Amistad, descubrimiento y rom...

נכתב על ידי giu099

1.3M 145K 46.2K

¿Podría ser posible que el destino y una aplicación de citas se pusieran de acuerdo para que así Nani descubr... עוד

Introducción
Capítulo 1: Mali vuelve para arreglarlo todo
Capítulo 2: Jai, Nani y Mali
Advertencias, personajes y notita♡
Capítulo 3: El chico en línea
Capítulo 4: La idea para decirle la verdad a Jai
Capítulo 5: "Jaini"
Capítulo 6: Lo siento, es culpa del alcohol
Capítulo 7: Límites a mis sentimientos
Capítulo 8: Una confesión [parte 1]
Capítulo 8: Una confesión [parte 2]
Capítulo 9: Asimilación
Capítulo 10: Viajes y nuevos amigos
Capítulo 11: Mis deseos no importan
Capítulo 12: El hijo perfecto
Capítulo 13: Lo que en verdad quiero es...
Capítulo 14: El comienzo de todo
Capitulo 15: ¿Jai y Kiento en una misma habitación?
Capítulo 16: Empezar desde cero
Capítulo 17: Recuerdos, monstruos y... ¿Celos?
Capítulo 18: ¿Netflix and chill? No es mi tipo.
Capítulo 19: Entre ilustraciones y películas de terror.
Capítulo 20: Confusión
Capítulo 21: Me gusta tu atención [Parte 1]
Capítulo 21: Me gusta tu atención [Parte 2]
Capítulo 22: ¿Serán celos?
Capítulo 23: Si me besas...
Capítulo 24: Sentimientos, cuerpo y mente
Capítulo 25: "Me fascinas"
Capítulo 26: Tu mirada en mí
Capítulo 27: Una piscina puede guardar secretos
Capítulo 28: Pequeños pasos
Capítulo 29: Mi confidente
Capítulo 30: Comida coreana y el río
Capítulo 31: Confía en mí
Capítulos 33: La picadura del mosquito
Capítulo 34: Tiene que ser una maldita broma
Capítulo 35: Un sentimiento estúpido
Capitulo 36: Las ilustraciones
Capítulo 37: Una llamada de madrugada
Capítulo 38: Sentimientos verdaderos
Capítulo 39: La persona correcta
Capítulo 40: Sostén mi mano
Capítulo 41: El plan malvado
Capítulo 42: Seré bueno contigo
Capítulo 43, final: El fenómeno más hermoso
EPÍLOGO

Capítulo 32: Harry Styles y la cita oficial

30.8K 2.8K 1.2K
נכתב על ידי giu099

Canción recomendada para el inicio del capítulo: Sunflower-Harry Styles.

Advertencia: Este capítulo contiene escenas +18, estas empezarán y terminarán cuando vean a nuestro amado: (*), por si no les gusta o no les interesa leerlas.
Bye, disfruten.

×
×
×

-A ver, pon algo se música. -Jai metió su mano en el estéreo, prendiendo al mismo, mientras yo manejaba con mi vista al frente.

Aquí vamos de nuevo.

El cine se encontraba dentro del centro comercial, el cual quedaba a una media hora de viaje, por esa simple razón habíamos optado por ir en auto. No me perdería la película de scream por nada en el mundo, y por nada me refiero a, si Jai tardaba más de un minuto en subirse al auto le sacaría las entradas y lo dejaría ahí parado.

Harry Styles comenzó a sonar a través de los parlantes, era lo único que tenía en mi USB.

Lo observé de costado, pasando los cambios y sonreí al ver como Jai agitaba su cabeza en compás del ritmo de la canción que había empezado a sonar. Sunflower.

Sunflower, my eyes want you more than a melody.

Let me inside, wish I could get to know you.

Sunflowers, sometimes, keep it sweet in your memories.

La melodía de la canción, acompañada con la voz de Harry Styles resonó en cada parte de mi auto mientras levantaba el volumen mínimamente.

Sonreí.

Sunflower me encantaba, era una de mis favoritas y una de las tantas que escuchaba mientras ilustraba.

-I couldn't want you anymore, kiss in the kitchen like it's a dance floor. I couldn't want you any more, tonight, tonight, tonight, tonight -cantó utilizando su celular como micrófono, afinando en algunas partes y desafinado en otras.

Reí escuchándolo, mientras él cerraba sus ojos y sentía en lo más profundo de su corazón la letra.

-Wondering, headshakes. Tired eyes are the death of me -siguió.

Claramente se había aprendido todas las letras de Harry gracias a mí. Soy un fan orgulloso.

-Quién hubiera dicho que Jai cantaba, ¿no? -dije, llamando su atención y él me guiñó un ojo.

-Esta me gusta, es de mis favoritas.

Lo observé sorprendido.

-¿Tienes canciones favoritas de Harry Styles? -enfaticé las últimas tres palabras.

Él se encogió de hombros.

-Soy un hombre con secretos.

Reí.

-I've got your face, hung up high in the gallery. I love this shade -susurré siguiendo el ritmo de la canción.

Aquella frase me recordó al dibujo de Jai que todavía debía de terminar, pero que descansaba arriba de mi mesa de luz.

Sunflower, sunflower.

-Esta parte me gusta más, ¡escucha, escucha! -admitió con felicidad y mientras subía el volumen sus dedos golpetearon su pierna al compás del sonido pegadizo-. Let me inside, I wanna get to know you.

Ambos sonreímos mientras continuábamos cantando, observándonos de a ratos.

Al llegar al centro comercial e ingresar en este, el reluciente piso blanco del centro comercial nos recibió; las luces blancas y brillantes se reflejaban en el reluciente suelo, a la par en que alumbraban el lugar. El centro comercial era uno de los más grandes de Danama, incluso se podría considerar el segundo más grande. Tenía tres pisos, y a lo largo de estos, tiendas de ropa, de comida rápida y de miles de cosas más, decoraban el lugar, mientras subíamos las escaleras mecánicas hacia el segundo piso, en donde se encontraba el cine.

-¡Espérame, ya vuelvo! -dijo alejándose, una vez que comenzamos a hacer la fila para comprar unas palomitas.

Lo miré extrañado, sin comprender hacia donde iba con tanta prisa. No fue hasta que regresó que noté lo extraño que estaba, una de sus manos estaba detrás de su espalda y la otra iba dentro del bolsillo delantero de su pantalón.

-No sé porque siento que vas a hacer una estupidez, es como mi sexto sentido.

Él sonrió, y se acercó unos pasos más a mí.

-Compré algo para ti.

-¿Qué? -cuestioné, confundido.

Jai sonrió, para luego quitar su mano de detrás de su espalda y mostrar el girasol que traía en su mano.

Algunas miradas curiosas se centraron en él, y luego en mí, mientras tomaba su obsequio.

Decidí ignorarlos para luego comenzar a reír por su expresión de timidez, sin poder comprender la situación, logrando así contagiarle mi risa a Jai.

Se relajó.

-¿De dónde has sacado un girasol, Jai?

-Lo he visto en la tienda de flores que pasamos antes, y se me ha ocurrido que parecería lindo darte una, ya sabes, teniendo en cuenta que la canción que escuchábamos mientras veníamos se llamaba así, ¿te gusta?

-¿Puedo besarte? -Fue lo único que fui capaz de decir luego de escuchar aquellas palabras.

Él se acercó a mí, para luego dejarme un pequeño beso en los labios.

-No me gusta, me encanta.

Una sonrisa se escapó de sus labios al escuchar mis palabras. Era tan extraño verlo tímido que me causaba entre ternura y gracia, ¿dónde está el Jai que no lo supera ninguna situación?

-Yo, no estoy acostumbrado a hacer estas cosas, ya sabes..., salir a citas no es lo mío, espero no decepcionarte -susurró acomodando un mechón de mi cabello que estaba en el medio de mi frente, para luego mirarme a los ojos-. Espero ser suficiente para tus expectativas.

-Ya sabes que lo eres, siempre has sido tú, aunque nunca lo hayas notado.

Él asintió, tomando mi rostro con su mano mientras relamía sus labios, acercándose para besarme nuevamente.

-¡Siguiente! -Nos interrumpió el chico que atendía la barra de dulces, comidas y bebidas.

Jai se alejó rápidamente de mí, para luego acercarse a la barra y pedir palomitas para ambos.

Una vez que las tuvimos, nos dirigimos hacia dentro dela sala para sentarnos en nuestros respectivos asientos. El lugar estaba repleto de gente, y no era de extrañar, si las películas de Scream eran la cuna de las películas slashers, bueno, en conjunto con Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Masacre en Texas, Halloween, Chucky, y así puedo seguir hasta que me duerma.

La película comenzó, generando que las luces comiencen a disminuir lentamente, sumiendo así a la sala en la oscuridad total.

En la pantalla grande una chica apareció, estaba sola en su casa y su teléfono sonaba, ignorar el teléfono es inteligente, pero todos sabemos que va a seguir sonando hasta que atienda.

Sonreí. El clásico estándar de las películas de scream.

Posiblemente se viene la típica pregunta: "¿Cuál es tu película de miedo favorita?"

Un minuto después la tan ansiada pregunta llegó.

Tomé unas palomitas y las lancé a mi boca.

Posiblemente se acerque un asesinato, siempre es así.

O no... Al menos no en esta. Lo cual me sorprende y genera que ambos, Jai y yo, nos observemos en sorpresa. Salió viva. En ninguna de las otras cuatro películas de scream salían vivas las personas que eran atacadas en las primeras escenas. Es la clásica muerte para darle inicio a la película.

Metí mi mano en el pote de palomitas y, sin notarlo, mi mano y la de Jai se tocaron.

Lo observé de costado y él me guiñó un ojo haciendo una expresión media extraña, dejando en claro que estaba bromeando. Saqué mi mano rápidamente, y haciendo una expresión de arcada, siguiéndole la broma, alejé el roce de su piel en la mía y lancé las palomitas a mi boca.

Jai me regaló su dedo del medio, con una sonrisa de costado, para luego apoyar su cabeza en el asiento y seguir viendo la película.

-¡Oye! Ese es el novio de la hermana, ¿no? -susurró Jai en mi oído y yo asentí-. Bien, ya tengo una teoría, el asesino sabía que a Tara, la protagonista, le gustan las películas de miedo, sabía que a su madre también le gustan, entonces, ¿puede que sea él el sospechoso?

Negué.

-Si ella le cuenta a todo el mundo que le gustan las películas de miedo podría ser cualquiera. Sigue viendo, deja de dar teorías a los quince minutos de la película.

Él giró sus ojos, quitándome el pote de palomitas.

Lo que me encanta de ver estas películas es el sentimiento de necesitar descubrir quien es el asesino, mayormente los asesinos, y luego la satisfacción de haber adivinado al menos uno de ellos. Y aunque Jai tenía razón, en las películas anteriores de scream los novios siempre eran los principales sospechosos, también lo eran los amigos... ¿Quién más conoce la contraseña de la seguridad de tu casa y puede desbloquearla tan fácilmente? Exacto, tu mejor amigo.

Las razones no importan en las películas de scream, al final te enteras que terminan siendo las cosas más tontas las que los incitan a llevar a cabo los asesinatos.

-Opino que pueden ser Wes o Amber, o los dos -susurré el nombre de los dos mejores amigos de Tara en su oído, apoyándome en el antebrazo de su asiento.

Jai asintió, posiblemente había pensado en lo mismo. Los cercanos siempre terminan siendo los asesinos.

-Chad tiene el brazo golpeado y ella golpeó al asesino. Es sospechoso -añadió.

-Son las casualidades con trampas, sería muy fácil que fuera él. Nunca es el primero que se ve sospechoso.

Jai asintió, para luego dejar el pote de palomitas en el suelo.

-Lo de Billy Loomis como primer sospechoso en la primera película también era obvio y mira como nos engañaron.

Sonreí.

Espero que nadie esté escuchando nuestras tonterías de fans locos aunque estemos susurrando.

Unos minutos después todo mi cuerpo se sobresaltó al ver la primer muerte, no por la muerte en sí, sino por la maldita música de suspenso que salía de los parlantes y fácilmente podía romperme los tímpanos.

Jai sonrió de costado viendo mi reacción, para luego posar la palma de su mano sobre la mía, la cual se encontraba sobre el regazo de mis piernas. Su piel se sintió tibia en contraste con la mía gélida por el aire acondicionado del cine.

-¿Miedo, Circe?

-Miedo me da tu cara por las mañanas.

Él negó, sobando mi mano con la suya, para luego deslizarla entre medio de mis piernas, sin despegar su mirada de la pantalla grande.

Observé su toque, sin poder quitar mi mirada de su mano curioseando por mi muslo, con sus dedos tomando cada vez mayor parte de mi pierna, mientras sus movimientos comenzaban a sobrepasar la fina línea entre lo tierno y la tentación, que aquel toque que se deslizaba lentamente por entremedio de mis piernas podía provocar.

-¿Está interesante la película? -preguntó él, observando a su mano, donde segundos atrás yo tenía toda mi atención puesta.

La película había pasado a un segundo plano, tenía razón.

Quité su agarre de mi pierna, pero él no soltó el prefirió continuar tomando mi mano y así fue como seguimos toda la película. Sin decir nada, pero con un toque cálido que nos otorgaba a ambos tranquilidad y comodidad. Su mano de a ratos soltaba la mía, solo para rosar la yema de sus dedos sobre la palma de la mía, con cuidado, con aquel toque siendo tan personal e intimo que podía significar todo para ambos. Decía, sin decir nada, eres mi lugar seguro.

Al finalizar la película ambos salimos con una sonrisa en el rostro, aunque no éramos los únicos, todos los fans salieron con la misma expresión de felicidad. Y esa era por una razón: Uno de los primeros asesinos de toda la saga estaba en ella.

-Te voy a dar unos minutos para que admita que tenía razón tenía razón -exigió Jai, en su mano llevaba el girasol que me había comprado.

Sonreí.

-Acertaste, pero yo también lo hice.

Él había acertado que uno de los asesinos era el novio de la hermana de la protagonista principal, y el otro lo había acertado yo, uno de sus mejores amigos.

Siempre es bueno prestarle atención a los detalles del inicio.

-Entonces, ¿quieres ir a comer a... -Jai se detuvo en la puerta del centro comercial al ver como la lluvia caía acompañada de una gran tormenta.

Genial, ahora se me inflarán todos los pelos por la humedad.

-Jai, ¿vas a buscar tú el auto? -pregunté tendiéndole las llaves, poniendo una sonrisa de súplica en mis labios.

-¿Crees que soy tan romántico como para mojarme por ti?

Alcé las cejas.

-Bueno, si. Eso sonó en doble sentido, pero no lo fue, lo juro. -Se defendió al instante en que repasó aquellas palabras en su mente.

-Claro claro, ¿entonces vas a buscarlo por mí? -Junté mis manos, casi implorando por que vaya él y no yo.

-Escucha, Nani. Hemos sido amigos toda la vida, te quiero, tú a mí, nos hemos besado, hemos compartido ropa y cama, pero, ¿mojar mi pelo por ti? Creo que estás yendo un poco lejos.

Giré mis ojos, guardando las llaves en mi bolsillo nuevamente.

-Pues aquí nos quedamos.

-Me parece perfecto.

-Idiota.

-Dame las llaves, anda. Caprichoso -dijo al fin, rindiéndose.

-Gracias -dije tendiéndoselas y él, tapando su cabeza con su brazo salió corriendo hacia donde estaba estacionado mi auto.

A los instantes él llegó.

-No estuvo tan mal, ¿verdad? -hablé abriendo la puerta.

Jai se asomó, apoyando su brazo en el asiento del copiloto.

-Mal estará cuando te enteres que por la cantidad de lluvia que ha estado cayendo mientras veíamos felices nuestra película se han inundado algunos caminos. Vamos a tener que esperar.

Mierda.

La lluvia y Jai no van de la mano, Jai es un culo inquieto y la lluvia lo obliga a quedarse quieto, y por mala suerte, hoy me tocaba quedarme encerrado con él en el auto.

Ambos estábamos cansados, habíamos madrugado para ir a clases y no se nos ocurrió mejor idea que quedarnos con la calefacción que le otorgaba al aire calidez y quitaba la humedad que había comenzado a surgir a causa de la lluvia.

No se veía nada hacia el otro lado de las ventanas y el parabrisas, la lluvia caía como generalmente lo hacía con el comienzo de junio. En Danama existen dos tipos de climas, o caluroso o corre a tu casa que te ahogas, este era un indicio del comienzo de esta estación.

Próximamente la lluvia acaparará toda la isla.

Mientras se oía como la lluvia caía sobre el auto, recosté mi cabeza sobre el asiento. Me había pasado a la parte de atrás del auto para recostarme y tratar de dormirme. Jai no paraba de quejarse, no había dejado a la lluvia en paz desde que entró al auto.

-Nos ha arruinado la cita, quería llevarte a comer y ahora está lloviendo como loco.

-Jai, necesitas calmarte. Quiero dormir.

-¿Vas a dormir en nuestra primera cita? ¿Y no es en mi cama?

Sonreí negando, mientras colocaba mi brazo detrás de mi nuca, usando a este como almohada.

-Jai, ya cállate.

Él movió mis piernas, sentándose a mi lado.

-No vas a dormir, Circe.

Abrí mis ojos, observándolo con hastío.

-¿En serio, Kian?

-Ven, recuéstate en mis piernas si quieres dormir.

Sonreí.

(*)

-¿Acostarme en tus piernas?

Él asintió con seriedad, dándole un par de palmadas a su regazo.

-Ven aquí, Circe.

Me incorporé, y acercándome a él, hice lo que me pidió, pero en lugar de recostar mi cabeza sobre él, me subí a horcajadas sobre sus piernas. Las mías se sintieron apretadas a causa de la tela crema clara de mi pantalón, a la par en que mis zapatillas blancas vans hacían presión sobre el asiento negro del auto.

Sus ojos recorrieron mi rostro y cuerpo en sorpresa, a la par en que una sonrisa de diversión se dibujaba en su rostro.

En este momento agradecía que no hayamos estacionado cerca del centro comercial.

-Me parece que eso no es lo que te pedí.

-¿Y? -cuestioné subiendo mi mano por su brazo. Su mirada siguió mi toque con curiosidad.

-Te lo perdonaré esta vez, porque moría por tenerte así, encima mío. Pero la próxima me obedecerás.

Tragué con dificultad, escuchando sus palabras y asentí. Me provocó una extraña satisfacción aquel comentario, y me costaba admitir que me gustaba aquella exigencia que planteaba Jai.

Él sonrió con satisfacción, mientras me observaba arriba de él. Su mano, con un movimiento lento, comenzó a viajar desde mi pecho hasta mi cuello, y en el momento en el que llegó a este su mano me tomó con mayor fuerza, atrayendo mi rostro hacia el de él.

Nos observamos por unos segundos. La lluvia no había dejado de caer afuera y volvía al ruido chocando contra el auto, un sonido melodioso que generaba que ambas miradas entren en un trance del cual ninguno de los dos queríamos escapar.

Jai se acercó mínimamente, rozando sus labios con los míos, aun sin quitar su mano de mi cuello, con la otra, libre, acarició mi pierna hasta llegar a mi cadera, deslizándose así por debajo de esta para así acercarme más a él, rozando cada parte de la calidez de su entrepierna.

Mi corazón perdió el latido tranquilo que venía teniendo hasta hacia unos segundos, para darle paso a uno agitado.

Sus labios no tardaron en reconocer a los míos, y se dejaron llevar en aquel beso que tanto anhelabamos.

Al sonido de la lluvia ahora lo acompañaba el mismo que hacían nuestros labios al besarse, y a la respiración que se intercalaba entre los pequeños besos que nos dábamos de vez en cuando.

Su mano dejó ir a mi cuello, subiendo hasta mi cabello y lo tiró hacia atrás, queriendo dejar a mi cuello libre para atacar a este con sus labios, lamiéndolo con detenimiento, dejando un recorrido de calidez y humedad que enviaba escalofríos de excitación a cada parte de mi cuerpo.

Relamí y mordí mi labio inferior, tapando un gemido que amenazaba con escapar.

-Dime cuando es mucho para ti, Circe.

-Sí -mascullé aquella palabra, aunque sonó más como un gemido saliendo de mis labios, ansiosos por volver a ser besados.

Jai me tomó de la cintura, y en un movimiento ágil, provocó que mi cuerpo quede sobre el asiento del auto y él sobre mí.

Sus labios chocaron contra los míos nuevamente, esta vez besando con mayor ímpetu, otorgándole humedad a estos mientras su lengua buscaba a la mía, deslizándose sobre ella, aquel beso acompañado de su mano curiosa viajando por mi pecho, cálida, apretando uno de mis pezones con cuidado y el mismo se endureció ante aquél contacto.

Mierda, realmente lo estaba dejando hacerme esto, y... Me encantaba.

JAI (pdv)

Sus caderas se movían hacia arriba, queriendo tocar cada centímetro de mi cuerpo, a la par en que mis labios besaban a los suyos, mordisqueándolos de a ratos, saboreándolos.

Deslicé mi mano hacia la punta de sus pantalones, desabrochándolos.

No pude evitar centrar mi mirada en sus labios entre abiertos, algo hinchados y húmedos por el beso que nos habíamos dado.

Él me observó, para que, luego de bajar su mirada hacia mi mano, asentir. Dándome paso libre de hacer lo que había querido hacer desde hacía demasiado tiempo.

Me incorporé mínimamente y sin pensarlo demasiado, deslicé mi mano por debajo de su pantalón. La calidez de su dureza se sintió a través de la fina capa de su ropa interior, él estaba tan excitado por mi, y simplemente nos habíamos besado.

-Me pregunto cómo se vería si estuviéramos completamente desnudos, ¿acaso puedes excitarte más por mí, Circe? -pregunté con una sonrisa acompañada de mis dedos recorriendo a su dureza.

Su cuerpo y como demostraba cuando le gustaba mi toque me tenía al borde del colapso, más cuando Nani soltaba respiraciones pesadas por su nariz cuando mis dedos se encaminaban suavemente hasta la parte baja de sus bóxers, yendo más allá de su dureza.

La palidez de su piel lentamente se fue tornando rojiza en cuanto deslicé mi mano por su erección. Nani mordió sus labios en el momento en que mis dedos rozaron la punta de esta, y tirando la cabeza hacia atrás dejó salir un suspiro pesado. Podía sentir mínimamente la humedad de aquel líquido atravesar la fina tela que separaba mi piel de la suya sensible.

-Jai -gimió mi nombre, mientras llevaba ambas manos hacia donde estaba la mía, deteniendo el roce, sin dejar de observarme con esa mirada de súplica mezclada con placer.

Me voy a volver loco si me sigue mirando de esa forma, diciendo mi nombre de esa manera tan provocativa...

-¿Si, Circe? -indagué deteniéndome, mientras tomaba una de sus manos, y dejaba un pequeño beso en sus labios.

-Quítame la maldita ropa -pidió, y aquel comentario se llevó toda mi atención.

Sonreí, e incorporándome le quité los pantalones y luego, su ropa interior.

Relamí mis labios al ver su erección descansar sobre su abdomen, unas pequeñas gotas se deslizaban por la punta de esta.

Mi mente se volvió loca al verlo así, sonrojado mientras una de sus manos descansaban en su pecho y otra en la parte baja de su abdomen, el quiso tocarse, pero con mi mano detuve a la suya, llevándola hasta la altura de su cabeza, mientras que con la otra tomaba a su erección relamiendo mis labios, queriendo más que solo tocarlo.

Mis dedos se movieron lentamente por el tronco de su dureza, de abajo hacia arriba, presionando con delicadeza mi pulgar en la punta de esta. Sentí como en mi entrepierna el pantalón de jean se comenzaba a sentir pequeño al notar como en la punta comenzaba a mojarse más en cuanto acrecentada el toque, resaltando el color rosado en esta.

Sin poder aguantar más tiempo el deseo, las ganas que tenía de sentirlo más cercano a mí, quité mi erección de mi pantalón, y acercándome a él, tomé ambas con una mano, comenzando así a mover aquel agarre rápidamente.

Nani se sorprendió al sentir como la piel sensible de nuestras erecciones se juntaban y no pudo contener a su mirada curiosa bajar hacia la misma. Sus pupilas se encontraban dilatadas, con un brillo de excitación en ellas mientras mordisqueaba su labio inferior, tornándolo rojizo.

Sonreí y volví a besarlo, humedeciendo a sus labios que se habían resecado mínimamente por la respiración excitada que escapaba de ellos.

Su respiración se agitó mientras movía mi mano y atacaba a su cuello nuevamente, mordisqueando, besando y succionando. Dejándole pequeñas marcas, sin poder controlar el placer.

El sonido de sus gemidos se comenzó a escuchar en cada rincón del auto al acrecentar el movimiento de mi mano, y más lo hizo cuando tomé su mano, y la junté con la mía, para que ambos nos toquemos a la vez.

-Circe, Circe, ¿qué me has hecho? -susurré en su oído, apretando mi mandíbula al sentir a la piel de su mano tibia en la mía sensible y ardiente.

-Jai -mustió él, rodeando uno de sus brazos por mis hombros. Sus caderas se movieron hacia arriba a la par en que su pecho subía y bajaba descontrolado.
Su respiración se volvió errática al igual que la mía.

Cerré los ojos, mientras apretaba nuestros labios con fuerza en un último beso en compás con el orgasmo de ambos llegando, mojando mínimamente mi mano con aquel líquido blanquecino, esparciéndose a la par sobre la parte de su abdomen desnudo.

(*)

Me recosté sobre él, cerrando mis ojos, mientras sentía su aroma mezclado con el perfume a jazmines que había aquí adentro.

Sentí como su mano se deslizaba sobre mi pecho, sintiendo a mi corazón latiendo a mil. Me moví mínimamente para cambiar de lugar, él se acostó y acurrucó sobre mí.

-No esperes que ahora me olvide de ti, Kian -mustió entre suspiros.

Sonreí al verlo medio despeinado, se veía hermoso incluso con los mechones de su cabello apuntando hacia todos lados.

Quité el cabello de su frente, acariciando a la misma para luego besarlo mínimamente.

-Espero que no lo hagas, espero que ahora no puedas sacarme de tu mente. Quiero ser el dueño de tus pensamientos -admití, dejando salir aquellas palabras-, porque tú serás el dueño de los míos.

Los vidrios del auto estaban completamente empañados, con algunas gotas deslizándose por la transpiración en el mismo.

Afuera ya no se escuchaba la lluvia caer, y aunque odiaba a la misma, esta era la primera vez que le agradecía por existir.

xxxx

N/A: Hola, hola, ¿cómo están después de esa escena?

Bueno, esta es la 1ra vez que escribo algo con descripción erótica entre dos chicos/hombres, así que espero que les haya gustado, porque a mí me encantó el resultado. 💖

Recuerden recomendar el libro a quienes crean que les pueda gustar, me ayudaría mucho.😭

Nos leemos la próxima, besitos.

Ilustración hecha por: ari_irz en Instagram
Súper recomendada🥰

המשך קריאה

You'll Also Like

5.1K 474 11
"Dicen que el aleteo de una mariposa puede cambiarlo todo. Un simple batir de alas de una criatura minúscula, y el caos puede desatarse. Tú fuiste es...
8.5K 1.9K 40
Quillén tiene un sueño... pero antes debe deshacerse de sus crueles jefes. Eros quiere escapar de su molesto ex novio y para ello pasa el verano en l...
14.8K 4.5K 21
¿Qué tal si mezclamos a un adolescente con ansiedad social que es un desastre, con un chico que es, en esencia, la personificación de la perfección? ...
117K 8.8K 26
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...