-Levihan- OneShots en Edición

By YepYepYeap

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Historias aleatorias que involucran varios aspectos que Hajime Isayama no nos ha mostrado de nuestra amada pa... More

A Perfect Date
A flower
Stressful
Weird situations
Let him know
Doubting my sanity
New friendships
Shyness?
Rainy days
Forever
Knowing us
The time we own
It's hard to say goodbye.
How to handle drama...
Helping a friend.
A matter of trust.
Things that happen... Part 1
Things that happen... Part 2
By myself.
Dealing with stress
In sickness and health
In sickness and health 2nd part
In sickness and health 3rd Part
We got the stars
We got the stars 2nd part
Hope
Hope 2nd part
The distance
The distance 2nd part.
From zero
From zero 2nd part
Surprises, surprises..
Surprises, surprises 2nd part..
Surprises, surprises 3rd part.
Little details
Little details 2nd part
New
New 2nd part
The last day
About sadness and misfortune
More than a dinner
In another life
Unexpected Situations
When we meet again
Especial Octubre #1
Especial Octubre #2
Especial Octubre #3
Especial Octubre #4
Especial Octubre #5
Mini ~ shots #1
Mini ~ shots #2
Mini ~ shots #3
Secrets are lies?
Secrets are lies? 2nd part
Songfic #1
Secrets are lies? 3rd part
Songfic #2
Secrets are Lies?, Final
Songfic #3
No need for...
Overwhelmed
Rumor Mill
Not yet
All those silences
Void
In the eyes of the beholder
Looking after...

Communication is the key

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By YepYepYeap

La comunicación es la clave.

Buenas a todos.

Este mini AU fue pensado ayer por la noche, así que espero que esto les ayude a sobrellevar la pérdida de nuestra Hange.

Sobretodo tomando en cuenta que el capítulo de hoy seguramente destruyó emocionalmente a más de uno (yo incluida)

Sin más que agregar, espero les guste.

¡Nos leemos al final!

—Entonces él comenzó a gritarme y todos en el salón se quedaron callados mirándome.

—¿Y que hiciste?

La chica miró a su alrededor antes de rascarse sin entusiasmo la mejilla derecha.

—Le di un puñetazo.

La miré, sabía que se merecía un regaño, un castigo incluso pero antes de poder mencionar algo me detuve y guarde silencio.

La chica espero con paciencia a que sentenciara su castigo por sus acciones pero este nunca llegó.

—¿Quieres sentarte un momento conmigo?

La chica asintió cautelosa y tomó asiento a un costado mío sobre su cama.

—Voy a contarte algo que podría serte útil en el futuro.

✨ ✨ ✨
✨✨

—¿Qué carajos te pasa? —pregunté molesta al mocoso parado frente a mi.

Al cual había arrastrado desde el pasillo de la entrada antes de que pudiera escaparse.

—¿De qué estás hablando? —preguntó mirándome con aquella cara de siempre, de aburrimiento y molestia.

Con mi mano derecha lo señalé mientras con la punta de mi dedo índice toque el centro de su pecho en repetidas ocasiones.

—Siempre tienes que hacer lo que yo hago, siempre... me tienes harta, estás en todos lados, nunca me dejas en paz.

Él me miró, como esperando a que soltara una risa y comenzara a decirle que esto era una broma, pero por supuesto que no lo era.

Llevábamos meses compitiendo el uno con el otro, en todo, en la clase de deportes, en la clase de física, en la clase de matemáticas, incluso en los eventos escolares siempre era competir uno contra otro.

Esto no era una jodida coincidencia, y si él no era quien se ofrecía voluntariamente entonces no había forma de que esto fuera algo que simplemente pasara.

—Estas loca, me voy —y así sin más me dio la espalda y comenzó a caminar hacia la salida.

—¿Estoy loca?, idiota —dije antes de alcanzarlo y darle una patada por la espalda.

Aquello pareció hacerlo salir de su estupor, ya que se giró con una cara de molestia aún más intensa y me tomó por los hombros mientras me sacudía.

—Eres una molestia, ¿por qué siempre tienes que arruinarlo todo con tu estúpida presencia?

En cuanto tuve oportunidad lo tomé del cabello y comencé a jalar con fuerza.

—Eres tú quien siempre está en todos lados, no puedes mantenerte lejos de lo que esté haciendo, maldito tarado —me acerqué a su cara para decirle más de cerca—. ¿Es que no puedes soportar que una chica sea mejor que tú en todo?

Aquello le hizo soltar un gruñido y antes de que pudiera ver lo que intentaba hacer la palma de su mano derecha se estampó contra mi cara obligándome a soltarlo y a retroceder un par de pasos para no perder el equilibrio.

—Al final lo que decían resultó cierto... estás loca.

Y sin más lo golpeé, aquello que dijo fue prácticamente una invitación a que lo hiciera.

Él intentó esquivar el golpe pero no lo logró, y el puñetazo que le lancé dio de lleno en su pómulo izquierdo.

Sin esperar a que intentara algo, retrocedí pero él ya se estaba acercando de nuevo a mi, acortando cada vez más la distancia.

Bien, tendríamos una pelea, por fin, una de verdad.

Ambos sabíamos de lo que éramos capaces, después de todo éramos los mejores en el club de lucha, pero nunca habíamos puesto a prueba nuestro potencial sin supervisión de algún adulto o sin alguien que llegara a obligarnos a parar.

Entonces, terminamos soltándonos un par de golpes.

Y todo acabo antes de siquiera poder empezar a destrozarnos las caras, ya que antes de darme cuenta el idiota ese me soltó un golpe que dio de lleno en mi ceja provocando que yo a la vez soltara un golpe que no supe dónde había conectado pero mis nudillos sabían que le había dado.

Al abrir los ojos me encontré sentada en la tierra, y aquel idiota sentado en la misma posición frente a mi, aunque él se encontraba con la espalda recargada contra un árbol.

Aquel par de golpes dados en simultáneo al parecer habían provocado que termináramos sentados frente a frente en este estúpido camino de tierra.

—Eres un imbécil, ¿por qué simplemente no me dejas en paz? —dije llevándome ambas manos al rostro.

Me miró sorprendido y luego fue su turno de hablar.

—Porqué tú no me dejas en paz.

Negué mientras intentaba sacudirme la tierra de mi pantalón de deporte.

—Yo no soy quien se la pasa buscando competir todo el tiempo, ¿acaso no tienes más cosas que hacer? —dije en tono exasperado, después de todo estaba harta de ver su estúpida cara.

Me miró con recelo y después burla.

—Eres tú quien siempre se la pasa buscándome para hacer de todo una maldita competencia, debí haber sido yo quien te buscara para dejarte en claro que no eres mas que una jodida molestia.

Aquello me molesto, obviamente.

Todos en la maldita clase y en la estúpida escuela se la pasaban repitiendo los comentarios machistas que hacía el idiota respecto a mi.

"Las chicas no sirven para nada, mucho menos ella"

"Todo el tiempo se la pasa hablando de cosas sin sentido como la idiota que es"

"Esa loca se cree mejor que yo, como si una niñita lo fuera"

Al recordar aquello volví a enfurecerme y me puse de pie rápidamente, él también se levantó y espero a que yo hiciera algo.

Me acerqué, pensando fríamente mis palabras antes de quedar frente a él y tomarlo por su camisa.

—¿Acaso creíste que la "niñita" nunca vendría a darte tu merecido?, no eres más que un idiota que se cree mucho mejor que yo por ser hombre, eres un imbécil que se cree mejor que los demás por tener un poquito más de talento que el promedio —hice una pausa y tomé con más fuerza la tela de su camisa para continuar con aquello—. Pequeño infeliz, idiota... mira que menospreciar lo que hago solo por ser una chica...

El semblante en su rostro cambió por primera vez, no era el mismo que había usado durante toda nuestra discusión, o más bien pelea, pareció darse cuenta de algo.

—No eres más que un pedazo de...

Levantó ambas manos y las puso sobre mis hombros intentando poner algo de distancia entre los dos.

—Espera, espera...

Dijo intentando que me detuviera tanto de lo que estaba por continuar diciendo como del agarre al que lo tenía bien sujeto.

Yo no retrocedí ni un instante, simplemente lo observé con molestia, su estúpido y feo rostro con tierra en todos lados y algo de sangre saliendo de su nariz, me miró con intensidad y luego al darse cuenta que lo había escuchado decidió volver a hablar.

—¿Quién te dijo eso? —preguntó casi sin aliento.

Podía sentir el agitado latir de su corazón en el puño que tenía sobre su pecho en donde aún me encontraba sujetando su camisa.

Lo miré contrariada.

—¿Qué?, ¿De qué hablas? —pregunté acercando mi rostro al suyo, él de inmediato volvió a empujarme con fuerza para que pudiéramos observarnos con algunos centímetros de distancia entre ambos.

—¿Quién te dijo que menosprecio lo qué haces por ser una chica?

Él agarre que mantuve sobre su ropa se aflojó un poco, esa pregunta no había estado entre las muchas que pasaron por mi cabeza.

Con algo de contradicción respondí.

—¿Cómo qué quién?, todos lo dicen, todos se la pasan repitiendo lo que dices a mis espaldas.

Aquello seguramente le pareció gracioso porque una risa se le escapó.

—¿De qué te ríes?, tarado —dije molesta.

—De ti —y antes de que pudiera darle otro puñetazo él volvió a tomar la palabra—. ¿Acaso no se te ocurrió que lo que todos dicen era solo para ponernos a pelear el uno con el otro?

Eso no tenía sentido, no era posible que todos en la escuela se pusieran de acuerdo para que algo tan ridículo como eso sucediera.

—He escuchado a gente de otros grados decirlo también, eso no puede ser una coincidencia.

Él negó.

—Yo también he escuchado cosas de ti, que te la pasas diciendo que eres mejor que todos, como una estúpida sabelotodo, que siempre estás esperando a que haga algo mal para burlarte del esfuerzo que hago para poder ser más social —se obligó a detenerse por la falta de aire, pero en cuanto se recuperó comenzó a hablar de nuevo—. Que todo lo que hago te molesta simplemente por el hecho de que alguien que no eres tú está intentando hacer lo mejor posible.

Sonreí nerviosamente mientras negaba repetidamente.

—No, no quieras venir a intentar solucionar esto con cosas que te acabas de inventar.

Molesto nuevamente retiró la mano con la que aún lo estaba sujetando de su uniforme y a esa distancia finalmente fue su turno de señalarme.

—¿Acaso crees que esto es una maldita broma?, he visto como te burlas de mi por intentar responder cosas en clase, ¿tienes idea de todo lo que me he esforzado por estudiar para poder dar alguna respuesta correcta?

Levante ambas manos frente a él para que viera que no iba a golpearlo o algo así.

—No, no... yo nunca me he burlado de ti, mucho menos en clases, eres tú el que siempre está intentando buscar algo por lo que discutir.

Nos quedamos en silencio, escuchando como los últimos estudiantes abandonaban las aulas, junto con aquel característico sonido de butacas siendo arrastradas por doquier en el segundo piso.

Y entonces volví hablar cuando la verdad llegó a mi como una revelación.

—No fuiste tú.

Él rodó los ojos y dijo.

—No, no fui yo, ¿alguna vez me escuchaste decir lo que sea que te dijeron que dije?

Negué aún sin poder creerlo... lo había golpeado.

—¿Fueron chismes solamente? —pregunté a la nada sin verdaderamente esperar una respuesta.

Él chico frente a mi se cruzó de brazos.

—Obviamente.

Entonces recupere la compostura que aquella revelación me había hecho perder y le dije.

—Yo nunca me he burlado de nadie, la verdad es que a menudo encuentro interesantes tus respuestas pero con todo lo que se la pasan diciéndome de ti, era difícil poder tomarlo objetivamente... pero no, yo no me creo mejor que tú, no me creo mejor que nadie en realidad —dije soltando una risa algo nerviosa ya que cuando estuve en grados inferiores me sentía bastante inútil.

El parloteo de gente en los pasillos de de la escuela nos hizo compañía por un momento, en el cual nos quedamos mirándonos por un largo instante.

El pelinegro fue el primero en hablar.

—Podríamos decir que esto se salió ligeramente de control —dijo con una cantidad descomunal de sarcasmo en su voz.

Aquello me hizo reír genuinamente, todo este asunto me había mantenido estúpidamente tensa por mucho tiempo.

—Y que lo digas —dije dejando que mi postura de pelea finalmente abandonara mi cuerpo.

Esos golpes que había recibido estaban comenzando a doler, los nudillos me ardían.

El chico se aclaró la garganta.

—Tienes algo de sangre —hizo una pausa mientras levantaba su mano y con su dedo índice tocaba levemente el final de mi ceja derecha —. Aquí.

De inmediato levante mi mano para poder tocar la zona que me había indicado pero él detuvo mi mano antes de que pudiera hacerlo.

Me miró mientras un ligero sonrojo cubría sus mejillas, aquello me pareció ciertamente contradictorio de parte de él pero también pude sentir que me había sonrojado un poco.

Raro por parte de dos mocosos que hace nada se estaban agarrando a puñetazos.

—Tienes las manos llenas de tierra —hizo una pausa como intentando explicar el porqué había tomado mi mano entre la suya y luego me observó —. Bueno, no solo las manos —finalizó con humor.

Y tenía razón.

Parecía que ambos nos habíamos lanzado tierra el uno al otro por lo que volví a reír.

Baje la mano con la que intente tocarme la herida y él finalmente me soltó.

Fue extraño pero aquel gesto que tuvo me pareció agradable y en cuanto su mano abandonó la mía no pude evitar  sentirme un poco afligida.

—Tú también tienes sangre, en tu nariz —dije haciendo una mueca de dolor, aquello seguramente terminaría hinchándose.

Él soltó un suspiro.

—Será mejor que vayamos a lavarnos —dijo caminando hacia las canchas traseras de la escuela.

Asentí y lo seguí.

—Ni siquiera sentí cuando me golpeaste en la nariz —dijo entre asombrado y exasperado.

Me rasque la mejilla derecha desinteresadamente antes de decirle.

—Perdón —y luego lo detuve por lo hombros—. De hecho, discúlpame por haberte golpeado, fui yo quien comenzó, estuvo mal haberme dejado llevar por los rumores.

Me observó y asintió con lentitud, poniendo atención en lo que decía.

—Yo también lo siento, no creí que por culpa de gente sin nada que hacer terminaríamos solucionando nuestros "problemas" a golpes —dijo haciendo comillas en el aire antes de mencionar la palabra problemas.

Y antes de que pudiéramos retomar nuestro camino volvió a hablar.

—Siento haberte golpeado.

Y en su tono pude escuchar que estaba siendo sincero.

Le sonreí mientras pasaba mi brazo por sobre sus hombros.

—No te preocupes, ¿sin rencores? —le pregunté.

Él asintió.

—Sin rencores.

Comenzamos a caminar nuevamente hacia el lavabo.


✨ ✨
✨ ✨ ✨

—Dime entonces Sasha, ¿qué piensas de lo que te acabo de contar?

La chica me observó con atención antes de decir.

—Creo que fue tonto que la chica golpeara al chico por simples chismes.

La miré con intensidad mientras asentía.

—¿Por qué golpeaste a Niccolo?

Sasha siendo una adolescente y por supuesto un manojo de nervios esperando por estallar comenzó a sonrojarse.

—Él dijo que yo había estado contando cosas de él que no eran ciertas, pero lo que dijo era mentira, ni siquiera me dejó explicarle que yo nunca he dicho nada de él, ni de nadie, todo el tiempo me la pasó hablando de tonterías con Connie.

Asentí.

—¿Y en lugar de esperar a que se calmara que fue lo que hiciste?

Ella ahogó un gruñido y escondió su rostro en la palma de sus manos.

—Lo golpeé en la cara.

Le dediqué una sonrisa que aunque sabía que mostraba empatía seguramente en sus ojos parecería que me estaba burlando de ella.

—Por cosas como esas es que se hacen las enemistades, ni siquiera estás segura de quien le dijo eso a él, simplemente lo golpeaste.

Sasha se dejó caer de espaldas sobre su cama.

Aquello me hizo reír y fue cuando decidí que era tiempo de que aquel visitante inesperado podía salir de su escondite.

—Levi, sal de ahí, sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas.

Él susodicho apareció con cara de burla y brazos cruzados.

Sasha se incorporo tan rápido que casi se va de lado por lo que tuve que tomarla del brazo para poder estabilizarla.

—Papá... yo.

Levi negó mientras ingresaba un poco más a la habitación de la castaña.

—Ya escuché todo, pero creo que a ti te hace falta escuchar una parte importante de lo que tú madre te dijo.

Yo no pude más que reír de nuevo, aquello siempre me había parecido un recuerdo memorable.

—¿Qué es? —preguntó Sasha con cautela.

Levi se aclaró la garganta antes de decir.

—Ella y yo —dijo mientras me señalaba y después se señalaba a él mismo—. Somos los mocosos de la anécdota.

Sasha nos observó un instante sin comprender de que se trataba lo que había dicho Levi, pero un momento después la verdad pareció mostrarse ante sus ojos.

Ya que su expresión cambió a una de sorpresa y luego comenzó a señalarnos mientras boqueaba como un pez fuera del agua.

—Debo admitir que recibir una patada por la espalda o un puñetazo en la cara no es la mejor manera de comenzar una amistad —dijo quitándole importancia al asunto.

Fue mi turno de hablar.

—Esa fue la primera interacción que tuvimos, antes de la pelea nunca habíamos intercambiado palabra, solo nos dedicábamos a asesinarnos con la mirada.

Suspiré antes de decirle.

—Estoy segura de que pusiste atención a lo que te conté —espere a que ella asintiera para poder continuar—. Entonces ya sabes lo que tienes que hacer.

Ella suspiró y asintió derrotada.

—Tú madre no se refiere a que tienes que continuar con la pelea, Sasha —dijo Levi con tono divertido.

Sasha lo miró con mala cara antes de lanzarle una almohada.

—Cállate papá, no es gracioso.

Él tomó la almohada antes de que lo golpeara y la lanzó de regreso a la cama.

—Bueno vámonos, en el camino podemos seguir intercambiando técnicas de pelea.

Levi abandonó la habitación mientras reía.

—¡Basta, papá!

Esa pelea nuestra había funcionado a largo plazo, esperaba que la situación de Sasha con Niccolo pudiera continuar en buenos términos, quien sabe, tal vez incluso podría terminar como la nuestra.

Me gustó tanto esta idea que decidí despertar a mitad de la noche para escribir de que de se trataría, para hoy poder redactarla.

La pregunta obligada, ¿qué les pareció?

Edit: originalmente la que sería la hija de este par era Historia pero pensándolo mas detenidamente me dije... ¿si te das cuenta que ninguno de los dos es rubio, verdad?, entonces así fue como cambio de Historia a Sasha, además todos amamos a Sasha y si hubiéramos conocido a ambas al mismo tiempo, yo habría jurado que era hija suya.

Quejas/sugerencias, aquí.

Espero les haya gustado.

¡Nos leemos pronto!
Bye bye

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