-¡Vaya! Ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me pediste ayuda Fede-. Comentó Travis, mientras guiaba al grupo a la bodega del Circo. -La bodega es donde guardan a los animales. También es donde tienen a Lilyana encerrada-. Félix alzó una ceja. -¿Por qué esta encerrada? ¿Rompió la ley?-. Rio Félix. Osmar negó con la cabeza. -No, esta encerrada por romper una de las reglas. No esta muerta gracias a Riley, nadie sabe como logró convencer a X.O.R de que la dejara viva-. Argumentó. El peli-rosado se mostró sorprendido. -¿Es ella la chica de la que habló X.O.R cuando discutió con Riley?-. Osmar asintió en respuesta. -En vez de matarla la dejó ciega de por vida-. Expuso. -Ese fue su castigo-. Agregó, para luego voltear hacia Jackson con cierta preocupación. -Oye no pongas esa cara, estoy seguro de que después de todo esto también les dejará ser libres-. El peli-morado giró la mirada hacia su amigo, correspondiéndole con una sonrisa. -Gracias Félix, realmente lo aprecio-.
-Muy bien, es aquí. ¡Bienvenidos a mi habitación!-. Dijo Travis mientras abría una gran puerta de metal llena de lo que parecían pelos. No tardó en salir un gran aroma a perro sin bañarse, el cual hizo que Félix cambiara su rostro a uno de asco. -¿Cómo puedes dormir con este olor?-. Travis rio. -Al final te acostumbras-. Concluyó. Su habitación se veía pequeña, pero no era por que lo fuera, sino por que tres grandes jaulas ocupaban la mayor parte del espacio. Además de que tenía una chimenea que también aportaba en reducir el espacio. Al lado de esta, se ubicaba una gran cantidad de paja. -Por favor no me digas que ahí duermes-. Suspiró Félix. Travis le respondió asintiendo con la cabeza. El peli-rosado no podía creérselo. Realmente trataban muy mal a la clase más baja. -"Seguro que esto es culpa de Gadiel"-. Pensó. Cuando ingresaron, Félix pegó un brinco al ver como un animal golpeó su jaula con fuerza. -Ya, ya, tranquilo...-. Dijo Travis, mientras acariciaba a la bestia por debajo de la mandíbula. Félix jamás había visto un león, pero sabía como se veían, por lo cuál, se quedó con una cara de confusión al ver ciertas marcas extrañas en el animal. -¿Esta enfermo? ¿O por qué saca espuma de la boca?-. Preguntó Félix aterrado. Travis giró hacia él. -Este tiene Rabia, y el oso de allá tiene Sarna-. Argumentó el peli-anaranjado. -¡¿O-Oso?!-. Chilló Félix, girando lentamente con terror hacia la otra jaula, donde en efecto, se ubicaba un oso grizzli. -S-Sólo espero que las jaulas estén bien cerradas...-. Expresó el peli-rosado con angustia. -Tranquilo, están seguros-. Respondió Travis con una sonrisa. Félix siguió explorando la habitación, viendo a todos lados como todas las paredes estaban llenas de rasguños, pelos de animal, quemaduras y muchas otras cosas más. Su recorrido no tardó en acabar cuando su mirada cruzó con la jaula de al lado del león. Ahí se percató de una chica que se encontraba encerrada.
Félix se arrimó a Fede. -¿Es ella?-. Susurró. El chico asintió en respuesta. -Adelante-. Agregó Travis, dándoles el espacio para arrimarse a la enjaulada. -Hola, eres ¿Lilyana verdad?-. La chica volteó en dirección al peli-rosado, y fue ahí donde pudo ver sus... Ojos... -"Dios mío, los tiene engrapados..."-. Pensó con cierta cara de horror. -¿Travis? ¿A quienes trajiste?-. Suspiró la chica enjaulada. -¿Recuerdas que te dije que había un nuevo? Es él, necesita tu ayuda-. Lilyana colocó una pequeña sonrisa. -Vaya, hacia mucho que no hablaba con alguien que no fuera Travis, es un gusto conocerte... -. El peli-rosado se arrimó más. -Félix, mi nombre es Félix-. La ciega soltó una carcajada. -Lindo nombre, Félix. ¿Qué necesitas de mi?-. El menor sacó la foto del libro de la biblioteca y se la pasó entre las rejas. -Encontramos una foto en uno de los libros de la biblioteca, pero esta en lenguaje Braille. Me dijeron que tú puedes leerlo. ¿Podrías ayudarnos?-. La peli-azulada asintió. y Procedió a tocar la hoja. Los cuatro chicos se miraron entre sí mientras Lilyana murmuraba para sí misma. -Amadeus... mil novecientos... uh... ochenta y... ¿Cinco? ¿Ochenta y siete? Lo siento, esta demasiado desgastado para que pueda leer lo último...-. Explicó la enjaulada. Félix no pudo ni pestañear cuando Travis exclamó con sorpresa. -¡¿El Campamento Amadeus?! ¡Ese lugar esta al lado!-. Gritó emocionado. Los cuatro chicos voltearon a verlo. -Me sonaba el nombre por los uniformes guardados en el almacén, pero no sabía que era un lugar, pensé en que sería una compañía o algo así-. Añadió Osmar. Félix lo miró con sorpresa. -¿Qué es el Campamento Amadeus?-. Travis se dirigió a él. -Es un viejo campamento, se ubica en el bosque de al lado. Hubo un accidente hace ya varios años, y desde entonces el sitio fue abandonado. Las malas lenguas dicen que es peligroso entrar, que por que esta lleno de espíritus y de almas en pena-. Explicó Travis. -Siempre he querido entrar, pero me da algo de miedo-. Añadió. Osmar se arrimó a Travis. -¿Sabes su ubicación?-. Travis asintió, y de su cajón sacó un papel bastante viejo con ciertos garabatos. -Saqué varios apuntes de lo que pude explorar. Si sigues mis pasos probablemente llegues-. Dicho esto, le dio el mapa a Osmar. -Perfecto, partiremos mañana, creo que tuvimos suficiente por hoy-. Dicho esto, los chicos se despidieron tanto de Travis como de Lilyana, no sin que antes el peli-rosado se dirigiera a esta última. -Cuando acabemos esto, te sacaré de aquí-. La chica le sonrió como respuesta. -Muy bien, acompañaré a Jackson a su cuarto, nos vemos en el desayuno-. Dicho esto, la pareja se despidió de los otros dos, dejándolos solos. El mayor aprovechó y se pegó a Félix, dándole un bostezo como mensaje. -¿Cansado?-. Preguntó. Fede contestó asintiendo con su cabeza. -Vamos a dormir, creo que lo necesitamos los dos-. Fede volvió a asentir, y agarró de la mano al contrario para llevarlo de vuelta a su cuarto.
-¿No irás a tu habitación?-. Preguntó Félix, tumbándose en su "cama". El mayor negó con la cabeza. Félix bostezó, y se quitó la camisa para prepararse para dormir. El albino no entendía lo que hacía el contrario, pero igualmente le copió. -¿Poca originalidad?-. Rio Félix. Fede soltó una pequeña carcajada silenciosa, para luego tumbarse al lado del menor, no sin antes sacar de uno de sus bolsillos el plateado celular del menor. -Vaya, pensé que lo habías tirado-. Félix lo tomó con cierto aire a nostalgia, mientras revisaba si tenia batería: 3%. -Bueno, supongo que le alcanza para alguna que otra canción-. Comentó, y dicho esto, se dispuso a poner una playlist en lo que se quedaba dormido.
La mañana no tardó en llegar, y el peli-rosado se despertó al ver un rayo de sol pasando por sus ojos. -Ugh... ¿Cuánto tiempo llevo dormido...?-. Se preguntó mientras se forzaba a abrir los ojos de muy mala gana. Su vista era medio borrosa, puesto a que apenas se estaba despertando, pero no tardó mucho en enfocarse, y lo que en un momento parecía una mancha blanquecina, para el siguiente se formó una figura reconocible para el peli-rosado.
Félix pegó un brinco. -¡Dios Fede!-. Gritó. -¡¿Qué haces arriba de mi?! ¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?!-. El albino tomó el diario de Félix.
"Hagámoslo de nuevo"
El peli-rosado alzó una ceja. -¿Hacerlo de nuevo? ¿El qué? ¿De qué me hablas?-. Preguntó Félix, sin comprender muy bien lo que decía.
"Lo que hicimos ayer"
El menor se paró a pensar. -¿T-Te refieres a... Uhm... Cuando nos pilló Osmar?-. Preguntó, mirando hacia otro lado, mostrando cierta vergüenza. El mayor asintió, colocando una sonrisa tonta, a lo que Félix se sonrojó. -Oye oye, espérate horno, apenas me he levantado, y tenemos asuntos más importantes que atender, como por ejemplo... No lo sé... ¿Salvar mi culo de la sombra esa?- Refunfuño Félix. -Además, tengo demasiado estrés como para ponerme de cachondo-. Agregó.
"En tu diario pone que te ayuda con el estrés"
El sonrojo del peli-rosado aumentó. -S-Si bueno, pero sólo en casos especiales. ¡Y deja de leer mi diario! ¡Eso es privado!-. Argumentó, mirando a otro lado. Fede se enderezó, sentándose encima del contrario, sin dejar de verlo directamente a los ojos. -¿No has dormido? ¿Cuánto tiempo llevas viéndome dormir?-. Preguntaba Félix, mientras se estiraba. En respuesta, el chico le sonrió. -Tomaré eso como un no...-. Soltó Félix. El mayor se volvió a acostar encima de él. -¿Por que andas tan cariñoso? ¿Eh?-. Añadió Félix, mientras sonreía con torpeza. Fede sólo se digno a acomodarse sobre Félix, moviendo su cabeza de arriba a abajo, mostrando signos de estar cómodo. -¿No tienes hambre?-. Preguntó Félix, mientras le daba un pequeño beso en la cabeza del contrario. El albino asintió. Dentro de todo esto, alguien picó a la puerta. -Buenos días Félix, el desayuno esta listo, ¡No la líes!-. Los dos chicos reconocieron la voz: Era Puppet. -Que gracioso eh...-. Suspiró Félix. Fede se rio mientras se despegaba del contrario para que se levantara. Ambos se vistieron de vuelta y tiraron de camino al comedor. -Después de esta aventurita me tienes que decir dónde esta la ducha, por que empiezo a oler a sudor-. Le comentó Félix al contrario.
Terminaron llegando unos cinco minutos tarde, y debido a esto, ya estaban todos los demás comiendo. -No te asustes Félix, puedes pasar-. Comentó el líder, con ese carisma que tanto lo caracterizaba. -C-Claro jefe, disculpe la tardanza...-. Dicho esto, los dos pasaron y se colocaron en el mismo lugar en donde Fede había dicho la vez pasada. -Bueno bueno, buenos días dormilón-. Le rio Osmar a su amigo. -Díselo al gruñón, se puso de meloso-. Argumentó Félix, poniendo una cara pícara. -Oh si, deberías acostumbrarte, a fin de cuentas estas saliendo con un Ninfómano-. Agregó Osmar entre carcajadas. Félix volteó hacia Fede bruscamente, para luego regresar la mirada a su amigo. -¿D-Dijiste Ninfómano?... -. El chico asintió. -¿Que pasa? ¿Muto te pegó la sordera?-. Comentó mientras se servía lo que parecía unos dientes recién arrancados. Félix se quedó en blanco. Jamás había lidiado con un Ninfómano, e incluso le daba un conjunto de curiosidad y miedo. ¿De qué era capaz el contrario?. -Oye, no te preocupes, es más un pajero que otra cosa-. Le susurró en el oído al contario, intentando calmarlo. -Ahora comprendo muchas cosas...-. Se dijo Félix a sí mismo. Volvió a la realidad una vez que vio a Fede colocándole algunas cosas en su plato.
"Debes de probar estos, son raros, pero son una maravilla".
Félix miró para su plato, y analizó la comida. Parecían bollos de pan, pero tenían un relleno... Peculiar... No sabía que era, sólo teorizó que se trataban de algún tipo de órgano por la textura del interior. -Necesitamos a un nuevo chef, por lo cuál, asigné a algunos de ustedes para que vayan en busca de otro-. Comentó X.O.R - Marionette, Jitterdoll y Maite, esta vez les toca a ustedes, y si pueden encontrar a algún que otro rarito más para que ayude con otras cosas estaría perfecto-. Añadió. Justo después de esta oración, Gadiel se puso de pie. -X.O.R, Amo mío, ¿No podría acompañar a mi prima?-. Preguntó, mirando hacia Jitterdoll, la cuál le sonrió. -Lo siento querido, pero esta expedición le toca a las chicas-. Argumentó el jefe. Una voz chillona y cortante sonó cerca de la sombra. -¿Que pasa Gadiel? ¿Eres una nena? ¡Hahahahaha!-. Félix notó que se trataba de Glitch. -¡Cállate energúmeno!-. Gritó Gadiel. -¡Silencio los dos!-. Atacó X.O.R. -Y Gadiel, modula tu tono de voz...-. El chico sólo se digno a mirar fijamente a Glitch, con una mueca de desprecio.
Félix volteó a ver a sus amigos, los cuales ocultaban sus carcajadas. Incluso Fede se reía en silencio. Félix no tardó en contagiarse de las pequeñas risas de sus amigos. -¿Se puso caliente el tema eh?-. Comentó Osmar, riéndose aún más. Félix le correspondió con una risa algo más fuerte. -¿De qué te ríes mocoso?-. Reprochó Gadiel desde el otro lado de la mesa. -Se esta riendo de la reacción de Félix a los bollos. ¿Algo más que quieras saber?-. Reprochó Travis con cierta chulería. Gadiel refunfuño en respuesta. -Hmpff, escorias sin clase...-. Susurró.
Félix comenzó a comer los bollos colocados por Fede, y para sorpresa de él mismo, le encantaron. -Dios, no se que tenga esto... No me lo digas... ¡Pero esta buenísimo!-. Dijo mientras se atrancaba a comer de los bollos. -Cálmate Félix, puedes ahogarte...-. Dijo Jackson, mientras Travis le ayudaba a servirse. El albino soltó otra carcajada, mientras se disponía a comer lo mismo que la otra vez. -¿Son tus favoritos?-. Preguntó Félix con ternura. El mayor asintió con algo de vergüenza. -"Lindo"-. Pensó Félix. No tardaron en terminar de comer. Y justo después de esto Jackson se arrimó a sus amigos para comentarles. -Osmar, no creo poder ir con ustedes... Ya sabes...-. Suspiró. -Dios mío, ¡Es cierto! Pero tampoco quiero dejarte solo, y menos con... Esa cosa...-. Dijo Osmar, frunciendo el ceño, mientras veía como Gadiel se ponía a gritarle a Freddy. -Puedo encargarme de él-. Dijo Travis mientras se acercaba a los chicos. -¿Estas seguro? Soy una responsabilidad algo pesada...-. Suspiró Jackson, viendo hacia otro lado. -¿Pesada? Pff, pesado es limpiar la mierda de un oso-. Argumentó entre carcajadas. Osmar se arrimó a Travis. -Por favor, cuídalo bien...-. El peli-anaranjado asintió, dándole una sonrisa como respuesta. -Cuídense mucho ustedes tres, ¡Y mucha suerte!-. Dijo Travis, despidiéndose de ellos mientras los otros se alejaban.
El trío acabó en la habitación de Osmar, en donde el chico sacó lo que parecía una maleta. -Si vamos a salir del local, tendremos que llevarnos provisiones-. Los tres asintieron a la vez. Fede metió algunos alimentos en bolsas. Osmar añadió un cuchillo y Félix completó la maleta con lo que parecía una lámpara de gas. -¿Estamos listos?-. Preguntó el peli-rosado. En respuesta, los otros dos volvieron a asentir. -Fede, tu serás el guía, a fin de cuentas, te sale bien~-. Añadió Félix con una voz pícara, a lo que el chico respondió con una risa silenciosa. -Osmar, tu llevarás la maleta-. El peli-morado asintió convencido. -Y yo vigilaré si no hay peligro-. Concluyó, poniendo una mueca de orgullo. Osmar y Fede se miraron entre risas, y asintieron a la vez. -No hay más que hablar, ¡Vamos en marcha!-. Finalizó Félix, mientras los tres salían por la puerta del cuarto de Osmar.