―Tú ganas, si lo sueltas, nos vamos ―guardé mi tubo de espada en mi bolsillo.
Empezó a reír fuertemente como lo hacía O'S
―O sino ¿qué? ―el cuchillo que tenía en su cuello lo subió a su mejilla haciendo una cortada rápida en la zona.
Me estremecí.
―Yo puedo hacer lo que quiera, tus negociaciones no me importan. Será lo que a mi se me antoje, si quiero que se vayan, solos sin mi rehén, lo harán, si quiero que los maten ―señaló a la gente ―Ellos lo harán.
Los pueblerinos miraban la situación con mucha confusión.
―Amber ―dijo uno ―Espero que estés diciendo la verdad, que también nos involucremos en esta situación significa que lucharemos por Beaufort y no por algo más.
―Claro que si, ustedes han perdido familia por estas cosas del infierno y yo he perdido mucho, mi padre y por él haré lo que sea para hacerlos pagar.
―¿Tienen lo que les dí? ―esta vez habló Thomas.
¿Lo que les dio? ¿Qué cosa?
Absolutamente todos asintieron.
―Pero tu te quedas conmigo, ya sabes para que ―la cara de O'Sullivan sentía que se ponía roja.
―Ni es tus mejores sueños, hazle saber a esta gente lo que estás hecho "cazador" ―hice comillas con mis dedos ―Yo haré lo que quiera ―aproveché la distracción de Amber y con un movimiento de cabeza le hice a Chandler y este con sus cadenas rápidamente atrapó el pie de Skandar y lo tiró en su dirección siendo libre de su agarre.
Ella se quedó con la boca abierta ante tal astucia y con sumo enojo me miró con todo el odio que su ser podía reflejarse en sus ojos, apretó la hoja del cuchillo haciendo que su mano izquierda sangre.
―Esto será un baño de sangre ―coloqué mi posición de ataque.
Thomas empezó a observarme de arriba abajo como un microbio como si para el fuera poca cosa.
Todos atrás mío sacaron sus armas de ataque, o algún otro modo de de defensa. Su naturaleza.
―Esto será fácil ―dijo Caleb con una sonrisa.
―¿Y tú crees que es esta gente mi único recurso? Por favor salgan ―de la puerta de esa casa salieron otros, como los míos, muchísimos más.
Los de Beaufort se asustaron retrocediendo.
―¿¡Por qué nos mienten!? Ustedes son iguales, esto no es por nosotros, es por ellos, otra situación, es otro motivo ―algunos empezaron a reprochar.
―Ustedes están de mi lado, deben hacerme caso, yo soy el que los va a vengar, ¡Adorenme a mi y todo se resolverá!
―¡Estas viviendo una fantasía! ―intervine―Demuestra lo que estás hecho, dame tu odio ―sonreí de lado.
Estar con ellos tanto tiempo se me ha pegado la sonrisa, a decir verdad, me gusta.
―Será un placer, hija mía.
Todos sus aliados se pusieron en la misma posición de nosotros.
―¡Ataquen! ―gritó y empezaron a correr a nuestra dirección.
Esperé un momento, en eso apareció él entre su gente con una espada entre sus manos.
―¡Ahora! ―grité.
Empezamos a correr y de uno solo salté sacando mi tubo aprentando el botón de espada normal.
Solté un grito de fuerza tratando que corte su cabeza a la mitad, pero él me detuvo poniendo la suya de forma horizontal con su típica sonrisa burlesca.
Era un sin fin de choques de espadas, en un descuido me dio un puñete y pateó mi estómago haciéndome volar a una distancia considerable.
Escupí sangre de mi labio roto y me habló con su doble voz.
―Al igual que tu madre eres débil y estúpida. No será fácil para ti con mi fuerza demoníaca, saca tu forma original.
―No soy un demonio, pero tengo la suficiente fuerza para poder acabar contigo.
De un momento a otro las venas de su cuello se hicieron negras subiendo por sus mejillas a sus ojos haciéndose muy rojos.
Con dificultad me levanté y este dejó caer su espada, haciendo sacar sus grandes manos con largas uñas y su cuerpo convirtiéndose en el ser más horrible que haya visto en toda mi vida.
En un solo movimiento me lancé entre medio de sus piernas, cortando con mi espada una de ellas a lo que gritó del dolor.
―¡Maldita perra! ―su doble voz se hizo más fuerte.
Intenté evitar que se acercara a mi, pero un movimiento en falso me tomó de cuello.
―¡Suéltame! ―forcejeaba.
Me tiró al suelo haciendo que golpeara mi cabeza contra el suelo, haciendo soltar un gemido de dolor.
―¿Te crees tan lista? Por qué no peleas como debe ser ―su pie pisó muy fuerte mi espalda haciendome gritar.
Cuando de un momento a otro siento que fue quitado de mi. Giré mi cabeza de lado contrario y era Skandar que lo había golpeado.
―¿Estás bien? ―me hizo reincorporarme.
―Si ―miré O'Sullivan y este tomó su espada y se la lanzó cual daga a Skandar, rozando a penas cortando su brazo.
Este emitió un pequeño quejido tomándolo.
―La pelea es conmigo no con él.
―Mato dos pájaros de un tiro, me hacen las cosas mucho más fácil.
Skandar no pudo contener su ira y su cuerpo se transformó en el ser que vi por primera vez.
Y como lo dije, él no me daba miedo, su verdadero aspecto, no me importaba.
―Primero acabo con el gusano y después con la bastarda.
Se acercó a Skandar y lo botó para luego pararse y con una especie de gas azul que salió de sus grandes manos, le lanzó a la cara, haciendo que este se aturda, para así poder tomar la iniciativa y llegar hasta él, alcanzando a contarle una mano con mi espada.
Gritó a más no poder viendo cómo se desangraba. Se desplomó en el suelo, supuse que estaba en agonía.
―No te acerques ―me detuvo.
―Tranquilo, solo quiero ver algo.
En eso nos distrajo unos demonios que venían a nuestra dirección haciendo de nuevo un ataque para los dos.
Evité su golpe de entrada e hice una patada en reloj dándole en la cara y con mi espada ensangrentada corté su cuello y el cuerpo inerte calló al suelo.
Vi a Skandar y este lo acabó cortándolo por la mitad con sus largas uñas.
―Mi ventaja, mi forma original, su desventaja, su camuflaje ―elevó su ceja egocéntrico.
Sonreí.
Luego ya no vi a Thomas en el suelo. Volteé a mirar a todos lados y me empezaba a desesperar.
―Skandar, no está ―dije asustada.
Tomó la forma en la que estaba acostumbrada y empezó a buscar conmigo.
Luchabamos con cada ser que se nos lanzara encima, la forma básica de pelear que me dio Sheryl, es muy buena.
Perdí de vista a Foster, sabía que se encontraba bien, así que me enfoqué en buscar a la persona que me saca de quicio.
Vi que Seth peleaba de una manera impresionante y me sentí muy orgullosa de él. A mi izquierda estaba Caleb y me guiñó un ojo, cuando le reventó la cabeza a uno de ellos contra el pavimento.
El semblante de Dorian era cansado y su cara llena de moretones y sangre por los golpes, miré que lo cogieron entre tres para que uno de los contrarios lo sostenga, mientras el otro golpeba su cara y el siguiente era un grandulón que pegaba con la rodilla su estómago.
Saqué mi tubo saliendo a flote mi espada, corrí hacia el más grande y corté de una sola, sus piernas.
El que tenía sostenido a mi amigo de su brazos, tomó mi cuello elevándome.
―Sueltalá ―Dorian trató de sacarse del agarre del otro, pero no podía de los débil que estaba.
―¿Por qué lo haría? ―se relamió sus labios con deseo viéndome ―Si muero al menos me gustaría violarte, sí, aquí, justo ahora, sería tan placentero de ver como me follo a la hija de Thomas O'Sullivan ― se acercó a mi cara y pasó su lengua por una de mis mejillas, sentía asco, no podía mover mi espada, mi mano estaba trabada entre el y yo.
―No violarás a nadie ―escuché una voz a mis espaldas cerré mi ojos fuertemente.
De un momento a otro había caído y la cabeza de ese imbécil salió volando.
Sorprendida vi a Skandar y este respiró hondo viendo como su mano tomaba su forma normal que ya conocía.
Si que aparece cuando lo necesito.
Ya una vez liberado, alcancé a Dorian para sostenerlo de la cintura dándome las gracias, cuando creí que nadie más me necesitaba, por encima de su hombro vi que Chandler tenía problemas.
―Tenlo, ahora vuelvo ―Skandar pasó su brazo por encima de sus hombros sosteniéndolo por las axilas.
Chandler necesitaba de mi ayuda, las cadenas no eran del todo fuerte, salí corriendo, pero no fue suficiente, alguien más vino y clavó un cuchillo en el lado derecho de su estómago.
Abrí mi boca sorprendida y contraje mi rostro al verlo caer con una mano tomándose la herida.
Cuando me percaté quien lo había hecho era Thomas que tenía una sonrisa diabólica.
―¿Creíste que porque me cortaste la mano iba a morir? No querida, aquí tu pierdes y yo gano ―el arma blanca con el cual había incrustado en mi mejor amigo, limpió los rastos rojos de su ADN con su lengua. Maldito asqueroso.
―No, te equivocas no me arrebatarás a mi familia dos veces ―solté un grito de coraje y activé mi segunda función de mi espada, conviertiendose esta en llamas.
Cerca de nosotros el combate se había detenido, mientras estaban expectantes a mi batalla con Thomas.
El sacó la suya y estábamos en una batalla de movimientos y cuando pensé que iba a cortarme el cuello, lo esquivé haciendome para atrás arqueando mi espalda cual matrix.
Como vió que no pudo, gritó con furia y sus ataques se intensificaron, lo detuve haciendo que nuestras espadas se quedaran en equis, pero su fuerza sobrenatural era mucho más que la mía, no podía controlarlo. Me estaba venciendo.
―Por mamá y papá ―sabía que Seth lo había dicho, pero no podía verlo.
―Eres la guerrera de todos nosotros ―esa fue la voz de Caleb.
Cerré los ojos sintiendo ese nudo en mi garganta.
―Mi nueva amiga ―la voz rasposa de Dorian.
―M-mi mejor amiga ―al oírlo con su voz de dolor, no pude más y mis lágrimas empezaron a salir.
―Eres nuestra reina ―oí a Sheryl que estaba a un costado con su cabello rubio desordenado y sucio más su ropa un poco rasgada ―Estamos luchando por ti y por nuestra libertad, prometiste que volveríamos a casa siendo victoriosos, siendo guerreros. No somos nada a comparación de los seres divinos, somos escorias, pero al menos danos la libertad de poder ser escorias sin estar al mandato de un dictador.
Los ojos de Thomas estaban llenos de odio y su forma terrorífica no ayudaba mucho.
―Te amo... ―esas dos palabras saliendo de sus labios, eso fue más que suficiente.
Endurecí mis expresiones faciales y con todas mi fuerzas y lágrimas en mis ojos. Salimos de esa equis y mi espada encendida corté ambos brazos mientras gritaba de dolor.
De un solo salto, elevando mi espada y aterricé cortando su cabeza a la mitad.
Caí en una rodilla y la otra cerca de mi pecho respirando agitada. Solté la espada desplomandome.
Antes que mi cabeza toque el asfalto una mano sostuvo la base de mi cráneo viéndome preocupado.
―¿Estás bien?.
―Mejor que nunca ―sonreí.
Escuché un ¡No!
Vi que salió Amber entre los aliados que tenía Thomas.
―No puedes ganar, no tú, eres una mala persona, como puedes ponerte de este lado, se suponía que eramos amigas y este mi novio, pero me traicionaste, me dejaste por estas cosas que nos han hecho daño ―Amber empezó a sollozar ―Mataron a mi padre y aún así los defiendes.
En eso ella tenía razón, Seth mató al padre de Amber porque era un corrupto, él explicó el por qué solo juzgaban a los malos.
―Tu padre era un corrupto ―se sorprendió ―Supuse que no lo sabías, robaba el dinero que la gente con mucho esfuerzo pagaba para las vías publicas ¿nunca te preguntaste porque tu hogar siempre tenía cosas extremadamente caras? Matan a quien se lo merecen, los sacerdotes violaban a los niños, otros políticos estafaban y otros asesinaban por diversión.
―Debiste decírmelo, no hasta ahora que... que... que he jodido todo ―su expresión se relajó y cayó desmayada.
―Ya no está controlada por él, su efecto terminó ―explicó Caleb.
Miré a mi alrededor y la gran parte de la gente de Beaufort estaba en el suelo sin vida, los otros demonios también estaban, pero cortados de maneras atroces. De mis aliados también quedaban pocos.
Miré hacia el otro costado, un charco de sangre. Una alarma se prendió en mi cabeza.
―¿Dónde está Chandler?.
―Cuando estabas en la lucha con Thomas, ellos rápidamente lo llevaron al hospital ―Sheryl señaló a la poca gente de Beaufort que nos quedaba, mirándome con una sonrisa melancólica.
―Lo sentimos y gracias... ―no dijeron más para empezar a retirarse.
Cerré mis ojos del alivio y con ayuda de Skandar me reincorporé.
Los demonios habían cambiado a su camuflaje y ya no tenían más que pelear si su amo a muerto.
―Si quieren quedar a mi cargo lo harán o sino no me queda otra opción que desterrarlos ―hablé autoritaria.
―Nos vamos, no me quedaré a cargo de una simple humana ―los demás opinaron lo mismo.
―Entonces lárguense ―demandó Skandar a mi lado.
El que habló anteriormente con una sonrisa burlona les hizo una señal a los demás, siguiéndolo marchándose por donde vinieron.
El árbol que tenía una abertura se cerró como si nada hubiese pasado.
―Te amo.
Me sorprendí por segunda vez, poniéndome frente a él.
―Ámame o mátame ―solté.
―Eso depende de ti, Mikpó ―sonrió de lado.
―También lo hago.
Se acercó a mi para cerrar este horrible episodio con un beso.
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AHHH!!!! No puedo con la emoción.
Chicas y chicos, no puedo creerlo!
De verdad escribí este capítulo con mucha emoción y entusiasmo. Como si fuera el rodaje de una película.
Espero que me comenten que le pareció.
Ya solo falta escribir el epílogo🥳.
¿Creen que Chandler se salvará? O lo dejamos morir?