El mayor se llevó al menor a rastras agarrando desde el cuello hacia fuera del comedor. -¡Agh! ¡Espérame Fede! ¡Puedo explicarlo!-. El mayor no escuchó hasta que salieron del comedor, donde lo arrojó lejos de él. -Fede por favor, déjame expli- -. El peli-rosa no tuvo tiempo de terminar cuando sintió un fuerte golpe en su parte más sensible, soltando un potente pero débil grito a la vez, terminando en el suelo.
-...F-Fede por favor...-. Dijo el chico casi sin fuerzas. El albino ignoró su palabras, y termino dando media vuelta para irse de nuevo al comedor. -....Fede...-. Suspiró Félix, mientras se volvía a levantar adolorido. -Puta madre Félix ¿Que te pasa? ¡Ya sabías que eran caníbales!-. Se dijo a si mismo. -"Tal vez mi cordura no quiere aceptar todo lo que esta pasando..."-. Pensó mientras intentaba calmar el dolor que el albino le causó. -Bueno, al menos puedo explorar este lugar-. Comentó mientras comenzaba a caminar torpemente mientras recorría el camino que había tomado Fede cuando llegaron. Decidió pararse en donde se había encontrado al individuo de las agujas. -Que extraño sujeto-. Expuso Félix, mientras comenzaba a evaluar la zona, ya que como todos estaban comiendo el circo estaba casi vacío. Observó alguna que otra foto que tenía colgada. Era el sujeto junto a una chica que reconoció en seguida. -Hombre, pero si es la loca de la entrada, ¿Son hermanos?-. Se preguntó, mientras leía los nombres en la fotografía. - Puppet... Así se llama esta cosa...-. Se dijo a si mismo. Finalmente dejo las fotos, y decidió tirar al lado izquierdo en vez del derecho. Antes de partir vió que en los laterales de la pequeña sala de Puppet ponían "Pasillo 2" y "Pasillo 3". Termino tirando hacia el pasillo 2, donde las habitaciones parecían iguales, todas excepto una. Se veía más nueva que las demás, además de que la puerta era como la de un laboratorio. Debajo de la misma se veía una especie de neblina que escapaba al son del viento, y un frío apagado comenzó a interponerse entre la piel de Félix. -Bueno bueno bueno... ¿Y esta mierda?...-. Exclamó Félix. Finalmente decidió abrir la puerta, y la neblina que le rozaba los pies comenzó a infiltrarse por todo su cuerpo, al mismo tiempo que el frío se intensificaba. Mientras la neblina comenzaba a diluirse, pudo observar la silueta de dos chicos, la cual iba aclarándose hasta que finalmente los reconoció. Eran Osmar y Jackson, y se estaban besando.
Los chicos pararon en cuanto se dieron cuenta de la presencia de Félix, el cual echó un paso hacia atrás mientras miraba atónito la escena. -Oh vaya... N-no quería interrumpir-. Dijo Félix con una vergüenza reconocible. Osmar volteó a ver a Jackson, el cual se veía... ¿aterrorizado? Y finalmente regresó su vista a Félix, agarrando su cabeza en el acto y arrojándosela al peli-rosado. Este lo atrapó con torpeza, mientras quedaba confundido por el acto. -Por favor no digas nada-. Dijo Osmar con una voz entrecortada. Félix quedó más sorprendido que antes ¿Decir algo? ¿Por que diría algo?.- Osmar que- -.- Prométeme que no dirás nada-. Esta vez, su mirada estaba clavada en la del contrario. -¡Tranquilo! ¿Por que diría algo? ¿Que tiene de malo?-. Jackson se arrimó a Félix y recogió la cabeza de Osmar. -...Por nada...-. Susurró Jackson, con una mirada de preocupación y tristeza, la cual no tardó en contagiársela a Osmar. -Bueno... Me iré yendo de aquí... Realmente no quería preocuparos...-. El cuerpo de Osmar se arrimó y se colocó la cabeza de vuelta. -Félix, ¿Podemos confiar en que no dirás nada?-. El chico lo miro a los ojos, mientras respondía. -No diré nada, te lo prometo-. Acto seguido Osmar le susurró cálidamente a Jackson. -Vete a descansar, te visitaré más tarde~-. Jackson le respondió con una sonrisa, mientras que procedía a meterse dentro de lo que parecía un cubo gigante de hielo tal como si fuera una momia. - Sígueme, no es bueno dejar su habitación abierta por mucho tiempo-. Le explicó Osmar, mientras escoltaba a Félix afuera de la habitación. El peli-rosado estaba sorprendido de su acción, pues pensaba que no había buenas personas en el lugar. Actos seguido, ambos comenzaron a caminar en dirección a la habitación del nuevo. -Vaya primer día ¿Eh?-. Dijo el peli-morado mientras jugaba con su cabeza pasándola de una mano a otra. -Si bueno... Supongo que tengo que acostumbrarme-. Expresó Félix con amargura. -Si yo fuera tu, no volvería a alzar la voz en presencia de X.O.R-. Comentó Osmar con cierta preocupación. -Tranquilo, ya aprendí mi lección-. Dijo mientras imitaba su comportamiento de hace rato. Osmar respondió con una gran carcajada mientras comentaba. -Tienes suerte de que fue Fede el que te trajo, su amistad con Abby hace que X.O.R sea más inmune a sus caprichos-. Félix no sabía quién era Abby, pero por lo que parecía que comentaba Osmar, tenía pinta de ser algo así como un segundo al mando.
-¿Que tan viejo es este lugar?-. Preguntó Félix con cierta curiosidad. -Oh bueno, teniendo en cuenta que X.O.R tiene tropecientos años... Digamos que es más viejo que todos nosotros juntos-. Explicó Osmar con cierta gracia. -¿X.O.R fundó este lugar?-. El peli-morado volvió a colocarse su cabeza. -Pff, claro que no, solo se adueñó de el. Investigando un poco me encontré que fue este hombre de morado-. Acto seguido, Osmar sacó una fotografía y se la entregó.
Félix tomo su tiempo para analizarla, y mientras lo hacía, se percató de lo que parecía una mancha a lo lejos, pero al acercar notó que era algo escrito. -...Afton...-. Osmar asintió con algo de nervios. -A X.O.R no le gusta que hablemos de él, según que por cosas del pasado-. Félix observó más detalladamente la imagen. El sujeto de la misma tenía la cara tapada con unos grafitis. -Vaya, debe de tenerle bastante odio, hasta le tapó la cara-. Osmar asintió. -Se enfada muchísimo cuando lo mencionamos-. El peli-rosado puso una mueca como respuesta. Osmar río mientras abría la puerta del cuarto de Félix. -Pero da igual, ese tal hombre de morado está muerto así que no importa-. Añadió el peli-morado mientras ambos se adentraban al cuarto de Félix. - Wow, te dejaron el más limpio-. Dijo Osmar con algo de celos. -¿Esto es lo más limpio que tienen? ¿En serio?-. Osmar soltó otra carcajada. -Oh amigo, no quieres ver el cuarto de Mai, ¡Es todo un desorden!-. Félix dejó escapar una risa. -Tranquilo, se le nota en la cara el orden que lleva-. Ambos rieron mientras se acomodan por la oscura habitación del peli-rosado. Osmar terminó de cara a la mesa que tenía el cuarto y le comentó a Félix. -Deberías revisar los cajones del circo, siempre están llenos de información. Sosténme la cabeza un momento-. Félix obedeció sin rechistar, aún le parecía raro el hecho de que Osmar pudiera quitarse la cabeza, pero no comentaba nada al respecto con el, no quería arruinar la única amistad que tenía dentro de ese macabro lugar. Osmar comenzó a rebuscar en los cajones mientras le explicaba ciertas cosas de ciertas personas en el lugar; como que Nozomi tenía que dormir juntando su mitad con la otra para evitar una posible putrefacción de su lado cortado, o que Fede era un gruñón cuando lo levantaban de su siesta.
Finalmente pareció terminar encontrado lo que buscaba. -Aquí tienes, son los planos del lugar, te servirá para guiarte por acá, tómalo como un mapa-. Comentó Osmar, mientras su cuerpo recuperaba su cabeza de las manos del peli-rosado. -Vaya, finalmente alguien amable-. Le sonrió Félix. Osmar correspondió con una sonrisa. -Me retiro de vuelta a la mesa, si quieres encontrarme suelo estar por la biblioteca. Revisa el mapa de vez en cuando-. Y dicho esto procedió a retirarse, no sin antes añadir. -Se que comer órganos no es algo muy agradable para ti, pero si quieres seguir respirando deberías consumir algo, llevas dos días sin comer ni beber absolutamente nada, a X.O.R no le hará gracia recoger otro cadáver-. Y dicho esto, se retiró. Félix puso una mueca de rabia. Osmar tenía razón, estaba muerto de hambre y sed, pero seguía negándose a consumir algo del local. Sabía que en algún momento cedería, y eso le molestaba.
Félix dejó los planos sobre la mesa y se tumbó en el colchón. Se quedó un rato mirando al techo, hundiéndose en sus pensamientos, y entre todos ellos, en Fede. ¿Por que pensaba tanto en el? ¡Debería odiarlo por todo lo que le hizo! Pero había algo que no lo dejaba. ¿Inquietud tan vez?. No lo pensó más, y momentos después decidió cerrar los ojos, intentando descansar de lo que le parecía una pesadilla sin fin.
No tardó en volver a la realidad al escuchar unas fuertes pisadas acercarse a su puerta, estaba claro; era Fede. Y tal como lo pensó, ocurrió. El albino abrió la puerta de un portazo, únicamente para encontrarse a Félix tumbado en el borde del colchón mientras miraba hacia la puerta. -¿Ahora que hice mal?-. Dijo con un tono de agobio. Como es costumbre, Fede ignoró su comentario y en su lugar colocó en la mesa algo que llevaba en la mano. -Fede, no pienso comer nada de aquí-.
"No me importa lo que pienses, tienes que comer"
-¡Ja! ¿Ahora que eres? ¿Mi niñera?-. Félix dejó salir un gruñido. -No voy a comer tus porquerías-. Dijo mientras miraba hacia otro lado. Fede se acercó al menor junto con el bowl lleno de dedos que parecían estar fritos.
"Abre la boca"
-Te he dicho que n- -. Félix no pudo parar cuando sintió las frías manos del mayor intentando dejar su boca abierta. -¡Agh! ¡Quita tus cochinas manos de mi boca!-. Le reprochó Félix. El albino respondió colocando más fuerza. -¡Que no quiero desgraciado!-. Le gritaba Félix. Fede no le importó, y a la fuerza le metió un dedo a la boca. El menor se lo escupió en la cara al mayor. -¡No voy a comerme esa asquerosidad! ¿Entiendes?-.
Fede frunció el ceño, y terminó sacando su pistola. -¡Eso es ser un cobarde!-. En respuesta, se la colocó en la frente. -¡Basta Fede! ¡Esto es pasarse!-. Fede lo miró fijamente a los ojos, colocando esa maldita mirada fría que Félix tanto odiaba. -¿Por qué?...-. Susurró Félix, mientras una lágrima comenzaba a formarse en su rostro.
"Por que no quiero que desaparezcas"
-¡Pues dame algo comestible tarado!-. Fede tomó otro dedo y se lo metió en la boca, causando que este lo volviera a escupir. -¡Podrías haberte robado la pizza con piña que no pagaste cara alpargata! ¡Al menos eso me lo habría comido!-. Le recalcó Félix, esta vez más agobiado que antes. Fede fue cambiando su rostro lentamente hacia uno de preocupación.
"Por favor, no quiero perderte"
El rostro de Félix cambio rotundamente, y pudo ver algo en el rostro del albino que jamás había visto; una lágrima comenzó a caer de sus ojos, provocando que la piel del menor se erizara. ¿Fede llorando? ¿Se estaba riendo de el o realmente se sentía mal?. -Oye tranquilo, solo baja el arma ¿Quieres?-. Aún que el mayor lo dudo, terminó haciéndolo. -¿No tienen otra cosa aquí verdad?-. Fede negó con la cabeza. De inmediato, el peli-rosado recordó las palabras de Osmar, y comenzó a pensar. O moría de hambre, o moría por los demás. No tenía otra opción. -Vale ruidoso... Tú ganas...-. Expresó Félix con desánimo. El albino tomó otro dedo y se lo colocó en la boca al menor, este simplemente lo mordió sin pensar en lo que estaba haciendo, o más bien, no quería pensar lo que estaba haciendo. Mientras saboreaba asqueado, pudo notar que tenía un sabor... Curioso... Era como juntar carne de conejo con un toque de cerdo. También tenía un cierto sabor dulzón, pero sin pasarse. Lo que al principio parecía asco fue transformándose en uno de delicia. ¿Se estaba volviendo loco? Que importaba ya. El hambre no lo dejaba pensar más, y sin pensarlo, tomó unos tres dedos más del bowl sin que el albino se lo diera. -...No quiero ni una sola palabra de esto...- Dijo mientras deboraba los dedos a bocados. Fede lo miró con cierta ternura, mientras una leve carcajada silenciosa comenzaba a sonar. -... Vaya, ¿Estoy escuchando sonido de parte de ti?-. Dijo mientras seguía robando dedos del bowl. Fede negó con una sonrisa en su rostro. El peli-rosado jamás lo había visto sonreír del todo. Se veía... Extrañamente tierno...
"¿Ves como no era para tanto?"
-Cállate y tráeme algo para beber-. Dijo Félix mientras se metía dedos y dedos a la boca. Realmente estaba hambriento.