ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - T...

By MelanieGerpeLen

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☽ Min Yoongi ansiaba venganza. Como único y último heredero del legado de las tribus del norte y lobo de vien... More

THE HOWLING SAGA
PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capitulo 60

Capítulo 12

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By MelanieGerpeLen

"Porque necesito a alguien que me ame y sé que no es fácil. Y tal vez no soy lo suficientemente bueno para sentir tu amor. Entonces, ¿cómo se supone que voy a dejarte ir cuando no me dejes ir? Y tal vez no soy lo suficientemente bueno para sentir tu amor"

-Looks Like Me
(Dean Lewis)


La señora Jung carraspeó, consciente de que cuando se trataba de amor su hijo solía mostrarse un tanto reticente y casi agobiado. Hoseok no creía en que algunas parejas pudiesen estar destinadas y tampoco consideraba que existiese el romance eterno o los lazos que fuesen más allá de la familia de sangre. No al menos con las experiencias que este había tenido hasta ese instante.

Así que cada vez que su madre o sus hermanos mayores le insistían en que algún día encontraría a una persona especial, no en la necesidad de hallarla sino en que podría llegar a tener a su lado a alguien que le ayudase a vivir de forma cómoda y cálida sin perder su libertad, él parecía dar de tres a cuatro pasos hacia atrás.

—Y bueno… —la madre de Hoseok se acomodó en su asiento—. ¿Cómo te encuentras aquí? ¿Es mejor que el hostal o resulta que mi hijo no te deja respirar? No me extrañaría si es así, porque…

—Es m..mejor de lo que pensé que s..sería.

La respuesta del muchacho hizo caer las mandíbulas de los dos Jung presentes casi hasta el suelo, tal vez ninguno de ellos se esperaba una respuesta positiva de su parte.

—Mejor que el hostal, supongo. —añadió Hoseok.

—Para estar mejor que en el hostal hacen falta pocas cosas, hijo. Yoongi llegó a nuestro hogar casi al mismo tiempo que lo hicieron los niños rescatados de las tribus y todos los refugiados tras el incendio que ocurrió en Casiopea. Demasiadas personas incluso para un sitio que está preparado para recibir a todos aquellos que lo necesitan. No es el lugar más adecuado para tener a unos cachorros, sobre todo cuando el padre necesita tranquilidad. Tantos aromas diferentes e interferencias… Sencillamente incómodo.

—Tuviste a tus hijos en ese hostal, mamá —Hoseok suspiró—. Sé que no era el lugar más adecuado para un lobo asustado y en cinta pero fue el mejor lugar que se me ocurrió para él. Bastante por encima del nivel de una celda, con comida fresca a diario y mantas limpias. Le hemos dado más que a la mayoría y estoy cansado de que se espere que lo tratemos mejor que a otros solo por pertenecer a las tribus —Hoseok miró hacía Yoongi—. No pretendo ofenderte pero para mí eres exactamente igual que cualquier otro de mis prisioneros. Inocente hasta que se demuestre lo contrario, sí, pero también culpable de que muchos de los guardianes del norte saliesen heridos aquella noche.

—Tuve a mis hijos allí porque ese era mi hogar pero sobre todo por decisión propia, conociendo los olores del lugar y sabiendo que la gente que sale y entra del hostal es diferente cada día —la señora Jung intervino—. Para Yoongi es diferente, no se acercaba lo más mínimo a una zona confortable para él. No se parecía a su hogar. Además los lobos de las tribus suelen tener un parto en forma animal y él lo realizó en su forma humana. Va todo en contra de lo que él es. Sea o no un prisionero, sus derechos se deben mantener sobre lo que sea que pasase aquella noche que todos lamentamos profundamente. Estoy perfectamente segura de que lo sabes tan bien como yo, tu padre te lo enseñó bien. Se trata de justicia pero no de ceguera. No quiero ver a mi hijo experimentando pensamientos radicales.

Yoongi mantuvo su boca cerrada. Estaba acostumbrado a escuchar y analizar a la gente que lo rodeaba, sobre todo tras ese último año. Había aprendido a comprender las situaciones a través de las expresiones de las personas.

—¿Acaso has venido a discutir, madre?

—No. He venido a poner los pies de mi hijo una vez más sobre la tierra que le da su poder. La Diosa Luna sabe que te has estado desviando demasiado de tu lobo con la excusa de ser justo y bueno en tu trabajo.

Así que Min Yoongi continuó comiendo mientras madre e hijo se sumían en una disputa acerca de si había sido justo o no para él ser apresado y aunque hablasen de respeto y normas, ninguno pareció realmente preocupado por buscar su opinión directamente. Incluso si el tema central tenía que ver con su persona, Yoongi no parecía del todo animado a intervenir para dejarles claro que solo él conocía sus propios sentimientos al respecto. De todos modos, los humanos eran así. Egoístas mientras presumían no serlo.



—Hay rastros que van más allá de la zona de seguridad marcada por la guardia. El problema es que nadie ha visto nada y nada es exactamente lo que tenemos con respecto a rastros de humor. Algunos de los rastreadores omegas han encontrado leves dejes en el aire de ansiedad y nerviosismo pero no están del todo claros, podría ser simple excitación por haber logrado su objetivo. Quien sea que haya podido atravesar las fronteras con la guardia teniendo el doble y el triple de hombres que tendría habitualmente es…

Los ojos de Hoseok discurrieron sobre los árboles marcados ante ellos, gran parte de los guardianes que se ocupaban de proteger la frontera se encontraban con los pies quietos y las miradas asustadas mientras revisaban una y otra vez las evidencias. Se encontraron con amenazas de nuevo pero ninguno de ellos sabía si realmente habían atacado o si por el contrario continuaban limitándose a enviar avisos. Aquello parecía un maldito juego macabro destinado a medir su aguante.

—Quien sea que haya sido, conoce nuestra forma de actuar y quizás incluso nuestros turnos —Hoseok suspiró, llevándose una mano al cabello para apartar el sudor de los mechones que resbalaban sobre su frente—. Es lo único que se me ocurre que pueda explicar lo que ha estado pasando, no me canso de decirlo y prometo que voy a averiguar qué está sucediendo aquí. Debieron atravesar la frontera en alguno de los turnos si no fueron notados por los guardias y también deben saber bien cómo esconder sus aromas y controlar su estado anímico. No quiero desconfiar de ninguno de vosotros, sois mi gente y mi equipo, pero no puedo asegurar que el consejo escuche mis palabras. Esto empieza a resultar urgente por más de una razón o dos.

Se había ausentado un par de días y ahora se encontraba con una nueva amenaza de lo que ellos estaban prácticamente seguros de que reunía todas las posibilidades de ser una nueva generación de cazadores entrenados con métodos que tal vez la guardia desconociera.

Sobre varios de los pinares más antiguos del sur, esos que rodeaban el gran arenal que formaban las playas de los Jeon, habían aparecido carteles con tinta negra. Así que esa, sumaba una vez más en la que los cazadores amenazaban a la Unión por haber decidido romper pactos más antiguos que ellos mismos.

—"La Unión caerá. La justicia divina brillará sobre lo sobrenatural. Muerte a la Luna y a todos los que presuman de ser sus hijos. Vuestro río se convertirá en sangre y vuestras tierras llorarán ceniza." —Hoseok leyó en voz alta.

—Creo que podemos considerar esto como un reclamo. Claramente están reconociendo haber sido los responsables de los últimos incendios. Léelo tú mismo, Jung. Dicen que nuestras tierras llorarán ceniza, no es difícil de entender.

Hoseok tragó saliva, su mente no se movió de aquellas palabras mientras escuchaba a uno de sus primos farfullar. Que los cazadores reconocieran sus ataques solo podría tener sentido si estos quisieran expresar abiertamente que sus filas estaban activas de nuevo, lo que era extraño puesto que todas las amenazas habían llegado de forma indirecta y nunca a través de enfrentamientos que obligasen a esos grupos de humanos a dar la cara ante la manada de la Unión.

—Señor —una de las guardianas más jóvenes dió un par de pasos inseguros hacia Hoseok—. ¿Nuestra montaña vuelve a estar en peligro? Esas amenazas y los incendios han hecho daño a la gente que todos nosotros queremos y a veces sentimos que nadie está haciendo lo que es necesario para evitarlo.

Jung necesitó unos segundos para decidir si debía responder con la verdad o si por el contrario sería necesario intentar tranquilizar a los guardianes bajo su mando hasta que supieran cuáles eran las circunstancias reales en las que se encontraban. Un año era demasiado tiempo, podía comprender la desesperación que atravesaba la guardia a esas alturas. La espera parecía más inadecuada que nunca después del último ataque que recibieron, ocurrió de forma completamente inesperada y destrozó los sentimientos de seguridad que solo algunos tenían después de que la Unión comenzase a solidificarse tras la batalla de las Lunas.

Arriesgarse a ir a por los guardianes sin pruebas reales de que estos fueran los verdaderos responsables de lo ocurrido era arriesgado. Tal vez demasiado, sin embargo a él ya no le importaba lo más mínimo. No después de ver cómo los lobos más ancianos de su montaña habían sido quemados hasta reducirse a cenizas. Los cazadores tendrían que mirarlo a los ojos y admitir su culpa, y si lo hicieran… Si lo hicieran… Si lo hicieran él estaría dispuesto a destrozarlos. Nada valía el miedo y horror que estaba experimentando su gente. Ni siquiera la falsa sensación de paz rota tan solo por amenazas constantes y las disputas del consejo territorial.

—Pido calma pero nunca pediré que os mantengáis ciegos a la verdad —contestó finalmente—. La situación ha llegado a un extremo que no voy a ignorar y que deseo que los líderes tampoco ignoren cuando pueda reunirme con ellos. No es la primera vez que esta montaña es atacada y…

Hoseok no pudo terminar la frase.

—Y no parece ser la última. Mi esposa se enterará de esto y aunque soy amigo del diálogo, la familia Lae perdió mucho con la Unión. El sur ha permitido que la guardia de la frontera aumente y hemos estado trabajando mano a mano con los norteños, pero si no hacemos algo para averiguar quién es el responsable de todas estas amenazas… Me temo que no podré hacer nada para evitar que ella y su hermana reúnan al nuevo consejo.

De nada servía continuar insistiéndole a los guardianes con respecto al uso de esas palabras. Se suponía que ahora sur y norte debían ser solo uno pero las viejas costumbres no podían morir en unos meses. Hoseok entendía aquello.

—¿Y qué es lo que harán, Yugyeom?

La voz de Jungkook sorprendió a todos los presentes. Nadie había esperado que el alfa Jeon se fuese a unir a la guardia tan pronto. No al menos cuando solo tres o cuatro días atrás este todavía se encontraba en forma lobuna y pretendía pasar su vida así en las montañas junto a la pareja que eligió en contra de todo lo esperado.

Ver a Jungkook de nuevo en esos bosques era extraño pero la presencia de este de alguna forma se sentía completamente correcta y natural en ese lugar. Esa mañana todos lo habían saludado como si el tiempo se hubiera detenido antes de su marcha. Había respeto en los ojos de los guardias sureños que lo miraban y también dudas en las expresiones de los norteños que sabían que de hecho ese muchacho se había convertido no hace mucho en la mano derecha de Kim Namjoon tras la implicación de Park Eunha en sucesos ligados al ataque de las Lunas Rojas.

—Jungkook, no pretendo discutir contigo. Eres un viejo amigo al que todavía quiero demasiado como para entrar en disputas absurdas.

—Quizás tu problema sea ese. Te han ensañado toda la vida a luchar, como me enseñaron a mí. Peleas con los puños pero no usas las palabras, ni siquiera cuando el uso de estas podría apartar a la mujer que te ama de un tipo de acciones que amenazan con enfrentar a nuestra gente.

—Mi pareja no…

—¡Me han informado! Tu pareja está reuniendo a sureños radicales para ir en contra de la Unión y de los líderes que lucharon a nuestro lado en batalla. Ella está sembrando odio entre los lobos de una misma montaña a pesar de que sur y norte deberían tener un único enemigo común. Ahora más que nunca podemos evitar que los humanos nos hagan daño como lo hicieron en el pasado.

—La líder Jeon es tu familia, tú tampoco puedes ser racional aquí. Mi pareja es todo lo que amo y todo lo que quiero, sabes bien que es incluso lo único que quiero después de que el fuego se llevase a mis hermanos y destrozase la mente de mis padres.

Yugyeom parecía atrapado entre la espada y la pared. Demasiado enamorado como para hablar mal de su pareja y completamente cohibido por el dolor que le producía enfrentarse al que fue durante años su mejor amigo. Los sureños difícilmente creaban lazos más allá de la familia, el entrenamiento era la base de todas sus acciones y por eso aquello que él había tenido con Kook era especial. Incluso sin verse a menudo, ambos lograron hacer crecer una relación de amistad estable en el lugar en el que otros de su tipo hubieran creado rivalidad y enemistad.

Discutir con él era doloroso. Jungkook lo sentía del mismo modo y sin embargo ansiaba enfrentarse a la mujer de su amigo,  después de saber todo lo que esta había estado organizando con las partes más tradicionales del consejo simplemente no podría mantenerse al margen. Yugyeom no era el culpable pero él nunca había sabido controlar del todo bien los impulsos. Ni siquiera después de un año corriendo a través de los bosques de abedules con Tae a su lado.

Jungkook sentía que habían lastimado su Tierra. E incluso así, incluso en medio del inconmensurable dolor, algunos todavía intentaban sembrar odio entre su propia gente.

Volver así era como no haberse ido nunca.

Volver así, tras sentirse amado y en paz, era como ser obligado a luchar una batalla no elegida.

Jungkook estaba herido por muchas cosas y una de ellas era saber que Yugyeom nunca iría en contra de su esposa de forma racional, incluso cuando los pensamientos de esta rozaban el radicalismo. Incluso si solo él podría sacarla de esa zona peligrosa con palabras y calma. Su amigo no parecía dispuesto a intentarlo siquiera.

—Responde. ¿Qué harán las hermanas Lae? ¿Reunir a un grupo de prisioneros que fueron Lunas Rojas y sacrificarlos o empezar una investigación que persiga a los norteños en base al hecho de que una vez sus enfrentamientos internos provocaron una guerra en esta montaña? Dejando que su ira crezca no la ayudas, si la amas de verdad, háblale. Es peligroso, Yug. No te haces una idea de cuánto. Cuando las personas juegan al ajedrez con la gente que los rodea, la partida termina siempre de forma desastrosa.

Yugyeom frunció el ceño. Parecía estar peleando consigo mismo para encontrar la respuesta. Era sabido por todos en la guardia que la ideología de este permanecía siempre abierta al diálogo y por tanto también a la Unión. Sin embargo no sucedía lo mismo cuando se trataba de su esposa.

Lae Vianea y Lae Vanity habían sido críticas con la Unión desde el instante en el que el nuevo consejo territorial se decidió a través de una votación justa. Ellas estaban ahí para representar a su fallecida madre, mucho más de lo que lo estaban por la montaña o los habitantes de esta. Las decisiones y opiniones que mostraban públicamente, a menudo parecían brotar de sus labios como una copia directa de todo aquello que la progenitora de estas habría dicho si continúase viva. Y aunque Yugyeom intentaba permanecer fiel a sí mismo, la tormenta de rencor que las hermanas sentían empezaba a arrastrarlo.

—Jungkook, amigo, no te ofendas pero llevas un año fuera de todo esto. No puedes llegar y juzgar a mi pareja por cosas que decidiste ignorar cuando era momento de enfrentarlas. Mucho menos en base a lo que sea que tu prima te haya dicho.

—Tú eres el que no puede pretender que lo que sucede con ellas no es grave mientras estás preparándote para tomar la sucesión del jefe de guardianes sureños. La Unión nunca sobrevivirá si los lobos que protegen esta montaña siguen órdenes de alguien que no sabe ser fiel a sus sentimientos.

—Mi esposa y yo somos dos personas diferentes. Cada uno de nosotros puede opinar distinto, sin que nuestros trabajos influyan en aquello que individualmente somos. No estoy en contra de la Unión, sabes bien que jamás lo he estado. Amarla a ella, no hará que modifique mis creencias.

Los Jung presentes parecían haber desaparecido mientras Jungkook y Yugyeom daban un paso tras otro hacia el frente. Solo cuando gruñidos comenzaron a salir de sus bocas y sus frentes estuvieron a punto de tocarse, intervinieron.

—¡Basta! —fue Hoseok el primero en hablar—. Esto ya es lo suficientemente grave como para que alguno de nosotros tenga que lidiar con dos idiotas que deciden ponerse a discutir en voz alta. Si queréis pelear, hacedlo lejos de la zona de rastreo y apartados de mis guardianes. No nos pagan por soportar este tipo de cosas.

Jungkook y Yugyeom no tardaron en reaccionar. Hoseok no olvidaba que habían sido sureños durante la mayor parte de sus vidas, incluso si la Unión era estricta con sus guardianes, nunca lo sería tanto como lo fueron los jefes Jeon en el pasado. Dos guardias como ellos sabían obedecer órdenes de superiores y con frecuencia lo hacían ciegamente. Generalmente no le gustaba pero en instantes como ese se sentía tentado a agradecerlo.

—Es… —Jungkook suspiró, buscando los ojos de Yugyeom—. Lo siento. Es demasiado que analizar ahora que estoy de vuelta.

—También lo siento —Yugyeom bajó la mirada—. Sé que te fuiste por el dolor que te causó la pérdida de tu padre. Estoy seguro que la ceremonia de mayoría de edad le proporcionó paz a tu lobo, es lo único que explica que decidieras permanecer perdido en los bosques tanto tiempo.

—Lo hizo. —susurró Jungkook.

Cuando el par de amigos se sumió en un abrazo, los guardianes presentes no dudaron en sonreír. Por un instante sus mentes habían volado lejos de la realidad y de las amenazas.

—¿Habéis solucionado las cosas como dos lobitos grandes? —Hoseok rodeó la nuca de Jungkook con la palma de la mano y esperó hasta obtener un asentimiento por parte de los dos muchachos—. Bien, pues si estáis preparados para poneros a trabajar, especialmente tú Jungkook… Tengo que pediros que forméis un grupo de trabajo.

—¿Un grupo de trabajo? —Yugyeom miró con curiosidad a Hoseok.

—Sí. Vamos a tener que darle una visita sorpresa a ese viejo. El que presume de ser el líder de los cazadores humanos.

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Hiiii!!

Nuevo miércoles y nuevo capítulo que de veras espero que os guste. Ha sido un poco más corto que el anterior pero esta semana he estado hasta arriba.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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