COBRA KAI |Johnny Lawrence|

Por 0SCUR4

105K 7.8K 973

Es triste pensar que las personas que más amas, son las que más te mienten y lastiman. Pero la vida es así... Más

CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPITULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39 |FINAL|
COBRA KAI II

CAPÍTULO 35

575 43 2
Por 0SCUR4

Lucila Kreese.

Luego de haber tenido aquella breve despedida junto a Johnny, optó por levantarse del suelo de madera y salir corriendo hasta Encino.

Después de varios minutos corriendo, abrió la puerta de casa al llegar y pudo sentir las miradas de sus padres encima de ella. Pero no le dio mucha importancia, ya que subió las escaleras rápidamente.

— ¡Cariño! ¿Qué ocurre? — vociferó aquella mujer que se había hecho llamar su madre por mucho tiempo.

No prestó atención ni un segundo y cerró la puerta de su habitación con llave.

Lucila había caído en cuenta con la realidad en la que vivía.

Aquél chico que se había apoderado de su corazón y fue su primer, y único amor de toda su vida; la había decepcionado.

Su padre, había sido la peor versión de un hombre. Era un lobo disfrazado de cordero. Había roto su corazón muchísimo tiempo antes de que volviera y ahora.

Margarita parecía ya no conocerla, ni siquiera sabía cómo llamarla luego de haberse enterado que había vivido toda su vida en una vil mentira.

Daniel volvería a Newark junto a su madre y pronto la dejaría sola.

¿Qué podía hacer ella con todo éso maquinándole el cerebro todos los días? Desde que se acostaba, hasta que despertara.

Tomó una decisión y nadie podría con ella.

Quitó un gran bolso y comenzó a guardar sus cosas necesarias, prendas de ropa cómodas, zapatillas, y cosas de valor para empeñarlas.

Tenía el suficiente dinero disponible guardado cómo para sobrevivir un par de días.

Se marcharía y ésta vez para siempre.

No quería saber más nada con nadie.

Ni con los cobra kai, su padre, su madre y mucho menos con Johnny Lawrence.



La noche había caído y su plan comenzaba.

Abrió su ventana de par en par y dejó aquella nota encima de su cama que estaba tendida a la perfección.

Suspiró. Aquello era una locura, pero estaba convencida al cien por ciento.

Saltó por ésa ventana y se fue para siempre de allí, para jamás volver.





John Kreese.

Al día siguiente. Kreese golpeaba la puerta de la habitación de su hija sin tener una contestación.

Dejó el desayuno de disculpas a un lado en el suelo y comenzó a desesperarse por no tener respuesta alguna.

Golpeó fuertemente con su cuerpo, sin éxito en abrirla. Hasta que una patada mortal hizo que se partiera en dos. Dejándose ver una habitación completamente vacía.

Lo primero que vio, fue su cama tendida y luego la ventana abierta de par en par. Aquella ventisca, movía bruscamente las cortinas de tono rosado.

Se acercó rápidamente y se asomó hasta mirar el suelo. No había absolutamente nada.

Miró nuevamente la cama y ahí se encontraban varios pedazos de papel.

Eran cartas.

Para papá.

Para Johnny.

Para Piper.

Para Tommy.

Su corazón latía rápidamente y no podía explicar aquél dolor en el pecho, que parecía que sus pulmones colapsarían en segundos.

Intentó mantener la calma y abrió la carta que le correspondía.

Querido papá, o querido John Kreese, o Sensei. No sé cómo quieres que me refiera a tí, pero ésto no viene al caso.
Estamos aquí por algo que va más allá de tu sobrenombre, ésto se trata de mí y de tí. SÍ, así cómo lees.

Pido perdón por lo que estoy haciendo, tal vez ahora te encuentres haciéndote muchas preguntas de dónde pude ir. Créeme que jamás lo sabrás.

No me fui ni con John y mucho menos con Daniel a Newark.

A lo que iba... Hoy decidí irme para siempre, no quiero tener ningún tipo de contacto o relación con la persona que más daño me ha hecho en ésta vida.

Es increíble el daño que me has hecho. Ocultaste mi verdadera identidad y por más que intentara sobrellevarlo cómo pude, no me era suficiente.

Rompiste en mil pedazos mi corazón desde muy pequeña. Ahí fue cuándo entendí que no dejaría que ningún otro hombre lo hiciera. Ya que ni siquiera mi padre pudo cuidar mis sentimientos, mucho menos lo haría alguien desconocido.

Espero tengas buena vida, que intentes seguir con tu vida y el Dojo, al final y el cabo ganaste. ¿No es así? ¡Bravo papá! Te felicito, ganaste un simple trofeo de plástico, pero perdiste para siempre lo que algún día juraste jamás lastimar y siempre cuidar.

Te deseo lo mejor en ésta vida.

Yo jamás dejé de amarte. Pero luego recordé, nadie debe de quedarse dónde no recibes lo mismo que das.

Dejé otras cartas, espero y puedas hacerme el favor de repartirlas a las personas correspondientes. Gracias.

Atte: Lucila quién en algún momento de tu vida, fue la luz de tus ojos.


Aquellas palabras escritas en puño y letra hicieron que Kreese por primera vez luego de muchos años, rompiera en llanto.

Ahora era su pequeña niña quién lo había abandonado, pero ella si lo había hecho para siempre.


Seguir leyendo

También te gustarán

824K 98.4K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
129K 11K 32
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
868 75 9
|| [segunda parte de "ojos que conectan"] ADAPTANDOSE 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐬𝐮 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐩𝐚í𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐭𝐮𝐞𝐫𝐜𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐥...