Aquí la peque tiene nueve.
ciara_22moon
VictoriaStark2000
Jake estaba en su taxi dando vueltas por la ciudad, trabajando y llevando pasajeros de un lado a otro, cuando le llegó una llamada de tu maestra.
–Disculpe señor, tengo que contestar.–Le dijo Jake al pasajero que llevaba atrás al ver el nombre de Michelle en su pantalla, lo cual era muy extraño.–¿Diga?
–Hola... amm...–Dijo ella algo dudosa al no saber con exactitud con quien estaba hablando.
–Jake.
–Claro, lo siento. Buen día Jake, lamento molestarlo pero necesito que venga al hospital de inmediato. T/N se tropezó en la escuela desde unas escaleras y se rompió el braz—. Le dijo ella con voz suave, pero Jake al oírla se asustó y frenó el taxi con fuerza.
–¡¿Oiga qué le pasa?! ¡¿Acaso está loco?!–Gritó el pasajero atrás pero Jake simplemente le ignoró.
–¡¿Qué a mí mini dama qué?! ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Ella está bien?!
–¡Jake debes ir al hospital ahora!
–Dile al tipo ese que se vaya y dale su dinero, ya después lo reponemos pero por favor ve al hospital.
–Si, si, no se preocupe. Ahora mismo estoy en el hospital con ella, le están poniendo un yeso en el brazo y—
–Okey, voy para allá ahora mismo. Nos vemos en unos minutos.–Le dijo Jake colgando la llamada rápidamente.–Señor necesito que salga del vehículo AHORA.
–¡¿Disculpa?! ¡Aún no llegamos a mi destino!
–Mire señor ahora no tengo paciencia, tiene dos piernas, camine una cuadra y ahí está su destino. Ahora tenga su pinche dinero y bájese de mi taxi en éste instante.–Le dijo Jake seriamente entregándole el billete que le había dado anteriormente.
El tipo le dijo un par de cosas pero a Jake parecía no importarle, no al estar tan preocupado por ti.
Una vez el pasajero cerró la puerta, Jake aceleró y condujo hasta el hospital sintiendo el corazón en su estómago de lo nervioso y asustado que estaba.
Una vez llegó, aparcó el taxi en cualquier lugar y corrió dentro donde en recepción preguntó desesperado por ti.
Una enfermera lo llevó a una habitación de revisión donde tu estabas sentada en una camilla con tu brazo derecho en un yeso sujetado por un cabestrillo, y tú maestra junto a ti sujetando tu otra mano mientras ambas hablaban tranquilas.
–¡Mini dama! ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Cómo está?! ¡¿Le duele algo?!–Te preguntó asustado acercándose a ti para sentarse a tu lado en la camilla y tu maestra se hizo a un lado para no estorbar.
–Papá Jake, tranquilo. Estoy bien.–Reíste ligeramente.
–¡¿Cómo puedes reírte en un momento así, T/N?! ¡Tienes un yeso en el brazo y te caíste de unas escaleras!–Te dijo tomando tú rostro en ambas manos para revisar los pequeños raspones en él que eran mínimos.
–Papá Steven te prometo que estoy bien, no pasa nad—
–T/N te caíste de unas escaleras. ¿Cómo quieres que estemos calamados? ¡Te pudo haber pasado algo más!–Te dijo realmente asustado sujetando tu otra mano en la suya.
–Marc, el doctor dijo que todo estaba bien, que T/N se recuperaría pronto.–Le dijo tu maestra con una sonrisa.
–¿Y por qué no nos llamaron antes?
–Estábamos ocupadas con los doctores, pero ya todo está bien. No hay de qué preocuparse.–Le aseguró tu maestra.
En ese momento la puerta de la habitación se abrió y entró un doctor con una paleta en la mano.
–Oh, usted debe ser el padre de T/N. Mucho gusto, soy el Doctor Karev.–Le dijo con una pequeña sonrisa estrechando su mano.
–Mucho gusto. Dígame por favor que va a estar bien.
–Si, no se preocupe, no es algo tan grave. Fue una fractura leve, a pesar de que el nombre puede parece aterrador, ya le expliqué a su pequeña princesa que con hielo, pastillas para el dolor y un cabestrillo todo va a sanar, además del yeso que le puse. Así que no tiene de qué preocuparse.
Aunque sí recomiendo que se quede en casa por al menos ésta semana y no haga actividad física hasta que el yeso sea removido en unas tres o cuatro.–Le explicó jugando con la paleta en su mano, para después entregártela.
–¡Gracias!–Le dijiste con una sonrisa, y tú maestra la tomó para quitarle el envoltorio y luego te la entregó de vuelta.
–¿Entonces todo está bien? ¿Puede irse a casa?
–Por supuesto. Éste yeso es aprueba de agua por lo que no hay problema con que se moje durante la ducha, y por las noches debe retirar el cabestrillo. Sí es muy probable de que va a necesitar ayuda con unas pocas cosas, pero T/N se nota que es una niña fuerte y va a recuperarse en poco tiempo.–Dijo el doctor con una sonrisa pasando una mano por tú cabello, antes de entregarle una pequeña bolsa del mesón detrás de él a Jake.–Éstas son las pastillas que debe tomar. Anoté en cada una las horas en las que debe tomarlas, y hay otra que es solo en caso de emergencia que tenga mucho dolor.
Y si las pastillas no llegaran a ayudarle, o note irritación o molestias como picazón extrema o algo fuera de lo común en la piel solo la trae y pregunta por mi en recepción y yo mismo me haré cargo de la situación.–Le dijo explicó.
–Muchas gracias doctor, se lo agradezco.–Le dijo Jake estrechando su mano.
–Por supuesto. Nos vemos cuando debas quitarte el yeso linda, que estén bien.–Se despidió antes de salir de la habitación.
–Mija no vuelva ahacer una mamada así, ¿me escuchó?–Te dijo soltando un suspiro más aliviado.
Tu maestra y tu rieron ligeramente, mientras Jake recién comenzaba a calmarse.
(.....)
Antes de ir a su departamento, Jake y tu fueron a dejar a tu maestra a su casa ya que su turno en la escuela había terminado, y luego se dirigieron a casa donde se encontraron con Layla que había llegado de una misión mientras ustedes estaban en el hospital.
Al principio obviamente se asustó pero ya luego al notar que tu estabas tranquila, se calmó para tampoco agobiarte.
Steven tomó el control esa noche y fue contigo al baño para poder ayudarte a lavar tu cabello, y estando ahí algo le llamó la atención que le puso ligeramente tenso y nervioso.
Steven notó que ya habías comenzado a desarrollarte, que tus pechos comenzando a crecer y tu cuerpo estaba empezando a cambiar, por eso antes de lavar tu cabello, decidió que lo mejor sería que Layla lo hiciera.
–Pero papá Steven... ¿por qué no lo haces tú?–Le preguntaste confundida.
–Princesa... tu sabes que hemos hablado de que tu cuerpo es privado y nadie debe tocarlo sin tu consentimiento, ni si quiera nosotros, ¿recuerdas eso?–Te dijo con suavidad estando sentado en el pequeño taburete junto a la ducha.
–Sí... pero tu no me haces sentir incómoda, papá Steven.
–Lo sé, pero mientras vas creciendo, tu cuerpo también cambia, y no quiero incomodarte ni hacerte sentir extraña. Jamás me gustaría que te sientas mal por mi culpa o la de tu papá Marc o tu papá Jake, así que es mejor que tu mamá lave tu cabello y te ayude con lo demás, ¿okey? ¿Si me entiendes? Y luego yo puedo ayudarte a sacarlo y peinarlo.
–¡Okey!–Le dijiste con una sonrisa.
Steven te ofreció una sonrisa y dejó un beso en tu cabeza mientras tu jugabas en el agua, y salió del baño para ir a por Layla a la cocina.
–¿O-oye Layla?
–¿Si?–Preguntó ella terminando de limpiar algunas cosas, y luego se volteó a verle.
–¿Puedes ayudar a T/N a lavar su cabello? E-es que noté que... ¡p-pero no fue de una forma pervertida! Te lo prometo Layla, yo jamás haría una cosa así, yo solo es que noté q-que su-su... s-su cuerpo está... q-que ella está creciendo, pero te prometo que jamás me atrevería a—. Steven comenzó a hablar cada vez más y más rápido y asustado, y Layla entendió perfectamente a lo que se refería.
Ella se acercó y tomó sus manos en la suya y la otra la dejó en su mejilla, provocando que dejara de hablar.
–Steven, hey... tranquilo, yo sé que jamás le harías nada a T/N ni a nadie. Entiendo a lo que te refieres, así que no te preocupes. Yo iré a ayudarla, y tú puedes seguir aquí en la cocina, ¿de acuerdo?–Le dijo ella con una sonrisa y voz suave.
–O-okey, si...
–Bien...–Layla le ofreció una sonrisa y dejó un tierno beso en sus labios antes de ir hacia el baño, y Steven se quedó en la cocina para terminar de limpiar y ordenar lo que faltaba.