Simplemente Vanesa

נכתב על ידי RoxanaInk

5K 2.7K 2.1K

Es la quinta vez que Vanesa se muda de ciudad en quince años, y ya se está haciendo a la idea de que (otra ve... עוד

Capítulo 1. Desierto
Capítulo 2. Odio a los chicos
Capítulo 3. Charlas nocturnas
Capítulo 4. Daisy
Capítulo 5. Mi profe es idiota
Capítulo 6. Daisy & The Geeks
Capítulo 7. Lucas
Capítulo 8. Porros
Capítulo 10. Nietzsche
Capitulo 11. Debate
Capítulo 12. Silencio
Capítulo 13. Jenna
Capítulo 14. Cerrar un círculo
Capítulo 15. Enanos y pitos
Capítulo 16. Una sorpresa desagradable
Capítulo 17. El nuevo alcalde
Capítulo 18. Todo mal
Capítulo 19. Mi hermano
Capítulo 20. Laia
Capítulo 21. Ty
Capítulo 22. El príncipe se ha cansado del azul
Capítulo 23. Chicas como yo
Capítulo 24. El efecto mariposa
Capítulo 25. El mago de Oz
Capítulo 26. Ojos de sapo
Capítulo 27. La regla de las tres cosas
Capítulo 28. Gato negro
Capítulo 29. La historia del caimán morado
Capítulo 30. V de Vendetta
Capítulo 31. Karma
Capítulo 32. Trenes A y B
Capítulo 33. Una no-cita
Capítulo 34. El hilo rojo
Capítulo 35. Cenicienta
Capítulo 36. Lydia Bennet era feminista
Capítulo 37. Hierba mala
Capítulo 38. La navaja de Ockham
Capítulo 39. La reina abeja
Capítulo 40. Prácticamente blanca
Capítulo 41. Almas malditas
Capítulo 42. Casar, matar o coger
Capítulo 43. Conectar los puntos
Capítulo 44. Sin querer queriendo
Capítulo 45. Placeres culpables
Capítulo 46. La cuenta atrás para la felicidad
Capítulo 47. Secretos oscuros
Capítulo 48. Conversaciones con el espejo
Capítulo 49. Una monja en apuros
Capítulo 50. El amor es la muerte del deber
Capítulo 51. Kitsuné
Capítulo 52. Dulce venganza
Capítulo 53. Una mierda con patas

Capítulo 9. Una actitud inusual

130 73 48
נכתב על ידי RoxanaInk

Cuando regreso a casa, tropezándome con mis propios pies y con los ojos rojos como tomates, mi padre pone cara decepcionada, pero no dice nada.

Sé que no le hace gracia ver a su hija en ese estado, pero tampoco tiene la valentía de regañarme. Si lo hiciera, yo le echaría en cara todas las razones que lo convierten en un mal padre, y eso, evidentemente, no lo quiere escuchar.

No quiere que le recuerde que sigo deprimida por culpa de nuestras constantes mudanzas y todo lo que conllevan, ni tampoco que he crecido sin amigos; prefiere ignorar que estoy fumada y ya.

Una vez en mi habitación, me quito los zapatos y me meto directamente a la cama, sin ni siquiera cambiarme de ropa o lavarme la cara. Estoy cansada y aturdida por el porro, y solo me apetece cerrar los párpados y entrar en el mundo de los sueños.

Estoy justo a punto de dormirme cuando alguien toca a mi puerta dos veces. Maldigo en voz baja mientras Juancho se asoma por el umbral y me mira fijo, sin decir nada.

-¿Estabas durmiendo? - pregunta al final, después de que le devuelva una mirada que hubiera congelado el Infierno.

-Creo que cuando una está acostada con los ojos cerrados, significa que está durmiendo, ¿o no?- le digo con voz molesta, poniendo los ojos en blanco.

-Tambien podrías haber estado muerta- considera él, y yo me incorporo de mala gana.

-Oye, pesado, si te ha mandado papá para decirme que...

-Papá no tiene nada que ver.

Juancho suena sincero, y, por una vez en su vida, su voz es seria y calmada. Me pongo tensa, porque nunca ha podido estar más de un minuto conmigo sin hacerme una broma de mal gusto, y ahora, si no me equivoco, ya han pasado como cinco minutos desde que se ha asomado a mi puerta. Esa situación es demasiado rara.

-¿Cómo te ha ido tu primer día? - me pregunta mi hermano contra todo pronóstico.

Yo me quedo boquiabierta. Me siento un poco mareada después de haber fumado porros por una tarde entera, pero logro sostenerle la mirada a Juancho.

-Te he saludado en el comedor a la hora del almuerzo, pero estabas muy ocupada socializando con tu nuevo círculo de amigos - admite mi hermano.

Yo le hago una mueca. ¿Desde cuándo se preocupa por saludarme en el comedor? Eso no es lo que haría Juancho en una situación normal.

-¿A qué viene esto, Juan Camilo?- me informo.

Lo llamo por su nombre completo solo en dos ocasiones: cuando ha cogido algo mío de mi tocador y lo ha escondido en el vertedero que es su cuarto, o cuando imito a papá enojado. Esta vez, lo llamo "Juan Camilo" por su inusual actitud, que es toda una novedad.

-Vi, solo me preocupo por saber cómo estás-, me dice él -. ¿Crees que las otras veces que nos hemos mudado no he notado tu soledad y depresión? ¿En serio?

Sigue hablando al ver que mi cara se mantiene seria.

-Por fin después de tanto tiempo, hoy te he visto feliz con tus nuevos compañeros. No tengo ni idea de quiénes sean, pero... Si estás bien con ellos, sigue frecuentándolos. Aunque a papá ya no le caigan bien porque te han hecho probar marihuana, no deje que eso te afecte... De verdad.

Abro mucho los ojos: no sé que decir.

No quiero que mi hermano se preocupe por mi, ni que actúe como mi psicóloga.

No quiero que me diga con quién tengo que estar y con quién me ha visto más feliz en los últimos tiempos.

Nunca le he importado, entonces no entiendo porque le importe ahora. Tal vez le doy lástima.

-¿No me vas a decir nada?

Juancho esboza una leve sonrisa, que se esfuma de su cara en cuanto abro boca.

-La faceta de "hermano comprensivo" no te pega nada, Juan- le digo, reduciendo los ojos a dos fisuras -. Nos hemos mudado cinco veces, ¿y es solo ahora que te preocupas por mi?

Veo como mi hermano separa los labios para replicar algo, pero yo soy más rápida y hablo primero.

-Sé perfectamente que a papá no le ha gustado verme en ese estado, pero ni se me ha cruzado por la cabeza la idea de dejar de ver a mis amigos solo porque él no quiere. No soy tan tonta como piensas, Juan.

Y con eso, lo empujo fuera de mi habitación.

-¡Espera!- me grita él, resistiéndose a mis empujones.

-¿¿¿Y ahora que???- espeto molesta, con los ojos muy abiertos y los dientes apretados.

-¡Solo estoy tratando de ser mejor hermano, Vi!

-Que chido. Los nuevos propósitos mejor reservatelos para Año Nuevo.

Le cierro la puerta en la cara y me tumbo bocabajo en mi cama. Una lágrima me emborrona la vista, y me la seco antes de que pueda llegar a la mejilla.

-¡Cabrón!- grito, pero ese insulto va más dirigido a la frustración que siento en algunos momentos que a Juancho.

Le suelto un puño a la almohada y empiezo a llorar sin motivación alguna. Cuando se me agotan las energías y mi respiración vuelve a la normalidad, me tapo hasta arriba con mi manta y me quedo mirando al techo.

Al final, entre tantas lágrimas, logro sonreír, porque a una pequeña parte de mi alma le ha gustado ver a su hermano preocupándose por ella.

המשך קריאה

You'll Also Like

66.8K 2K 50
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
4.5M 260K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
109K 6.1K 162
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
600K 52.2K 55
"El día que empecé a extrañarla, ella dejó de quererme" Jeon Jungkook es un padre soltero, en busca de su propio bienestar, no parece estar preocupa...