No llevaban ni la mitad del camino hacia la entrada cuando escucharon una voz familiar. -¡Osmar espera!-. El trío volteó para encontrarse con Jackson. -Se que ya te vas, pero necesito que me des uno de tus hielos, recuerda que se descompuso la máquina... -. Dijo entre suspiros. -¡Santa madre Jackson! ¡No vuelvas a salir corriendo! ¡Te puede dar un paro cardiaco!-. Gruño Osmar, mientras sacaba de los bolsillos lo que parecía una bolsa térmica llena de hielos. A todo esto, Fede tenia cierta cara de preocupación. -¿Que te pasa ruiditos?-. Preguntó Félix al contrario, quien como respuesta se apegó al menor. -¿Tienes miedo de salir?-. El albino asintió. -¡Pero si recorriste mar y tierra para llegar a la pizzería! ¿Por qué ahora no quieres salir?-. Fede se apartó, e hizo señas de monstruos. Félix lo miró con una cara sarcástica. -Por favor... Eso son cuentos de niños, los monstruos no existen-. Alegó el menor. Fede asintió convencido de sus ideas, desafiando al peli-rosado. -Si ya ¿Me vas a decir que también existen las almas? ¿O que hay lagartijas tridimensionales? ¿O no se... Que la magia existe?-. Rio Félix, a lo que el mayor respondió con una mueca. -Sea lo que sea que te de miedo, ahí estaré yo para protegerte-. Añadió Félix a Fede con cierta confianza. El albino respondió formando un corazón con sus manos. -Melosito...-. Susurró, para luego arrimarse a su pareja, juntando su frente con la del contrario. Los dos reían entre ellos mientras Osmar se despedía de Jackson, mirando discretamente a todos lados y finalizando con un beso. A lo que los otros intentaron hacer lo mismo.
-¡MALDITA SEA PUPPET!-. Chilló Félix, causando que el contrario riera. -Tranquilo, no es la primera vez que me topo sorpresas por el pasillo-. Añadió, para luego retirarse corriendo. -No saben besar...-. Suspiró Osmar mientras continuaba con el camino. -Bueno.. No es como que sea algo que haga diario...-. Se defendió Félix, el cuál agarró a Fede de la mano para no dejarlo atrás.
El trío fue acercándose a la entrada del circo, mientras Osmar y Fede se despedían de algunos compañeros suyos. Al llegar a la entrada, se percataron de que X.O.R los estaba esperando. -Tengan cuidado allá afuera...-. Comentó el líder, mientras comenzaba a separar ciertas partes de su cuerpo, las cuáles se regeneraron instantáneamente. -¿Que está haciendo?-. Preguntó el peli-rosado. -Nos está dando una parte de su ser para que no estemos muertos allá afuera-. Félix quedo perplejo. -¿Muertos afuera? ¡Pero si yo vengo de allá!-. Osmar se rio como respuesta. -¿Estarías vivo allá afuera con tu garganta destrozada?-. Preguntó con sátira. -Es gracias a él que nadie muere por aquí. La esencia que sale de su ser es lo que nos mantiene vivos-. Añadió, mientras comenzaba a aspirar el gas en el que se transformó las partes amputadas del líder. -"Con razón Nozomi puede estar viva..."-. Pensó el peli-rosado para él mismo, mientras aspiraba el gas al igual que los demás. El trío se despidió del jefe, mientras el contrario se alejaba en la oscuridad del local. Lo primero que captaron los tres al salir fue a Marionette dando volteretas sin parar. -Creo que ella es la persona más energética que he visto en todo el circo-. Dijo Félix, recibiendo un asentimiento por parte de los dos contrarios.
-Muy bien, ¡A la aventura!-. Gritó Osmar, mientras comenzaba a adelantarse. No tardaron en quedarse quietos al oír otra voz familiar detrás de ellos. -¿A dónde creen que van?-. Félix supo al instante que se trataba de la pesada de Riley. -¿Qué te importa?-. Le gruño el peli-rosado, causando que la contraria le gruñera de vuelta. -Te estás llevando a Fede, así que me importa bastante...-. El albino volteó hacia la contraria con una sonrisa en su cara. -Que lástima por ti, ya nos íbamos-. Refunfuño Félix, mirando hacia otro lado. -Exacto, ya nos íbamos-. Recalcó Riley, acercándose al grupo. -Oh no no no, tu no irás con n- -. Su frase se cortó al cruzar su mirada con la de Fede, quien se veía alegre de la repentina aparición de Riley. Félix miró de vuelta a su contrincante, quien le puso una sonrisa malévola. -Te odio...-. Refunfuñó Félix, mientras se daba media vuelta para seguir a Osmar. -No te preocupes, estoy acostumbrada al odio-. Agregó la peli-roja, integrándose al grupo.
Fede iba adelante de todos, mirando para todos lados mientras volteaba de vez en cuando al mapa que cargaba Félix, señalando al frente en el proceso. -Ya voy impaciente-. Agregaba Félix a cada señalada que daba Fede. No tardaron mucho en salir del bosque, sólo para toparse con una carretera y otro bosque más al frente de esta misma. -Hasta acá llega la esencia de X.O.R, pero como nos otorgó parte de él, no hay problema-. Comentó Osmar con cierta alegría. -¿No salen mucho verdad?-. Preguntó el peli-rosado a los demás, recibiendo un asentimiento de parte de los tres. -Las cosas que se deben estar perdiendo...-. Susurro el menor para sí mismo. Cruzaron la carretera sin ningún problema, más allá de la insistencia de Fede de que el bosque de enfrente era el lugar que buscaban.
-Si Fede, ya lo sabemos...-. Suspiró Riley. -Vaya, algo en lo que estamos de acuerdo-. Rio Félix. -Cállate-. Refunfuño Riley. -¿Siempre es así de agresiva?-. Preguntó Félix a su amigo. -Yo diría más bien protectora-. Argumentó Osmar. Los cuatro chicos comenzaron a adentrarse al bosque, el cuál, por alguna extraña razón, daba más inquietud que el del circo. Fede se pegaba a cada dos por tres al peli-rosado, el cuál lo encontraba tierno, mientras Riley no despegaba su mirada de ambos en ni un solo momento. -Se te daría bien lo de ser policía-. Le susurró Osmar a la contraria. -No confío en él...-. Respondió Riley, sin quitar la mirada en ningún momento. -Para ser honestos... ¿Alguna vez has confiado en alguien?-. Preguntó el peli-morado, mientras cambiaba la posición de la maleta a su otra mano. Riley refunfuño mirando hacia otro lado. -Mis motivos tendré...-. Osmar le sonrió. -No te preocupes Riley, Félix es un buen tipo. Es algo torpe, y bastante estúpido... Y un poco maricón, pero es buena gente-. Agregó el peli-morado, intentando tranquilizarla. -Eso ya lo veremos...- Gruño Riley, marcando una rivalidad entre el peli-rosado y ella.
Los chicos continuaba su camino, y mientras lo hacían, Osmar intentaba distraer a Riley, comentándole cosas de vez en cuando, o enseñándole curiosidades de algo para que pudiera dejar a la pareja tranquila, cosa que Félix aprovechaba para cortejar al contrario. -¡Mira Fede! ¡Son coronas de flores!-. Expresó con felicidad el peli-rosado, colocándole una de estas encima del mayor. -¡Te queda bien!-. le sonrió el menor, causando un leve sonrojo al albino, quien le devolvió la sonrisa. A lo lejos del camino, pudieron divisar lo que parecía un lago. -¡Finalmente un sitio para bañarme!-. Agregó Félix, corriendo hacia él sin mirar hacia atrás. -¡Félix! ¡Ten cuidado en donde pisas!-. Le gritó Osmar, siguiéndolo junto con el resto del grupo. -Déjalo, a ver si corremos la suerte de que se pierda-. Sonrió Riley, causando un ceño fruncido en el peli-morado. -Félix yo no me metería ahí si fuera tú, no parece agua normal...-. Argumentó Osmar, mostrándose algo preocupado. -Oh vamos, estamos en un bosque, ¡No en un sitio encantado!-. Riley le sonrió. -Este bosque lo conocen como el Bosque Encantado, si yo fuera tu tendría más ojo-. Comentó convencida. -Me lo dice la que tiene pinta de hablar con animales espirituales-. Añadió Félix entre carcajadas. -Haz lo que quieras, a fin de cuentas no me importa-. Refunfuñó la peli-roja. Félix lo tenía claro, se iba a meter si o sí, puesto a que empezaba a notar que estaba apestando. Fede tampoco parecía muy contento con la idea de dejar que se metiera ahí. -Huelo fatal querido, hasta me doy asco a mi mismo-. Suspiró con cierto egocentrismo, mientras se disponía a quitarse la mayoría de prendas, dejando únicamente sus boxers al aire.
Félix caminó hacia atrás para agarrar carrerilla y se tiró hacia el agua de un clavado. -¡Tarado te vas a matar!-. Chilló Riley. -¿Acaso te estas preocupando por él?-. Le preguntó Osmar a la peli-roja con una mirada pícara. -¡N-No es por él! ¡Es por Fede!-. Chilló, mirando hacia otro lado. Osmar le respondió con una risita. El albino se arrimó lentamente al agua, y comenzó a preocuparse al ver que el menor no salía a respirar, volteó a ver a los otros dos, quienes comenzaron a poner la misma cara que él. Se arrimó más y más hasta que su cara quedó prácticamente a centímetros del agua. Se dispuso a tocarla hasta que de repente, como si de un relámpago se tratase, el peli-rosado salió a escasos centímetros de su cara, causando que el contrario se mojara la cara y retrocediera de golpe. -¡OAH! ¡ESTA FRÍA!-. Gritó Félix mientras tomaba grandes bocanadas de aire. -¡Pelotudo! ¡Casi nos asustas!-. Chilló Riley, poniéndose roja de la frustración. -Awww, ¿Mrs. Refunfuñona se preocupa por mi?-. Comentó de manera burlona mientras se acomodaba en un árbol incrustado en el lago. -¡ERES UN IMBÉCIL!-. Le gritó Riley de vuelta. -Relájense, ¿Por que no se desestresan con un baño? Esta fría pero exquisita-. Añadió Félix con una actitud despreocupada.
-Bueno, si tu insistes...-. Replicó Osmar, haciendo los mismos pasos que el anterior, sólo que en vez de echarse un clavado, se metió lentamente, no sin antes pedirle a Fede que sostuviera su cabeza. -Oye, pues si que esta bien-. Alagó Osmar, mientras recuperaba su cabeza de las manos del mudo. -¿No se van a meter?-. Dijo Félix mirando hacia los dos que todavía quedaban en la superficie. Estos negaron con la cabeza. -Vamos Fefi~ ¿Me dejaras aquí solíto~?-. Pregunto el peli-rosado con una voz pícara, causando una pequeña sonrisa en el contrario. -No estas solo, estás con Osmar-. Añadió Riley con cierta prepotencia. -¿Siempre eres así de molesta?-. Refunfuñó Félix. En respuesta, la peli-roja le sonrió malévolamente. Fede comenzó a arrimarse de nuevo al agua. -¿Estás seguro de entrar?-. Le dijo Riley al mayor, el cuál asintió emocionado. -Bueno... Ten cuidado ¿Quieres?-. Suspiró Riley, volteando la mirada. -¿Celosa?-. Dijo Félix mientras se reía. -Cállate...-. Volvió a suspirar la peli-roja. Fede tardó en quitarse todas sus prendas, y acto seguido se arrimó lo suficiente a la orilla como para que Félix lo cargara hacia dentro. -¿Qué tal eh?-. Le susurró al oído al mayor, quien respondió con un leve sonido, puesto a que todavía se estaba acostumbrando a la sensación de aquella agua.
El peli-rosado tomó a su pareja de las caderas, y lo pegó hacia él, mientras colocaba su cabeza en uno de los hombros del mayor, causando que el otro se sonrojara mientras se reía, dejando escapar algún que otro sonido. -Linda voz...-. Le suspiró al contrario en el oído. El momento fue interrumpido cuando una gran cantidad de agua les cayó encima a los dos, dejándolos desconcertados. -¡Osmar!-. Gritó Félix con molestia. -¡Pónganse de melosos en otro lado!-. Rio el peli-morado, volviendo a echarles agua encima. -¡Te vas a enterar!-. Chilló el peli-rosado, tirándole agua de vuelta a su amigo. Ambos comenzaron una batalla de agua, mojándose los dos más de lo que ya estaban, y riéndose a carcajada limpia hasta que Fede también entró al juego, causando más risas entre ellos.
-Parecen niños pequeños...-. Suspiró Riley. -¡Y tu pareces una señora amargada!-. Le replicó Félix entre carcajadas. A pesar de lo molesta que estaba la peli-roja, no podía evitar sentirse feliz de ver a Fede riéndose y pasándosela bien. Era algo que no había hecho en mucho tiempo, y le alegraba volver a verlo así. Los chicos pasaron un buen rato jugando entre sí, riéndose y mojando todo en el proceso, pero como todo juego, llega un momento en el que se aburrieron. Los chicos comenzaron a salir uno por uno del agua: Primero fue Osmar, junto con la ayuda de Riley, luego Fede, con la ayuda de la misma, pero cuando Félix iba a salir, notó algo atrancado en su pierna. -Esperen, creo que me atoré con una rama-. Comentó al grupo mientras se disponía a sacarse lo que tenía atorado. Los chicos aprovecharon para comenzar a vestirse. -Puta madre, creo que necesitaré ayuda-. Expresó mientras usaba los dos brazos para sacarse lo atorado. Los chicos miraron con gracia al contrario, hasta que de repente Félix sintió como algo lo tiró un poco hacia abajo. La cara de los miembros cambió radicalmente a una de sorpresa. -Uh Oh...-. Comentó el peli-rosado, justo antes de que la cosa atorada lo tirara hacia abajo del agua, hundiéndolo en el proceso.