra opción, y él me imitó, dejando después el ramo de flores sobre mis piernas. 

Condujo hasta su casa sin que ninguno de los dos dijéramos nada. Aparcó en el garaje y ambos subimos hacia el comedor, el cuál solo estaba iluminado por una pequeña lamparita. 

Nos sentamos en el sofá y yo dejé las flores sobre la mesita, dispuesta a escuchar lo que tenía que decir el futbolista. 

-Mira Val, sé que no tiene mucho sentido lo que estamos haciendo -comenzó a hablar-. Pero no significa ni que esté bien ni que esté mal. Solo estamos haciendo lo que nos apetece en cada momento -trató de explicar. 

-Lo sé, Gavi, y eso está bien en un principio, pero no se puede estar así siempre -me encogí de hombros. 

-Nadie ha dicho que tengamos que estar así siempre -frunció el ceño. 

-Pero tampoco podemos hacer otra cosa -rebatí. 

-¿Por qué? -me miró confuso. 

-Porque no. Porque sino confundiremos las cosas y tú no estás para esto ahora -traté de decirlo de forma suave-. Acaban de ponerte los cuernos, y lo acabas de dejar con tu ex -argumenté obvia. 

-Pero no pasa nada si estamos bien, podemos seguir haciendo lo que queramos hasta que nos decidamos -aseguró. 

-¿Y qué pasa si uno de los dos se enamora? -pregunté casi atragantándome. 

El sevillano clavó sus ojos en mí, cambiando un poco la expresión de su cara, sin saber decir exactamente en qué sentido.

-Pues... No sé... -se encogió de hombros. 

Negué con la cabeza y dirigí la mirada hacia las flores.

-Si uno de los dos se enamora paramos y ya está -habló de nuevo. 

A mí sí que se me paró la respiración al escucharlo decir eso, aunque no sabía qué esperaba. 

Dirigí la mirada de nuevo hacia él y apreté la mandíbula. 

-¿Por qué has preguntado eso? -se acercó un poco. 

Agaché de nuevo la mirada y negué como sin darle importancia. 

-Val -levantó mi cara con dos dedos. 

-No, por nada -traté de sonar convincente-. Solo era algo que podía pasar, y por dejarlo claro. 

Asintió despacio y se quedó observándome. 

Tomé aire y me pasé la mano por la cara sin saber qué decir. 

Entonces se acercó un poco más a mí, haciendo que volviera a mirarlo. 

-Necesito que me contestes a algo -murmuró con suavidad. 

-Dime. 

Tomó aire y hundió sus ojos en los míos. 

-¿Te estás enamorando de mí? -preguntó con media voz. 

A mí se me congeló el cuerpo. Ni siquiera sé qué expresión facial tenía en ese momento, solo esperé que no me delatara. 

-¿Qué? -fruncí el ceño. 

-Valen. 

-No, no, Pablo -negué rápido. 

-¿Estás segura? -insistió. 

-Sí, claro -contesté sin darle importancia-. Para nada -sonreí levemente. 

Asintió analizándome y yo traté de reconstruirme un poco por dentro. 

-Bien... -suspiró como quitándose un peso de encima. 

Yo suspiré también, pero en vez de quitándome un peso, poniéndomelo. 

-No lo digo a malas, es solo que no quiero que lo pases mal. Ya sabes que la situación se complicaría si hay sentimientos de por medio... -habló de nuevo. 

Asentí y tragué grueso. 

-O sea, que esto es sólo físico -dudé en cómo decirlo. 

-Mhm, sí, supongo -se encogió de hombros. 

-Vale -murmuré apartando la mirada. 

-Al menos así lo había entendido yo. 

-Sí, sí, claro -asentí obvia. 

Asintió también y yo cogí aire. 

-Bueno, creo que será mejor que me vaya, mañana madrugo otra vez -informé yendo a levantarme. 

-¿No te quedas? -se levantó también. 

-Es que estoy cansada -puse de excusa. 

-Siempre estás cansada -sonrió levemente. 

Me encogí de hombros sin solución y él se acercó despacio. 

-Sé que acabamos de decir que nada de sentimientos, pero sabes que podemos ser amigos perfectamente -me miró tranquilo. 

Fruncí el ceño y me quedé esperando a que dijera algo más, porque no lo entendí. 

-Me refiero, que puedes quedarte sin ningún problema, ya lo sabes -explicó. 

-Ah, sí -asentí sin más.

Me miró expectante y yo dudé en qué hacer. Sabía que si me iba sería raro, porque si fuera como le había dicho, no debería tener ningún problema en quedarme. Así que, para que no sospechara, guardé todos mis sentimientos en un esquina de mi corazón y volví a sentarme. 

-¿Qué tal el trabajo? -preguntó sentándose también. 

-Bien, un montón de cosas, como siempre -contesté encogiéndome de hombros-. ¿Qué tal el entrenamiento? -lo miré entonces. 

-Como una mierda, la verdad. Se nota que hemos tenido unos días de descanso, y hemos vuelto algo desencajados. Pero bueno, supongo que en nada retomaremos el ritmo -explicó también algo cansado.

-Aja -asentí.

No os imagináis lo difícil que se me hizo estar a su lado, mirándolo y escuchándolo, mientras trataba de retener en mi interior un montón de cosas. No podía creerme que hubiera sido tan idiota como para empezar a enamorarme de él sin haber pensado antes en toda la situación que lo rodeaba, y eso que era consciente de ello desde el principio. 

Me regañé a mí misma una y otra vez, mientras contestaba a lo que me contaba como si le estuviera prestando toda la atención del mundo. Hasta que se levantó tendiéndome la mano para levantarme también. 

-Mañana te llevaré a casa de mis padres y me iré a entrenar -informó dirigiéndonos hacia el piso de arriba. 

-Puedo coger un taxi sino -murmuré sin más. 

-Qué pesada eres con los taxis -se giró hacia mí-. He dicho que te llevo, y ya -sentenció. 

-Perdón, era solo por si no tenías tiempo -me justifiqué. 

-Para ti siempre tengo tiempo -sonrió dulce. 

Sonreí también y tragué grueso, mientras se acercaba a dejar un beso sobre mi frente. 

Comenzamos a andar de nuevo hacia su habitación, donde me volvió a teder el pijama que ya había usado. Me cambié ahí directamente, mientras él hacia lo mismo en el otro lado de la cama, y cuando estuvimos, ambos entramos. 

-Me alegro por haber aclarado todo -murmuró estirándome hacia él. 

-Mhm -asentí levemente. 

-¿Estás mejor? -se interesó. 

-Sí -contesté mirándolo. 

Sonrió de forma suave y besó de nuevo mi frente. 

-Gracias por quedarte -susurró. 

Sonreí a modo de respuesta y me di la vuelta hacia el otro lado. 

-Buenas noches -rodeó de nuevo mi cuerpo. 

-Buenas noches -posé mi mano sobre la suya. 

Sin embargo, tardé bastante en dormirme. 

Ni tenía ni un agota de sentido nada de lo que había pasado. O sea, lo primero, podría haberme dejado las cosas claras desde el principio. Me refiero, decía cosas que yo, personalmente, no le diría a alguien que no me gustara de verdad, no lo entendía. Y lo segundo, ¿Por qué cojones le mentí? ¿Es que me gustaba complicarme la vida o qué? 

Hubiera sido más fácil reconocer que estaba empezando a gustarme de verdad, y dejar todo ahí. Pero ese era el problema, que no quería hacerlo. Por eso no le dije la verdad, porque sabía que si le decía que sí iba a alejarse, e iba a perderlo. Así que preferí torturarme, y quedarme a su lado, sabiendo que no podía cumplir con el trato que habíamos hecho sobre nada de sentimientos, porque yo ya lo incumplía antes de pactarlo. 


Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

391K 25.9K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
199K 11.2K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
72.8K 6.1K 18
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
124K 22.1K 59
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...