𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐢𝑇𝐸𝐷 ❙ ONE PIEC...

By ihwax_

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❝𝑆𝑖 π‘’π‘ π‘‘π‘Ž π‘’π‘™π‘™π‘Ž π‘’π‘ π‘œπ‘  π‘€π‘œπ‘π‘œπ‘ π‘œπ‘  π‘ π‘œπ‘› π‘–π‘›π‘‘π‘œπ‘π‘Žπ‘π‘™π‘’π‘ .❞ More

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𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐢𝑇𝐸𝐷
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By ihwax_

❝CONOCIENDO❞

El sonido de alguien llamando a la puerta hizo remover a la peliblanca en la cama, se tapo hasta la cabeza con la sabanas para tratar de seguir durmiendo e intentar no oír aquel golpeteo. Pero fue totalmente inútil, siguieron golpeando y ese ruido comenzó a molestarla.

Quizo levantarse de la cama pero se enredó con las sábanas de esta y cayó al suelo, o mejor dicho sobre la persona que estaba en el suelo.

—Mierda..—murmuró Roan al recibir un cabezazo por parte de la ojiazul.

—¡Perdón!—se disculpó rápidamente mientras intentaba quitarse las sábanas de la cara.

—Si, no te preocupes, pero quítate de encima mio, me estas aplastando—se quejo al notar que ella tenia una de sus rodilla sobre su pecho.

—¡Perdón!—se volvió a disculpar—es que me enrede con las sábanas.

Él moreno le resto importancia, no era la primera vez que Lyanna se caía de la cama.

—¿Qué haces despierta?—pregunto mientras se frotaba los ojos.

—Es que escuche golpes en la...

Nuevamente comenzaron a golpear la puerta, pero esta vez con más insistencia y fuerza.

—¿Quien viene a molestar a esta hora?—frunció el ceño mientras se levantaba.

—No se, pero parece muy apurado—dijo al seguir oyendo los golpes en la puerta.

La ojiazul se levantó y siguió a Roan el cual estaba saliendo de la habitación mientras murmuraba maldiciones camino a la puerta.

—Ya voy, deje de toca un poco más y me tira la puerta abajo—hablo mientras tomaba el pomo.

—¡La voy a tirar abajo si no me abres de una buena vez!—al oír esa voz inmediatamente solto el pomo.

No puede ser. ¿Justo ahora debía venir ese viejo irritante?

—¿Quien es?—pregunto la peliblanca confusa ante la reacción del moreno.

—Lyanna tu...

—¡Abre la puerta de una maldita vez, Roan!

—¡Ya voy, es que...—trato de inventar una excusa, pero dijo lo primero que se le cruzó por su cabeza—¡Estoy desnudo! Aguarda un minuto.

Lyanna arrugó su nariz al oír eso ¿Qué cosas estaba diciendo Roan?

—Escóndete en la habitación y no salgas de hay hasta que yo te diga ¿si?

Ella no pregunto el porqué, simplemente asintió y fue rápido hacia la habitación.

Roan soltó un suspiro y abrió la puerta un poco para asomar su cabeza y ver a la persona.

—¿Qué es lo..

No termino de hablar cuando el viejo pateo la puerta abriéndola del todo. Parecía bastante molesto.

—¡Estoy hace como dos horas golpeandote la puerta!—comenzó a decir mientras golpeaba el suelo con su bastón de madera—¡¿Qué rayos estas haciendo?! ¡¿Tanto vas a dormir?! ¡Ya pareces una morsa!

—¿Quieres dejar de gritar?—pregunto algo fastidiado.

—¡No! ¡voy a gritar todo lo que quiera!—el moreno rodó los ojos al oírlo decir eso—¡No pongas esa cara!—lo golpeó con su bastón.

—¡Ya cálmate, viejo malhumorado!—se quejo.

—¡A mi no me grites!—volvió a golpearlo con su bastón.

—¡Tú me estás gritando!

Mientras estaban discutiendo, la peliblanca se encontraba en la cama balanceando sus pies de lado a lado, boca arriba y con la cabeza colgando por un extremo. Podía oír el griterío de afuera pero, Roan le había dicho que no salga a menos que el se lo dijera, así que debía hacerle caso.

Él hombre con con el sombrero miró con los ojos entrecerrados al moreno que tenía enfrente.

—¿Por qué me ves así? Yo no te hice nada.

—¿Hace cuanto que llegaste al pueblo?—pregunto.

—Dos días, creo—recibió otro golpe—¡Ya deja de hacer eso, maldito viejo!

—¿Y no pasaste a saludar? Makino estaba preocupada por ti, podías haber pasado por la taberna y saludar ¿no crees?—cuestióno.

—¿Makino es la que estaba preocupada por mi o eras tú?—sonrió burlon, recibiendo otro golpe.

—¡No te hagas el chistoso!

—Ya, relájate—sonrió—Iba a pasar por la taberna.

—¿Cuando?

—Cuando me desocupara—contestó, sentándose en una de las sillas.

—¿Desocuparas?—frunció el ceño—No estas haciendo nada, ¿o estar desnudo en tu casa es...

—¡No estaba..—calló al recordar que lo habia inventado—Olvídalo.

—Ademas, me tuve que enterar por los demás que habías regresado, y escuche que no habías vuelto solo—lo miro a los ojos—Si no que acompañado.

Roan apreto sus labios, ¿como es que la gente del pueblo podía ser tan metiche? Bueno, igual era de esperarse, en un pueblo tan pequeño como este, los rumores corren rápido.

—Ah, si—rasco su cabeza—Vino alguien conmigo.

—¿Y?

—¿Y que?

—¡Pues, quien es esa persona que a venido contigo, idiota!—espetó con mala cara.

—No grites, ella está..durmiendo ahora—mintió.

—¿Ella?—arqueo una ceja—¿Así que es una chica?

—No. Es un perro, como lo ves—contestó con ironía.

El moreno volvió a recibir otro golpe, pero esta vez en una de sus piernas.

—¡Ya deja de golpearme!

—¡¿Como pudiste ocultarnos eso?!

—¿Ocultar que?—frunció él ceño.

—Pues, que más va ser ¡Ya tienes novia!—sonrió—Aunque bueno, tampoco es que lo íbamos a creer hasta verla con nuestros ojos.

—Primero que nada, me ofendes diciendo eso, te puedo asegurar que tuve y tengo muchas mujeres detrás mio. Y segundo ella no es mi...

—¡Deves llevarla a la taberna!—interrumpió.

—¿Qué?

—Si, así Makino podrá conocerla y...—se quedó en silencio de golpe.

—¿Qué te pasa?

—Tú...—lo señalo con su bastón—¿Estabas desnudo porque tuviste una noche in..

—¡Por Dios, No! ¡¿Qué carajos estas pensando?! ¡Es una niña! ¡Una niña es la que vino conmigo al pueblo!—comenzó a gritar tratando de olvidar eso.

—¿Una niña?—frunció él ceño—¿Qué eres? ¿Pedofílo?

—¡Vete al diablo!—grito.

—Es broma—río—Se que no eres ese tipo de persona, eres un idiota, pero de buen corazón.

—Ay, gracias me hace sentir mejor—dijo irónicamente.

—Como sea ¿Por qué viniste con una niña? ¿Acaso es tu hija o algo así?

—Pues, se podría decir que si—titubeo.

—¿Y la madre?

—No tiene madre.

—¿Y como se supone que la tuviste? No me digas que te la trajo una cigüeña—dijo con ironía.

—¿Y a usted quien lo trajo? ¿Un dinosaurio?—solto una risa, pero recibió otro golpe al instante.

—¡Ya basta de tonterías!—bufo—¡Quiero verla!

—Esta durmiendo, no voy a despertarla solo porque tú quieres verla.

Él sabía que Lyanna estaba despierta, pero ella no traía su peluca, así que de ninguna forma el viejo podía verla.

—Bien, entonces—lo señalo y puso su bastón sobre el pecho del moreno—¡Espero que la lleves a la taberna cuando despierte!

—Si, aja. Lo que tu digas.

—¡Hablo en serió, Roan!

—De acuerdo, cuando despierte le preguntare si quiere ir. No voy a obligarla a ir a un lugar que ella no quiera ¿Estamos de acuerdo en eso?—miró al viejo frente él.

—Me parece bien.

—Muy bien, ahora lárgate—señaló la puerta detrás de él.

—Claro, me iré—camino hacia la puerta pero antes te irse le dio un último golpe en la cabeza al moreno—¡Adiós!

—¡Me caes mal, viejo malhumorado!

Cerro la puerta tras haber gritado eso, camino hasta llegar a la habitación y entró encontrándose con la ojiazul terminando de ordenar la cama. Ella al notar su presencia sonrió.

—Ya termine de limpiar la habitación—comentó.

—No debías hacerlo, yo podría haberlo hecho después.

—Es que estabas hablando, y estaba algo aburrida.

—¿Limpias cuando estas aburrida?

—Algo así.

—Eres rara—solto una risa—¿Vamos a desayunar?

—Claro.

Ambos salieron de la habitación, Lyanna primero fue al baño alistarse, mientras que Roan preparaba el desayuno.

No era un chef profesional, pero tampoco era un inútil en la cocina.

Miró con atención a la ojiazul que estaba terminando de lavar su taza en donde habia tomado la leche anteriormente.
Le daba un poco de risa ver como ella se tenía que subir a un banquito para poder llegar a lavar las cosas que usaba.

—Listo—murmuró cuando termino de acomodar las cosas.

Camino hasta llegar a la mesa y sentarse nuevamente, mientras que el moreno la miraba con atención.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—Claro—sonrió.

—¿Quien era el señor que vino hablar contigo?—pregunto apoyando sus brazos sobre la mesa.

—El Alcalde—contestó simple.

—¿Qué?

—El viejo ese, es el Alcalde y..

—¡¿Por qué no me dijiste?!—chillo mientras ponía sus manos en su rostro—Debía presentarme, ¿Qué dirá ahora? ¿Y si no me quiere en su pueblo? ¿Y si me hecha? ¿Y si...

—Lyanna, cálmate.

—Pero...

Roan se levantó de su asiento y camino hacia la peliblanca que parecía apunto de tener una crisis.

—Nada de eso va a pasar ¿Entiendes?—se puso de cuclillas frente a ella—Y si por algun motivo pasara..Yo me iría contigo.

—No quiero que dejes el lugar en donde creciste solo por mi—miró los ojos oscuros de él.

—Tú no eres quien para decidir eso—sonrió.

Lyanna apreto sus labios, y abrazo al moreno. En verdad estaba eternamente agradecida con él.

—Y si te hace sentir mejor..ese viejo quiere conocerte.

—¡¿En serio?!—sonrió.

—Así es, quiere que vayamos a la taberna de Makino ¿la recuerdas? Te hable de ella de camino aquí.

—¡Por supuesto! ¿Y que estamos esperando? ¡Vamos!—comenzó a caminar hacia la puerta.

—Oye, ¿no te olvidas algo?

—¿Huh?—vio como el hacia una señal de que le faltaba la peluca—¡Ah, Cierto!

—Bien, ve a buscarla así vamos.

—¡De acuerdo! Espérame.

La ojiazul corrió hacia la habitación en busca de aquella peluca, cuando la encotro volvió hacia la cocina en donde estaba Roan esperándola.

—¿Aún no sabes ponerte eso?—río.

—Me cuesta un poco esconder todos los mechones de mi cabello.

—No te preocupes—se acercó a ella y acomodo la peluca tal y como solía hacerlo siempre—Listo.

—¡¿Entonces ya podemos ir?!—pregunto entusiasmada.

—Así es, Vamos.

Lyanna solto un gritito de felicidad y tomó una de las manos de Roan antes de salir de la casa. De camino a la taberna la ojiazul iba dando saltitos mientras tarareaba.

—¿Estas emocionada?—pregunto el moreno con una sonrisa.

—¡Si! ¿Crees que les caiga bien?—pregunto sin quitar su sonrisa.

—Por supuesto que si.

—Roan ¿Crees que nos encontremos al niño del que me hablaste, ese al que le gusta mucho la carne?

—Espero que no—murmuró.

La verdad no tenia planeado que su querida Lyanna conociera a ese lunático, al menos no ahora. Solo debían saludar a Makino y a él viejo e irse de allí lo más pronto posible.

No es que no quisiera pasar tiempo con ellos, es que temía que en cualquier momento pudiera aparecer Garp.

¿Qué se supone que le diría?

—¿Esa es la taberna?—pregunto la ojiazul señalando un lugar que decía "Partys Bar"

—Si esa es—sonrió.

—¡Ay, estoy nerviosa!—comentó la ojiazul.

—No te preocupes, todo saldrá bien—la miró—Lyanna, si por alguna razón te sientes incomoda o quieres irte solo házmelo saber ¿Si?

—Si, Roan.

—De acuerdo, entremos.

Él moreno entró de la mano con la niña la cual no quitaba su sonrisa, al instante las miradas de los que estaban allí se dirigieron a ellos dos.

—¡Buenas ¿Me extrañaron?!—grito Roan con una gran sonrisa y sin soltar la mano de Lyanna.

—¡Roan!—gritaron las personas de aquel lugar.

Porque todos lo conocían, todos sabían por lo que había pasado aquel hombre. Sabían que tipo de persona era y estaban agradecidos de que él sea parte de aquel pueblo.

—Así que viniste.

Lyanna dirigió sus ojos hacia la persona que estaba sentada en una de las banquetas que estaban en la barra.
Noto al instante que era una persona mayor, tenía el cuerpo delgado. Y en su cabeza se encontraba un sombrero de pesca con rayas rojas y blancas, también tenía puestas unas gafas onduladas de color amarillo.

Se preguntó si él sería el Alcalde.

—Pues claro, tu me dijiste que viniera ¿no es así, viejo?—tiro suavemente de la mano de la ojiazul para que lo siguiera.

La vista de aquel señor se fijo en la persona detrás del moreno la cual tenía una sonrisa mientras miraba el lugar, hasta que sus ojos chocaron con los de él.

—¡Hola!—saludo animada—Mi nombre es Lyanna, mucho gusto.

—¿Es una broma, cierto?—dijo mirando a Roan el cual frunció el ceño.

—¿De que hablas?

Señalo a la ojiazul con su bastón la cual retrocedió unos pasos escondiéndose detrás de Roan.

—¿Como es que esa niña bella, puede ser hija tuya? No se parecen en nada.

—¿Qué intentas decir?

—Qué eres feo, no hay forma de que ella sea tu hija.

Lyanna solto una pequeña risa ante la cara de indignación que tenía el moreno.

—Ya quisieras tener mi cuerpo, maldito anciano decrépito—bufo con molestia.

—Oe, ¿En serio esta cosa es tu padre?—pregunto mirando a la ojiazul.

—¿Como que "esta cosa"? Tenme respeto viejo.

—Eres el menos indicado para hablar de respeto.

Ignoró las quejas del Moreno y volvió su vista a la ojiazul.

—Ven, siéntate—dijo palmeando el asiento a su lado.

—No quiero—contestó Roan.

—No te lo pregunte a ti.

Lyanna miró a Roan como si le estuviera pidiendo permiso con su mirada, él noto eso y simplemente asintió. Ella camino hacia el señor y se sentó a su lado.

—Dime ¿En serio ese tipo es tu padre?—no le creía del todo al moreno, él cual parecía indignado.

—No. Mis padres murieron y me dejaron a su cargo—explicó con una sonrisa—Pero Roan es muy bueno conmigo.

—Ya veo..

—Oíste eso, soy una gran persona—hablo el mencionado sentándose al otro lado de Lyanna.

—Si y un gran idiota—murmuró.

—¡Te oí, viejo!

Lyanna solto una risa, él señor ya le caía bien.

—¡Roan! ¡has regresado!—apareció una hermosa mujer de cabello verde.

—Si, por desgracia—murmuró.

—No digas esas cosas—lo regaño la mujer mientras se acercaba. Ella al instante puso su vista en la niña sentado junto al Alcalde y el moreno—Oh, ¿Y quien es esta hermosa niña?

—Hola, mi nombre es Lyanna—se volvió a presentar la ojiazul—Mucho gusto en conocerla. ¿Usted es Makino, cierto?

—Así es—solto una risa—Mucho gusto en conocerte Lyanna.

La mencionada no pudo evitar sentirse extremadamente feliz.

—Ah, tienes razón Roan—él mencionado frunció el ceño—Ella es muy bonita.

—Ah bueno, Gracias por exponerme—murmuró soltando una risa.

—Lo siento.

—No te preocupes—puso una de sus manos sobre su cabeza—Ellos son mis amigos, El Alcalde y Makino.

—Ya lo sabe, nos acabamos de presentar—dijo el Alcalde con obviedad.

—Cállate, no estoy hablando contigo.

—Cállate tu.

—Por favor, no comiencen—intervino la peliverde para luego volver su vista a la niña frente a ella—Dime, ¿tienes hambre? ¿Quieres algo? Puedo prepararte lo que quieras.

—Yo..No quiero molestarla, estoy bien así—contestó.

—Pero que dices, no me molestas—sonrió—¿Qué te parece si te traigo un jugo de naranja con galletas? ¿Te gusta?

—Ah, yo..—miró los ojos de la peliverde la cual parecía insistente—Esta bien.

—Iré por la comida y traeré un parde tarros para ti Roan.

—Gracias, Makino—sonrió.

—Vuelvo en un momento—dicho eso se fue dejando a la ojiazul con esos dos.

—Y dime ¿Qué edad tienes?—pregunto el Alcalde.

—Tengo trece.

—Ah, Eres mayor que Luffy—murmuró.

—¿Luffy?—repitió confusa.

Él Alcalde estaba apunto de responder, pero vio como Roan hacia unas señas exageradas y extrañas, como si intentara decirle algo.

—¿Quien es Luffy?—pregunto confundida.

—¡Nadie!—hablo rápidamente Roan.

—¿Eh?

—Lyanna ¿por que no vas a ver si Makino necesita ayuda?

—¿Puedo ayudarla?

—Anda y pregúntale.

—De acuerdo.

La pequeña bajo de la silla alta y camino hacia la cocina en donde se encotraba la peliverde. Por otro lado Roan intentaba no matar al Alcalde.

—¿Y a ti que te pasa?—pregunto confundido.

—No hables de Luffy.

—¿Por qué?

—No quiero que Lyanna se junte con él—contestó simple.

—¿Por qué razón?

—¿En serio preguntas?—alzó una ceja.

—De acuerdo, entiendo—sabía lo que era Luffy así que no tenía nada que decir al Respecto.

—Por cierto ¿El no está aquí?—pregunto mirando a sus alrededores.

—Hace un rato se fue, debe estar por hay practicando sus "golpes"—se encogió de hombros.

—¿Sus golpes?

—Ah cierto, tu no estabas—rasco su cabeza—Él idiota se comió una fruta del diablo.

Roan entre abrió su boca para decir algo pero, ¿Qué podría decir? Eso no le sorprendía para nada, después de todo estaban hablando de Luffy.

—¿Y que hacía una fruta del diablo aquí?

—Shanks y su tripulación—con tan solo decir eso Roan entendió todo, no pudo evitar soltar una carcajada.

—Así que fue su culpa, eh—río.

Conocía al pelirrojo y a su tripulación, eran algo particulares, y alocados. Aunque solo un estúpido dejaría una fruta del diablo frente a un niño. Y justo ese niño debía ser Luffy.

—Si, gracias a él ahora el mocoso es de goma. Y casi lo matan, oh y Shanks perdió un brazo.

—¿Que?

Se había ido durante un tiempo y pasó de todo ¿como podría ser eso posible? ¿Ademas como es eso de que Shanks perdió un brazo? ¿No que era fuerte?

—Es una larga historia, pero en fin de cuenta ellos se fueron—apoyo sus codos sobre la barra de tragos.

—Ah ¿Se fueron antes? ¿Qué acaso ya no te soportaban a ti?—pregunto burlon.

—Idiota—le dio un golpe con su bastón—Se fueron por que..no lo sé, creo que dijeron que sus Nakamas estaban en peligro o algo así.

—¿Sus Nakamas?

—Si, no lo sé, Tampoco paraban de hablar sobre unas personas que habían conocido y no se que. La verdad me canse de oírlos y me fui a dormir. Son muy ruidosos.

—Vaya, me fui y paso de todo—río.

—¡Roan!—la suave voz de Lyanna llegó a sus oídos—Te traje galletas para ti y el Alcalde.

Llego con una sonrisa en su rostro y un poco de glaseado en su mejilla. Y una fuente con galletas en sus manos.

—Makino las preparo.

—Si, pero tu me ayudaste—hablo la peliverde entrando con un tarro de Sake y una jarra de jugo de naranja.

—¡Muchas Gracias!

Lyanna sonrió y fue a sentarse nuevamente en medio de aquellos dos hombres.

—Roan, me sirves un poco de jugo, por favor.

—Claro—sonrió.

Makino no pudo evitar sonreír ante la escena de ellos dos. Lyanna le sonreía a Roan mientras que este limpiaba con su camisa el glaseado que tenia ella en las mejillas.

Roan no podía creer lo que estaban viendo sus ojos, miró de reojo a la peliverde la cual no quitaba esa sonrisa de su rostro, haciéndole saber que lo que estaba viendo era real.

Lyanna estaba sentada en una de las mesas junto con él Alcalde, ambos no paraban de reír parecían estar muy felices.
Lo cual le sorprendía al moreno ya que ese viejo era terriblemente amargado con los niños.

Pero velo ahora, estaba riendo junto a Lyanna.

—Parece que le cayó bien—comentó Makino.

—Me sorprende que alguien además ti—la señalo—le caiga bien a ese viejo.

—No digas eso, el Alcalde es muy bueno, solo que..

—Qué es un amargado.

—Roan.

—¿Si?—miró a la peliverde.

—¿Quien es su madre?—pregunto refiriéndose a la ojiazul.

—No tiene—contestó simple, pero al ver el rostro confundido de Makino decidió aclararlo—Sus padres murieron, eran amigos míos así que me hice responsable de ella.

No le gustaba mentirle a Makino, pero tampoco quería arriesgar a Lyanna.

—Oh, pobrecita—puso una de sus manos sobre su boca—debió haber sufrido mucho.

No podía responder a eso, porque no sabía por lo que había pasado Lyanna antes de conocerlo, no sabía lo que la había llevado a quedar en un barco a la deriva.

No sabía lo que había sufrido Lyanna.

—Pero ahora esta conmigo, yo voy a encargarme de criarla y que sea feliz—miró a la ojiazul que hablaba muy animada con el Alcalde.

Makino vio un pequeño brillo en los ojos de Roan, brillo que nunca había vuelto a ver luego de la muerte de su hermano mayor. Pero ahora lo estaba volviendo a ver y todo gracias a esa pequeña niña.

Porque quizás esto es lo que necesitaba Roan.

Quizás y tan solo un poco.

Ella era lo que estuvo buscando durante años.

Esa chispa de emociones y sentimientos cálidos.

—¡Roan, mira el Alcalde me presto su sombrero de pesca!—chillo la ojiazul con una sonrisa.

Ahora era ella quien lo impulsaba y emocionaba.

Tal y como lo hacía su hermano.

—Te quede bien—comentó el Alcalde con una sonrisa.

—Ah, muchas gracias—sonrió—¿Puedo darle un abrazo?

Él asintió y la ojiazul lo abrazo.

—Muchas Gracias por dejarme quedar en su pueblo, prometo no causarle ningún problema—susurro.

—Me agradas.

—¡Lyanna ¿Por que abrazas a ese costal de papas viejas?!—exclamó Roan.

El Alcalde tuvo un tic al oír eso y se separo de la ojiazul.

—Ya vas a ver, idiota—lo señalo con su bastón.

—Uy que miedo—tras decir eso recibió un golpe en su rostro—¿Pero que?—el Alcalde le había tirado su bastón en la cara—¿Quieres pelear, viejo?

—¡Roan!—dijeron Lyanna y Makino a la vez.

—¿Por qué me retan a mi? Él fue él que me lanzó su estúpido bastón.

—Deja de ser grosero—lo regaño la ojiazul mientras caminaba hacia él.

—No estoy siendo grosero.

—Si lo estas siendo—comentó Makino dándole la razón a la pequeña.

Roan puso sus ojos en blanco y miro al Alcalde el cual se estaba burlando de él.

—¿Qué te burlas, bastardo?—tomo el bastón del suelo y comenzó acercarse a él.

—No empiecen, en serio les hablo—pidió la peliverde.

—No te preocupes Makino, solo hablaré con el viejo.

La peliverde solo suspiro, y puso su atención en la ojiazul que se sentó en una de las sillas altas.

—¿Necesitas algo, linda?—pregunto con una sonrisa.

—Yo..—apreto sus labios un segundo.

—Vamos, no seas timida ¿dime que quieres?

—¿Puedo abrazarte?—pregunto.

Makino abrió sus ojos algo sorprendida pero al instante sonrió. Dejo aun lado el trapo con el cual estaba limpiando la barra y dio la vuelta para poder abrazar a la pequeña.

—¡Claro que puedes abrazarme!

Lyanna sonrió y pasó sus brazos alrededor del cuello de la peliverde la cual correspondió dicho gesto.

—Me gustan mucho los abrazos—comentó Makino.

—A mi también—solto una risita.

Pudieron seguir abrazadas durante un largo tiempo, pero se vieron interrumpidas por unos gritos. Se separaron lentamente e hicieron una mueca al ver a esos dos pelearse mientras los demás los alentaban.

—¡Alcalde!

—¡Roan!

Ambas comenzaron a caminar hacia ellos, para poder parar dicha "pelea"

—Te portas muy mal—comentó la ojiazul.

—Ya te lo dije él empezó, y yo no me voy a dejar insultar.

Lyanna solto un suspiro y camino hacia las dos persona que tenía enfrente.

—Muchas Gracias por todo—sonrio.

—No hay nada que agradecer, puedes volver cuando quieras ¿Sabes?

—Prometo que volveré y traeré galletas para ustedes.

Makino solto una risita, se le hacia muy tierna la pequeña ojiazul.

—Me agrado conocerte—comentó el Alcalde.

—¡A mi también! Es alguien muy interesante me agrada hablar con usted—sonrió.

—Me queda más que claro que no eres hija de esa cosa.

—¡Puedo oírte!

—Lo se.

—Será mejor que ya volvamos a casa—río la ojiazul mientras tomaba la mano del moreno—¡Adiós!

Se despidieron con un gesto de manos.
Roan y Lyanna comenzaron a caminar hacia su casa mientras que esta última iba regañando al mayor.

—No debes ser así con la gente mayor, debes respetar.

—Yo voy a respetar si me respetan, si no, pueden irse al diablo.

Ella puso los ojos en blanco al oír eso.

—no hables así—hizo una mueca.

—Bueno, Perdón—se disculpó—¿Qué vamos a cocinar hoy?

—No lo se, estaba pensando en hacer pollo con arroz ¿te gusta?

—Suena bien—sonrió.

—Oye Roan.

—¿Si?

—¿Quien es Luffy?

Él cuerpo del moreno se tenso al oír ese nombre.

—Es..

—Él Alcalde me dijo que es un niño que vive aquí—comentó.

—Estúpido viejo—murmuró.

Por otro lado justo cuando ambos se fueron un pequeño azabache entró corriendo a la taberna.

—¡Makino, tengo hambre!

—¿Eh?—la mencionada volteo a mirarlo y se puso pálida al ver los raspones y lo sucio que estaba—Luffy ¿en donde te metiste ahora?

—Estaba entrenando, pero me dio hambre ¿hay carne?

—Primero ve a bañarte y luego te daré carne.

—¡Pero si me bañe ayer!—se quejo.

Tan cerca pero muy lejos a la vez.

Roan se niega a que nuestra princesa conozca al solecito. Pero tranquilos ya va a seder.

Tengo tantas cosas para decirles, me estuve planteando la idea de dejar el fic.
Es que no se, me siento la persona más fracasada del mundo.

El jueves había ido a hacer algo super importante y fui con la mejor de las ondas, pero salio todo horrible.

Y para colmo unos pelotudos que vienen a comparar a Lyanna con Uta, es tipo?????

SISI YA SABEMOS QUE UTA ES CANON Y LYANNA NO, LA RE CONCHA DE TU MADRE NADIE TE LO PREGUNTO HIJO DE PUTA.

Dios, me calmo.

Pero bueno lo seguiría bardiando pero se me hace re largo así que, vamos con unas preguntas.

¿Qué creen que hayan hablado Shanks y su tripulación sobre Lyanna y sus padres?

¿Creen que Lyanna reconozca el sombrero de paja que tiene Luffy?

¿Les gusto ver a Makino y el Alcalde con Lyanna?

¿Creen que Shanks siga buscando a Lyanna o quizás haya aceptado que murió?

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