Hobi's POV
- Hyung... Hyung... ¿Estás despierto? - Sentí como sacudían mi hombro y poco a poco mi conciencia comenzaba a hacerse presente.
- ¿Koo? - Bostecé.
- Hyung, ¿Cómo hago un desayuno cool? - preguntó mi amigo sin dejar de sacudirme, aparentemente muy comprometido con la causa de despertarme.
- ¿Qué? - Pregunté aún no entendiendo qué pasaba.
- ¿Cómo hago un desayuno cool para Tete? - Me sacudió con más énfasis.
- Y yo que sé - Gruñí y me di vuelta quedando boca abajo y tapándome por sobre la cabeza con la suave manta que Luz me había tejido.
- Pero quiero sorprenderlo, hyung, y contigo aquí creo que no podría disfrutar tanto del tipo de sorpresa que en realidad quiero darle - Y sin más se arrojó de pansa sobre mí - Así que, ¿Cómo hago un desayuno cool? -
- Sabes, esta es mi casa también, y ustedes están en el piso de abajo, no se escucha nada desde aquí - Suspiré - Cierra la puerta y ve a hacer lo tuyo, y dejame dormir un rato más - No hizo el más mínimo atisbo de moverse, así que me resigné - ¿Qué hora es? -
- Es que no es lo mismo, hyung, además prácticamente vives con nuna, y sabes que no podemos ir a la casa de Tae, ¿Qué te cuesta irte cuando te lo pido, eh? No seas malito - comenzó a picarme con sus dedos.
¿Qué había pasado con mi amigo al que le cuesta levantarse y quién era este engendro del demonio que no sabe hacer desayunos?
- Pues me lo pides a diario, niño malcriado - Enterré mi cara entre las almohadas, ya estaba irremediablemente despierto.
- ¡Obviamente! ¿Has visto lo hermoso que es mi hombre? - Preguntó rolando y acostándose boca abajo a mi lado, sobre el duvet que en algún momento de la noche había hecho a un costado por el calor.
- Sí, sí, muy bonito, y recuérdame, ¿Por qué estás en mi cama y no en la tuya con él? - Suspiré con sentido sarcasmo.
- Hyung, quiero pedirle que sea mi novio. Formalmente, digo. Aquí hacen eso creo, como que no lo dan por sentado como nosotros cuando pasan mucho tiempo juntos y son exclusivos. ¿Cómo se lo pediste a nuna? - Soltó, sin la más mínima intención de dejarme en paz, con el mentón apoyado en sus palmas y moviendo los pies en el aire cual colegiala de película.
- Yo le dije que quería casarme con ella el día que la conocí - Sonreí - y honestamente en ese entonces no sabía que debía pedírselo, así formalmente como tu dices. Simplemente la llamé mi novia, y ya... Creo que no fue muy romántico de mi parte - Suspiré
- Yo si quiero ser muy romántico hyung, Tete es tan tierno, me hace querer ser la mejor persona del mundo para estar con él - Sonrió Jungkook y estoy bastante seguro de que si mirara con atención vería pequeños corazoncitos saliendo a chorros de sus pupilas.
- Lo que me lleva de vuelta a mi pregunta, ¿Qué haces en mi cama? - Bromeé, mientras me sentaba y desperezaba, dejando caer la manta que me envolvía.
- Pues logrando mi objetivo, claramente - Sonrió victorioso - Ya que te levantaste, ¿Por qué no vas a sorprender a nuna, o algo así?-
- ¿De verdad vas a seguir echándome de mi propia casa? - Lo miré mal, fingiendo estar sumamente ofendido.
- N u e s t r a - Enfatizó con ambas manos - Nuestra casa, hyung, y solo hasta que Tete se sienta suficientemente seguro y tranquilo. Ya fue un gran paso para él besarme anoche cuando vimos Avengers los 3 juntos -
- Okay, pero solo porque te amo, niño malcriado. Y porque prefiero estar con Luz que contigo - Finalmente me levanté para terminar de desperezarme y escuchar el delicioso crujido de mi espalda el estirarla.
- ¡Ay, hyung! Tápate, ¿quieres? - Exclamó Jungkook tapándose los ojos ante mi desnudo trasero.
- Claro, claro, no actúes como si te gustara lo que ves, mocoso - Me di una nalgadita haciéndonos reír - Y fuera de mi habitación, me daré una ducha.
- Gracias hyung, te amo, eres el mejor - Chilló y se levantó como un rayo.
- Lo sé, lo sé, me debes unas cuantas - Grité, pero fue en vano, Kook ya se había ido.
Era una soleada mañana de sábado, el frío de Diciembre se hacía sentir, pero la cálida luz del sol le hacía frente resguardándome de la gelidez en lo que caminé las 7 cuadras hasta la casa de Nam.
Le había escrito al terminar mi rutina de skincare para ver si tenía ganas de tomar un café, y me dijo que sí, pero que como Jin y Luci tenían su club de tejido él debía quedarse en casa chequeando que el pavo no se quemara. Énfasis en chequeando, porque según la foto del post it que había adjuntado a la charla a modo de evidencia, solo debía prender el horno a 180 C y chequearlo, pero tenía terminante prohibido tocar el ave, porque nadie quería que se repitiera el incidente de 2012.
Me pregunté a qué se referiría Jin con eso, riendo porque sé de sobra que mi hermano es un desastre en la cocina.
Por problemas de organización terminamos celebrando thanksgiving por separado, pero Jin y Luz propusieron Friendsgiving para el fin de semana siguiente, lo cual nos trae al presente y a mi dedo presionando el botón del timbre del chalet con vista directa al bosque que es el hogar de Joon, Jin y Julie.
Nam me recibió con su sonrisa de hoyuelos, pantalones de chándal gris y remera blanca, ligeramente despeinado. Era evidente que acababa de salir de la cama.
- ¿No tenías que prender el horno a las 10 en punto? - Pregunté, quitándome el calzado en la entrada - ¿Y no se suponía que hoy todos nos vestiríamos, y cito, "con colores otoñales? - Dije haciendo comillas con mis dedos y señalando mi outfit perfectamente elegido para la ocasión y la consigna.
- Amigo, hay pocos sábados donde puedo quedarme en la cama haciendo nada. Julie se fue con Jin y Luz al club de tejido, ¿Tu crees que 45 minutos hagan la diferencia en un pavo de ese tamaño? - Preguntó como si nada, señalando hacia la cocina con su pulgar.
- Lo que creo es que van a matarnos si ese pavo no está listo para la hora de la cena - Respondí entre risas.
Nos dirigimos a la cocina, finalmente prendiendo el horno, para luego ponernos a hacer el café y charlar un largo rato.
Me encanta venir a la casa de Nam. Es sumamente cálida, un auténtico hogar de familia. A Jin le gusta crear pequeñas galerías fotográficas en cada rincón, y ni hablar del altar de logros de Julie junto a la chimenea, que es como una exposición de museo que se cambia mes a mes para mostrar lo que ha aprendido su hijita, sus dibujos, y tonterías tiernas, sus nuevos sueños y las palabras de niña grande que están a cargo de su tía. Mi Luz.
La cocina no se queda atrás, junto a la puerta que da al jardín hay una tabla amurada a la pared, hermosamente pintada con flores de cerezo, que relata todo el crecimiento de Julie, año tras año, desde que pudo pararse por sí sola para que la midieran.
En la heladera tienen el calendario de actividades de toda la familia, y el organizador semanal de tareas de los 3, que no solo incluye las típicas cuestiones organizativas del hogar como lavado de platos, sacado de basura y compras, sino también cosas como "elegir película para el día de películas", "probar nueva receta" y "fiesta de té de princesas".
Y el rincón de berrinches, un espacio que intentó ser zen para cuando Julie recibía un castigo, como toda niña pequeña no quiere hacer caso en ocasiones, pero que honestamente parecía más un depósito de juguetes que un área para pensar.
No pude evitar preguntarme si así se vería mi casa algún día. Yo definitivamente quería tener hijos, siempre había sido mi deseo, pero aún no lo había hablado con Luz.
Porque tienes que calmarte, por eso no lo han hablado aún.
Realmente nunca me había sentido así, y creo que algo de mis pensamientos se vio reflejado en mis ojos, porque mi perspicaz amigo no tardó en darse cuenta de que me había perdido en mis pensamientos y no estaba prestando la más mínima atención a lo que sea que me estuviera diciendo.
- Wow, realmente estás enamorado, hermano, jamás te había visto así - Soltó sonriendo, llevando su segunda taza de café hacia sus labios.
- ¿Qué? - Intenté disimular sorbiendo audiblemente, pero sin sentido.
- No te hagas, se te ve en cada poro. Es ridículamente tierno. Quisiera que en mi caso también hubiera sido así, pero la timidez me hizo perder mucho tiempo, y ciertamente hizo enojar a Jinnie en su momento - Comenzó a reír.
- ¿No crees que es muy pronto? - Pregunté tímidamente, apoyando mi taza sobre el mármol de la isla.
- ¿Quién dice cuándo es muy pronto o muy tarde para algo tan transformador como el amor? - Reflexionó con voz seria - Nadie es quien para decir que tus sentimientos no son válidos por algo tan simple como el tiempo, sobre todo a nuestra edad. Ya has experimentado, has amado, has roto y te han roto el corazón. Te perdiste, te encontraste y te construiste a ti mismo para ser quien eres hoy en día. Creciste y sobre todo maduraste, así que no creo que fueras a tomar un sentimiento tan importante a la ligera. Sí, bueno, tal vez es poco tiempo AHORA, pero eso es lo bueno del tiempo, si juegas bien tus cartas se acumula a tu favor -
- Es que no puedo evitar tener el temor de que si lo digo ahora o si simplemente lo admito en voz alta, Luci va a salir corriendo espantada, porque sueno como un chiquilín enamoradizo con poco criterio o peor, un charlatán que solo quiere jugar con ella, o un no sé qué...- Suspiré encorvando los hombros.
- Creo que primero deberías hacer las paces con tus sentimientos. Aceptarlos y abrazarlos. Ponerles palabras. Y recién después decírselo a ella. Aunque estoy bastante seguro de que ya se dio cuenta, campeón - Me palmeó la espalda.
- ¿Y cómo hago eso? - Pregunté, pero antes de que Nam pudiera responder, la puerta delantera se abrió, y desde el recibidor llegó la voz de Jin con un "¡Amor, llegamos!"
- ¿Prendiste el horno como te pedí? - Preguntó mientras entraba a la cocina e iba directo a pararse entre las piernas de Namjoon, que como yo, estaba sentado en una de las banquetas de la isla.
- ¡Sí, claro! ¿Por quién me has tomado, guapo? - Preguntó Joon, abrazando a su esposo por la cintura, y metiendo sus manos por debajo de su sweater, masajeando su piel.
- Mmm, tal vez por alguien que quiere ser castigado hoy a la noche - Respondió Jin sobre sus labios, besándolo sensualmente, enredando sus dedos en su oscuro cabello.
- Una cosa no impide la otra - susurró Nam sonriendo ladino, y me di cuenta que estaba de más ahí.
- ¿Y Julie? - Pregunté, aclarándome la garganta.
- Hobito, hola, no te vi - Dijo Jin sin separarse de Nam, pero finalmente volteando a verme - Las chicas están afuera, quieren recoger no se qué para armar un arreglo para usar de centro de mesa. Les dije que no hay problema con eso, pero que no quiero mugre en mi casa -
- Genial, iré por ellas - Me levanté de un saltito.
- Gracias, y entretenlas un rato, ¿quieres?, Necesito un rato con mi grandulón - Reí, dirigiéndome hacia el frente de la casa - Parece que no tendrás que esperar hasta la noche después de todo. Ese horno no se prendió a las 10, a mi no me engañas - Escuché a Jin decir en lo que llegaba a la puerta.
Me calcé las zapatillas y la campera, acomodé mi gorro de lana y salí. Por suerte no tuve que buscar demasiado, Luz y Julie estaban a unas casas de distancia, contemplando las piñas de un árbol y conversando de algo que no logré distinguir.
Las observé un rato, nada espeluznante de mi parte, admirando lo hermosa que se veía su relación. Luz es pura sonrisa cuando está con Julie, y la pequeña no se queda atrás, buscando todo el tiempo abrazos y elogios de su tía. Realmente tienen una relación entrañable.
- ¡Tío Hobi! - Gritó Julie corriendo hacia mi con los brazos abiertos esperando que la levantara cuando saltó a pocos pasos de mi.
- Hola, princesa, ¿Qué tal el club de tejido? - Pregunté besando su pelito que estaba peinado en dos trenzas, sin duda alguna obra de mi novia.
- Super aburrido como siempre, pero las señoras me dan golosinas y la abuelita Ruth tiene un perrito bebé muy lindo, se llama Copito y me dejaron jugar con él -
- Jin creyó que Joon se merecía dormir un rato más - Agregó Luz acercándose sonriente. Fui directamente a sus labios, deseoso de probarlos como si fueran un oasis y yo un hombre que ha vagado por el desierto por demasiado tiempo.
- Wácala, besos de adultos, bájame tío - Chilló Julie pataleando y haciéndonos reír. La dejé en el suelo y salió corriendo a ver el árbol de las piñas otra vez.
- Buen día, bonita - la abracé.
- ¿Qué haces por aquí tan temprano, guapo? Se supone que nos reuniríamos aquí a la hora del partido - Preguntó besando la punta de mi nariz.
- ¿Qué, acaso no estás feliz de verme? - Hice un puchero.
- Siempre. De hecho, cada vez te extraño más cuando no estamos juntos - Sonrió.
- No se lo vayas a decir a Kook o seré definitivamente expulsado de mi casa - Ambos soltamos carcajadas y tomándonos de las manos comenzamos a caminar hacia donde estaba la pequeña.
- Tal vez debería darte esto - Dijo sutilmente sonrojada Luz, sacándose del bolsillo una llave con un llaverito tejido en forma corazón , y estoy bastante seguro de que mis latidos se detuvieron por completo - Hice la copia hace una semana, pero no estaba muy segura de cuándo dártela, o de si la querrías... Tal vez es mucha responsabilidad, pero quería que al menos existiera la opción, ya sabes, por si Kookie necesita la casa, o, emm... me extrañas mucho... o no se... - Su sonrojo fue aumentando de intensidad, mientras su volumen disminuyó.
- Me haces tan feliz - Dije y la abracé con toda la ternura de la que fui capaz. Nam tiene razón.
- No tienes que aceptarla si te parece demasiado, claramente no es una obligación, y si crees que no estamos listos para algo así, s... - La corté con un beso, sabiendo muy bien que estaba sobrepensando toda la situación.
- La acepto con mucho honor, amor. Gracias, de verdad. No tienes idea de lo que esto significa para mí. - Le aseguré.
- ¿Seguro? -
- Es una respuesta - Sonreí.
- ¿Una respuesta? - Giró su cabeza hacia un lado, no entendiendo mi enigmática afirmación. Es la respuesta a la pregunta que hasta hace un rato no sabía que me estaba haciendo.
- Tiaaaaa, quiero esas - Gritó Julie, rompiendo la burbuja. Por suerte y por desgracia, creo.
- Voy, corazón - Respondió, y se dirigió a ayudar a la pequeña.
Un rato después, cuando todos los elementos habían sido seleccionados y recolectados, tuve que encontrar una forma apropiada para decirle a Luz que nuestros amigos necesitaban un rato para ellos, y gracias a eso terminamos yendo a almorzar algo ligero a su casa.
Estrené mi llave con mucha emoción y ayuda de Julie, que no entendía muy bien por qué mis ojitos se pusieron vidriosos una vez que entramos. Luz me besó con tanto sentimiento cuando se dio cuenta, que estuve un buen rato intentando recuperar el aliento.
De más está decir que no quise soltarla por un buen rato, no importa cuán incómodo fuera caminar abrazándola por detrás.
Creo que verlas cocinando juntas es una de mis actividades favoritas. Es caótico y a la vez mágico. ¿Quién diría que para hacer un par de sándwiches podían usarse tantos utensilios y tardarse casi una hora?
Y sí, fue de los mejores sándwiches que he probado. Definitivamente valió la pena la espera y la pila de cosas para lavar, porque como corresponde, si alguien cocina para tí, lo mínimo que puedes hacer es lavar lo que ha usado.
No sé bien cómo, terminé sentado en el suelo del jardín de invierno de mi novia, entre un mar de craft supplies, diseñando un centro de mesa para la cena. Aparentemente tanto Luci como Julie se tomaban muy en serio sus momentos de creatividad, y lo hacían con una armonía que no dejó de sorprenderme, sobre todo siendo Julie una niña aún muy pequeña. Sabía expresar muy bien sus ideas y entendía y seguía a la perfección las reglas que su tía había puesto, como que la tijera de princesa grande solo la podía usar Luz, y cuándo le pregunté me dijo que ella tendría la suya propia cuando creciera.
En torno a las cuatro de la tarde, después de que Luz y Julie seleccionaran su outfit para la velada, la pequeña durmiera una pequeñísima y muy necesaria siesta en su habitación, y mi novia y yo compartiéramos unos besos subidos de temperatura que no pasaron a mayores, volvimos a la casa de Nam y Jin. Para sorpresa de nadie, Nam lucía extremadamente relajado, Jin brillaba, y la casa olía de maravilla.
Mientras Luz y Jin preparaban guarniciones y decoraban el postre, Nam y yo nos dedicamos a ver televisión un rato, mientras Julie dormía otra pequeña siesta usando el regazo de su padre como almohada.
Taehyung y Jungkook llegaron a eso de las cinco, justo cuando estaba por empezar el partido que veríamos. Kook tardó pocos segundos en acomodarse en el regazo de Tae, quien insistió, sin éxito, en que había suficiente espacio para sentarse en los sillones. Kook solo se mofó de él, le plantó algunos besos para callarlo y se puso a conversar con nosotros extremadamente feliz. De más está decir que dijo la palabra "novio" cada 30 segundos, manteniendo a Taehyung en un sonrojo permanente que enmascaraba su pequeña y tímida sonrisa.
A las 6 el timbre volvió a sonar, y suponíamos que era Jimin anunciando su llegada, pero para mi sorpresa, cuando me acerqué a abrir, allí estaba también Yoongi, que jamás había confirmado su asistencia.
- ¡Hola chicos! - Saludé plácidamente sorprendido.
- Hola. - Contestó secamente Jimin y pasó a un lado mío a toda velocidad, en dirección a la sala de estar.
- ¿Y a este que le pasa? - Pregunté sin entender.
- Creo que no le gusta cuando no se sale con la suya - Respondió Yoongi, con una sonrisita que no supe cómo interpretar y entró a la casa.
Me reí por el sinsentido que acababa de presenciar. ¿Yoongi y Jimin se conocían?. Técnicamente no me sorprendió, pues Jimin es uno de los mejores amigos de Luz, pero no tenía idea de que fueran cercanos como para venir juntos y que uno se burlara del otro.
La noche fue de las más divertidas que recuerdo. Buena compañía, exquisita comida, ambiente alegre y cómodo.
¿Qué más podía pedir?
Estuve muy cerca de Luz toda la noche, tal vez incluso más de lo usual, y eso ya es mucho decir. Y es que simplemente no conseguía alejarme. Estaba hipnotizado, en un limbo entre mis pensamientos y la maravillosa realidad. Cada cosa que hacía, cada cosa que decía, era simplemente fabulosa. Graciosa, tierna y tan pero tan hermosa. El sueño que no sabía que tenía y estaba ahí. No solo era real, era más de lo que podría haber pedido.
La vi discutir con Jin respecto de la mejor forma de conservar las sobras y estaba totalmente embobado, como si esa conversación fuera lo más fascinante que hubiera oído. Nada tenía sentido, y a la vez todo lo tenía.
La acompañé a acostar y contarle un cuento a Julie, y me lo terminó de confirmar.
Nos tomamos de las manos como siempre para volver caminando a su casa, y su calor me lo aseguró.
La abracé cuando nos estábamos quedando dormidos y sonreí. Lo sabía.
Todo a mi alrededor me lo gritaba. Solamente necesitaba decírmelo a mi mismo.
Estaba enamorado. Jodida e irremediablemente enamorado.
Y es lo mejor que me pasó en la vida.
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A/N
Espero que este capítulo un poco más largo de lo usual compense algo de mi larga ausencia. No puedo prometer actualizar pronto, pero haré todo lo posible porque la espera no se vuelva a hacer tan larga.
Feliz día del trabajador y la trabajadora, deseo con todo el corazón que puedan trabajar de lo que aman, que sus horas laborales le sumen valor a su vida y que su remuneración sea justa y les permita vivir digna y hermosamente.
Para quienes realizan tareas de cuidado y no reciben remuneración alguna por ellas, un reconocimiento especial: sus cuidados son la base que hacen que la sociedad toda pueda funcionar. Así que si no te lo han dicho hoy aún, gracias y feliz día💜.
Love,
Agatha🌈