Skawng // Neteyam

By WhiteVenus_writer

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❪ Neteyam ❫ -Toda la energía es un préstamo... que algún día hay que devolver ❪ 𝘓𝘪𝘦 𝘴𝘪 𝘰𝘦 𝘕𝘦𝘵𝘦𝘺𝘢... More

Regalitos Gráficos 💙
¡Cuenta de Edits! 🎥 🎶
1. Cambios
2. Nuevos lazos
3. Sucesos extraños
4. Estabilidad
5. Te veo
6. Inicio del aprendizaje
¡Feliz Navidad! 💙
7. El comienzo de algo
8. Acercamiento
9. Presentación al pueblo
10. La llegada de los Tulkun
11. Payakan
12. Futuras tsahík
13. Distanciamiento necesario
14. Puedo renunciar pero no olvidar
15. El retorno del recuerdo
16. Un regalo diferente
17. Oel ngati kameie
18. Una vida a tu lado
19. Regreso a la realidad
21. Sobre protector
22. Defensiva
23. Caos y miedo
24. Patrullas
25. Una presentación formal
26. Una pérdida esencial
27. Te veo
28. Unión de fuerzas

20. Cambios de aptitud

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By WhiteVenus_writer

—Estás siendo muy injusta —agaché las orejas con una mueca, una vez alcancé a mi madre justo cuando entraba en nuestro hogar.

—¿Injusta? Has desaparecido por días, Ngayä. ¡Eres la futura tsahík y te marchaste sin avisar! 

Bajé la cabeza con una mirada resignada. Odiaba cuando me gritaban, me hacía recordar partes de mi pasado que me esforzaba por olvidar con todas mis fuerzas. Entendía su punto y el porqué estaba cabreada, pero estaba segura de que ella empujó a mi padre a escoger al próximo Olo'eyktan cuando sospechó con quién me encontraba.

—Lo único que intento es protegerte, ¡es lo que siempre he hecho! —Se giró para encararme, ambas con las orejas pegadas al cráneo y nuestras colas balanceándose con espectancia.

—¿Protegerme de quién exactamente? ¿De Neteyam? —La miré estupefacta cuando apartó la mirada al oírme pronunciar su nombre—. ¿Todo esto es por él...? ¿Tanto le odias?

Rápidamente levantó la cabeza, mirándome indignada. No podía culparme por pensar así, realmente era lo que parecía. Desde que llegaron le tuvo una especie de recelo al hijo mayor de los Sully, eso era un hecho.

—Yo... —La oí bufar por lo bajo y subí las orejas, esperando una buena explicación—. No le odio a él, odio que te vuelva débil.

—Todos tenemos una debilidad. No puedes juzgarnos por ser la del otro.

—No lo entiendes, nunca quieres escuchar —Me apuntó con el dedo, enseñando los dientes—. ¡Él es el desencadenante! ¿Acaso no lo ves? Todas tus visiones empezaron cuando él llegó. ¡Él será el que te destroce!

Retrocedí un paso, repitiendo sus palabras con claridad en mi cabeza. Algo no encajaba, no tenía sentido que ella...

Un momento.

—¿Cómo sabes que seguí teniendo visiones? No te conté ninguna desde que llegaron los Sully.

Su cara llena de sorpresa me hizo estremecer.

¿Cómo se supone que sabe eso?

Ronal se dio la vuelta, dándome la espalda y poniéndose a buscar algo por todo el lugar. De pronto parecía estar entrando en pánico, como si no encontrara algo muy importante para ella. Todo comenzaba a ser muy extraño, actuaba de una forma totalmente diferente a la que ella solía tener. 

—¿Qué...? —Miré extrañada como se tiraba al suelo, buscando desesperada.

—Estaba aquí, estoy segura de que lo dejé aquí.

—¿Qué ocurre?

Mi madre se giró hacia mí con pánico en sus ojos y me acerqué a ella preocupada.

—¿Las has visto? Traje esta mañana esas malditas flores, ¡son muy importantes! Necesito saber que funcionan...

—No te entiendo, madre —enlacé todos los datos que me había dado mi madre frente a mí y una idea se presentó en mi cabeza—. Mamá, ¿has subido a la montaña? 

En su estado era muy peligroso que lo hiciera. Si se caía por la cuesta podrían matarse ella y el bebé.

—Eso no importa... —Se agarró de un tronco para sentarse en el suelo, tratando de relajar su ansiedad.

—¿Tan importantes eran esas flores para que subieras allí arriba? —Me agaché junto a ella y la miré con calma, para tratar de transmitirle serenidad y paz.

Ella me observó inexpresiva durante unos segundos y asintió.

—Son probablemente la misión más importante para mí. Sin ellas... todo lo que he luchado por proteger se haría pedazos. Soy la única que puede iluminar el futuro, no podría soportar vivir lo que pasaría si no...

Tragué en seco, abrumada por la situación. Su mirada estaba perdida, sus ojos tristes y su cuerpo agotado. No entendía en qué estaba trabajando tan duro como para gastar tantas de sus fuerzas, pero teniendo en cuenta que hablaba de flores, probablemente tendría algo que ver con su embarazo.

Esa era su misión más importante, ¿no? La de cualquier madre es velar por el futuro de su bebé hasta que sea adulto. Solo esperaba que ambos fueran a estar bien, y que la pérdida de esas flores no supusiera un problema grave para ellos.

—¿Así que estaba alterada por haberlas perdido?

Acaricié la palma de su mano con suavidad, observando la diferencia de tamaño entre nuestros dedos, y como a la vez tenían la medida perfecta para encajar en sincronía.

Asentí lentamente, cerrando los ojos mientras sentía las leves subidas de mi cabeza debido a su respiración. 

Neteyam y yo estábamos apoyados en uno de los árboles apartados de la aldea Metkayina, yo apoyada sobre él entre sus piernas y él apoyado en el árbol a la vez que rodeaba mi cuerpo con sus brazos. Sin duda era una posición a la que podría acostumbrarme.

—Parecían importantes para ella —murmuré, dejando caer nuestras manos sobre mi abdomen.

Era realmente curioso lo protegida que llegaba a sentirme solo por el hecho de estar con Neteyam. Como la simple presencia de alguien te volvía segura por tener la certeza de que te protegería hasta con su propia vida.

—No va a cambiar de opinión sobre el Olo'eyktan —rompí el silencio tranquilo que se había formado, esperando sentir a Neteyam tensarse debajo mío por mis palabras. Sin embargo no fue así, y su respiración continuó igual de relajada que antes.

—Lo imaginaba. Era algo que sabíamos que podía pasar —habló con la voz en calma y giré mi cabeza para encontrarme con su mirada serena, inexpresiva, mirándome—. No me importa lo que hagan, Ngayä. Sus decisiones no cambiarán ni mis acciones ni mis sentimientos.

Le sonreí levemente y su mirada se suavizó. Ver como era capaz de volverle más apacible era realmente satisfactorio. 

—No lo permitiré.

Se recolocó bajo mi peso y separó una de sus manos de mi cuerpo para pasar un mechón de pelo detrás de mi oreja; acariciando después mi mejilla con dulzura.

—Déjalo estar, ¿vale? —Ante sus palabras, le miré confundida y él me sonrió con tranquilidad—. Ya se nos ocurrirá algo, pero hasta entonces procura ganarte la confianza de tus padres. Si luchas ahora creerán que solo es un capricho, pero si les demuestras que eres madura y sensata acabarán viéndolo ellos mismos. Solo entonces aceptarán tus propias decisiones.

—¿Quieres que finja ser una hija obediente? —Le miré burlona y él sonrió, agachando la cabeza.

Al subirla, sus ojos perdieron parte de la diversión tornándose algo más serios de nuevo para luego negar con la cabeza.

—Quiero que actúes como antes de que yo llegara... Que seas la Ngayä de antes.

Con esas palabras comencé a entender parte de lo que ocurría en la mente de mi pareja. Con la seguridad también vienen las dudas, el miedo irracional a perder aquello que tanto te había costado conseguir y que has llegado a valorar con tanta fuerza. Neteyam tenía exactamente el mismo miedo que a veces me corrompía a mí misma; ambos temíamos haber cambiado al otro y que eso le causara problemas. Ser las causas de los problemas del otro, eso era algo que ambos temíamos.

El cambio...

—Prométeme una cosa, ¿quieres? —Me incorporé un poco para poder dejar mis manos en sus mejillas y acariciarlas con suavidad; relajando mi mirada—. No volvamos a discutir, por favor.

Parecía que cada vez que discutíamos nos generábamos inseguridades, y ese no era el punto de una relación. Debíamos ser el mayor apoyo del otro, ser su lugar de seguridad donde no necesitara tener miedo o pánico a que algo vaya a salir mal. Saber que puedes cometer cualquier error porque el otro lo perdonará. Eso era amar para mí; amar lo bueno para disfrutarlo, y amar lo malo para entenderlo.

—Quiero que seamos un apoyo para el otro. Una pareja de verdad, sin inseguridades y mucho menos discusiones —junté nuestras frentes por unos segundos y las volví a separar, sacándole una sonrisa a mi acompañante—. ¿Estás de acuerdo?

Susurré las últimas palabras muy cerca de sus labios, para dejar que mi aliento rozase los suyos; provocándole.

Le miré sonriente, divertida, y él me devolvió la amplia sonrisa antes de acortar la distancia entre nuestros labios, de imprevisto.

Reí en medio del beso y le correspondí, apoyando mi brazo izquierdo sobre su hombro para dejar esa misma mano sobre su cabeza, acariciando su pelo. Él pasó con lentitud su mano desde mi espalda girada hasta mi abdomen, causando que me separase del beso para suspirar algo agitada. Toda la piel que sus dedos habían rozado en el proceso para llegar a mi abdomen estaba completamente de punta.

Al estar girada de lado, su brazo estaba apoyado sobre mi cuerpo y su mano dejaba suaves caricias por el centro de mi abdomen.

Tragué en seco, sintiendo que mi boca se había secado completamente y mi respiración se había agitado. 

Me atreví a abrir los ojos, conectándolos con su mirada cargada de intensidad.

Le vi sonreírme con algo de burla al ver lo agitada que estaba por su leve roce, y no esperó más para volver a unir nuestros labios; moviéndolos con una lentitud que comenzaba a exasperarme. La forma en la que sus labios atrapaban los míos con tanta suavidad, con tanta lentitud, como si estuviera disfrutando cada instante prolongado y lento que él mismo provocaba; era una sensación completamente nueva, cargada de adrenalina. Pues, se separaba con tanta lentitud que me era imposible no aprovechar para respirar con fuerza, de forma muy débil y acelerada; me faltaba la respiración. 

Tal vez fuera de mentalidad débil, pero esos simples roces sobre mi abdomen eran justo lo necesario para que perdiera parte de mi cordura. Solo podía concentrarme en esperar a que nuestros labios se separaran para poder coger unas bocanadas de aire aceleradas, antes de suspirar sobre los labios de Neteyam justo cuando volvían a unirse.

Para su mala suerte, mi paciencia no era infinita, y si él podía hacer que todo mi cuerpo se estremeciera estaba segura de que yo también podría lograr ese afecto. Al fin de al cabo, no lo descubriría si no lo intentaba. 

Tal vez él fuera incluso más débil de mentalidad que yo.

Comencé a bajar con lentitud el brazo que estaba apoyado sobre su hombro y dejé que mis dedos relajados rozaran su piel en el camino. Cuando estos llegaron hasta el final de su cuello, donde comenzaba su clavícula, Neteyam se separó bruscamente del beso y apoyó su cabeza sobre la mía, cerrando sus ojos en el proceso. Sonreí con suficiencia y satisfacción al notar como su respiración comenzaba a acelerarse cuando empecé a bajar la mano desde su clavícula hasta el medio de su pecho. Bajaba con mucha lentitud y suavidad, casi sin tocarle pero de esa forma rozándole; convirtiendo cada roce en una tortura mucho más insoportable.

Sus caricias en mi abdomen se habían detenido y había pasado a concentrarse exclusivamente en regular su respiración; la cual iba cada vez más acelerada y superficial.

Me incorporé un poco con lentitud, sin detener los roces, separando nuestras cabezas. Este al no tener ya el apoyo de mi cabeza bajo la suya echó la cabeza hacia atrás con brusquedad, apoyándola en el árbol.

Su cuello estaba estirado y sus músculos se habían tensado a la vez que su pecho subía y bajaba rápidamente. 

Decidí intentar algo y me coloqué frente a él, entre sus sus piernas, las cuales estaban apoyadas en el suelo; algo tensas. Vi como abría sus ojos con lentitud, estos brillando con fuerza; parecía estar tratando de mantener el control de su propio cuerpo, y por su mirada le estaba costando bastante. Era la primera vez que le veía incapaz de tener control sobre su mente o cuerpo.

Pasé mi lengua por mis labios, para humedecerlos, y vi como su mirada se quedaba paralizada sobre ellos. Sonreí juguetona y me acerqué más a él, hasta rozar de nuevo nuestros cuerpos. Mi cola rodeando su antebrazo, acariciándolo levemente. Deslicé mi pulgar por la comisura derecha de sus labios, haciendo una leve presión para empujar su cabeza hacia atrás; apoyándola de nuevo en el árbol.

Estaba muy nerviosa por lo que iba a hacer, pero por algún razón no era mi cerebro el que estaba manejando mis acciones en ese momento. 

Acerqué mi rostro a su cuello y dejé un suave beso sobre él. En el instante en el que mis labios hicieron contacto con la piel de su cuello, su pecho subió de forma brusca al Neteyam arquear su espalda. De nuevo su respiración estaba acelerada, aunque sorprendentemente más que antes. 

Continué dejando suaves besos a lo largo de su cuello, humedeciendo algunos un poco más que otros. Mis orejas estaban en alto, realmente disfrutando de los roncos suspiros que salían de la boca de Neteyam y de algunas maldiciones que soltaba de vez en cuando. 

En el momento en el que dejé un beso más húmedo que los demás en su clavícula sentí como alguien levantaba mi mandíbula con algo de brusquedad. Mis ojos se encontraron con los agitados de Neteyam, quien empezaba a parecer como si estuviera perdiendo parte de la cordura.

Le di una sonrisa dulce y alegre, mostrando mis colmillos y mis ojos entrecerrados por esta misma. Al ver mis ojos y sonrisa cargados de cariño, su mirada se suavizó y su agarré en mi mandíbula se volvió más flojo hasta simplemente rozar esta con suavidad.

Me acercó para unir nuestras frentes y me devolvió la sonrisa. Nuestros ojos mostrándole al otro el profundo amor que sentíamos y la gran admiración que nos procesábamos. 

Su rostro tenía leves rastros de sudor y su mirada lucia algo cansada.

—Lo admito... —Su respiración aún no estaba calmada del todo, pero si parecía cuerdo y completamente consciente de sus palabras—. Sabes como volverme loco —me sonrió y acarició mi nariz con ternura—. Más bien, sabes que tú me vuelves loco.





¡Buenas noticias! Ya tengo preparados esquemas de todos los capítulos, lo que significa que las actualizaciones serán mucho más rápidas ahora ^^

Estaba 100% nerviosa por la escena de ellos ya que nunca había escrito una así antes. Realmente me sorprende que me haya salido con tanta fluidez jajaja solo espero haberlo hecho bien.

Esas escenas me encantan en todos los libros, por eso me daba bastante cosa que no estuvieran en este, ya que creo que le dan un toque algo más intenso a la historia jajaja 

¿No creéis?

Espero que os guste y por favor decirme si he hecho bien esa parte ya que estaba muy insegura con ello, ojalá me haya quedado bien porque me encantan de verdad esas escenas. Son las típicas que leo casi sin pestañear jajaja

Empiezan las rayadas jajaja, a partir de este se van dando pistas ocultas de la trama futura, muy atentos ;)

Comentad y dejad vuestras opiniones por favor, me encantan vuestros comentarios enserio 💙✨

¡Gracias por el apoyo y espero que os esté gustando!

¡Os leo! 🫶🎶

Atte. Venus.

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