DAYLIGHT | julián álvarez

由 lvndrhaze

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"Lo único que se me ocurre es amarte porque llenas mi vida de luz. No puedo, ni quiero dejar de quererte, no... 更多

DAYLIGHT
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─ chapter two
─ chapter three
─ chapter four
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─ chapter twenty six
─ extra one
─ extra two
─ extra four (final)
DELICATE & ENCHANTED
no da che

─ extra three

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由 lvndrhaze




AÑO 2026, PRIMERA SEMANA DE JULIO.

MUNDIAL "UNITED" 2026 (CANADÁ-MÉXICO-ESTADOS UNIDOS). 



LAS CALLES ESTABAN POBLADAS de gente portando la camiseta de la Selección Argentina, con sus rostros pintados de celeste y blanco, banderas colgadas de sus espaldas y algunos incluso con llamativos gorros que hacían alusión a la cultura del país o a los jugadores.

La euforia y la emoción de los hinchas era evidente, todos cantando y saltando mientras se dirigían al estadio donde se llevaría a cabo una de las dos semifinales de la Copa del Mundo, y Argentina había logrado entrar una vez más entre los cuatro semifinalistas, lista para jugar el partido y meterse en la final.

Para cuando Sol ingresó al palco, acompañada del Kun, Sofía y Benjamín, además de toda la familia por parte de Julián, la familia Messi entera y Valentina con Olivia y la familia de Enzo, los jugadores ya estaban saliendo a la cancha para realizar el calentamiento previo al partido.

La chica se acercó al cristal, observando la cancha y a los miembros de la Scaloneta cuando notó que Julián ya la estaba buscando con la mirada, y al encontrarla le tiró un beso provocando que ella sonriera.

Esta vez la chica portaba la camiseta del nueve en su versión alternativa, y es que Sol había decidido instalar una nueva cábala, que básicamente era una transformación de la que ya tenía antes. La había probado en la Copa América y había funcionado, así que había decidido adoptarla como su cábala oficialmente. Ahora Sol no rotaba entre las camisetas de los distintos miembros de la Scaloneta, sino que rotaba entre las distintas camisetas que Julián había utilizado o utilizaba. Ya había utilizado la de river, había utilizado la titular del Manchester City, había utilizado varias de las alternativas del City y ahora estaba con la alternativa de Argentina, reservando la titular de la Selección para la gran final.

Porque Sol como siempre elegía creer que todo se iba a dar como querían, elegía creer que Argentina una vez más llegaría a disputar la final. (anulo mufa ahre)

Cuando los jugadores finalmente se retiraron a los vestuarios para poder cambiarse, Sol aprovechó para sentarse, agarrando su mochila y sacando un paquete de maní con chocolate, comenzando a comerlos mientras miraba la pantalla del palco donde mostraban repeticiones de los jugadores en el calentamiento.

— ¿Ya estás comiendo otra vez? —el Kun la observó confundido a su hermana— Acabas de clavarte una hamburguesa Sol, te vas a cagar encima boluda.

Sol frunció el ceño— ¿Estás comiendo vos o estoy comiendo yo? —cuestionó a la defensiva, provocando que su hermano mirara a Benjamín confundido— Tenía ganas de comer algo dulce, todos deberían comer algo dulce que después les baja la presión con el partido y se terminan desmayando. —sus ojos puestos en el Kun, haciendo alusión a que en el partido anterior, donde una vez más para no romper la costumbre de los cuartos habían ido a penales contra Países Bajos, al Kun le había bajado la presión y había estado a nada de desmayarse.

Su hermano la observó en silencio unos segundos hasta que finalmente le tendió la mano con su palma abierta hacia arriba— Tenés razón, dame unos.

— Ni en pedo, estos son míos, anda a comprarte unos rata. —Benjamín soltó una carcajada viendo la cara indignada de su padre y como su tía seguía comiendo sin importarle como el Kun la miraba.

— Che Sol, ¿me das unos? —Rafael se acercó a ella, cagándose de risa cuando su cuñada le dio un par y el Kun soltó un "¿Vos me estas jodiendo pendeja?" — Gracias cuña, te amo. —dijo dejando un beso en la cabeza de Sol para mirar de forma burlona al Kun. Valentina, que estaba sentada a la derecha de Sol con Olivia sentada en sus piernas y la pequeña Mia en el cochecito, soltó una carcajada, disfrutando de otra escena entre el Kun, Rafael y Sol.

— ¿Le das a este y no a mí? —señaló al hermano mayor de Julián para luego señalarse a él mismo— Así son, todos desagradecidos, yo te cambiaba los pañales a vos, te daba de comer la manzana rallada, y así me pagas, traidora de mierda. Murió la familia, fallecieron los valores, feneció la hermandad.

Sol colocó sus ojos en blanco— ¿Terminaste?

— Sí, pero que sepas que estoy muy indignado, me voy a comprar una bolsa de tres kilos y no te voy a dar ni uno. —su hermana soltó una risa viendo como él se sentaba en su asiento de brazos cruzados, como un nene chiquito al que no le compraban lo que quería. Finalmente, Sol abrió su mochila otra vez, sacando un segundo paquete y tendiéndoselo al Kun— Lo voy a tomar, pero me ofende muchísimo pendeja.

— Dios Sergio, come y callate un poco. —ante esto todos rieron, viendo como la chica le tiraba el paquete en la cara para después seguir comiendo el suyo con Valentina y Rafael.

Cuando los jugadores volvieron a salir a la cancha, todos en el estadio se pusieron de pie para el momento de los himnos. Sol sonrió al ver a Julián de pie junto a Enzo y Alexis, los tres abrazados por los hombros mientras cantaban el himno con entusiasmo. Una sensación de orgullo la invadió al ver a la Scaloneta, al ver a Lionel Messi entre ellos, participando del que iba a ser oficialmente su último mundial como un jugador más.

En el momento en el que el árbitro pitó, el partido entre Argentina y España comenzó, y los nervios invadieron a Sol de golpe. No solo estaban jugándose el pase a la final de la Copa, sino que además lo hacían contra una Selección en la que con Julián tenían muchos amigos, y Sol sabía que el nivel de España había mejorado bastante desde el último mundial.

SOOOOOY ARGENTINO, ES UN SENTIMIENTO, NO PUEDO PARAAAAR.

EL partido recién empezaba y ya estaba siendo bastante intenso. Estaba claro que las dos selecciones querían pasar a la final y tener la chance de disputar el partido que podría consagrarlos como campeones, y por eso estaban dejando todo en la cancha. En los primeros veinte minutos del partido la pelota había pasado varias veces de un lado a otro de la cancha, ninguno de los dos equipos tenía posesión de la pelota por demasiado tiempo, porque rápidamente el otro equipo conseguía sacársela para tratar de hacer una jugada que terminara con la pelota inflando la red, y así sucesivamente.

— ¡LA CONCHA DE TU MADRE GAVIRA! —gritó levantándose de su asiento al ver como Gavi tiraba a Alexis a la mierda para tratar de sacarle la pelota en el minuto treinta y dos del primer tiempo— ¡QUE CHIHUAHUA DE MIERDA! CON AMOR, PERO DALE HIJO DE PUTA. —los que estaban en el palco carcajearon cuando escucharon las palabras de Sol.

— ¡VAMOS SEXO FERNANDEZ! —el Kun se frotaba las manos viendo como Enzo tomaba la pelota y se acercaba al área de España, esquivando a los jugadores que portaban la camiseta roja— ¡DALE ENZITO, PASALA! —y como si lo hubiera escuchado, Enzo la pateó hacia la izquierda donde se encontraba Lio esperándolo.

— ¡GOL LA CONCHA DE SU MADRE! —el estadio se había llenado de gritos cuando en el minuto tres del tiempo extra que había añadido el árbitro, Lionel logró pasar la pelota por encima del arquero y adentro del arco— ¡AAAAAAAAAA! ¡VAMOS MESSI CARAJO! —gritaba Sol abrazándose a sus cuñados y sobrino mientras saltaban festejando. Sonriendo al ver como Thiago, Mateo y Ciro festejaban el gol de su papá diciendo "¡LO HIZO PAPÁ, MA!", una sensación cálida en su pecho al escuchar eso, su cabeza llenándose de imágenes que lograban enternecerla aún más.

Para cuando el primer tiempo terminó y los jugadores se retiraron a los vestuarios, Sol aprovechó para ir al baño porque si aguantaba un segundo más se hacia pis encima. Cuando salió, aprovechó para parar en uno de los puestitos que había adentro, comprándose unos paquetes de gomitas, además de unos de galletitas para Olivia y los nenes de Antonella y Lionel.

— ¿Estas bien? ¿Qué pasó que tardaste tanto? —le preguntó el Kun al verla ingresar al palco justo cuando los jugadores volvían a ingresar a la cancha.

Sol asintió, tomando asiento en su lugar mientras le tendía el paquete de galletitas a los nenes— Sí, lo que pasa es que pare a comprar algo y aparte algunos hinchas me pararon para pedirme unas fotos. —respondió con una sonrisa, abriendo el paquete de gomitas. Su hermano y los demás la observaron con curiosidad, sabían que a Sol no le gustaban las gomitas ácidas, pero ahí estaba con una bolsa en la mano, comiéndolas como si nada— ¿Quieren? —Sol les ofreció el paquete sonriendo, y confundidos Benjamín y Agustín agarraron algunas.

— Gracias cuña. —le agradeció Agustín llevándoselas a la boca, un siseo escapando de sus labios cuando notó lo ácidas que eran, provocando la risa de la chica y los demás.

Mariana, por su parte, observó a Sol con atención. Sentía que estaba pasando algo, que había algo distinto en su nuera y también en su hijo, pero todavía no terminaba de entender que era exactamente eso distinto.

— Mari, ¿querés unas? —Sol desde su asiento le tendió la bolsa, una sonrisa dulce en sus labios.

— No, gracias Solcito, come vos hija.

Y YA LO VES, Y YA LO VES, EL QUE NO SALTA ES UN INGLÉS.

— ¡AAA QUE HIJOS DE PUTA! ¡QUE BRONCA QUE JUEGUEN BIEN! —en el minuto setenta y nueve, Ferran Torres había metido el segundo gol de España con una asistencia de Pedri, logrando que el marcador quedara una vez más empatado, ahora con un dos a dos. El primero de España había llegado de la mano de Morata, y el segundo de Argentina de la mano de Alexis.

— El control que tiene de la pelota ese pibe, mamita. —dijo el Kun mirando la repetición de la jugada, y como Pedri recibía la pelota por parte de Laporte con facilidad, para luego darle el pase a Ferran— Tenían que haberle roto la pata la última vez que fue a visitarlos, un trabajo tenían, Sol. —los demás carcajearon ante las palabras del ex jugador, mientras Sol lo miraba con el ceño fruncido.

— Dios Sergio, deja de decir boludeces por favor.

— Broma Sol... aunque entre broma y broma. —el Kun rió viendo la mirada que Sol le dedicaba, chocando los cinco con los hermanos Álvarez.

Para el minuto ochenta y ocho el partido seguía empatado, y Sol estaba que se arrancaba de los pelos. No estaba en condiciones de pasar por otra tanda de penales, ya había sufrido demasiado contra Países Bajos, donde volvía a pasar eso definitivamente la quedaba ahí nomás en el palco.

— OJO, OJO CON EL PASE DE ENZO.

Todos se levantaron de sus asientos viendo como Enzo le pasaba la pelota a Leandro, quien, esquivando a dos jugadores españoles, la pateó hacia donde se encontraban Julián y Lionel, el portador de la camiseta número diez esquivó a los defensores notando como Julián se movía hacia el costado derecho donde estaba solo y con un movimiento simple envió la pelota hacia él.

— ¡GOOOOL! ¡VAMOS MI VIDA! —gritó Sol saltando de su asiento junto a los demás. Todos los que hinchaban por Argentina en el estadio gritaron como locos, muchos ya estaban llorando porque solo quedaban dos minutos del tiempo extra que había añadido el árbitro— ¡VAMOS JULI CARAJO! AAAAA COMO TE AMO, DIOS ESTAMOS GANANDO. —Sol era abrazada por Rafael y Agustín, los tres saltando y gritando, agitando la bandera con sus manos libres mientras los nenes corrían y saltaban en el palco gritando gol. La chica podía notar su vista nublada por las lágrimas que comenzaban a formarse por la alegría y la emoción de saber que estaban a nada del pase a la final.

— ¡ESO CARAJO TODAVÍA! ¡GOLAZO ARAÑA, GOLAZO HERMANO! —gritó Rafael.

— GRACIAS DIOS AAAAAA, COMO TE QUIERO PENDEJO. —exclamó el Kun mientras se abrazaba al padre de Julián— ¡ES ENORME TU HIJO, GUSTAVO!

Todos observaron como los jugadores se abalanzaban sobre Julián para abrazarlo, mientras este hacia la seña de Spiderman con su mano libre porque con la otra estaba sujetando la pelota que había agarrado inmediatamente después del gol. Cuando el abrazo se terminó, el cordobés se movió orientando su cuerpo hacia donde estaba el palco con su familia, y gritos de sorpresa resonaron por todo el estadio al ver el festejo del jugador.

Julián se había colocado la pelota debajo de su camiseta, simulando la panza de una embarazada, mientras se llevaba un dedo a su boca imitando un chupete, para luego señalar el palco con una sonrisa radiante y hacer la letra "S" con sus manos como siempre que hacía gol y se lo dedicaba a su esposa.

— No puede ser, lo amo por favor. —Sol tapó su rostro sonriendo a más no poder, habían hablado de la posibilidad de anunciarlo de esa forma, pero no creyó que Julián se lo tomaría en serio.

Los demás miembros de la Selección se detuvieron de golpe al ver eso, sus ojos abriéndose con sorpresa, sin creer lo que estaba ocurriendo. Y es que Julián con su festejo acababa de anunciar que con Sol estaban esperando un bebé, acababa de anunciar ante todo el mundo que iban a ser padres. Y los jugadores no eran los únicos que no podían ni hablar de la sorpresa, en el palco estaba pasando exactamente lo mismo, todos alternando su mirada entre la imagen de Julián en la cancha, que estaba siendo abrazado y felicitado por todos sus amigos de la Scaloneta, incluso los del banco se habían acercado para tirársele encima, y los jugadores de España que eran sus amigos aplaudían sonriendo felices por la noticia a pesar del gol, y la imagen de Sol que estaba sonriendo.

— ¡Sorpresa! —dijo la chica alzando sus manos, y solo eso bastó para que todos se pusieran a gritar de la emoción, rápidamente Sol había sido rodeada por toda la familia unida.

— ¡HIJA DE PUTA! ¡SE LO TENIAN RE GUARDADO! —le dijo el Kun abrazándola con sus ojos vidriosos por las lágrimas, completamente feliz por la noticia.

— ¡Ahora entiendo por qué estabas comiendo esas gomitas de mierda! —dijo Rafael cuando la abrazó— ¡Eran un antojo, boludo! ¿no?

Sol sonrió asintiendo, podía sentir sus mejillas mojadas por las lágrimas mientras continuaba abrazando a su familia y amigos— Sabía que había algo distinto en vos y Juli, Dios mío ¿cómo no me di cuenta que era esto? —dijo Mariana acercándose para atraparla en un abrazo cargado de afecto— Me van a hacer abuela, vamos a ser abuelos. —dijo riendo por la euforia que sentía— Gracias Sol, gracias por todo, sos sin dudas lo mejor que le pasó a mi hijo.

— Y él es lo mejor que me pasó a mí, Mari. —respondió la chica con dulzura— No podría tener a alguien mejor como mi compañero de vida y papá de mis hijos.

Antonella que no había dejado de llorar de la alegría se acercó a ella para abrazarla de nuevo— ¿De cuánto estás Sol? —ya poco importaban los dos minutos restantes del partido, la felicidad y emoción que sentían por la noticia que acababan de recibir era enorme, todos queriendo hacer decenas de preguntas a la chica mientras no dejaban de felicitarla. Y en la cancha no era muy distinto, los jugadores habían retomado el partido, pasándose la pelota para evitar que los españoles la tomaran, sonriendo como nunca, eufóricos por el resultado y por lo que Julián acababa de revelar.

— Tres meses y dos semanas. —respondió sonriendo.

— ¿Qué se les pasó por la cabeza para decirlo ahora, tía? Tu marido está demente. —ante el comentario de Benjamín, Sol soltó una risa.

— Habíamos estado hablando con Juli sobre cómo podíamos contarlo, queríamos que fuera especial, y se nos ocurrió hacer una promesa. —hizo una pausa, viendo como en la cancha todos estaban abrazando a Julián, incluidos Scaloni, Aimar y el resto del plantel— Si Juli hacia un gol como pasó en el Mundial de Qatar y pasábamos a la final íbamos a darles la noticia hoy mismo, pero no tenía idea de que lo iba a anunciar así. —rió tapando su rostro— Habíamos hablado de esta idea, pero como lo dijimos jodiendo no pensé que se iba a animar a hacerlo.

— Pasamos a la final del mundo otra vez y encima vamos a ser tíos, que hermoso momento para estar vivos. —dijo Rafael abrazando a Agustín por los hombros, escuchando como el público argentino cantaba alentando cuando finalmente el árbitro pitó, confirmando que el partido había terminado en un tres a dos, y confirmando que la Selección Argentina estaba en la final.

Y eso era lo que sentía también Julián. El cordobés estaba que explotaba de la alegría, se sentía como si ya hubiese ganado el mundial mientras todos sus amigos lo abrazaban y felicitaban por la noticia. Y cuando salió de los vestuarios encontrándose con su familia abrazando a Sol con fuerza mientras todos los felicitaban, Julián terminó rompiendo en llanto de la emoción.

— Te amo, Sol, no tenes una idea todo lo que estoy sintiendo en este momento. —le dijo mientras se abrazaban, sintiendo como Sol también estaba llorando, escuchando como sus amigos y familia festejaban a los gritos la noticia de que alguien más llegaba a la familia.

— Creo que puedo darme una idea porque estoy igual. —respondió Sol soltando una risita— Te amo, Juli, felicitaciones papá goleador.

Ahora todo el mundo sabía que Sol y Julián iban a ser padres, que una arañita venía en camino.

— Bueno, todo muy lindo, pasamos a la final, vamos Argentina carajo. Pero ahora lo más importante. —ya todos estaban saliendo del estadio, tanto las familias como los jugadores acompañándolos, dirigiéndose a los micros de la Selección que los habían llevado hasta el estadio. El Kun detuvo el andar, mirando a su hermana y su cuñado con atención— ¿Quién va a ser el padrino?

Una carcajada brotó de los labios de Julián mientras Sol se abrazaba a él escondiendo el rostro en su pecho, oyendo de fondo los gritos de todos los de la Scaloneta diciendo que ellos querían ser el padrino, la voz de Enzo diciendo que tenía prioridad porque Julián era el padrino de Mía, y las voces del Kun, Agustín y Rafael diciendo que tenían prioridad por ser hermanos de los padres.

— Tendríamos que haber hecho como dijiste vos hace unos años. —dijo Sol, Julián la observó con curiosidad sin entender a qué se refería— Teníamos que habernos exiliado hasta que tuviera al menos dos años.

El cordobés soltó una risa, dejando un beso en su frente con dulzura— Un poco tarde amor. Yo digo que dejemos que se agarren a las piñas, y el que safa se queda con el puesto.

— ¡Julián!

— Broma amor, pero si querés no es broma. —una risa brotó de sus labios cuando Sol le dio un golpe en el pecho, viendo como su mujer se acercaba al grupo donde estaban los jugadores discutiendo, retándolos como si se trataran de nenes de jardín.

Un suspiro escapó de los labios del cordobés al ver como Sol reía por algo que Enzo había dicho, y que había provocado las quejas de los demás. La amaba demasiado, Sol era todo lo que necesitaba y más, y todos los días agradecía el poder tener la posibilidad de estar a su lado, el poder vivir la vida junto a ella. 







nota de la autora:

aaaaaaaa la felicidad que manejo, la historia acaba de llegar a los 100k de vistas!!! dios es una banda, muchisimas gracias por darle una oportunidad y leerla, por votar y comentar, posta lo aprecio muchisimo! 

en otras noticias, ya estoy viendo las historias que quiero publicar después de esta, y una va a ser de julián (yo a tiktok había subido un video con la idea, se viene la historia de julián cayendo por una madre soltera ;)), y probablemente una de pedri con la protagonista hija de luis enrique, pero esa todavía no la tengo muy armada. 

en fin, que tengan lindo día :) 

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