-Levihan- OneShots en Edición

By YepYepYeap

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Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pa... More

A Perfect Date
A flower
Stressful
Weird situations
Let him know
Doubting my sanity
New friendships
Shyness?
Rainy days
Forever
Knowing us
The time we own
It's hard to say goodbye.
How to handle drama...
Helping a friend.
A matter of trust.
Things that happen... Part 1
Things that happen... Part 2
By myself.
Dealing with stress
In sickness and health
In sickness and health 2nd part
In sickness and health 3rd Part
We got the stars
We got the stars 2nd part
Hope
Hope 2nd part
The distance
The distance 2nd part.
From zero
From zero 2nd part
Surprises, surprises..
Surprises, surprises 2nd part..
Surprises, surprises 3rd part.
Little details
Little details 2nd part
New
New 2nd part
The last day
About sadness and misfortune
More than a dinner
In another life
Unexpected Situations
When we meet again
Especial Octubre #1
Especial Octubre #2
Especial Octubre #3
Especial Octubre #4
Especial Octubre #5
Mini ~ shots #1
Mini ~ shots #2
Mini ~ shots #3
Secrets are lies?
Secrets are lies? 2nd part
Songfic #1
Secrets are lies? 3rd part
Songfic #2
Secrets are Lies?, Final
Songfic #3
No need for...
Overwhelmed
Rumor Mill
Communication is the key
Not yet
Void
In the eyes of the beholder
Looking after...

All those silences

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By YepYepYeap

Todos esos silencios

Lo prometido es deuda y bueno, aquí tienen el one shot del que les hablé.

Espero sea de su agrado.

¡Nos leemos al final!


Miraba el interior del laboratorio desde la lejanía a través de una de las muchas ventanas abiertas cuando sucedió por vez primera, todos nos encontrábamos en el exterior del edificio.

La Líder de Escuadrón había lanzado (por accidente) en todas direcciones dentro del laboratorio un espeso líquido color amarillento que con el paso de los minutos comenzó a tornarse oscuro y a despedir un olor bastante nauseabundo.

Provocando así que tuviésemos que evacuar el lugar cuanto antes, para evitar algún efecto secundario o algo dañino en el personal.

Y lo cierto es que tuve que arrastrarla conmigo al exterior, de otra forma no estaríamos todos aquí.

Fue en está situación que lo noté.

—¡¿Ahora que carajos hiciste, cuatro ojos?!

Se dejó escuchar desde detrás nuestro, a lo que todos los presentes guardaron un sepulcral silencio mientras las pisadas de aquel que soltó aquella frase se escuchaban cada vez más y más cerca de nosotros.

Y después una risa.

—¡Levi, que gusto que vengas por aquí!

El recién llegado se acercó rápidamente a la Líder de Escuadrón y la inspeccionó muy de cerca.

Mientras se cruzaba de brazos y observaba con detenimiento su persona de arriba a abajo, intentando encontrar algo fuera de lugar.

Entrecerró los ojos acercándose un poco más de lo estrictamente requerido a su rostro y ella obviamente le sonrió al tenerlo a escasos centímetros de sus facciones.

En ese momento fue cuando lo noté.

Debajo de toda aquella molestia, un destello de algo extraño hizo acto de presencia.

Él le sonrió minúsculamente, un simple movimiento en la comisura de sus labios, y después pronunció algo en una voz tan baja que nadie más que la Líder de Escuadrón pudo escucharlo, pero al contrario de lo que yo creí que sucedería, que ella le restaría importancia o se reiría de él, no sucedió.

Se quedó un momento observándolo con atención, y con una mirada llena de seriedad le dio alguna indicación, al igual que él, no permitió que nadie más que el Capitán escuchara su voz.

La mayoría nos tensamos al creer o intuir que una discusión se acercaba de forma inevitable, por lo que retrocedimos un par de pasos de aquellos individuos.

Una batalla de miradas parecía estar librándose, pero no sabíamos con exactitud qué era lo que estaba sucediendo.

Y antes de que el Capitán Levi diera un paso hacia atrás poniendo así fin a aquella disputa, lo observé darle una mirada con algo que no supe identificar de inmediato.

Pero que se quedó grabado en mi memoria.

Ella se quedó callada, observándolo con algo parecido a burla en sus facciones, pero no hizo ningún otro comentario, lo cual me pareció muy extraño.

Eso solamente había sido el comienzo de un sin fin de disrupciones extrañas del que aquel par fueron protagonistas.

☀️

Claro que llevaba un conteo de las veces que algo así había sucedido y hasta aquel día, este tipo de situaciones solamente había tenido lugar una vez.

Aquella vez únicamente.

Por lo que creí que seguramente estaba viendo cosas donde no las había.

Por supuesto que había momentos casuales en los cuales ese par se gritoneaba frente a todos, lo cual no era muy extraño ya que esa era la forma que ambos tenían para demostrar que algo no les parecía correcto.

Una vez incluso llegue a ver todas aquellas emociones convertidas en frustración, finalmente volverse golpes.

Aunque aquello hubiera sido solamente una práctica de pelea cuerpo a cuerpo entre ambos, era obvio que estaban aprovechando esta oportunidad para poder dejar salir todo su mal humor a través de esa actividad.

Varias heridas abiertas sangrantes y puñetazos más tarde, los dos se dirigían juntos al comedor como si nada hubiese pasado.

Decir que ese par de individuos eran algo peculiar sería decir bastante poco.

Ya que mientras todos estábamos en shock por el corte en la ceja derecha, y el labio en el Capitán, así como un posible ojo morado que ahora mismo adornaba su rostro, él no se notaba molesto, al contrario parecía relajado.

Y la Líder de Escuadrón por una vez en todo el tiempo que llevaba de conocerla se notaba serena, sin esa expresión volátil en su rostro, aunque su pómulo se estuviera hinchando y tanto su barbilla como su ojo izquierdo se notaran de un color rosado bastante particular.

El punto de todo esto era que aquello que presencié por vez primera fuera de los laboratorios no se había hecho presente y todo había continuado con normalidad, hasta que sucedió de nuevo.

☀️

Esta vez nos encontrábamos en el comedor.

Un par de muchachos estaban charlando animadamente, hasta que nos dimos cuenta que aquello no era una simple charla.

Estaban comenzando a lanzarse argumentos hirientes, y bueno después de llevar tanto tiempo en un lugar como este era obvio cómo terminaría desarrollándose todo esto.

En efecto, en una pelea.

La Líder de Escuadrón junto con el equipo del laboratorio nos encontrábamos compartiendo la misma mesa, ya que por orden directa del Comandante Erwin, habíamos sido desalojados de nuestro lugar de trabajo.

Aquella también había sido una historia interesante, pero esto lo contaré otro día.

En fin, comenzó la pelea y para pésima suerte de aquellos involucrados, el Capitán Levi justamente se encontraba atravesando el umbral del comedor seguido de su séquito, es decir Petra, Gunther, Erd y Auruo, quien como era costumbre se encontraba intentando caminar de forma similar al Capitán.

Al pelinegro no le agradaban este tipo de situaciones, por lo que se alejó de su equipo tan pronto observó a los nuevos reclutas comenzar a soltar los primeros golpes.

De inmediato más personas comenzaron a ponerse de pie, para intentar llegar a ellos antes que el Capitán pudiera, de otra forma esto terminaría peor para los nuevos.

La Líder de Escuadrón fue una de las personas que junto a la señorita Nanaba se levantaron de sus mesas para poder separar a los muchachos.

Llegaron tarde, obviamente.

La escena fue de lo más extraña, ya que en un momento los chicos estaban peleando a puñetazos, y de la nada algunos de sus compañeros comenzaron a lanzar parte de las sillas olvidadas en el rincón cercano a ellos en un ridiculo intento por separarlos.

Todo se descontrolo muy rápido.

Una de las sillas casi alcanzó al capitán, pero afortunadamente la intercepto y lanzó aún más lejos de lo que inicialmente lo habían hecho los compañeros de los chicos.

Al parecer todos sabían de Levi, y su reputación, pero no todos lo conocían en persona.

Eso nos quedó bastante claro cuando al estar lo suficientemente cerca de los chicos y finalmente patear al que comenzó la pelea, aquel muchacho que había comenzado la pelea se giró y asestó un puñetazo en el pómulo del Capitán Levi.

Y al instante todo se detuvo.

El chico que acababa de golpear al capitán no se dio cuenta de lo que había hecho, hasta que en susurros llegó hasta el el nombre de a quien le había asestado dicho golpe. Fue entonces cuando comenzó a palidecer de manera súbita, aquel que había sido pateado yacía en el suelo en posición fetal soltando gemidos de dolor.

Los veteranos de la Legión presentes  ya se encontraban a un costado del pelinegro, observando cuál sería su próximo movimiento.

—Te veré mañana a primera hora en el establo —mencionó con voz calmada a aquel que lo había golpeado de forma accidental.

El chico comenzó a asentir de forma rápida y después comenzó a disculparse.

—Lárgate y llévatelo—dijo refiriéndose a aquel que yacía en el suelo retorciéndose, mientras se tocaba la frente con su dedo índice y cerraba los ojos.

Aquello terminó por convencer al chico, el cual cabe mencionar estuvo a punto de salir del comedor él solo, pero de último momento decidió ayudar a su compañero, eliminando así un castigo extra por parte de Levi.

Nanaba se acercó al chico que aún se retorcía en el suelo, ayudándolo a incorporarse, el muchacho al ver al capitán se inclinó, al igual que su compañero y comenzó a pedir disculpas.

Él susodicho simplemente movió su mano indicando que se fuera, y así lo hizo, no sin ayuda de la señorita Nanaba y del otro chico, claro está.

La Líder de Escuadrón se cruzó de brazos y se acercó hasta el rostro del Capitán, analizando con detenimiento el daño que acababa de recibir.

Levantó ambas manos y las posó sobre las mejillas del contrario, analizándolo cuidadosamente, mientras movía su rostro, él no hizo nada por intentar detenerla, y aunque eso me pareció extraño, supuse que aquello era porque únicamente la Líder tenía ese privilegio.

Fue en ese momento que lo noté de nuevo.

Ya que ambos se encontraban de perfil, ella se acercó hasta quedar a un costado, a la altura de su oído, susurro algo y después se incorporó como si nada, dejando caer ambas manos a sus costados.

—Eres una molestia.

Dijo alejándose de la señorita Hange, pero al pasar a un lado de las mesas pude notar aquella misma expresión en su rostro, además de un ligero enrojecimiento en el pómulo afectado. 

Era tan extraño, y cuando hubo abandonado el sitio, la Líder de escuadrón comenzó a reír mientras levantaba las sillas que previamente habían sido lanzadas por los aires.

Aquello parecía cosa de nada.

Eso creía también, pero igual me quedaba la duda.

Sabía que estaba mal observar a ese par de forma constante, sobretodo teniendo en cuenta lo que sentía por mi jefa inmediata.

Pero de alguna forma parecía estar siempre en medio de cualquier tipo de situación donde ambos se encontraban.

Con esta ocasión ya llevaba dos eventos especiales en mi lista.

🌙

¿Qué había sido eso?

Un simple intercambio de palabras pero que tan significativas debieron haber sido para poner esa expresión en particular en el rostro de nada más y nada menos que el Capitán Levi.

Aquello había veces que no me dejaba dormir por las noches, algunas otras me decía a mi mismo que todo eso eran simples cosas que me estaba imaginando, pero muchas más eran las que me me tenían despierto pensando si habría algún significado oculto en todo esto.

No lo sabía, pero para mi mala suerte era un investigador, y en esto se basaba mi vida dentro de la Legión, ayudando a la Líder de Escuadrón a desentrañar misterios y a revelar la verdad de las cosas.

Aquello me convenció de que debía continuar observando cómo es que se desarrollaba toda esta situación.

🌧️

La tercera ocasión en la que pude notarlo fue al finalizar una situación peligrosa.

Estábamos en una misión, fuera de las murallas.

El clima había sido de lo más horrible que hubiésemos podido experimentar pero suponía que gracias al mismo los titanes no habían sido nuestro mayor contratiempo.

Estábamos recabando muestras, intentando marcar y recorrer la zona para intentar averiguar si había algo de provecho en ese sitio.

No era mucho lo que había por ver, hasta que finalmente llegamos a un bosque.

Los árboles en su interior debido a su altura impedían que la luz penetrara en aquel laberinto, era arriesgado entrar a  ese tipo de lugares ya que no teníamos contemplado un bosque a mitad de la nada.

No sabíamos que tan profundo sería, o si podríamos volver sin contratiempos, pero aquello fue lo último de nuestros problemas cuando de un costado comenzaron a aparecer varios titanes de tamaño regular, tres o cuatro metros cada uno.

Y el Líder de cada escuadrón comenzó a tomar el mando en cuanto a acabar con aquellos titanes, pero cuando hubieron aventajado esta situación, desde la lejanía pudimos observar más de aquellas criaturas acercándose.

Todos corrían rápidamente hacia nosotros, entonces alguien gritó.

—¡Titanes excéntricos!

Y los reclutas más jóvenes comenzaron a entrar en pánico.

Todos los líderes que se habían alejado del grupo para deshacerse de los titanes insignificantes ahora volvían a todo galope mientras gritaban.

—¡Avancen hacia el bosque, busquen refugio en los árboles!

En cuanto terminó aquel grito todos nos dirigimos donde nos habían ordenado, mi corazón latía fuertemente, esa adrenalina que experimentaba cada vez que algo así sucedía no era algo con lo que particularmente me sintiera cómodo.

Comencé a gritar de nuevo aquellas instrucciones, ya que escuché al escuadrón del Capitán Levi gritarles lo mismo a los nuevos reclutas, intentando que se pusieran a salvo tan pronto fuera posible, de otra forma serían los primeros en caer.

La Líder de Escuadrón junto con la señorita Nanaba y Mike nos dieron alcance.

—¡Vamos, avancen!

—¡Avancen!

Gritó la señorita Nanaba y una chica de la cual no recordaba su nombre.

Al finalmente llegar a la entrada del bosque todos comenzaron a buscar alguna rama de altura considerable donde pudieran llegar, los más experimentados auxiliamos a los más jóvenes, indicándoles a que rama llegar, gritando tantas instrucciones como podíamos  para que encontraran refugio primero.

Una vez todos estuvieron lo suficientemente fuera del alcance de los titanes que se acercaban fue nuestro turno de subir.

—¿Quien se hará cargo de los excéntricos?—preguntó uno de los jóvenes reclutas.

—El capitán Levi —escuché que la líder de escuadrón habló—. Es más rápido que nosotros, después de todo.

Al terminar de decir aquello todos los reclutas se giraron para ver al capitán Levi haciendo lo que mejor se le daba, matar titanes.

Algunos de los jóvenes prefirieron no mirar después de observar a un par de titanes caer, la mayoría continuaba observando el espectáculo que aquel miembro de la legión ofrecía.

El destello de las cuchillas siendo desechadas que se notaba vagamente entre la cortina de agua sobre nosotros hacía parecer a ese hombre aún más irreal y monstruoso de lo que en realidad era.

Cuando hubo terminado aquella tarea la mayoría de los jóvenes comenzaron a vitorear al susodicho, quien solamente nos miraba con atención desde la lejanía, subiendo de nuevo a su caballo, y retirándose algunos cabellos que gracias a la lluvia se le habían pegado al rostro, comenzó a acercarse poco a poco hacia donde nos encontrábamos.

Ya faltando alrededor de quince metros para poder alcanzarnos observamos al capitán detenerse y mirar hacia donde antes se encontraba.

Los veteranos le gritaron que comenzarían a bajar a los más nuevos, entonces de la nada se giró hacia nosotros y gritó.

—¡Que nadie baje aún! —su voz a través de la lluvia se escuchó amortiguada, pero de alguna forma nos hizo permanecer estáticos en nuestro sitio.

Todos lo miramos con la más clara confusión en nuestros rostros, intentando descifrar que...

¿Qué estaba pasando?

—No puede ser... —dijo una chica en voz baja mientras se llevaba ambas manos al pecho en señal de temor.

Al escuchar aquello nos giramos hacia dónde la chica se encontraba observando y lo vimos por primera vez.

Era un titán mucho más grande que los anteriores, se movía lentamente, pero a su alrededor otros titanes de una altura regular se acercaban con rapidez a nosotros.

—¿Más excéntricos? —me pregunté a mi mismo, aunque aquello salió en voz alta.

—¡Alguien tiene que ayudarlo! —comenzó a gritarnos la  que nos alertó acerca de aquella nueva compañía.

—¡No va a poder con todos él solo! —gritó un recluta en otra rama cerca nuestro.

Me giré para observar a Hange, ella continuaba viendo al Capitán Levi aumentar la velocidad en su caballo, momentos después dejó de observarlo para hacer contacto visual con el grupo de reclutas que se encontraba con nosotros.

Y cuando me observó, pude notar que allí estaba de nuevo.

Esa expresión... ese brillo.

Mientras los reclutas se estaban muriendo de miedo, temiendo que aquel que era nuestra mayor oportunidad de volver en una pieza  terminara en el estómago de alguno de esos titanes, la líder de escuadrón no pareció pensárselo mucho.

Debo admitir que yo también dudé por un instante... ¿aquella hazaña podía realizarla una sola persona?

Y sonriendo realizó el siguiente comentario.

—No creo que sea algo de lo que se deban preocupar.

Aquello abandonó sus labios de forma tan natural que un nudo en mi garganta comenzó a formarse.

¿Acaso era yo quien temía por la seguridad del capitán?

Ella no se notaba preocupada en absoluto.

Ese nudo en mi garganta al observarla significaba algo más... de eso estaba seguro.

Había algo tan intimo en la forma en la que lo observó partir a lo que para cualquiera hubiera sido una muerte segura.

¿Qué era exactamente lo que sucedía entre ese par?

Intenté observar al capitán, pero no pude, aquella expresión en los ojos de mi superior continuaba reproduciéndose una y otra vez en mi subconsciente, estaba seguro que mis ojos se habían nublado por las lágrimas.

¿Era aquella la muestra que necesitaba para saber que lo que aspiraba por tener con la Líder de escuadrón nunca podría ser?

Dejé de escuchar todo por un momento, me giré para intentar buscar algo que no existía en mi bolsillo lateral y aproveche para secarme las lagrimas con rapidez, aprovechando el que todos estuvieran ensimismados observando a Levi acercarse a aquellas cosas gigantes.

Me recargue en el tronco del árbol detrás mío, esperando que algo sucediera, que comenzara a llover aún más fuerte y un rayo me alcanzara tal vez, o que la corteza del árbol se abriera y me tragara... no se, un sin fin de cosas igual de absurdas pasaron por mi mente.

Y llegando a una distancia considerable el pelinegro se detuvo, todos contuvimos la respiración, todos excepto Hange.

Ella continuaba sonriendo.

Y antes de que nos diéramos cuenta, había desaparecido de sobre su caballo, fue entonces cuando los titanes de tamaño regular comenzaron a caer.

Estábamos muy lejos aún, sólo distinguíamos poco de lo que estaba sucediendo, pero era obvio quien llevaba la ventaja.

Solté un suspiro, y los reclutas a mi alrededor soltaban expresiones asombradas cada vez que un titán caía.

Había pasado tan poco tiempo desde que todo aquel espectáculo había comenzado y de pronto ya solamente quedaban aquel par, ese ser inhumano y el titán más grande.

¿Cómo es que no me había dado cuenta antes?

Me preguntaba mentalmente mientras la sonrisa sobre los labios de Hange se hacía cada vez más grande, rayando en la total euforia.

Volví a girarme para observar al pelinegro, quien se encontraba cortando la nuca de aquella cosa humanoide, quien comenzó a caer, amortiguando la caída de aquel que lo había asesinado.

El capitán pareció limpiarse el sudor o pudo haber esta retirando cabellos de su rostro como la vez anterior, todo a causa de la lluvia, o eso me pareció desde la lejanía, y después nos observó.

Un instante después me di cuenta que la líder de escuadrón levantaba una mano y la agitaba en el aire para llamar su atención.

Aunque era bastante obvio que ya la tenía, lo observé asentir o eso creía que había sido aquel movimiento de cabeza, estábamos demasiado lejos para saber que había sido con exactitud.

Entonces Hange agito con más entusiasmo su mano instándolo a que devolviera el gesto.... Un par de incómodos segundos pasaron antes de que algo sucediera pero cuando finalmente sucedió fue algo totalmente inesperado, o por lo menos lo fue para mi.

Ya que el hombre comenzó a levantar su mano izquierda lentamente y empezó a repetir aquel gesto con menos entusiasmo, de forma acompasada como si no supiera que es lo que hacía.

Aquello bastaba y sobraba para que alguien dijera algo, que hiciera alguna suposición, que mencionara que aquella acción por parte del capitán era extraña pero nadie lo hizo.

Al contrario los nuevos reclutas comenzaron a agitar sus manos en el aire al igual que la líder de escuadrón, y aquello pareció darle más confianza al pelinegro para agitar un par de veces su mano en el aire devolviendo aquel saludo.

Instantes después volvía de nuevo hacia nosotros, esta vez no detuvo a ninguno de los líderes de escuadrón de autorizar que bajáramos de los árboles, simplemente esperó a que todos estuviéramos de nuevo en el suelo.

Todos comenzaron a mencionar asombrados partes de aquella hazaña de la cual habían sido participes desde la distancia.

La líder de escuadrón aprovechó aquella conmoción para acercarse a aquel con semblante neutral y aún con ese brillo en sus ojos le dijo en tono normal.

—Parece que uno te alcanzó, tienes sangre aquí...—mencionó tocando su mejilla derecha y posando su pulgar sobre el lugar.

Él la observó de mala gana pero no dijo nada, ni siquiera se alejó de ella, los murmullos y comentarios de los reclutas acerca de la batalla hacían que los comentarios de aquel par fueran más difíciles de escuchar.

—¿Acaso necesitas que te entrenen de nuevo? —preguntó ella en tono burlón.

A lo que él soltó algo parecido a un resoplido, no tenía ni la menor idea de que había sido eso ya que era la primera vez que lo escuchaba por lo que simplemente al igual que un puñado de personas continuamos observando aquel intercambio.

—¿Y quien haría eso?, ¿Tú? —dijo  imitando el tono que ella había usado.

Entonces todos le dieron su atención a ambos, esperando de nuevo una pelea o algún intercambio de golpes o yo que se, ese par era impredecible.

Fue entonces que alguien soltó un largo suspiro detrás nuestro y dijo en voz alta.

—¿Pueden dejar eso para después?, quiero regresar a mi cama.

Entonces ambos se giraron y gritaron al unísono.

—¡Cállate, Mike!

Y los reclutas comenzaron a reír sin control.

Y aunque a mi también me había parecido gracioso todo aquello, esa sensación de derrota me impidió disfrutar por completo de la escena.

🌙

Ya de regreso en la legión, me dedique toda esa noche a pensar en lo que haría después.

No estaba seguro si funcionaría pero debía intentarlo.

Por lo menos un par de veces debía hacerlo antes de poder darme por vencido.

Fue así que llegando a esta conclusión me levanté de mi cama, sin una pizca de sueño, con la mente demasiado ensimismada en la tarea que me había auto convencido de realizar y dispuesto a hacer lo que fuera necesario para lograrlo.

🕰️

Era una idea estupida, claro.

Eso era más que obvio pero de igual forma lo intentaría.

¿Cómo intentas quedarte con algo que no es tuyo?, ¿cómo arrebatar algo que nunca lo fue?

Negué, no podía auto sabotearme tan rápido.

Fue así que toda esa semana llene su escritorio con un sin fin de tareas, al tratarse de investigaciones ella parecía no poder negarse, claro que podía hacerlo pero nunca dijo que no a nada.

Fue por ello que me convencí que sí había un momento para poder tener un avance, era este.

Al inicio de la semana, me la pase con ella, ni siquiera tuvimos tiempo de tomar una siesta, simplemente intercambiamos un sin fin de comentarios acerca de una investigación que ya llevaba bastante tiempo abierta pero sin una conclusión específica.

—¿Cómo podemos hacer que esto sea benéfico para la legión y no solo para la policía militar? —preguntó en un estado de ensoñación, no era para mi la pregunta pero sin duda estaba pensando seriamente en la mejor respuesta a ella.

Tomé aire antes de decir algo, e intentando tranquilizarme, fue que mentalmente me di ánimos para por fin tocar el tema.

—Líder de escuadrón... —dije intentando llamar su atención.

Ella suspiró, me miró con molestia y dijo.

—Es Hange, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? —preguntó sonriente su expresión molesta se había esfumado.

Aquello seguramente había hecho que me sonrojara pero de igual forma continué.

—Hange... —dije aclarando mi garganta—. Tenemos que tomar un descanso, hemos estado intentando descifrar esto todo el día.

Al finalizar ella pareció darse cuenta súbitamente de lo que había dicho, incorporándose sobre su asiento.

Se estiró, haciendo que varios de sus huesos tomaran el lugar adecuado en su cuerpo, y después procedió a tomar asiento frente a mi, la puerta cerrada del laboratorio a mis espaldas no hizo más que hacerme consciente de lo callado que estaba todo el lugar.

—Tienes razón... —mencionó observando con interés el exterior de la legión a través de la ventana. — Háblame de algo, o voy a volver a pensar en lo que estábamos discutiendo.

Aquello era algo normal entre ambos, cuando le decía algo como lo de antes, que necesitábamos descansar un momento ella siempre pronunciaba esa frase, por lo que de inmediato pensé en lo que previamente había ensayado.

—¿Ha pensado en lo que haría si no viviéramos en una situación cómo está?

Aquello pareció tomarla por sorpresa ya que me observó con cuidado, antes de poder mencionar algo.

—¿Te refieres a sin titanes o legión?

Asentí.

Se pasó ambas manos por la cara, levantando sus anteojos, y colocándolos sobre su cabeza.

—Me encantaría vivir en un lugar donde eso no fuera un problema, pero tampoco puedo evitar pensar que haría si pasara algo así... contestando a tu pregunta, creo que me gustaría tener un trabajo justo como el que tengo ahora mismo, sin el peligro de muerte y demás, creo que sería agradable.

Asentí de nuevo.

—¿Le gustaría formar una familia?

Aquello le hizo poner una expresión extraña en su rostro pero no tardó en contestar, no sin antes sonreír.

—No eres el primero que me pregunta algo como eso, ¿sabes? —una risa ligera abandonó sus labios—. No lo sé, creo que todo depende de la situación, si no viviéramos como lo hacemos, creo que si me gustaría, pero como el futuro es incierto entonces no se que tantas probabilidades tengamos —hizo una pausa—. ¿Qué hay de ti?

Eso no era algo que tuviera contemplado por lo que tuve que pensar en algo que no sonara tan fantasioso o apresurado, así que decidí hablarle con la verdad.

—Al igual que usted, creo que también me gustaría, el pensar en que podría tener hijos al lado de una persona que ame creo que sería lo mejor que podría pasarme en la vida. Aunque la vida que llevo ahora mismo también me es interesante pero sería mucho mejor sin todo lo que implica ser parte de la legión, usted sabe, la parte mala que nadie quiere.

Me compartió una expresión de confidencialidad y después dijo.

—Nuestra situación es lo suficientemente difícil como para mantenernos entusiastas todo el tiempo, pero alguien debe hacerlo.

El silencio envolvió el lugar, antes de que aquella risa ligera volviera a hacer acto de presencia.

—Creo que Nanaba estaría encantada de tener esta conversación, tiene un sin fin de ideas que probablemente serían de mucha ayuda para los civiles, al igual que Mike —se detuvo un segundo antes de continuar—. A Levi le encantaría tener una tienda de té, ¿no crees?

No había forma adecuada para decir que aquello sin duda alguna me había tomado por sorpresa.

—No lo sé, ¿podría ser? —dije en voz baja, inseguro.

Ella asintió mientras tomaba de nuevo la palabra.

—No me lo dijo pero tomando en cuenta lo mucho que le gusta el té creo que sería una profesión perfecta para él, el solo imaginarlo detrás de un mostrador hablando con gente igual de apasionada por esa cosa... seria algo digno de ver.

La sonrisa en su rostro era algo contra lo que era difícil de competir.

Debía cambiar el tema de nuevo o nunca podría hacerle ni siquiera mención de lo que quería, por lo que armándome de un valor que ciertamente no sentía propio fue que decidí dejar esa forma cordial de preguntar las cosas y ser más entrometido.

—¿Hay alguien dentro o fuera de la legión con quien le gustaría tener la familia de la que hablamos antes?

No pude evitar el nerviosismo que impregnó mi voz al decir aquello, pero era ahora o nunca.

—Hmmm... buena pregunta —dijo antes de cruzarse de brazos y pensárselo con cuidado—. No estoy muy segura pero creo que si, aunque en esto de las relaciones no tengo mucha experiencia.

Se detuvo como buscando una respuesta concreta a la pregunta que hice.

Entonces me miró de nuevo y la noté levantar la mirada ligeramente antes de decir con una sonrisa.

—Levi

Su mirada se suavizó, y aquella  respuesta me hizo permanecer estático, ¿era esta la forma en la que finalmente había terminado de ser rechazado por completo, sin siquiera mencionar mis sentimiento de antemano?

Mis ganas de llorar habían vuelto, sabía que no tenía derecho a hacer una escena o algo así pero me sentía como si no tuviera ninguna razón para continuar haciendo lo que hacía.

Antes de poder aclararme la garganta y salir corriendo rumbo al lugar que fuera, para poder desahogarme debidamente escuché lo siguiente salir de boca de Hange.

—¿Qué haces aquí?

Estuve a nada de preguntar a qué se refería, pero el nudo en mi garganta me lo impidió, pero no tardé mucho en darme cuenta de algo más.

—¿Ya viste qué hora es? —mencionó esa característica voz detrás de mi.

Me giré para ver a aquel que anteriormente había mencionado mi superior, apoyado en el marco de la puerta ahora abierta del laboratorio.

¿En que momento había llegado?

Espera... eso significaba que lo que ella mencionó no era su respuesta, si no la forma en que había recibido al capitán.

No sabía si sentirme nervioso o estúpido a estas alturas, lo que sí sabía es que estaba sudando como nunca antes.

—¿Es hora de desayunar? —preguntó limpiando los cristales de sus anteojos sin mucho interés, pero con aquel tono de voz manchado con sarcasmo que siempre usaba con él.

Lo observé negar antes de decir.

—No, pero ya casi.

Se miraron con intensidad mientras que ninguno pareció darse cuenta de aquel pequeño momento en el que casi tuve un colapso a causa de lo que creí había sido la confesión de Hange.

—Dime, ¿te puedo ayudar en algo? —dijo ignorándolo mientras tomaba un par de documentos del escritorio que tanto ella como yo sabíamos que no tenían nada que ver con la charla de antes.

—Sal de aquí, ¿quieres?....—se detuvo y después como si recién se diera cuenta que también me encontraba en el lugar volvió a decir—. Salgan de aquí, ahora.

Ella soltó un quejido.

—¿Por qué siempre tienes que interrumpir? —dijo con falsa molestia sin intenciones de levantarse.

Permanecí callado observando cómo se desarrollaba todo.

Después de que nadie se movió de sus puestos fue que el capitán volvió a tomar la palabra.

—¿Quieres que te noquee? —volvió a reconsiderar sus palabras y dijo mientras me miraba—. ¿A ambos?

Nunca me había levantado tan rápido en mi vida, por lo que simplemente me despedí de mi superior con un ligero. —Más tarde podemos continuar con la investigación, vaya a descansar líder de escuadrón.

Y abandone el laboratorio a paso lento.

Levi se hizo a un lado para poder dejarme pasar, esperando a que la mujer se levantara de su asiento.

Al llegar a la salida del edificio me detuve, si me hubiese ahorrado mi timidez desde hace horas podría hacer tocado el tema, y ahora mismo sabría si tenía o no alguna oportunidad.

Y ahora era el momento perfecto en el que mi mente me recordaba lo idiota que era.

<<¿Es que no te das cuenta la forma en que se miran?>>

<<No creí que fueras ciego. >>

<<Cualquiera se ha dado cuenta de lo qué hay entre ese par, la diferencia es que tú no lo aceptas. >>

Tenía unas ganas enormes de darme de golpes contra la pared, ¿por qué tenía que ser tan estúpido?

Suspiré pasándome ambas manos entre mi cabello, esto estaba terminando lentamente conmigo.

Entonces mi consciencia habló de nuevo dentro de mi cabeza.

<<¿Por qué no vas a ver que hacen?>>

Aquello me sacó de mi estado de tristeza y me recordó que era cierto que aún no salían del laboratorio, en realidad ya ni siquiera los escuchaba.

Por lo que di media vuelta y camine directo al lugar que previamente había abandonado.

<<No te gustará lo que escuches o veas.>>

Me mordí el interior de mi mejilla para no salir corriendo a causa del malintencionado comentario de mi consciencia.

La puerta estaba cerrada.

Mi corazón comenzó a latir desbocado.

No... no creía que algo estaba sucediendo detrás de esa puerta, ¿o si?

Yendo en contra de mis valores comencé a acercarme a la entrada para escuchar cualquier cosa que viniera de dentro del lugar.

El pasar de algunas hojas se escuchaba ligeramente, pero no estaba seguro de que se trataba.

Por lo que armado de valor salí del edificio y llegué hasta la ventana que mostraba directamente el interior del laboratorio.

Y no pude estar más equivocado.

La líder de escuadrón se encontraba durmiendo sobre uno de los escritorios, sobre sus hombros se encontraba una prenda oscura, era obvio que finalmente había caído rendida ante el sueño, o puede ser que el capitán de una vez por todas había decidido cumplir su palabra y había terminado noqueándola como amenazó.

Y después lo vi a él, observando con cuidado un par de documentos, apilándolos en diferentes sitios, supuse que estaría separándolos dependiendo el tipo de documento del que de trataba.

Me aleje soltando la respiración que no sabía que había estado aguantando.

¿Acaso estaba enloqueciendo?

¿Cómo se me había ocurrido que ese par estaría haciendo algo indebido en un lugar tan a la vista?

O podría ser que no hubiesen hecho nada ya que yo aún estaba cerca...

No lo sabía pero tampoco quería averiguarlo.

Eche un último vistazo por la ventana, el capitán Levi no se encontraba por ningún lado, solo Hange se encontraba en su misma posición.

—¿Buscabas algo? —preguntó el capitán saliendo del edificio y quedando a un costado mío.

Estoy seguro que mi semblante cambió por completo, ya que en la expresión de Levi se dejó ver algo de preocupación.

—¿Estas bien?, no me digas que te vas a desmayar.

Dijo usando su mano derecha para apoyarla sobre mi hombro, haciendo que mi peso se recargara por completo en la pared y pudiera deslizarme hasta que finalmente quedé sentado sobre el césped.

Comencé a intentar regular mi respiración, poco a poco, sabía que estaba pálido pero había sido a causa de la impresión, no esperaba verlo a un lado de mi justo en ese momento.

—Ya estoy mejor, me sentí un poco mal y por eso quise permanecer un poco más de tiempo aquí, así la caída no sería tan dolorosa —dije siguiendo la mentira que él me había proporcionado mientras señalaba el césped.

Me miró de mala gana.

—Eres un idiota por hacer lo mismo que ella, no te muevas voy por algo de agua.

No pude hacer nada más que verlo alejarse.

Eso estuvo cerca.

Recargue mi cabeza sobre la pared a mi espalda.

Sin lugar a dudas, evitaría hacer eso de nuevo.

☁️

Aquel episodio había resultado un tanto traumático para mi ya que perdí toda la voluntad que tenía esa misma semana.

Pero unos días después la recuperé al observar a la líder de escuadrón pasar más y más tiempo dentro de su laboratorio.

No se había detenido a comer, salir, tomar un baño... Nada.

Se notaba demasiado ensimismada en su trabajo pero por la forma en que hacía las cosas fue que me di cuenta que estaba usando su trabajo para alejar de su mente alguna otra preocupación. 

Y lo más extraño de todo es que no había visto al capitán por ninguna parte desde que todo aquello con la líder de escuadrón había comenzado.

Muy extraño, bastante misterioso sin lugar a dudas, por lo que una de aquellas noches finalmente me decidí a preguntarle.

—¿Acaso el capitán Levi está molesto con usted?

Pregunté con cautela, ni siquiera sabía si me había escuchado, por lo que espere un par de segundos, y antes de poder volver a repetir mi pregunta ella se giro, con la más clara molestia escrita en sus facciones.

—No me hables de ese idiota.

Dijo levantándose de su asiento para por primera vez en el día tomar un poco de agua, al terminar tomó la palabra.

—¿Quien se cree?, sermoneandome todo el tiempo, como si el mismo no ignorara todos sus consejos.

Asentí.

—¿Es eso un sí?

La mirada que me dedico fue de total escepticismo.

—Por supuesto que es un sí y si pudiera golpearía su estúpida cara a la menor oportunidad.

—No creí que fuera tan grave.

Hizo un gesto de mano restándole importancia y finalmente volvió al trabajo, no volvimos a tocar ese o ningún otro tema el resto de se día.

• • •

Habían pasado un par de horas y aún recordaba lo que le había dicho.

—Voy a dormir un momento, no puedo mantenerme de pie, usted también debería hacerlo.

Ella me observó un instante y negó.

—Ve tu, cuando vuelvas iré a dormir un rato.

No podía discutir con ella si ni siquiera tenía idea de cómo acomodar mis ideas, ¿cómo era posible que alguien pudiera estar tanto tiempo despierto?

Abandone el laboratorio de la mejor manera posible, no sin antes hacerle saber al comandante Erwin que la líder de escuadrón de nuevo se negaba a abandonar su lugar de trabajo.

En vista que aquel problema con el capitán Levi continuaba, era mejor ponerlo al tanto para que él pudiera tomar cartas en el asunto.

Habiendo cumplido con mi deber fue que finalmente me rendí ante el sueño.

☀️

Desperté tarde, de madrugada, intuí, por lo que fiel a la palabra de mi superior me dirigí al laboratorio a buscarla para poder obligarla a irse a dormir como antes había sugerido.

Fue entonces que escuché una discusión.

Eran ellos.

Suspiré, mi energía no era la suficiente como para poder lidiar con algo así.

Me acerqué lo más que pude a la puerta, los gritos hacían que todo se escuchara revuelto, era obvio que solamente ese par se encontraba en el lugar.

Tanto por los gritos, como por la hora.

Por lo que decidí irme y volver en otro momento, nadie querría quedar atrapado en medio de una pelea y tratándose de ellos mucho menos.

Camine algunos metros, alejándome de la discusión, y aunque me encontraba ya algo lejos del caos aún podía escuchar el resonar de su discusión a través del edificio.

Suspiré.

No había forma de que alguien pudiera hacerlos entrar en razón cuando discutían, excepto tal vez el comandante Erwin, pero no sabía que tan buena idea sería ir a despertarlo para detener a ese par.

Continué evaluando si aquella era una opción viable mientras seguí mi camino, y antes de poder finalmente abandonar el sitio fue cuando noté que un silencio abrumador había tomado posesión del lugar.

Todo estaba en calma.

Exhale con pesar y luego tomé una respiración profunda, misma que se quedó atrapada en mi garganta...¿acaso uno había terminado asesinando al otro de una vez por todas?

Negué, era un mal momento para pensar con cosas absurdas como esa.

Me apresuré a salir del edifico como aquella vez, sabía que no debía hacerlo pero era mucho más mi curiosidad que mi instinto de supervivencia, por lo que al llegar al exterior y notar la pacífica noche en la que nos encontrábamos, me pregunté una vez más si aquello era lo correcto.

No, sabía que no lo era pero de igual forma lo haría.

Entonces me asomé de nuevo por la ventana, no lograba ver muy bien que sucedía, ya que ambos se encontraban algo lejos de mi posición en el exterior, por lo que me aventuré a observarlos desde un lugar más cercano.

El juego de luces y sombras que acompañaba el lugar me hizo consciente de lo tarde que era, ya que únicamente las siluetas de aquellos individuos eran visibles a esta distancia.

Me agache y avancé hasta las ventanas más próximas a nuestros escritorios de trabajo y finalmente me incorpore con cuidado de no hacer ningún ruido.

Y finalmente pude ver que era lo que estaban sucediendo.

Por segunda vez en el día mi respiración se quedó a mitad de mi garganta.

Ya que la líder de escuadrón tenía una mano bien sujeta en el cuello del capitán, mientras que él intentaba alejarla lo más posible para aflojar el agarre que tenía de su garganta.

Ella lucía molesta, muy molesta.

Lo que sea que él hubiese hecho, sería mejor que se disculpara de una buena vez.

Se notaba aterradora de lejos, de cerca seguramente haría que cualquier  persona suplicara perdón de inmediato.

Entonces gracias a que la ventana de un costado se encontraba abierta lo escuché decirle con la voz entrecortada.

—No voy a disculparme.

El tono de burla que utilizó no pasó desapercibido, ni por Hange, ni por mi.

Entonces ella lo soltó para poder empujarlo, él aprovecho aquello para reírse de ella.

Y eso solo la enfureció aún más.

Estaba seguro de que eso terminaría de forma violenta pero antes de que tanto el capitán como yo supiéramos cuál sería su próximo movimiento algo súbito sucedió.

Ella tomó el rostro del capitán entre sus manos y con más fuerza de la necesaria lo atrajo hacia su rostro.

Cerré los ojos pensando que seguramente lo noquearía o algo igual de brutal pero para sorpresa mía ningún sonido de dolor abandonó el laboratorio.

Abriendo los ojos de nuevo de forma cautelosa fue que vi que era lo que realmente había sucedido.

La líder de escuadrón, no Hange... estaba besando al capitán Levi.

Sí, besándolo.

No entendía como...

¿Qué era lo que había sucedido?

¿Acaso no estaban peleando?

Estaba muy confundido por la escena que se estaba desarrollando frente a mis ojos, cuando de la nada, fue que me di cuenta.

Fue ella quien lo había besado a él.

<<Ahí tienes tu respuesta, y ni siquiera tuviste que ponerte en ridículo.>>

Se burló mi consciencia en una voz tan burlona que por un momento creí que había sido la voz del capitán Levi.

Pero no había forma, ya que él se encontraba muy ocupado intentando separarse de Hange.

¿Él no quería ese beso?

Me limpié rápidamente las lágrimas que se acumularon en mis ojos para continuar viendo cómo es que todo esto se desarrollaba.

Sí, el dolor punzante a la altura de mi pecho no desaparecería de la noche a la mañana, tampoco aquel sentimiento de vacío, pero aquella reacción de parte de Levi me hizo guardar cierta esperanza dentro de mi.

—¿Qué crees qué haces? —preguntó molesto el capitán.

Ella se separó ligeramente de él y entonces respondió.

—Como si no lo supieras.

Y volvió a besarlo, esta vez cerró sus ojos con fuerza mientras juntaba sus labios con los del pelinegro, él solo se limitó a observarla.

Estuve casi seguro de que por un instante había mirado hacia la ventana al lugar donde me encontraba, pero supuse que habían sido simples alucinaciones mías. 

Me quedé pensado en la posibilidad de haber sido descubierto cuando la list de escuadrón pareció cambiar de táctica, ya que con el mismo entusiasmo y fuerza que uso para tomarlo del rostro y estampar sus labios con los suyos, Hange tomó las manos del capitán y las poso en su cintura, provocando que el cuerpo de aquel hombre quedara atrapado al filo de uno de los escritorios del laboratorio.

Creí que él nuevamente se negaría a continuar, como había hecho inicialmente con el beso, pero terminó demostrándome lo contrario, como si se tratara de algo cotidiano reaccionó cerrando ambas manos sobre su cuerpo, comenzando a recorrer su espalda lentamente pero con seguridad.

Un suspiro escapó de entre los labios de ella, él utilizó esa oportunidad para separarse ligeramente de aquel revuelo.

—No tienes que ponerte al límite si lo único que quieres es esto, eres buena con las palabras, lo mínimo que espero de ti es que uses ese extenso vocabulario que tienes.

Entonces Hange comenzó a reír, escandalosamente, como normalmente hacía.

Dejé de mirarlos y tomé asiento en el césped.

Mi corazón latía desbocado, como si me encontrar a mitad de una emboscada o siendo atrapado por un grupo de titanes fuera de las murallas.

Mire sin prestar demasiada atención a mi alrededor, la oscuridad de la noche, la apacible forma en la que el viento movía con lentitud las hojas de los árboles mientras intentaba regular mi respiración.

Esperaba que aquello no fuera a delatarme pero siendo honestos no estaba pensando muy claro todo esto, por lo que esa idea bien pudo haber pasado a segundo plano.

Encogí mis piernas, de forma que mis rodillas terminasen a la altura de mi pecho y recargando mi mentón sobre ellas fue que intenté desentrañar lo que había visto.

Algunos sonidos aún se escuchaban detrás mío, dentro del laboratorio, pero ya no tenía la fuerza mental como para continuar viendo aquello.

Por lo que de forma lógica como solía presentar mis informes y realizar mi trabajo, comencé a pensar con detenimiento.

Aquella obviedad entre ambos simplemente se había materializado frente a mi, no tenía la certeza de cuándo había comenzado todo, pero quise suponer que desde el momento en el que noté aquel cambio en la expresión de los dos.

Era extraño pero así como mi subconsciente y la indiferencia de los demás me habían hecho saber, esto era algo que todos habían dado por hecho, algo pasaba pero nadie estaba seguro de que era exactamente de lo que era.

Y aunque creí que el dolor sería mucho más difícil de procesar mi mente una vez más me demostraba que estaba equivocado, sin duda el haber visto con mis propios ojos el desenlace de la historia de aquel par había sido brutal en un inicio, pero ahora que lo pensaba con calma me di cuenta que siempre estuvo ahí.

Siempre.

Me refería a aquello que recién había notado en sus miradas.

Me gustaba creer que entre ellos simplemente existía la camaradería, llevada hasta el límite de la locura por el entorno que compartíamos, ya que la forma en que ambos compartían tanta familiaridad era propio de un par de individuos que han pasado por el infierno y han tenido la buena o mala fortuna de volver, una y otra vez.

Creí que todo aquello que mi mente en un sin fin de ocasiones marcaba como una relación compleja más allá de mi entendimiento no era más que simple amistad.

No lo era, claramente.

Quizá mis sentimientos por Hange habían nublado mi juicio hasta el punto de hacer desaparecer aquello que siempre había estado ahí, o al menos lo había intentado.

¿Pero por qué ahora que finalmente había decidido ser claro con ella y decirle acerca de mis sentimientos?

¿Por qué recién me daba cuenta?

En mi cabeza una voz comenzó a explicar la situación.

<<Esperaste tanto tiempo para encontrar el momento correcto que simplemente ignoraste todo lo que sucedía a tu alrededor, te volviste ciego ante el claro florecimiento de la relación de Hange y Levi.

Era por eso que ya nadie lo notaba como algo nuevo, porque no lo era.

Habían pasado tanto tiempo juntos que aquella etapa inicial donde fueron noticia en boca de todos hacía mucho que había pasado.

Fuiste el último en notarlo porque tú mismo te negaste a aceptarlo.

No es que ella te hubiera rechazado como tantas veces te imaginaste, simplemente hubo alguien que estuvo de forma incondicional con ella, y no solo como su ayudante a la espera de que algo se diera de la nada.

Quizá, si hubieras sido más ambicioso y hubieras confesado lo que sentías por ella, esta historia podría haber terminado de manera distinta.>>

No.

No, esto aún no había terminado, no había forma.

Me negaba a dejar que mi juicio terminara por enterrar mi determinación.

Que ambos fueran conscientes de sus sentimientos no significaba que yo no pudiera dar a conocer los míos.

Me convencí de que si había algo que pudiera hacer, lo haría y si no aceptaría lo que ella me ofreciera.

Lo que fuera.

⛅️

Cerré los ojos con fuerza.

Aquella imagen de ambos en el laboratorio se repetía una y otra vez dentro de mi cabeza.

Respire con lentitud.

Debía tranquilizarme o todo esto terminaría de la peor forma.

—¿Estás bien? —preguntó aquel pelinegro que mi mente se negaba a dejarme olvidar.

Me crucé de brazos como el tantas veces había hecho.

—Capitán Levi...sí, es solo que creo que algo del desayuno no me sentó bien.

Me observó con calma.

—Te noto algo pálido, ¿no prefieres ir a la enfermería?

La ironía de todo esto es que me encontraba pálido en parte gracias a él, no solo era el pilar de la Legión de Reconocimiento, también era una de las persona más importantes en la vida de cierta mujer de cabellera castaña.

—Me siento un poco mal pero estoy seguro que se me pasara a lo largo del día —intenté sonreír sin lograrlo del todo.

Él únicamente asintió, no dijo nada más, pero se dirigió hacia el laboratorio.

Mi oportunidad, supuse, debía esperar una vez más.

Al llegar los escuché hablando.

—Déjalo ir a descansar, no se ve nada bien.

—¿Te dijo algo?

—Sí, pero no hacía falta que lo dijera, se nota que no se sentía bien.

Entonces fue cuando decidí entrar, ambos me miraron, Levi cómo haciendo énfasis en lo que había dicho, Hange con ojos entrecerrados me analizó.

—Te lo dije —mencionó el capitán.

No creí que fueran a retomar su conversación ahora que me encontraba con ellos pero claramente aquello no les incomodaba, me removí nervioso en mi lugar.

—Moblit, ¿no preferirías descansar el día de hoy?, se que ayer dormiste un par de horas pero no creo que sea  buena idea que deje que descanses a medias.

Levi asintió y ella esperó a que yo hablara.

—Qué dices, ¿te parece bien? —preguntó con calma.

Si no era ahora, no lo sería nunca.

—Como usted prefiera, pero antes, ¿puedo hablar con usted? —dije haciendo énfasis en la palabra usted mientras la miraba.

Levi quien se encontraba recargado en uno de los escritorios se incorporó, y abandonó el lugar con un simple, nos vemos, mientras cerraba la puerta.

Creí que me sentiría nervioso, y lo estaba pero no a este punto, tenía ganas de vomitar, de llorar tal vez, de salir corriendo, y continuar hasta perderme, de huir.

De ella, de él, de todo.

Pero sobretodo de mi y mis sentimientos.

—Te escucho.

Hablar con ella era lo más sencillo para mi, pero ahora mismo me suponía una tarea prácticamente inalcanzable, por alguna razón las palabras se negaban a abandonar mi boca.

Era ridículo que algo así estuviera sucediéndome, a estas alturas ni más ni menos.

Cerré los ojos por segunda vez, y me lleve las manos al rostro, estaba comenzando a perderme en aquella maraña de cosas que estaba sintiendo.

Entonces sentí su mano cerrarse sobre mi hombro derecho.

—Respira, aquí estaré cuando te encuentres listo para hablar.

Asentí sin poder armarme de valor para mirarla de nuevo a la cara.

Retiró su mano de mi hombro y la escuché tomar asiento, esperando pacientemente.

Y entonces recordé que ella no era una persona muy paciente, que solo hacia esto para darme algo más de seguridad y pudiera hablarle.

Me despeje el rostro y aclare mi garganta, de inmediato sentí la humedad en mis manos formarse una y otra vez aunque intentara retirarla, limpiándola en los costados de mi pantalón.

Hange me miró, esperando con lentitud que le dijera aquello que claramente me tenía tan nervioso.

Aún sobre la silla donde se encontraba sentada se notaba la gran presencia que tenía, su expresión se notaba serena, y una sonrisa ligera adornaba sus labios.

Era una mujer muy bonita, e inteligente.

—Estoy enamorado de usted.

Dije con la mayor entereza que pude, aunque lo último salió entrecortado porque mi voz casi se quebró.

Ella me observó con cuidado, sobre sus piernas cruzadas se encontraban ambas manos entrelazadas, las cuales se relajaron al escuchar lo que había dicho.

—No quiero sonar insensible pero tienes derecho a saber, ya lo sabía, me di cuenta hace bastante tiempo. 

No supe cómo responder a eso, ¿qué se decía en estos casos?

—No creas que estoy diciendo esto para burlarme de ti, lo menciono porque me parece que necesitas escucharlo —esperó a que agregara algo, lo cual no hice por obvias razones.

Enseguida continuó.

—Lo noté por la forma en la que a veces me observabas, o el trato que tenías en otras ocasiones.

Mi voz volvió a hacer acto de presencia.

—¿Por qué no dijo nada?

Me sonrió.

—¿Cómo hablarte de algo que no has tenido oportunidad de confesar?

¿Acaso estaba diciéndome que había esperado a que dijera algo para por fin aclarar las cosas?

Se puso de pie y se acercó hasta quedar a unos centímetros de distancia, levantó ambas manos y las posó sobre mis mejillas.

Aquello me hizo recordar en automático lo que una noche antes había visto entre ella y el pelinegro, por lo que mi primer instinto fue alejarme, aunque ella no se alejó.

Enseguida pude sentir aquellas manos limpiar con suavidad mi rostro.

Ah, ahora lo entendía... ella simplemente estaba secando mis lágrimas.

—También se que ayer viste lo que sucedió entre Levi y yo.

Aquello me hizo observarla con temor, seguramente recibiría un regaño por husmear donde no debía.

—No pongas esa cara, sabes bien que no tengo nada contra ti.

Dejé escapar la respiración que había estado conteniendo.

Y luego me abrazó, todo esto fue tan repentino como la personalidad misma de quien lo hacía, no pude devolver el abrazo de inmediato por la impresión que me supuso todo el desarrollo de esta conversación por lo que con ambas manos a mis costados, esperé con calma a que ella decidiera explicar que estaba sucediendo.

La pared que me encontraba observando nunca antes me había parecido tan interesante.

Pasados algunos minutos, finalmente mi respiración se reguló, ella continuaba abrazándome.

—¿Te encuentras mejor?

Preguntó muy cerca de mi oído derecho por lo que no pude evitar el escalofrío que me recorrió el cuerpo antes de responder.

—Sí, estoy mejor, gracias.

Era bastante obvio el desenlace de esta historia.

Ella terminaría rechazándome, por supuesto, ¿quién querría a un simple ayudante como yo, teniendo a la persona más capaz de la Legión de Reconocimiento interesada en ti?

—Ey, deja de pensar en lo que sea que estes pensando, ¿quieres?

Finalizando aquel abrazo, se alejó mientras me observaba meticulosamente.

—¿Cómo? —pregunté con elocuencia.

Me sonrió.

—Tu respiración comenzaba a ser irregular de nuevo.

Asentí, confirmándole que entendía a que se refería.

No tenía la fuerza para continuar con todo esto, había sido demasiado desgastante para mi.

—¿En que pensabas? —preguntó tomando mi mano derecha entre la suya, mientras hacía círculos con su pulgar en el dorso de la mía.

Apreté los labios fuertemente antes de mirar hacia el techo, mis lagrimas nuevamente me nublaron la vista, por eso mismo antes de que mi garganta decidiera cerrarse una vez más y me impidiera hablar dije.

—¿Por qué se fijaría en alguien como yo teniendo al capitán Levi?

Aquello pareció no haber sido de su agrado ya que soltó un gruñido de molestia.

—Quiero que entiendas una cosa, se que no tengo que explicártelo pero tampoco me siento cómoda dejándote con esa idea en mente.

Enseguida me indicó que tomara asiento y se posicionó frente a mi, lista para explicar a lo que se refería.

—Hay cosas que pasan a segundo plano cuando te encuentras con alguien a quien quieres más que solo de forma amistosa, están ahí pero no son lo más importante, por ejemplo de donde vino, las cosas que ha hecho, lo que significa para la legión. Son cosas que aunque tienen bastante valor para los reclutas y la población en general, lo son para mi pero no de la forma en que te imaginas —tomó aire ruidosamente y continuó—. Se quien es, y lo que ha aportado para nuestra sociedad, pero para mi lo más importante es él, Levi, no el capitán Levi, o aquella persona que todos temen y admiran por su fuerza.

Me observó para saber si seguía con ella, si continuaba poniendo atención.

Asentí para hacerle saber que así era.

—La persona detrás de todo, no únicamente los logros que ha tenido —mencionó mientras movía sus manos al ritmo de sus palabras—. Sus intereses, y ambiciones personales, la forma en que se preocupa por los demás, como me hace sentir y la comodidad que siento cuando estoy con él.

Suspiró ruidosamente, sabía que estaba por terminar aquel discurso.

—Creo que eso es lo más importante.

La observé intentando procesar todo lo que había dicho.

Me había dado más razones de las que había siquiera llegado a pronunciar, estaba demasiado ensimismado por todo.

Mis sentimientos, los suyos, los de Levi...

¿Era difícil de creer que alguien como él pudiera darle todo lo que ella necesitaba?

Por supuesto que no, él al igual que todos nosotros era un ser humano, con necesidades y problemas, pero que simplemente olvidábamos mencionar ya que sus hazañas resultaban ser más abrumadoras que su persona.

Olvidábamos a Levi, ocultándolo debajo de sobrenombres honorables e impresionantes, de títulos inalcanzables para una persona promedio.

Ella tenía razón, por algún motivo a medida que ganó fama nos olvidamos que él también podía sufrir, llorar, perderse en algún problema por no encontrar la solución.

Todos pensábamos que era una persona perfecta (sin mencionar el malhumor), y olvidábamos el resto.

Lo entendía.

Ella había encontrado en él lo que había estado buscado, y me gustaba pensar que él también lo había encontrado en ella.

Hange era una maravillosa persona, sin títulos o con ellos, era alguien inigualable.

Fue entonces que finalmente comprendí a lo que ella se refería...

El como la veía yo, tan humana, tan centrada y enfocada, amable, por ser tan apasionada con aquello que le interesaba, eso y más me hacía pensar que ella era simplemente la mejor persona dentro y fuera de las murallas, por su personalidad, por cómo trataba a todos, por eso y mucho más.

Ella veía de la misma forma a Levi.

Suspiré y por primera vez en el día no fue de cansancio o nerviosismo, me sentí ligero al dejar salir esa exhalación.

—Lo entiendo, me tomó algo de tiempo pero creo que finalmente lo entendí —dije mientras mi mano libre se posó en la suya.

Ella me regaló una sonrisa más radiante que la anterior.

—Tu semblante cambio, por supuesto que lo entendiste.

Si continuaba sonriéndome de esa forma sería mucho más difícil para mi el intentar deshacerme de lo que sentía por ella.

—Gracias por explicarme, aunque no tenía porque hacerlo.

Se puso en cuclillas, y me miró con cuidado desde aquel lugar.

—No quería que esto terminará de la peor manera, eres alguien a quien aprecio mucho, y como te dije antes no es que tuviera que explicártelo, pero quise hacerlo para que pudieras entender mejor todo esto —hizo una pausa para observar la puerta del laboratorio—. Se que será difícil pero estoy segura de que todo lo que sientes por mi será devuelto de la misma forma cuando encuentres a la persona indicada.

Ya no sentía toda aquella maraña de sentimientos y sensaciones desagradables, las ganas de vomitar, de huir, todo había logrado calmarlo ella con una simple charla.

Aunque había sido rechazado de la forma más sutil posible, aquello no se sentía como me lo imaginaba.

Creía que la mejor manera de lidiar con todo sería retirándome de este estilo de vida, porque sería demasiado hiriente el ver todos los días a la persona por la que sentía algo más que aprecio, demostrarle eso mismo a alguien más.

Pero siendo más objetivos, sería un privilegio aún mayor el poder verla feliz, no de la forma en que antes lo era, si no viendo aquella chispa de vitalidad que antes había notado en ambas personas.

De eso se trataba todo.

Al parecer siempre estuvo ahí, fue solo que mis sentimientos por ella me impidieron verlo con la claridad con la que ella me confesó todo aquello.

Me puse de pie, esperando a que ella al igual que yo se incorporara.

—Le agradezco esta charla, y espero que ambos sean muy felices, en verdad, creo que se lo merecen.

Volvió a sonreírme de esa forma tan suya, y me abrazó por segunda vez.

—Gracias por entender, yo... ambos te deseamos lo mismo.

Esta ocasión si que me permití abrazarla, sabía que momentos así podrían llegar a repetirse en el futuro pero jamás bajo este mismo contexto.

Y luego caí en cuenta.

—¿El capitán Levi sabe de?...—guarde silencio haciendo una clara referencia a mis sentimientos por ella.

Se separó ligeramente de mi antes de decir.

—Por supuesto, ¿quien crees que se dio cuenta que estabas viéndonos por la ventana ayer?

Sentí algo frío recorrer mi cuerpo, ¿y si estaba molesto?

Hange comenzó a reír.

—¿Acaso intentara golpearme? —pregunté aún en shock por la sorpresa de todo lo que acaba de escuchar.

Su risa continuó por varios segundos más, por lo que espere un momento a que volviera en si.

—Por supuesto que no, no tienes que preocuparte por él, aunque está consciente de lo que sientes por mi, no creo que te guarde rencor o algo parecido.

¿Cómo estar seguros?

¿Aún era buen momento para arrepentirme y abandonar mi puesto en la legión de reconocimiento?

—Te veo muy nervioso, entonces debemos tomar medidas drásticas —creo que la mirada que me dedico había sido como para pedirme autorización de algún tipo pero no sabía que quería de mi, por lo que permanecí callado.

—Levi, entra por favor.

Aquello me hizo salir de aquel abrazo tan pronto como me fue humanamente posible, si antes me sabía pálido ahora mismo todo el color seguramente había desaparecido de mi cuerpo.

—¿Qué fue lo que le hiciste?, ni siquiera han pasado más de veinte minutos —mencionó el pelinegro mientras cerraba la puerta detrás de si nuevamente.

Y yo solo podía pensar, por favor no la cierre, déjenme por lo menos tener la oportunidad de correr.

La vida era injusta, ahora seguramente tendría que salir por la ventana. 

Mi nerviosismo estaba de vuelta de una forma que no había imaginado antes.

—¿No te cansas de provocar traumas en las personas? —aquello le arrancó una carcajada a Hange quien únicamente se limitó a pasearse por el laboratorio rodeando con ambas manos su torso debido a la risa.

Y ahí se encontraba de nuevo, la chispa en su semblante, en la forma en la que lo miraba, y al girarme para a observar al capitán descubrí esa misma chispa pero ahora de cerca.

Era tan dolorosamente obvio que me sentí de lo más estupido por no haberme dado cuenta antes.

Una minúscula sonrisa incluso acompañaba aquella expresión de ensoñación cautelosa en el rostro de Levi.

Cualquier desearía tener algo como lo que ese par de personas tenían, fuera lo que fuera.

Y casi sin darme cuenta mis nervios habían comenzado a ceder, dándome oportunidad de admirar el como ciertamente está relación había terminado floreciendo.

—Me da gusto verlos tan felices.

Dije sin siquiera pensarlo, simplemente aquel pensamiento no pasó de antemano por la parte lógica de mi cerebro, simplemente lo dije.

Ambos se giraron de inmediato para observarme con detenimiento.

—¿Gracias? —dijo él, y aquello me sonó tan extraño como hilarante.

Entonces supuse que debido tanto al nerviosismo como a aquella forma de mencionar aquella resolución de parte del capitán Levi, fue que terminé riendo ligeramente.

Toda esta situación para alguien externo seguramente más que extraña, sería imposible.

Negué sacudiendo mi cabeza, Hange tenía razón, el capitán podía llegar a ser gracioso si se lo proponía.

Y luego con la misma resolución de saber que en algún momento de todo esto lo que sucedió ayer saldría a relucir fue que decidí terminar antes con aquello que tanto estrés estaba causándome.

—Me disculpo por entrometerme en algo que no debía, estaba tan ocupado debatiéndome que podía hacer que decidí ignorar todo lo demás, les pido a ambos que me disculpen por haber sido tan entrometido el día de ayer/hoy por la madrugada.

Hange hizo un movimiento de manos, restándole importancia al asunto.

—No hace falta que te disculpes, después de todo la curiosidad...

—¿Mató al gato? —finalizó Levi, contemplativo, observando el exterior a través de la ventana abierta del laboratorio, misma donde anteriormente yo me había mantenido oculto.

Me quedé estático, creyendo que finalmente así es como terminaría mi vida, pero después Hange intervino de nuevo, sin darle ni un segundo pensamiento a lo que había mencionado Levi.

—Como te decía, la curiosidad sabes bien que es algo innato dentro del ser humano, así que no veo el porqué de tu disculpa.

Vi a Levi asentir lentamente a mi lado derecho, aún sentía que en cualquier momento podría cambiar de opinión y de buenas a primeras terminaría noqueándome.

—Relájate, no voy a hacerte nada —se encogió de hombros—. No tiene nada de malo tener curiosidad, solo no dejes que ese hábito tuyo saque lo mejor de ti o podrías terminar involucrado en cosas en las que no quieres estar.

Y soltó un bufido mientras miraba a Hange, ella únicamente respondió haciendo una expresión de burla, seguramente recordando algo que por curiosidad habían terminado descubriendo.

Aquello no había sido una amenaza, después de analizar su comportamiento... Levi estaba intentando ser gracioso para que no saliera corriendo.

Le sonreí.

—Tomare muy en cuenta su consejo, capitán.

Hange suspiró y soltó una risita, Levi asintió de nuevo (¿era más fácil para él comunicarse con gestos o algo así?) y luego mencionó como si nada de todo este drama hubiese ocurrido.

—¿Acaso no piensan ir al comedor? —se cruzó de brazos observándonos a ambos antes de continuar—. He estado esperando que muevan sus traseros desde hace más de media hora, así que no volveré a repetirlo.

Reí nerviosamente mientras me giraba hacia la salida, no había forma de ganar una discusión de ese tipo, por lo que nuestra mejor opción era acatar la orden indirecta que había dado.

—Ya vamos, que insoportable eres —mencionó Hange detrás mío quejándose falsamente.

Y finalmente abandonamos el edificio rumbo al comedor.

Me aleje un par de pasos de ellos para poder terminar de entender lo que había pasado, y que al final, esto no había sido para tanto, si tan solo hubiese tenido el valor de hablar antes todo esto se hubiese resuelto a la brevedad.

En fin, no había forma de saberlo hasta que ya estaba hecho, por lo que no tenía sentido darle tantas vueltas al asunto.

Había quedado en buenos términos con ella, con él, mi trabajo dentro de la legión seguía intacto, y aunque sabía que los sentimientos que tenía por ella no eran recíprocos esperaba que lo que había mencionado en el laboratorio fuera cierto.

Que algún día encontrará a alguien que sintiera lo mismo por mi, y no terminara siendo unilateral como en esta ocasión.

Ese sentimiento de insatisfacción dentro de mi no estaba ni cerca de irse pero era mejor dejar todo en claro, así nadie (yo sobretodo) se hacía ideas equivocadas.

Aspire con fuerza y luego exhale observando el horizonte, los tonos  naranjas y rosados en la lejanía parecían sacado de algún lugar irreal, pero no por eso dejaba de ser una vista hermosa. Fue hasta ese momento que me di cuenta que había pasado toda la mañana devanándome los sesos pensando en que terminaría haciendo con toda esta situación, y bueno había pasado ya la mitad del día, ya estaba a punto de caer la noche... vaya que rápido pasaba el tiempo.

Di un último vistazo por encima de mi hombro, topándome de nuevo con ambos, discutiendo de solo ellos saben que cosas, y esa mirada que compartían te hablaba con mayor claridad de lo que sentían el uno por el otro, no era necesario escucharlos mencionarlo en voz alta.

Ambos me miraron, Hange me sonrió y Levi únicamente levantó una ceja, como preguntando si necesitaba algo, negué y les devolví la sonrisa.

Si ese par se proponía algo seguramente nadie podría contra ellos, ya fuera algo bueno o malo... era una buena noticia que los dos resultaran estar del mismo lado.

Reí un poco a causa de ese pensamiento y sin más entré al comedor.

¡Se acabó!

Eso estuvo demasiado largo, no se si al final me di a entender con tanta cosas que pasaron en diferentes puntos de este one shot.

La verdad es que si me gusto como quedó, en cualquier caso su opinión también es importante, cuéntenme, ¿qué les pareció?

Quejas/sugerencias: aquí

Muchas gracias por su paciencia y dedicación conmigo ❤️

¡Todos aman los votos y los comentarios!

Bye, bye ✌🏻

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