Los peligros de confiar #1

By Lnr220

81.5K 6.2K 1K

Ella poseía un poder prohibido. Él poseía una conciencia inquieta. Ella no se permitía parecer débil. Él no... More

"Los peligros de confiar"
Prólogo
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26

CAPÍTULO 15

119 58 0
By Lnr220

No percibí que me encontraba en el bosque hasta que el sonido de los búhos que habitaban en las ramas de aquel lugar llegó a mis oídos. Era incluso más oscuro de lo que recordaba. Una especie de neblina cubría toda mi visión de un espeso color rojo. El aire de aquel sitio era distinto, respiraba con gran esfuerzo, cuando normalmente no necesitaba apenas esmerarme en conseguir aliento. Pero aún así, el oxígeno que entraba a mis pulmones parecía sucio, casi putrefacto.

Me sentí sola y abandonada por gente que ni siquiera había tenido nunca a mi lado. Observé cada recoveco que mis ojos iban alcanzando a medida que lograba reunir una imagen de trescientos sesenta grados de la estancia que me rodeaba.
Definitivamente era la única que me encontraba allí. No pude evitar sentirme minúscula y temer por lo que pudiera ocurrir a continuación. Mis sentidos se acentuaron al percibir el peligro. Cada sonido, cada color, cada olor, lo percibía con mayor rapidez gracias a la adrenalina del momento.

No, no, no. No podía ser, aquello no podía ser real. ¿Estaba siendo consciente de una pesadilla? Pero... pareciera que estuviera allí, en ese instante. Mis pies se amoldaban al terreno de la misma manera que lo habían hecho antes. Todo era tan... Tan creíble.
Estaba rodeada de inmensos árboles negros. La luz azulada de la Luna se proyectaba de forma directa en mi rostro, apartando el color rojizo de todo mi cuerpo.

Unas voces en mi mente comenzaron a susurrar cosas inteligibles y yo empecé a encontrarme más aterrada de lo que ya estaba. Podía notar cómo mi corazón amenazaba con salirse de mí.
Al principio esas voces no fueron más que simples cosquilleos, por lo que pensé que quizás era mi imaginación; la forma en la que mi mente me traicionaba, una vez más.
Sin embargo, después, esas voces aumentaron de volumen hasta terminar gritando desesperadamente.
Tapé mis orejas con fuerza, más el ruido no provenía de afuera, sino que habitaba dentro de mi cuerpo.
Asustada, apoyé las rodillas sobre la tierra y agité la cabeza. Mi respiración aceleraba sin control.

¿Qué debía hacer? ¿Dónde estaba Sam? ¿De verdad estaba soñando? ¿Iba a terminar así? ¿Después de tanto escapar, sería yo misma la que escribiría mi final?

—¡PARAD! ¡Parad por favor!—les imploré. Estaba al borde del llanto.

Estas no se callaron y siguieron taladrándome hasta que no pude más, entonces, en ese justo momento, pasó algo inesperado.
Conseguí cerrar mis ojos cuando cada centímetro de mi piel estuvo en contacto con la hierba fría. Quedé inconsciente, con mi mente completamente en blanco, cubierta por esa misma neblina que había encapotado el bosque. Ahora era incapaz de razonar, psicológicamente no estaba en ningún lugar, mi alma se encontraba volando hacia una estrella lejana...
Pero... Justo en ese ahí la vi. Vi una cuerpo incandescente que jugaba a ser perseguida por mi vista. Sus colores eran brillantes, eran... Buenos. No sabría decir por qué, pero en el fondo comprendía que aquella luz quería enseñarme algo, debía seguirla.
Empecé por intentar recomponerme de nuevo. Mis brazos volvieron a entrar en calor y a ser útiles otra vez. Los usé para impulsarme y erguirme. Alargué un paso, y así uno detrás de otro hasta que todos los árboles comenzaron a desaparecer y sólo habitó la negrura. Más ya no me sentía sola, aquella luz me ayudaba, aquella llama me daba calidez y provocaba calma en mi interior.
Perseguí a la chispa resplandeciente hasta la salida de un túnel, esperando encontrar la luz total mientras las voces se hacían más presentes cada vez que me acercaba al final de aquel trayecto.
Ahora más tranquila, y aún sin saber cómo, capté unas ondas exteriores a mis pensamientos.

—¿Qué haces?—preguntó alguien invisible. Su tono era suave y tranquilo. Fui capaz de interpretarlo como señal de inteligencia. Algo me decía que así era.

—¿Puedes oírme?—cuestioné en alto, pero nadie respondió.

—Lo mismo que hice con nuestra hermana.

Dos sombras de dos hombres distintos se trazaron sobre esa pequeña luz. Sin embargo, tan sólo eran oscuridad, no existían los colores en aquella imagen.
Proferí un agudo grito cuando lo comprendí, aquellas personas no podían verme por más aspavientos que realizara.

—No lo hagas R.

—Créeme, utilizaré las habilidades que nuestros padres nos brindaron para demostrar lo que valemos—se tomó su tiempo para tragar y añadir fríamente—¿Acaso no recuerdas cómo nos trataban? ¿Acaso no recuerdas la forma en la que nos menospreciaban diciendo que éramos monstruos?

Me concentré en escuchar la conversación y nada más.

—Era lógico que les aterráramos. La gente le tiene miedo a lo que desconoce. No saber la naturaleza de algo o alguien es no saber cuáles son sus puntos débiles o fuertes, lo que significa no ser consciente de cómo poder vencerlo—dijo el primer hombre. Este se mantenía sereno y erguido con elegancia. Su cuerpo estaba totalmente recto.

—No pueden vencernos.

—¿Y crees que matando a tu propio hermano conseguirás que todos te adoren?

—No quiero que me adoren, quiero que sufran por lo que nos hicieron pasar—observé cómo la mandíbula del segundo chico se tensaba.

—La venganza no es más que miedo disfrazado.

—No se trata de venganza, sino de luchar por mí. Tú eres demasiado débil como para combatir, eres demasiado débil como para enfrentarte a la verdad. Nos desterraron porque sabían que no podían derrotarnos. Eso es lo que hay que enseñarles, que nos son lo suficientemente dignos de hacernos esto a nosotros...¡Nosotros!—rió con pena.

—No puedes anclarte al pasado, debes afrontar todo lo que pasó, alejarte y construirte una nueva vida. Te entierras en tu dolor, y eso no sirve de nada.

—¿Te refieres a juntarse con humanos? Porque tengo entendido que tú sabes mucho de eso ¿No era cierto lo de que te habías casado con una mujer?

Esa frase provocó que el primer hombre hiciera un movimiento brusco. Ahora su mano estaba en el cuello del otro, agarrándolo con fuerza.
Pegó su boca a la oreja de su acompañante y susurró con suavidad y fiereza:

—Si te acercas a ella o me entero de que la buscas, me aseguraré de que no vivas para contarlo—oí su respiración, aún se mantenía tranquilo—. Será una muerte lenta y dolorosa.

La piel se me erizó. Aunque la amenaza no fuera dirigida hacia mí, la tensión y la ferocidad con las que decía aquellas palabras era realmente aterradora.
El hombre que se encontraba a su lado parecía reírse de él, incluso mantenía una mueca divertida.

La situación era confusa, sabía que eran dos hermanos. Sabía que ambos habían sufrido en el pasado. Lo que no entendía era por qué ambos hablaban de los humanos como si ellos no formaran parte de la raza.

—Tranquilo, ya sabes a por quién he venido. No tengo ningún interés en acercarme a esos repugnantes individuos—pronunció con asco.

El hombre apartó la mano de su cuello.

—Pronto descubrirás que los humanos pueden llegar a impresionarte.

—Definitivamente no mereces el poder que posees, de tu boca solo salen estupideces. Te han lavado el cerebro hermano, pero no te preocupes, yo me ocuparé de que no sufras más.

—Comprender que tú no siempre eres el que tiene razón no es sufrir. Al igual que tener dignidad no es lo mismo que ser orgulloso.

—Lo que hago, lo hago por dignidad. Para demostrarles que nunca debieron hacernos eso a nosotros. Nunca debieron subestimarnos.

—No. Lo haces porque eres demasiado orgulloso como para dejar que los otros te pisoteen. Planeas terminar con todos ellos para que vean que eres superior.

—Sería una mentira decir que no es así—añadió con seguridad—. Y ambos lo sabemos, sabemos que lo somos, ahora solo debemos hacer que ellos lo comprendan.—extendió la mano hacia su compañero—Ven conmigo hermano, ven y así no tendré que matarte, aunque sea muy tentador.

Este negó con la cabeza y fui capaz de percibir una pequeña carcajada con tono decepcionado.

—Mira, yo no soy una persona tan estúpida ni egoísta como para creer que todo lo que hago es lo mejor. Dudar es un signo de inteligencia, está claro quién de los dos tiene esa habilidad, R.

—¿Prefieres morir a reivindicar tus derechos? Sabía que eras un cobarde, pero no me creía tanto.

El otro hombre ignoró su último comentario—La forma que tú tienes de reivindicar es más una masacre que una exposición de ideas con sentido.

—¡¿No me digas que ahora tienes consciencia?!—rió con gracia—¡Vaya! Eso sí que no me lo esperaba.

—Me alegro de que siga sorprendiéndote.

—Desde luego—suspiró y revolvió su pelo.

—Hazlo ya.

—¿No intentarás evitarlo? ¿No intentarás evitar tu final?

Temí por lo que pudiera ocurrir a continuación. Ambos estaban a una distancia extremadamente pequeña, era bastante posible que estuvieran respirando el mismo aire de la estancia, aunque esta fuera mucho mayor que tan solo unos centímetros.

—No le temo a mi final—seguía aparentando del todo seguro. Sus palabras eran claras y explicaban sin rodeos lo que quería decir la persona que las ponía en boca.

—No te creo.

—Por una vez en tu vida créeme, R.

—No es necesario, ahora lo comprobaré yo mismo—me sorprendió ver que no hacía ningún movimiento brusco. Lo único que hizo fue sacar las manos que había mantenido escondidas dentro de sus bolsillos y posarlas en la cabeza del otro hombre.

Grité al ver que uno quedaba desplomado sin gracia sobre la gran negrura. Sin embargo, mi chillido fue acompañado por el de otra persona.
Observé al asesino pegar con un golpe seco las rodillas contra el suelo. Parecía enfadado cuando decía con los puños apretados:

—No puede ser. No puede ser. No puede ser...—cada vez que pronunciaba una letra su voz sonaba un poco más baja—No siento su poder. No siento nada.

Percibí que caía a un gran vacío cuando seguí el eco de su voz hasta la gran decepción de aquel criminal sin empatía. Me puse tensa al ver que no había fin. Estaba mareada y todo me daba vueltas. Noté que la niebla traspasaba mi cuerpo con facilidad mientras las ganas de vomitar aumentaban.

Gracias por leer y darle una oportunidad a esta historia.
Si te gustó me ayudarías mucho con tu voto.
También amo leer todos vuestros comentarios para saber qué opináis 🤎

Continue Reading

You'll Also Like

143K 19.1K 67
Sinopsis Tras encender el gas para perecer junto a quienes codiciaban la fortuna de su familia, Lin Yi transmigró a otro mundo, ¡y estaba a punto de...
39.1K 6.3K 35
Kim haji es un chico beta, su vida era relativamente corriente hasta que recibió un correo para volver su novela remake, se suponia que sólo era eso...
1.9M 183K 183
¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que de...
88.1K 6.1K 56
Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, princesa de Calanthe, próxima esposa de l...