Los tres chicos se vieron entre si, intercambiando caras de miedo y confusión, y a pesar del temor que sentían, el albino fue el único en reaccionar. Dejó inmediatamente lo que estaba haciendo, estiró su alargado cinturón y le dio la parte sobrante a Osmar, para luego tomar carrerilla y tirarse de un clavado como había hecho el anterior. -¡FEDE QUE ESTAS HACIENDO!- Gritó Riley, alterándose más de lo que ya estaba. Los dos restantes sólo se quedaron viendo como el cinturón iba acortándose al sumergirse bajo el agua. Una vez abajo, el mayor no tardó en ver al peli-rosado peleando contra su pierna. Félix se percató de la presencia de Fede, lo cual causó una mueca de miedo en su pálido rostro. El albino estiró el brazo mientras nadaba en dirección al contrario para que el otro pudiera agarrarlo, y ahí notó que lo que le estaba agarrando la pierna se estaba comenzando a esparcir por todo su cuerpo.
Estaban a nada de agarrarse, cuando la cosa volvió a tirar del menor más hacia abajo. Parecía impaciente de llevarse al peli-rosado. Fede empezó a ponerse nervioso al ver como el contrario parecía moverse menos, más lento, como si la falta de oxígeno le estuviera afectando. El mayor comenzó a rebuscar en su pantalón, el cuál era la única prenda que llegó a ponerse ahí arriba, y de este sacó su tan característica pistola que tanto había paralizado a Félix al llegar. Al verla, el peli-rosado negó con la cabeza varias veces, dando a entender al otro de que no la usara. Y como es costumbre, Fede no le hizo caso, y apuntó con ella hacia abajo de Félix. Lo que comenzó como una simple negación con la cabeza terminó en Félix intentando moverse bruscamente bajo el agua. Y tal cuál lo planeó, Fede recargó y disparó.
La puntería de Fede era innata, y acertó al blanco sin siquiera poder verlo. Las extrañas cosas que Félix tenía recorriendo todo su cuerpo fueron alejándose de él, mientras un sonido grave y ronco comenzaba a sonar desde las profundidades opacas del gran lago. El albino no lo pensó dos veces, y se arrimó lo más rápido que pudo al contrario, el cual permanecía inmóvil con los ojos cerrados; se estaba ahogando. El mayor lo tomó de la cintura y tiró con fuerza del cinturón. Osmar casi se caía al lago del jalón que metió Fede. -¡Ayúdame a tirar Riley!-. Chillo Osmar, jalando con fuerza, a lo que Riley se unió a él en la lucha por sacarlos del agua. Ambos terminaron el trabajo con un último jalón hacia afuera, aventando a los dos al césped en el proceso. -¡FEDE NO VUELVAS A HACER ESO!-. Gritó Riley, arrimándose a él para ver si estaba bien. -¿Qué pasó ahí abajo? ¿Qué era eso?-. Preguntó Osmar, recogiendo el cinturón del albino. Fede se recompuso con algo de trabajo, puesto a que nadar le costaba bastante. No estaba acostumbrado a meterse bajo el agua, y las pesadas botas que llevaba también le dieron bastante pelea. Al recomponer la postura, corrió de manera torpe hacia Félix, quien se hallaba tirado en el pasto a escasos centímetros del albino.
-Por favor dime que esta bien...-. Suspiró Osmar mientras sacaba la lámpara de gas de la maleta para brindarle calor a su amigo. Riley también se arrimó a Félix, colocando una mueca de preocupación. -Hay que sacarle el agua de los pulmones-. Comentó Riley, levantando al peli-rosado para hacer las respectivas maniobras de ayuda. A la tercera embestida el menor reaccionó tosiendo una gran cantidad de agua. Fede apartó a Riley con cierta impaciencia, y agarró a Félix del brazo para ayudarlo con su ataque de tos. -Riley... No entres al agua... No es divertido... -. Suspiró Félix con dificultad. Fede lo agarró de los mofletes, y comenzó a analizar cada parte del contrario, moviendo su cabeza de manera brusca. -Woah, ¡Tranquilo Fede! Lo puedes lastimar-. Añadió Osmar, quitándole las manos de encima del peli-rosado. No había ni terminado de separarlos cuando Fede se abalanzó a Félix, dándole un abrazo. -Tranquilo ruiditos, estoy vivo...-. Comentó Félix entre risas.
El peli-rosado podía notar como le caían lágrimas al contrario, puesto a que realmente se había asustado, y en un intento de tranquilizarlo, colocó una de sus manos arriba de su cabeza, acariciándolo en el proceso. -Tranquilo...- Le suspiró, terminando por colocar su cabeza en su blanquecina melena. Osmar se arrimó a la pareja, rompiendo la poca tranquilidad que tenían en ese momento. -¿Que pasó allá abajo?-. Preguntó con inquietud. -No lo sé, no sé que era. Se veía negro, como X.O.R. Explicó el peli rosado, regalándole algún que otro beso al mayor, quien no se despegaba de él. -Puede que fuera un alma perdida-. Añadió Riley. -Son muy comunes en el Bosque Encantado, por eso no debes de actuar sin pensarte las cosas dos veces tarado-. Le reprochó la peli-roja al menor, quien asintió arrepentido. -Lo siento... Sólo quería desestresarme con algo...-. Agregó Félix, volteando a ver a otro lado. -Esta bien pero... Ten más cuidado la próxima vez ¿Quieres?-. Comentó Riley. -Si no lo haces por ti, hazlo por él...-. Finalizó, para luego reposarse al lado de un árbol. -Creo que deberíamos descansar, llevamos todo el día caminando-. Añadió Osmar mientras se tumbaba en el pasto. -Definitivamente-. Le asintió Félix, tumbándose al lado de él junto a Fede, quien se apegó a él nada mas tumbarse. -No creo que se te despegue en mucho rato-. Rio Osmar, quitándose su cabeza para dormir más cómodamente. Félix le devolvió una carcajada. -¿No vas a dormir?-. Le preguntó a Riley, quien seguía reposada en el árbol. -No tengo sueño-. Respondió fríamente, mirando hacia otro lado mientras refunfuñaba. Finalmente el peli-rosado cayó dormido junto al albino, quien de vez en cuando se movía para acomodarse mejor.
Félix se despertó en cuanto un rayo de sol se posó encima de sus ojos, causándole una molestia inmediata. -Ugh, si fuera por mi haría que todo el tiempo fuera de noche...-. Suspiró mientras comenzaba a estirarse. -Buenos días pomfletas ¿No quieres un baño?-. Comentó Riley mientras caminaba delante de él. -Que graciosa eres-. Refunfuño Félix mientras se enderezaba. Al abrir bien los ojos, se percató de que tanto Osmar como Fede no se hallaban en el lugar. -¿Donde están estos dos?-. Preguntó el peli-rosado con cierta confusión. -Salieron a buscar comida, resulta que Fede se levantó en la noche y se comió todas las provisiones...-. Comentó la peli-roja, con una pequeña risita en su rostro. -¿Y por que no lo paraste?-. Refunfuñó Félix. -Por que me pareció divertido-. Sonrió Riley. Una mueca de molestia se formó en el rostro del peli-rosado. -¿Me estas vacilando...?-. Riley negó con la cabeza. -Realmente eres una payasa...-. Suspiró el menor. -Si no fuera por mi estarías muerto-. Argumentó con una mirada desafiante. -La verdad no sonaría tan mal estar muerto teniéndote aquí-. Agregó Félix. -Pues su tu insistes te dejaré aquí solito, a ver si tu orgullo hace que te coma algún animal del bosque-. Añadió Riley, frunciendo el ceño. -Por mí estaría per- -. Su frase se cortó al divisar una figura acercándose. -¿Qué te pasa? ¿Te cortó la lengua Berseker?-. Le reprochó Riley, quien al ver la cara de Félix volteó. Fue ahí cuando ambos divisaron a un Jabalí corriendo hacia ellos. -¡COJE LA MALETA Y VAMONOS!-. Gritó Félix mientras se echaba a correr. -¡ESPERAME!-. Le gritó de vuelta Riley, agarrando la maleta para luego salir pitando a la misma dirección que el menor.
-¡¿POR QUE CARAJOS PASAN COSAS MALAS CUANDO ESTAS TÚ?!-. Le reprochó Riley. -¡QUE SE YO! ¡DE POR SI MI VIDA HA SIDO UNA MISERIA!-. Gritó de vuelta. -¡¿SABES COMO DESPISTAR A UN JABALÍ?!-. Añadió Riley mientras miraba por todos lados. -¡¿ME VES CON CARA DE TOWNTRAP O QUE?! ¡NI SIQUERA HE TENIDO MASCOTAS!-. Respondió entre gritos. -¡PUTA MADRE REALMENTE ERES UN INÚTIL!-. Agregó Riley, mientras pegaba un esquinazo con un árbol. -¡OYE ESPERA! ¡NO ME DEJES A MI SUERTE!-. Chilló el contrario para pegar otro esquinazo como la anterior. -¡PREFIERO QUE TE ASESINE A TÍ!-. Gritó la peli-roja. -¡PERO BUENO! ¡PEDAZO DE ZORRA!-. Le reprochó el peli-rosado.
Ambos chicos corrían sin cesar, a lo que de casualidad se toparon con los otros dos, quienes parecían recoger bayas. -Pero que- -. Osmar no pudo ni terminar la oración cuando escuchó a los dos gritando a la vez. -¡CALLENSE Y PONGANSE A CORRER!-. Fede y Osmar no se lo pensaron, y en seguida se pusieron a correr como los otros dos. -¡¿COMO COÑO PASO ESTO?!-. Le reprochó Osmar al peli-rosado. -¡QUE SE YO! ¡APENAS ME HABÍA LEVANTADO!-. Gritó mientras agarraba a Fede del brazo para que no se quedara atrás. -¡CORRER NO ES MI FUERTE!-. Chillo Riley. -¡¿ENTONCES ES MORIR?!-. Le argumentó Félix, causando que la contraria acelerara más. El jabalí comenzaba a impacientarse, y a causa de esto comenzó a acelerar más. -¡JODER, SI EAGLE ESTUVIERA AQUÍ LO HABRÍA HECHO CARNITAS!-. Gritó Osmar. Fede seguía bastante bien el ritmo, pero fue el único en percatarse de lo que había en frente, por lo cuál, tiró con fuerza del brazo de Félix. -¡¿QUE?! ¡¿QUE PASA AHORA?!-. Chilló, a lo que Fede le señaló el camino. Los otros tres chicos se quedaron en blanco al ver lo que parecía un acantilado en dirección a donde corrían. -¡VAMOS A MORIR!-. Lloró Osmar. El albino comenzó a acelerar. -¡¡FEDE POR LO QUE MÁS QUIERAS NO HAGAS UNA ESTUPIDEZ!!-. Chilló la peli-roja. -¡¡¡FEDE VAMOS A MORIR APLASTADOS CONTRA EL SUELO!!!- Agregó Félix, poniéndose más nervioso de lo que estaba. -¡¡ESTOY DE ACUERDO CON EL TRAGASABLES!! ¡¡NO HAY FORMA MATEMÁTICA DE SALIR ILESOS!!-. Gritó Osmar. El mayor no escuchó a lo que gritaba el resto, y con todas las fuerzas que le quedaban, gritó a los demás. -¡¡¡SALTEN AL ÁRBOL!!!-. Todos obedecieron al oír la nula voz del contrario. -¡¡¡FEDEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!- Gritaron los tres al saltar.
En frente de los cuatro se hallaba un enorme árbol que llegaba casi a la altura de la parte de arriba del acantilado, en el cual cayeron los cuatro, golpeándose con las ramas hasta llegar al suelo. - Al final nos hizo carnitas a nosotros...-. Suspiró Osmar adolorido. -¿C-Cómo están?-. Preguntó Riley, mientras se levantaba a tropezones. Fede parecía contento, puesto a que había caído encima de Félix, quien apenas podía diferenciar el cielo de lo terrestre. -N-No m-más felaciones para ti...- Suspiró el peli-rosado. Los cuatro se levantaron con bastante torpeza, puesto a que estaban bastante adoloridos por los golpes contra el árbol. -Bueno... Al menos nos libramos de ese bicho-. Comentó Osmar mientras se arrimaba a la maleta que había caído a ciertos metros de los demás en lo que parecía un gran conjunto de hojas. -Creo que perdimos el mapa...-. Comentó Félix. Los cuatro se miraron entre sí, con cierto desánimo. -Pues tendremos que guiarnos por nuestro propio culo-. Agregó Riley, mirando hacia Fede. El mayor asintió en respuesta.
-Lo mejor que podemos hacer es seguir adelante-. Comentó Osmar, los cuatro asintieron a la vez, y retomaron el camino que llevaban, esta vez, con Riley y Fede enfrente, uno para guiar y la otra para vigilar. -¿No eras tú el que defendía?-. Rio Osmar. El peli-rosado lanzó una carcajada al aire. -¿Y tú no cuidabas las cosas?-. Ambos se rieron, mientras continuaban su camino hacia su destino.