sarah
El sonido del mouse se escuchaba frecuentemente. Mis dedos tecleaban las letras buscando algún resultado a mis búsquedas.
— ¿una camiseta? - negó - ¿unos auriculares?
— no, tiene de todos los modelos.
voltee los ojos divertida - ¿pero tu amigo tiene una fábrica en su casa o que?
— es un coleccionista y comprador compulsivo, tú sabes- rió.
— mh, tu busca en este catálogo mientras busco decoraciones para el hogar.
¿necesitaba adornos? no muchos, pero amaba ver ese tipo de cosas.
— ¿que dices? ¿tapete beige o rosa pastel? - cuestioné dando vueltas con la silla en mi propio eje.
— tapete beige, básico. tu que dices, ¿un jersey de diseñador o un mueble personalizado y tallado para sus trofeos?
fruncí el ceño - difícil elección, anótalas y dime más.
Asintió.
Continue buscando más. ¿Me iba por la sección de baños o de cocinas?
— ya se, le consigo un autógrafo de Cris Hemsworth - sonrió satisfecho.
— es imposible, el cumpleaños es en dos días.
— te odio, me arruinas mis planes icónicos.
carcajeé — ¿icónicos? no puede ser.
— deja de burlarte de mi y sigue enfocándote en tus cosas - negó divertido.
Si me preguntarían mi opinión antes de conocer a João me cancelarían.
Siempre consideré a los futbolistas frívolos, mujeriegos, y de más. Pero en este caso siento que me equivoqué.
No me malinterpreten, no pensaba lo mismo de Antoine, pero hablaba en general.
joão chisto la lengua - sarah, préstame atención. ¿y si le regalo unos lentes de sol con diamantes? quedan muy buenos.
— ¿estás bromeando? queda anticuado - rei - regálale un objeto, no se, algo interesante.
— ¿algún perfume? no no, debe tener varios. ¿una sudadera? tampoco. ayúdame me desmayaré.
bufé — no seas dramático. regálale una tabla de surf.
esbozó una sonrisa — ¿como supiste que hacía surf? ¡es una excelente idea! por fin usas tu cerebro eh.
— primero, yo se todo, segundo, ¿que? estuve toda la tarde dándote ideas, agradece.
— no te enojes mal humorada. le regalaré una firmada por alguien que me acaba de aparecer en línea, el sabrá quien será.
— ¿le regalaras una tabla de surf firmada por alguien que no conoces y no sabes si es famoso? que genio eres.
— no te burles, soy grandioso.
— dobla aquí, eso dice el rastreador - indique viendo mi celular.
Estábamos en busca de la tienda donde nos darían el regalo para Nicolau.
— si nos secuestran es tu culpa - advertí señalándolo.
— tranquila, tengo todo bajo control.
— si lo tendrías sabrías a quien nos vamos a encontrar.
— en la página decía que tom guion bajo wheeler nos lo entregaría, y los tom me transmiten confianza.
— ¿a que tom que te trasmite confianza conoces? - cuestione, frunciendo el ceño.
— a mi tío, el amigo de mi mamá, el primo de mi primo, mi preparador físico, mi pediatra de cuando era niño, el gato de la app esa, y muchos más.
— ¿por que conoces a tantos toms? yo solo conozco al ultimo - rei.
— es lo que nos pasa a las personas sociables.
— ¿me estás diciendo que no soy sociable?
— ni siquiera querías ser mi amiga, y mira que yo soy muy buen amigo.
— tienes un punto - rodee los ojos - pero eso de conocer cincuenta personas con el mismo nombre es mucho para mi.
— llegamos - dice apagando el coche.
Nos bajamos de el para caminar hacia la grande puerta que de encontraba al frente nuestro.
tocamos dos veces.
— ¿hola, eres joão? - el recién nombrado asintió - aqui tienes tu pedido, ya pagado anteriormente por tarjeta. muchas gracias.
Y seguido a eso, cerró la puerta.
— okay, eso fue más rápido de lo que pensé - suspiré.
perdón no tenía ganas
de escribir un capítulo
largo jajajan't
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